Dr. V, la luz de la India

Madurai es una de las ciudades más antiguas del Sur de la India, sus orígenes se remontan hace más de 2.500 años. En el centro de la ciudad hay un templo dedicado a la diosa Meenakshi, una de las esposas de Lord Shiva. Su nombre -meen (ojos) y aakshi (pez)- significa "ojos de pez", porque la deidad se representa con los ojos siempre abiertos y fijos sobre sus fieles.

Su mirada es legendaria por dar la vida a los no nacidos. En Madurai se encuentra también otro "templo" que ha devuelto la vista a millones de personas condenadas a la oscuridad. Su nombre es Aravind Eye Hospital.

Aravind es, actualmente, la institución hospitalaria que más operaciones de cataratas realiza en el mundo. En los últimos 26 años se han practicado en sus instalaciones cerca de 2 millones de operaciones. Pero el número de intervenciones quirúrgicas no es la única cifra en la que Aravind destaca por encima del resto. Mientras que en los Estados Unidos el coste de una intervención de cataratas es, aproximadamente, de 1650 dólares, Aravind realiza la misma operación, sin merma de la calidad, por sólo 10 dólares. Otro dato de interés: el 70% de los pacientes es gratuito. Por si esto no fuera suficiente, Aravind tiene un margen bruto anual del 40%.

El autor de este milagro es Govindappa Ventkataswamy, conocido familiarmente como "Doctor V".

El soctor Govindappa Venkataswamy

Venkataswamy nació en Vadamalpuram, una aldea a 80 kilómetros de Madurai, el 1 de octubre de 1918. En sus primeros años no había escuela en su aldea, cuando era un niño, recuerda como después de realizar las tareas domésticas, caminaba cerca de cinco kilómetros todos los días hasta la escuela más cercana. Con los años se abrió una escuelita en su aldea, pero carecían de todo tipo de material escolar. Los alumnos se acercaban a la ribera del río dónde recogían arena que luego esparcían en el suelo y aprendían a escribir sobre la arena utilizando como lápices sus dedos.

En 1944 el "Doctor V" se graduó en Medicina en la Universidad de Madrás, especializándose en Obstetricia. Había decidido especializarse en obstetricia cuando tres de sus sobrinos murieron de eclampsia (un ataque con convulsiones) en los últimos meses de su embarazo. Una vez graduado entró a formar parte del India Army Medical Corps. Durante sus años de estudiante recibió una fuerte influencia de las enseñanzas de Mahatma Gandhi.

Al año de ingresar en el ejército comenzó a padecer una artritis reumatoide, dolencia que le deformó los dedos y que lo postró en el lecho durante todo un año: "las molestias eran tan atroces que bastaba que rozasen la cama para que gritase de dolor". En el año 1950 conoció a Sri Aurobindo, un poeta, filósofo y un sabio.

"De él aprendí que el ser humano es un instrumento en manos de Dios, que todos nosotros, a través de la profesión, podemos servir a la humanidad y a Dios. Es un error pensar que a menos que seas un mártir no puedes llegar a ser una persona espiritual. Cuando todos los días me acerco al "cuarto de meditación" del hospital le pido a Dios que haga de mí un buen instrumento, un receptáculo para recibir y transmitir su fuerza divina. No hace falta ser una persona "religiosa" para servir a Dios. Podemos servir a Dios prestando un servicio a la humanidad".

Las enseñanzas de Sri Aurobidno le ayudaron a superar y vencer poco a poco la enfermedad. Dado que no podía trabajar en obstetricia, debido a las malformaciones de sus manos, optó por ingresar nuevamente en la Escuela de Medicina para estudiar Oftalmología. Tras graduarse, diseñó personalmente unos instrumentos especiales con los que poder realizar las operaciones quirúrgicas oculares y obviar sus deformaciones en las manos.

En 1956 ingresó en el Hospital Erskine en Madurai como cirujano de ojos. Pronto se convirtió en uno de los cirujanos más renombrados y fue elegido jefe del departamento de oftalmología del Medical College en Madurai. Cuando se jubilo en 1976, después de ejercer durante 20 años, era el cirujano de ojos más admirado de la India.

Una vez retirado, sensible ante el enorme problema que afectaba a su país: escasez de médicos y una población muy pobre para poder sufragarse cualquier gasto en salud, decidió fundar el Aravind Eye Hospital con la "misión de erradicar las enfermedades oculares susceptibles de curación mediante una prestación de servicios a los pacientes de altísima calidad inspirada en la compasión".

El hospital Aravind en Madurai se puso en marcha en 1975 y desde sus inicios atendía a pacientes de pago y a pacientes pobres a los que no se les cobraba.

La ceguera afectaba entonces a 12 millones de personas en el subcontinente indio, el 80% se debe a la enfermedad de las cataratas. Esta enfermedad surge con el transcurso de los años debido a la exposición a la luz solar, una mala alimentación, factores genéticos o como consecuencia de la diabetes. En la mayoría de los casos basta una sencilla operación para recuperar la vista, consistente en retirar el cristalino opaco e introducir una lente nueva en el ojo.

El Dr. V. era consciente de que el principal problema de que esos millones de personas no tuvieran acceso a tratamiento médico alguno era debido a la falta de recursos económicos y al hecho de que vivían aisladas en remotas aldeas rurales. La ceguera les impedía trabajar condenándolas a la mendicidad y finalmente a la muerte. Como expresaba un dicho indio: "Un ciego es una persona que tiene boca pero carece de manos con que alimentarse". La mayoría de las personas que perdían la vista tenían una expectativa de vida de entre dos y tres años, si no contaban con un familiar que se ocupase de ellos.

Ante la falta de medios económicos propios y de ayuda ofi cial, el Dr. V decidió recurrir a su familia. Con una pequeña cantidad de dinero, que consiguió hipotecando su casa, puso en marcha en el año 1975 el primer hospital Aravind en Madurai, en una casa alquilada con 11 camas. Su hermana, la Dra. G Natchiar y el marido de ésta, el Dr. P. Namperumalsamy, ambos cirujanos oftalmólogos, formaron parte del equipo médico desde el primer momento.

En 1977 se construyó un segundo edificio con una capacidad para 30 enfermos, y al siguiente año el hospital se amplio acomodando a 100 enfermos. En 1980 se trasladaron a las instalaciones actuales, que por entonces se encontraban parcialmente concluidas, y en 1982 se añadieron 200 camas y 3 quirófanos. Paralelamente al hospital que recibía a enfermos que pagaban los tratamientos, en 1984 se creó también un hospital de atención exclusivamente "gratuita", con una capacidad para 400 enfermos y 3 quirófanos. Posteriormente se abrieron cuatro hospitales Aravind más considerados "Hospitales Satélite", en diferentes localidades: en Theni, en 1985; en Tirunelveli en 1988; en Coimbatore en 1997; y en Pondichery, inaugurado en 2003. En todos ellos la capacidad para enfermos de "atención gratuita" excede en mucho a los clientes de pago.

Actualmente, el hospital Aravind de Madurai, que dispone de 325 camas para enfermos "de pago" y de 600 camas para enfermos "gratuitos", es el hospital de ojos más eficiente del mundo: durante el año 2007 fueron atendidos 2.870.682 pacientes y se practicaron 333.744 operaciones quirúrgicas. Hoy en día en el hospital existen médicos especialistas en las diferentes áreas oftalmológicas, como Retina, Córnea, Glaucoma, Cataratas, Oftalmología Pediátrica, entre otras.

Aravind: El McDonald's de la salud

Cuando se le preguntaba al Dr. V cuál era el secreto del éxito de Aravind, contestaba que se había "limitado a aplicar al hospital el modelo de gestión de McDonald’s". A la edad de 55 años vio por primera vez los arcos dorados de McDonald’s, símbolo de la empresa de hamburguesas. Se dijo: "Si McDonald’s ha conseguido vender miles de millones de hamburguesa a un precio tan bajo, ¿qué me impide a mi vender miles de operaciones de cataratas a un precio asequible para los más pobres? Ese fue el comienzo de su sueño.

El Aravind no dispone de un sistema tradicional de consultas con cita previa, lo que facilita que los enfermos puedan presentarse entre las 7.30 y las 18.00 horas y ser atendidos sin necesidad de cita. A aquellos enfermos que pueden hacer frente a los gastos, se les cobra un tarifa de 50 rupias (unos 0,95 euros) válida para 90 días, período de tiempo en que el enfermo puede acudir a dos consultas. Si se precisa intervención quirúrgica, el enfermo puede elegir, dentro de las disponibilidades, diferentes tipos de habitaciones. Existen habitaciones individuales, habitación con cuarto de baño compartido o un simple colchón en el suelo. Además del diferente tipo de estancia, el coste de las operaciones de cataratas varía de acuerdo con el tipo de lentes utilizado y según se trate de una operación con sutura (hasta 110 euros) o sin ella (hasta 200 euros).

En el caso de los pacientes "gratuitos", el coste total de la operación para el hospital es de unas 1.200 rupias. El paciente o el Estado pagan 500 rupias y las 700 rupias restantes corren a cargo de Aravind. Tanto si se trata de un paciente de pago como gratuito, la calidad del servicio médico es idéntica, la única diferencia se encuentra en la hospitalización (instalaciones). Los enfermos de "pago" representan un 35% del total de enfermos atendidos. Los ingresos procedentes de estos enfermos dejan un margen que permite subvencionar a los enfermos "gratuitos" (65%), generando incluso un beneficio para el hospital.

Uno de las claves del éxito de la enorme productividad del Hospital Aravind es que ha conseguido descomponer la intervención quirúrgica en diferentes procesos, especializando a sus profesionales en la realización de los mismos. El Dr. V ha aplicado a la intervención quirúrgica el mismo "modelo de producción en serie" que utiliza McDonald's. Por norma general, los médicos de Aravind se especializan en un problema ocular específico, lo que les permite tratar a muchos enfermos mediante terapias semejantes, y desarrollar técnicas y conocimientos más específicos y eficaces. Un cirujano de Aravind consume aproximadamente entre 15 y 20 minutos por operación, realizando una media de 2.000 operaciones anuales, en contraste con la media del país que es de 220 operaciones.

La aplicación en la práctica del modelo de "producción en serie" se hace patente en los quirófanos, donde existen dos camas contiguas. Mientras un paciente está siendo operado, al otro se le prepara para la intervención en una cama contigua. En cuanto el médico concluye la operación, se dirige a la otra cama, y así sucesivamente, sin intervalos ni esperas.

En los quirófanos, el paciente es atendido por dos enfermeras, una que ayuda al médico y otra que le asiste con los instrumentos quirúrgicos, con lo que en cada quirófano, además de los pacientes, hay un equipo formado por un médico y cuatro enfermeras, equipo que por norma es fijo, reduciéndose así la duración de las intervenciones, ya que existe una mayor coordinación y compenetración entre los miembros del equipo.

Pero no todo se basa en el management. Hay muchas organizaciones muy bien gestionada, pero para alcanzar las cifras de impacto de Aravind y, sobre todo, para proporcionar a todos los pacientes un trato de una calidad humana excepcional es necesario un ingrediente muy importante: el compromiso.

"Tenemos a gente –señalaba el Dr. V– muy capaz e inteligente, muy bien formada desde el punto de vista teórico. Pero el conocimiento por sí mismo no va a salvar el mundo. Fíjese en Jesucristo, él no era sólo un maestro, sino, sobre todo, un hombre de una gran espiritualidad. Lo que nosotros necesitamos son personas con verdadera dedicación y devoción a su trabajo. Muchos creen que basta trabajar unas pocas horas algunos días a la semana. En los hospitales públicos, muy raramente los cirujanos trabajan más de cuarenta horas a la semana".

"En Aravind esperamos que nuestros doctores trabajen un mínimo de sesenta horas. Además, en los hospitales públicos de la India muchas veces hay que pagar pequeños sobornos para que te atiendan debidamente, y quienes más sufren estas consecuencias son las personas pobres y sin recursos. Nosotros queremos, es parte de nuestra misión, que los pacientes de nuestros hospitales, con independencia de sus orígenes y recursos, se sientan muy bien tratados. Ese resultado sólo se puede conseguir si nuestros médicos, enfermeras y staff son capaces de contemplar su trabajo como una experiencia espiritual".

Los 'campos de ojos'

El Dr. V. tenía muy claro desde el inicio que uno de los principales obstáculos de la lucha contra la ceguera curable consistía en que la población afectada de cataratas vivía mayoritariamente en zonas rurales muy alejadas, sin recursos para desplazarse a los hospitales. Desde que fundo el hospital Aravind, su principal inquietud fue cómo llegar a esas personas.

Para dar solución a este problema se crearon los "Campos de ojos". Cada sábado y domingo grupos de doctores, enfermeras y personal administrativo viajan a las aldeas rurales para realizar revisiones oculares a las poblaciones e identificar potenciales pacientes.

Los "campos de ojos" son financiados por empresarios u organizaciones locales que movilizan recursos e informan a la población en un radio de 25-50 millas de la visita del equipo médico, normalmente con un par de semanas de anticipación. Los empresarios o las organizaciones sociales corren con los gastos de organización del "campo": principalmente la comida y el transporte de los enfermos al hospital de Aravind (unas 200 rupias de media). Aravind, por su parte, asume los gastos de la intervención quirúrgica y las medicinas.

No suele haber problemas para encontrar organizaciones locales o personas individuales que esponsoricen estos "campos". El impacto en la comunidad es tan grande que no faltan instituciones y hombres de negocio que se ofrezcan a financiarlo. El elemento crítico consiste en planificar con eficacia la visita: asegurar que la entidad responsable de organizar el "campo" haga llegar la información a todos los rincones y así se pueda contar con un flujo alto de potenciales pacientes.

La aportación de Govindappa Venkataswamy a la oftalmología fue única, tanto por su contribución científica a esta rama como por el modelo de gestión hospitalaria que desarrolló.

La revisión médica se suele realizar en la población rural más céntrica donde son transportadas las personas en autobuses o camiones. Las personas identificadas con problemas oculares durante la visita de inspección son trasladadas esa misma tarde al hospital de Madurai. Allí se les práctica al día siguiente la intervención y son conducidos de nuevo a su aldea al cabo de tres días, una vez se han recuperado. Un equipo de Aravind regresa a la población rural al cabo de tres meses para realizar un chequeo final de los pacientes operados.

El ingenioso sistema de los "campos de ojos" ha facilitado que Aravind pueda disponer de un número importante de pacientes que le permite alcanzar esas economías de escala y hace tan eficiente y productivo su trabajo. Parte importante del éxito reside en haber conseguido que un porcentaje considerable de los costes de transacción de la intervención quirúrgica sean asumidos por entidades o empresarios locales. Sólo durante el año 2006 tuvieron lugar 1793 "campos de ojos" en los que se examinaron a 505.621 personas operando a 112.825.

Aurolab

Pero la capacidad de innovar del Dr. V no se ha limitado a la logística, la revisión de los procesos o la motivación de su equipo profesional sino que también ha alcanzado al desarrollo tecnológico del material médico.

Uno de los problemas de las operaciones de cataratas es el alto coste de las lentes intraoculares. El precio de unas lentes importadas desde los Estados Unidos se encuentra en una franja entre los 20 y los 40 dólares. Con el fin de reducir los costes de la operación y prestar un servicio de mayor calidad –pues no todas las operaciones de cataratas se realizaban con implantación de las lentes, al ser más costosas-, se creo Aurolab: una fábrica de lentes intraoculares.

La tecnología desarrollada en la fabricación de lentes ha permitido no sólo surtir de lentes a los hospitales Aravind sino exportar a otros países. Aurolab comenzó sus actividades de fabricación en 1992. Desde entonces su producción anual ha crecido a un ritmo del 37%. La fábrica produce actualmente entre 0,7 y 0,8 millones de lentes, que exporta a 90 países, con una cuota de mercado mundial del 10%. Aurolab ha permitido a Aravind rebajar sensiblemente el precio de los lentes hasta una cifra cercana a los 4 dólares. El éxito de Aurolab animó a emprender otros proyectos similares. En la actualidad, dependiente de Aurolab, existe una división de producción de agujas para suturas, otra de lentes para gafas, una de fármacos oftalmológicos a bajo precio y, por último, una división de instrumental medico para las operaciones.

Además, se ha creado: un Instituto (LAICO) con el fin de ayudar a transferir el modelo de Aravind a todos los estados de la India y también a otros países menos desarrollados; una fundación para impulsar la investigación médica en las enfermedades oculares; un banco de ojos y una red de telemedicina para facilitar el acceso de los servicios y capacitación en las área rurales.

Govindappa Venkataswamy falleció el 7 de julio de 2006, a la edad de 87 años, en una de las habitaciones del hospital que él mismo fundó. Su aportación a la oftalmología ha sido excepcional, única, tanto por su contribución científica a esta rama de la medicina como por el modelo de gestión hospitalaria que ha desarrollado. Cuando se hace balance de toda una vida son escasas las personas que pueden incluir en su activo haber devuelto o mejorado la vista a 13 millones de seres humanos. Para el Dr. V el gran secreto fue tomarse en serio las palabras de Mahatma Gandhi: "La diferencia entre lo que podemos hacer y lo que en realidad hacemos supondría un cambio en el mundo".

Comentarios

  1. Impresionante la obra de esta persona tan identificada con la humanidad, se que tienen una especie de plan de capacitación o entrenamiento para médicos oftalmólogos en técnicas quirúrgicas para operar catarata, me gustaria informacion al respecto.
    Gracias
    Carlos Casafranca

  2. Sin palabras la tarea desarrollada. Quisiera algún contacto para ofrecer mi trabajo en el hospital y a su vez poder capacitarme en otras ramas… retina x ejemplo