Repsol Impacto Social: inversión social para hacer frente al cambio climático
La Fundación Repsol ya tiene en marcha su fondo de inversión, Repsol Impacto Social, nutrido con 50 millones de euros que van a emplearse para participar en empresas de España y Portugal centradas en transición energética e inclusión de colectivos vulnerables. Una nueva iniciativa muy vinculada con la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) instaurados en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.
Esta acción surgida de la compañía energética nació el pasado verano y cuenta desde sus inicios con el apoyo de Fundación Ship2B y la Open Value Foundation, dos entidades referentes en este campo. Estas organizaciones están dando asesoramiento y potenciando en España el sector de la inversión de impacto, todavía incipiente en el país.
Repsol Impacto Social, además de la inversión, da soporte en la fase inicial del desarrollo de estas empresas incipientes y les ayuda a marcar el camino para que sean económicamente sostenibles. “Además les ofrecemos apoyo no financiero, poniendo a su servicio las capacidades y la red de una gran compañía energética para acompañar sus proyectos”, apunta Luis Casado, director de Repsol Impacto Social. Esto incluye asesoramiento y posibilidad de alianzas positivas para su crecimiento.
El responsable del fondo explica que el periodo de inversión se prolongará hasta 2025. “Aunque intentaremos concentrar la actividad inversora al inicio del periodo, el objetivo es contar en ese año con una horquilla de entre diez y quince empresas participadas y sostenibles que puedan llegar a facturar en torno a 20 millones de euros”, comenta.
Por otra parte, desde la Fundación Repsol se calcula que con esta iniciativa se podría llegar a dar empleo a 1.800 personas en riesgo de exclusión en España y Portugal. De hecho, los proyectos que reciban el apoyo del fondo han de generar oportunidades de trabajo o un impacto positivo en colectivos como el de las personas con discapacidad, jóvenes en riesgo de exclusión, mujeres víctimas de violencia de género, drogodependientes en tratamiento o refugiados, entre otros colectivos. Las empresas podrán recibir financiación, asesoramiento y posibilidad de alianzas.
Convenio con Ilunion
Gran parte del proyecto de Fundación Repsol se basa en forjar alianzas con organizaciones cuya actividad se basa en la creación de esas oportunidades, como las alcanzadas con Ship2B y Open Value. Y como la que se ha firmado recientemente con Ilunion, la marca social de empresas del Grupo Once.
En concreto, ambas partes han unido sus fuerzas para desarrollar de forma conjunta proyectos empresariales con impacto social que sirvan para crear empleo entre colectivos desfavorecidos. “Este acuerdo supone reforzar la presencia de Repsol y su Fundación en este sector de la mano de la empresa líder en España en la inclusión laboral de personas con discapacidad, con actividad en diferentes sectores y referente en la prestación de servicios”, afirma Casado.
Para Fernando Riaño, director de Relaciones Institucionales y Responsabilidad Social del Grupo Social Once, este convenio va a ayudar a Ilunion a poner en marcha nuevos proyectos. “Ya trabajábamos en el ámbito de la economía circular, partiendo de la base de que todos los proyectos en los que participamos tienen que ser susceptibles de generar empleo para personas con discapacidad”.
El acuerdo también contempla una posible aceleración conjunta de proyectos de emprendimiento y la inversión directa en startups y otras fórmulas empresariales, que han de garantizar su posible escalado, su rentabilidad económica y financiera para que sean sostenibles en el tiempo, así como la inclusión de colectivos vulnerables, asegurando la generación de valor e impacto.
Inversión para la lucha contra el cambio climático
Hay cinco segmentos de actuación que se están priorizando desde Repsol Impacto Social: reducción de emisiones, movilidad sostenible, economía circular, eficiencia energética, y productos ecológicos y servicios de inclusión rural. “Las empresas participadas deben mostrar un claro compromiso con su propósito social y medioambiental, y la ambición de reinvertir en el negocio para hacer crecer su impacto positivo sobre colectivos vulnerables y la problemática ambiental a la que procuran dar respuesta”, especifica Luis Casado.
De esta manera, se está participando ya en el accionariado de tres pequeñas compañías. La primera en entrar en el fondo ha sido Koiki, una red de microcentros urbanos para la distribución de ‘última milla’ (el traslado y entrega de paquetería urgente en su último tramo). Fundación Repsol ha adquirido un 25,4% de su capital, convirtiéndose en su socio de referencia.
Koiki, que lleva funcionando desde 2014, cuenta con dos líneas de negocio. La primera es el transporte de última milla localizado en núcleos urbanos y enfocado a la entrega de envíos que recibe de transportistas o tiendas online. El segundo es el puerta a puerta, centrado en el transporte interurbano de paquetes y que abarca desde la recogida en el domicilio del cliente hasta la entrega al destinatario final.
En la actualidad Koiki cuenta con 30 centros en Madrid, Zaragoza, Huesca, Lleida, Girona, Barcelona, Huelva, Almería, Murcia, Alicante, Valencia, Mallorca y Menorca, en los que trabajan 100 personas pertenecientes a colectivos vulnerables. Su objetivo es seguir expandiendo su red a nivel nacional para maximizar su impacto.
La segunda empresa participada es Sylvestris, creada en 2013 y especializada en restauración forestal, desarrollo rural, jardines verticales y consultoría medioambiental que, además, está generando empleo para personas en situación de vulnerabilidad. Fundación Repsol ha adquirido el 21,39% de su capital, una inversión que está en línea con la estrategia que la compañía energética está desarrollando para alcanzar las cero emisiones netas en el año 2050.
La idea es compensar las emisiones que no sea capaz de eliminar a través de las reforestaciones. Una vía que, por otra parte, ya están utilizando muchas empresas en España para reducir su huella de carbono, convirtiéndose en una oportunidad de negocio real con expectativas de crecimiento a medio plazo. Además, gracias a la experiencia y las tecnologías desarrolladas por Sylvestris para incrementar la productividad de sus proyectos, se podrán gestionar estas actuaciones también internacionalmente.
Con la participación de Repsol Impacto Social, se estima que hasta 2024 Sylvestris reforestará más de 2.200 hectáreas, con una absorción certificada por la Oficina Española de Cambio Climático de 165.000 toneladas de CO2. Para la ejecución de estos proyectos se prevé que se contratarán a cerca de 2.500 personas, muchas de ellas localizadas en zonas rurales. Por otra parte, para los proyectos de renaturización urbana está generando empleo para personas con discapacidad intelectual.
En el periodo 2013-2019, Sylvestris ha realizado más de 70 proyectos, ha restaurado y mantenido más de 600 hectáreas y ha dado empleo a 400 personas. De hecho, ha recibido diferentes galardones por sus propuestas, como el premio Civildron de la Comunidad de Madrid a la mejor idea de uso civil de drones.
Sylvestris está especializada en restauración forestal, desarrollo rural, jardines verticales y consultoría medioambiental.
Nuevas entradas en 2020
En los primeros días del año, la Fundación Repsol anunciaba su participación en GNE Finance, tras adquirir el 20% de su capital. Se trata de una empresa que ofrece préstamos asequibles con asistencia técnica personalizada para reformar viviendas y edificios con el fin de que mejoren su eficiencia energética y conservación del agua.
Además de reformas para la mejora energética, los préstamos que adjudican se pueden destinar a realizar otras posibles acciones en materia de accesibilidad o seguridad estructural. Una fórmula de mejora para los edificios antiguos, especialmente para aquellos que tienen más de 50 años, que suponen más de la mitad del parque de viviendas en España y que generan mayores emisiones de CO2.
La inversión de Fundación Repsol va a permitir que la compañía acelere el despliegue de programas de renovación de viviendas no solo en España, también en el resto de Europa, creando un impacto positivo en una gran cantidad de hogares. “Al mejorar la eficiencia energética de las viviendas y edificios de apartamentos se alivia la pobreza energética, se mitiga la desigualdad social y se mejora el entorno, al tiempo que se crea empleo local”, explican desde la Fundación Repsol.
Creada en Barcelona en 2016, GNE Finance ofrece préstamos que cubren todos los costes de la reforma, incluyendo estudios de sostenibilidad, con un plazo de devolución de hasta 25 años. Un servicio que se combina con asesoría y formación para los beneficiarios con el objetivo de que el hogar reformado genere facturas energéticas de menor importe. De esta forma, los ahorros energéticos pueden llegar a compensar los gastos de la reforma.
Su modelo de negocio está inspirado en el programa PACE (Property Assessed Clean Energy) de Estados Unidos, que ha financiado unos 5.500 millones de euros en renovaciones sostenibles de viviendas y edificios comerciales en los últimos diez años. Gracias a ello, en 2018 recibió el apoyo del programa H2020 de la Unión Europea, que ha permitido la puesta en marcha de un piloto en Olot (Girona).
A través de la participación de Repsol Impacto Social, durante 2020 GNE Finance llevará a cabo varios proyectos en Cataluña, País Vasco y Madrid, y a partir de 2021 se extenderá a otras regiones y países. Se ha marcado como objetivo llegar en 2025 a más de 12.000 préstamos concedidos que permitirán un ahorro de más de 12.000 toneladas de CO2 anuales. Además, con su actividad se impulsará la creación de unos 5.000 empleos locales, tanto de forma directa como a través de las empresas que participarán en las rehabilitaciones.
De esta manera, la Fundación Repsol ha entrado con fuerza en el sector de la inversión de impacto social, muy poco desarrollado en España y muy necesario para dar soluciones a los 8,5 millones de personas en riesgo de exclusión que hay en el país, según datos de Cáritas.
Un fondo de grandes dimensiones gestionado y asesorado por expertos en la materia que no tardará en consolidarse y en convertirse en ejemplo a seguir para alcanzar los compromisos adquiridos por España en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.