La industria farmacéutica apuesta por la innovación biomédica como motor social

Santander ha acogido este jueves y viernes el XIX Encuentro de la Industria Farmacéutica Española, centrado en los avances biomédicos y su incorporación al SNS.
HAZ6 septiembre 2019
<p>Eduardo Echevarría, delegado del Gobierno de España en Cantabria; Martín Sellés, presidente de Farmaindustria; Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo; Miguel Rodríguez, consejero de Sanidad de Cantabria; Félix Lobo, director del Encuentro, y Humberto Arnés, director general de Farmaindustria.</p>

Eduardo Echevarría, delegado del Gobierno de España en Cantabria; Martín Sellés, presidente de Farmaindustria; Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo; Miguel Rodríguez, consejero de Sanidad de Cantabria; Félix Lobo, director del Encuentro, y Humberto Arnés, director general de Farmaindustria.

La cada vez mayor comprensión de los fenómenos bioquímicos y fisiológicos subyacentes a las enfermedades y la identificación de dianas terapéuticas más específicas han dado lugar, en las dos últimas décadas, a un desarrollo sin precedentes de la biotecnología que está haciendo realidad la denominada medicina de precisión o personalizada.

Las nuevas terapias génicas y celulares profundizan en estos conceptos, proporcionando ya nuevas soluciones para los pacientes y abriendo la puerta a una revolución biomédica llamada a constituir un nuevo paradigma con enormes beneficios para los pacientes, el tejido investigador, el sistema sanitario y la sociedad general.

Todo ello supone una oportunidad histórica para países que, como España, son referentes en el ámbito sanitario y de la investigación clínica, y que tienen la posibilidad de formar parte del grupo de cabeza de una nueva forma de entender la medicina y el cuidado de la salud que caracterizará en el futuro a las sociedades más avanzadas.

En este contexto, es clave que todos los agentes implicados (administraciones, profesionales sanitarios, industria farmacéutica, pacientes…) sean capaces de llegar a acuerdos para fortalecer el sistema sanitario y la investigación biomédica y garantizar un acceso adecuado y rápido a las innovaciones.

Así lo ha puesto de manifiesto el presidente de Farmaindustria, Martín Sellés, en la apertura del XIX Encuentro de la Industria Farmacéutica Española, que se ha celebrado este jueves y viernes en Santander bajo el título Los avances científicos que están llegando, los que se esperan y cómo incorporarlos al SNS, y cuya conferencia inaugural ha corrido a cargo de la ministra de Industria en funciones, Reyes Maroto.

“Estamos en medio de una revolución”, indicó Sellés, que hace que la investigación biomédica “constituya uno de los drivers de la sociedad del futuro junto a la digitalización y la transición ecológica”. Y en este contexto España está en posición privilegiada por su estatus de referencia internacional en investigación clínica (la que se hace con pacientes): “Estamos convencidos de que España está en condiciones de ser uno de los líderes mundiales en investigación clínica, y ello puede suponer un salto adelante en otros ámbitos de la investigación biomédica”.

Sellés sostiene que ha llegado el momento de convertir la I+D biomédica en una “estrategia de país”. Para ello, el primer paso es considerar el medicamento innovador como una inversión, y no como un gasto, en la medida en que genera importantes ahorros sanitarios (entre dos y ocho veces su coste inicial), mejora la eficiencia y tiene beneficios en el ámbito económico (aumento de la productividad y las inversiones en I+D), sin olvidar su principal efecto: la mejora de la salud y la calidad de vida de los pacientes.

El siguiente paso, según el presidente de Farmaindustria, es ganar en eficiencia por la vía de la medición de los resultados en salud y sus costes asociados, para determinar cuál es el valor real que aporta la innovación, algo que afecta a los medicamentos y al resto de tecnologías e intervenciones sanitarias. También dentro de esta mejora de la eficiencia es necesario modernizar la gestión financiera y presupuestaria, “haciéndola más flexible para poder acoger con rapidez la innovación, dándole un tratamiento de inversión como cualquier empresa haría”.

“En el caso de la salud, esta incorporación rápida de la innovación no es solo una decisión de carácter económico sino un derecho de los pacientes y una responsabilidad de todos nosotros como ciudadanos y, especialmente, de todos los agentes que actuamos en el sistema de salud”, destacó Sellés. “Pero nada de esto tendría sentido –añadió– si antes no nos planteamos, como sociedad, cuál es la inversión que queremos hacer en el sistema sanitario, sobre todo teniendo en cuenta que en España invertimos en la sanidad pública el 6% del PIB, cuando la media europea está en el 7%, y que en nuestro país en 2010 dedicábamos a sanidad pública el 6,5% del PIB, cinco décimas más que ahora”.

Finalmente, el presidente de Farmaindustria considera que hay que desterrar “los argumentos falaces que sostienen que los medicamentos innovadores ponen en riesgo la sostenibilidad del sistema sanitario, cuando es justo al revés. Primero porque está demostrado que las nuevas terapias suponen un importante ahorro en otras prestaciones sanitarias, a lo que cabe sumar los ahorros que proporcionan por la vía de la productividad, por ejemplo, con menos bajas laborales”.

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