Las ONG se vuelcan con los más vulnerables durante la crisis del coronavirus

La actual crisis sanitaria provocada por el brote de COVID-19 está demostrando la enorme capacidad de adaptación y sacrificio de la sociedad española, especialmente de aquellos colectivos que siguen dando diariamente la batalla al coronavirus, ya sea desde hospitales y centros médicos, infraestructuras, supermercados, personal de limpieza y, por supuesto, las ONG.

Las organizaciones solidarias, lejos de frenar sus labores humanitarias, están estos días –y semanas- reestructurando recursos humanos y económicos e implementando medidas para hacer frente a la situación y, sobre todo, no dejar a nadie atrás.

Algunas, como Cruz Roja y Médicos Sin Fronteras, han puesto sus recursos técnicos y equipos humanos a disposición de las autoridades públicas para mitigar el colapso del sistema sanitario.

Otras, como Aldeas Infantiles y Save the Children, trabajan para evitar el aislamiento económico y social de los más pequeños; mientras organizaciones como Banco de Alimentos y Cáritas mantienen sus redes de distribución de comida y ayudas esenciales a las personas más desfavorecidas.

El despliegue de Cruz Roja

El empeño de Cruz Roja está siendo el de mantener sus programas esenciales, a la vez que intensifica su actividad debido a la crisis sanitaria. Con este objetivo ha lanzado el plan Cruz Roja Responde frente a la COVID-19 para las personas en situación de vulnerabilidad y población general, lo que ha supuesto, según la organización, la mayor movilización de recursos, capacidad y personas de su historia.

Cuenta con más de 40.000 voluntarios y un presupuesto aproximado de 11 millones de euros –entre recursos propios, contribuciones públicas, de empresas y de particulares- con los que espera poder atender a más de 1.350.000 personas desde los más de 1.400 puntos de atención de Cruz Roja.

Esperan, entre otras misiones, cubrir las necesidades básicas de alimentación, higiene, productos sanitarios y pago de suministros a 25.000 familias; realizar el seguimiento de 720.000 personas vulnerables a la COVID-19, y asistir psicológicamente a 200.000 personas en situación de soledad a través del teléfono.

Cruz Roja también ha puesto a disposición de las autoridades sanitarias sus recursos humanos y logísticos, entre los que se encuentran 100 ambulancias para la movilización de afectados, la construcción de 100 infraestructuras hospitalarias temporales; 42 equipos de intervención psicosocial; el montaje de alojamiento para 3.000 personas sin hogar; 5.000 equipos de protección individual, y la distribución de 20.000 mantas y 9.000 kits con productos básicos.

En su esfuerzo están contando con agentes privados. Jaguar Land Rover España y Ford España, por ejemplo, han puesto a disposición de Cruz Roja vehículos de sus flotas para los desplazamientos de personal sanitario, traslados de pacientes y reparto de alimentos.

BBVA, por su parte, está recaudando fondos a través de donaciones por Bizum –transferencias rápidas- para Cruz Roja. Y deportistas de élite como Rafa Nadal y Pau Gasol ya han anunciado su adhesión a Cruz Roja Responde y han animado por vídeo a otros deportistas de élite y a la sociedad civil a sumar esfuerzos.

Proteger a los niños y las familias en situación de pobreza

El objetivo prioritario de Aldeas Infantiles en esta crisis sanitaria está siendo el de garantizar el bienestar físico y emocional de los más de 6.000 niños, niñas y jóvenes, además de sus familias, a los que presta su acompañamiento y ayuda en España.

Como señala su presidente, Pedro Puig, “ahora, más que nunca, nuestra prioridad es asegurar su protección para que no sufran las consecuencias de esta crisis más que el resto de la población”.

Para ello han puesto en marcha medidas urgentes, planes de acción inmediata y protocolos para afrontar la crisis. Para los 1.155 niños que crecen en sus programas de protección (menores que viven en familias de acogida o en las ocho aldeas de la organización en España), han desarrollado un plan de contingencia en cada aldea, en los que se incluyen talleres pedagógicos y protocolos de actuación ante un posible contagio, en los que se ha reservado al menos una casa para posibles cuarentenas.

Algunos voluntarios educadores se han llevado a los niños a sus propios hogares, para reducir los riesgos de contagio. Sin olvidar el apoyo psicológico y refuerzo de la comunicación no presencial, además de un seguimiento telefónico continuado a todos los niños y sus familias acogedoras, para paliar el aislamiento.

Además de estos menores, Aldeas Infantiles atiende también a 3.778 niños y niñas a los que la crisis y el confinamiento puede afectar severamente dada su situación familiar de vulnerabilidad.

Se habilitado para ellos ayudas para cubrir las necesidades básicas de alimentación, higiene y salud y, en algunas zonas, se están adelantando vales de 15 euros por día y cada persona de la unidad familiar.

Las intervenciones psicológicas y terapéuticas que no pueden posponerse, además, se siguen atendiendo ya sea de manera presencial o en remoto.

Una ayuda a los menores en la que también está redoblando esfuerzos Save the Children, con el fin de evitar el aislamiento social, la falta de alimentación y la posible estigmatización de los cerca de 8.000 niños y niñas a los que atienden.

Como subraya Andrés Conde, director general de Save the Children España, “lo que más nos preocupa es el impacto de las medidas de cierre de los centros educativos sobre dos tipos de familia de especial vulnerabilidad: mayoritariamente madres solas con hijos a cargo, la mitad de las cuales viven en situación de pobreza”, y “las familias encabezadas por trabajadores pobres, cuyos ingresos no les permiten superar el umbral de la pobreza”. Son, según Conde las “familias que requieren mayor atención pública en estos momentos”.

Para ello han lanzado la campaña A tu lado, con la que apoyan a 600 niños y niñas y sus respectivas familias en situación de vulnerabilidad extrema ante esta crisis.

Con la ayuda de empresas y fundaciones están movilizando todos los medios a su alcance para actuar en dos ejes principales: el refuerzo nutricional, cubriendo el coste que supone cada día el desayuno y comida de los niños tras el cierre de los centros escolares (de cuyas becas comedor depende en gran medida su alimentación diaria), mediante cupones que puedan canjear en supermercados por alimentos básicos; y la atención individualizada y refuerzo educativo mediante herramientas digitales para que no queden atrás en su proceso de aprendizaje.

Save the Children mantiene operativo su programa de ayuda a la infancia en todo el territorio, si bien en algunas zonas de alta transmisión del virus se han suspendido las actividades grupales.

También están preparándose para afrontar las consecuencias del brote en otros países con sistemas sanitarios frágiles y, especialmente, los campos de refugiados, donde el impacto del coronavirus sería devastador.

La organización Médicos sin Fronteras, formada por los profesionales que más están dando la batalla contra la COVID-19, tiene tres ejes de acción prioritarios frente a la crisis sanitaria actual: primero, asegurar la continuidad de cuidados médicos; segundo, proteger a los pacientes y a sus profesionales sanitarios, y tercero, mantener su respuesta contra la pandemia.

Respecto a este tercer punto, la respuesta ha sido contundente: todo el personal sanitario de la organización ya ha sido inyectado al sistema sanitario. Así lo señala el presidente de MSF España, David Noguera, quien explica que la organización forma parte de “plataformas de coordinación tanto estatales, autonómicas y locales, ofreciendo su experiencia, modelos de manejo y propuestas alternativas” a la crisis.

Una colaboración que está siendo especialmente intensa en los sistemas sanitarios de Madrid y Barcelona, dos de las zonas más afectadas por el brote.

Su objetivo allí es contribuir a expandir las capacidades hospitalarias actuales para absorber el mayor número de pacientes posible, como con el hospital temporal implementado en uno de los pabellones de la Universidad de Alcalá (de Henares), en Madrid, donde han habilitado 100 camas para pacientes moderados. Una respuesta rápida para descongestionar las urgencias del Hospital Príncipe de Asturias, cercano al pabellón.

Además del apoyo a los centros de salud, el otro objetivo de la organización, como subraya Noguera, es “reforzar la protección de nuestros mayores, uno de los colectivos más vulnerables a esta epidemia”.

MSF está desplazando directamente equipos a las residencias de mayores, para evaluar riesgos e implementar medidas de higiene y protección, y mejorar el manejo de casos.

Con un enfoque más divulgativo y menos de campo, Farmacéuticos Sin Fronteras –organización dedicada a la asistencia farmacéutica en poblaciones en situación de pobreza-, pretende aportar la experiencia acumulada durante sus 30 años de vida en gestión de situaciones de emergencias sanitarias en países del Sur.

Su plan contra el coronavirus incluye la puesta en marcha de acciones formativas, de promoción de la salud y de sensibilización, dirigidas tanto a la población en general como especialmente a las personas a las que atienden en el marco de sus proyectos de acción social en España.

Un curso de atención sociosanitaria, un canal de consultas a través de WhatsApp; la difusión de medidas farmacéuticas para la prevención, y contenidos sobre hábitos saludables en cuarentena son algunas de sus herramientas.

Asistencia y distribución de alimentos

Desde la Federación Española de Bancos de Alimentos, que agrupa a los 54 Bancos de Alimentos de España, han establecido un dispositivo de servicios mínimos para garantizar que ninguna persona se quede sin comida.

Si bien insisten en que, al suspenderse las recogidas de alimentos presenciales, como la Operación Kilo en los supermercados, sus existencias están menguando.

Una situación de la que también advierte el Banco de Alimentos de Madrid, en la zona más azotada por el coronavirus, donde habitualmente llegan a unas 140.000 personas de la Comunidad.

Si bien tienen alimentos almacenados para los próximos tres meses, están recibiendo un 80% menos de productos de particulares y empresas, por lo que parte de sus esfuerzos están enfocados a potenciar las donaciones online, a través de Bamadrid.org.

Banco de Alimentos de Madrid, además, está intensificando estos días el contacto con las entidades benéficas a través de las que reparten los alimentos a las personas desfavorecidas, para adaptarse lo máximo posible a sus necesidades actuales de distribución, dado que el 30% de estas entidades no pueden recoger la ayuda. También están haciendo un llamamiento de petición de voluntarios jóvenes a los almacenes que mantienen operativos, para que los mayores de 65 sigan quedándose en casa.

Una movilización de recursos económicos en la que también insisten desde Cáritas con la campaña Cada gesto cuenta, que además pretende sensibilizar sobre el impacto de la crisis en los más vulnerables.

Desde el decreto de Estado de Alarma, la organización está movilizando a las más de 5.600 personas contratadas y cerca de 85.000 voluntarios de toda España, y trabajando para detectar las necesidades humanas y económicas de las 70 Cáritas Diocesanas y las más de 5.700 Cáritas Parroquiales.

Todas ellas han tenido que adaptar sus servicios y programas para mantener operativos los servicios de acogida y acompañamiento más urgentes, mediante teletrabajo y asistencia remota, o maximizando las medidas de seguridad para la asistencia presencial.

Además, en muchas parroquias han surgido iniciativas de grupos de jóvenes que ayudan a personas mayores o con movilidad reducida haciéndoles la compra de alimentos o medicamentos.

Entre los ejemplos de la movilización de Cáritas frente a la COVID-19 destaca la reapertura del centro de acogida nocturno de la organización en Valencia, para albergar a personas sin hogar, con la colaboración del Ayuntamiento de la ciudad. O la ampliación de las estancias en los centros de acogida temporal en Cáritas Oviedo, para disminuir la movilidad de las personas sin hogar y prevenir los contagios.