Las emprendedoras tienen más dificultades para obtener financiación que los hombres

Solo el 26% de las emprendedoras sociales consigue toda la financiación externa que busca, frente al 46% de los hombres que sí la llega a reunir, desprende un estudio realizado por Esade.
HAZ12 diciembre 2017
<p>Sonia Navarro, directora asociada del Instituto de Innovación Social de Esade (centro), con Leonora Buckland y Mar Cordobés, investigadoras del Instituto de Innovación Social de Esade y coautoras del informe.</p>

Sonia Navarro, directora asociada del Instituto de Innovación Social de Esade (centro), con Leonora Buckland y Mar Cordobés, investigadoras del Instituto de Innovación Social de Esade y coautoras del informe.

Las emprendedoras sociales en España tienen más dificultades para obtener financiación que sus homólogos varones. Esta es la principal conclusión que se desprende del informe Inversión con un enfoque de género: una oportunidad para el ecosistema de la empresa social europea, que ha elaborado el Instituto de Innovación Social de Esade, en colaboración con la Fundación EY.

El estudio, para el que se ha consultado a, entre otros, un centenar de emprendedores sociales españoles, pone de manifiesto que apenas el 26% de las empresarias sociales llega a reunir toda la financiación externa que busca, frente al 46% de los empresarios que sí lo consigue hacer. Esta circunstancia se produce ya que el apoyo del inversor es similar en ambos perfiles durante las primeras etapas de la compañía, pero apenas un 20-30% de emprendedoras llega a las fases de aceleración y financiación, proporción que aumenta hasta un 70-80% en el caso de los emprendedores varones. Con todo, en el área internacional del informe, se destaca que el ecosistema español de inversión social tiene más conciencia de género que el de otros países europeos.

En relación a las causas de estas diferencias en la inversión social, Mar Cordobés, investigadora del Instituto de Innovación Social de Esade y coautora del informe ha explicado que “los motivos son diversos: desde los sectores en los que suelen emprender las emprendedoras sociales, que son menos valorados por los inversores, hasta las diferencias en la actitud de hombres y mujeres ante las finanzas. Estas últimas se sienten menos cómodas que los hombres a la hora de hablar con inversores externos o de utilizar la terminología financiera”.

“La empresa social tiene el potencial de ser una herramienta muy importante para empoderar a las mujeres y promover la igualdad de género. Sin embargo, su enorme potencial no se está utilizando plenamente, ya que el ecosistema parece carecer de conciencia y urgencia en torno al problema, y las finanzas sociales corren el riesgo de reproducir el mismo déficit de género como las finanzas tradicionales”, ha añadido Leonora Buckland, también investigadora del Instituto de Innovación Social de Esade y coautora del informe.

Diferencias en igualdad

Según el estudio del Instituto de Innovación Social de Esade, el perfil medio del emprendedor social en España se encuentra entre los 40 y los 50 años (42%) está casado o vive en pareja (65%), tiene hijos o personas a su cargo (60%) y dispone de estudios post universitarios (61%). Sus empresas son jóvenes (menos de cinco años) y, aunque el promedio de socios por empresa es de 3,2 (1,4 son mujeres y 1,8 son hombres), un 22% de las compañías tiene un único socio y, de éstas, tres de cada cuatro han sido fundadas por mujeres.

En lo relativo a género, existen importantes diferencias entre emprendedores y emprendedoras. Ellos dedican más horas que las emprendedoras a sus empresas, pero reconocen en menor proporción que el impacto social sea el principal objetivo de su compañía (un 51% de los hombres frente a un 83% de las mujeres). La carrera profesional y la formación también varía; ellos tienen más experiencia en emprendimiento, aunque ellas disponen de más formación (un 32% de las mujeres frente a un 20% de los hombres).

Por último, en lo referido a políticas de igualdad dentro de la empresa social, las emprendedoras demuestran un mayor grado de compromiso en la equidad de género, objetivo al que otorgan un 4,07 sobre 5 en relevancia, mientras que sus compañeros masculinos solo le dan un 3,85. La importancia que le dan ambos colectivos a la cuestión es elevada (62%, las mujeres; 52% los hombres), pero esta circunstancia apenas se refleja en medidas concretas dentro de la empresa.

La financiación, un obstáculo para la emprendedora social en Europa

El informe de Esade también estudia la financiación del emprendimiento social en Europa y si ésta dispone de una perspectiva de igualdad de género adecuada. Para ello, ha analizado las respuestas de más de cuarenta expertos e inversores sociales y concluye que, en estos momentos, y salvo en el caso de Reino Unido, la financiación no es especialmente consciente de esta cuestión. Por un lado, no existe una masa crítica de iniciativas sociales que alberguen políticas de igualdad de género en su plan de negocio y, por otro, ningún inversor las concibe como un requisito importante a la hora de financiar un proyecto. De hecho, según el estudio, aunque esta circunstancia sea clave en este sector en concreto, la mayoría de los inversores sociales europeos no ven una necesidad urgente de trabajar en este sentido.

El estudio también señala que la inversión de enfoque de género es una forma dinámica de inversión de impacto que está creciendo rápidamente en los Estados Unidos, aunque aún tiene que echar raíces en Europa. Porque, aunque desde 2014 el volumen de activos bajo administración en deuda pública y acciones con esta perspectiva se ha quintuplicado en el viejo continente, el número de fondos de capital riesgo que operan en él con este enfoque sigue siendo en la actualidad inferior a sesenta.

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