La ansiada Ley de ‘startups’ entrará en funcionamiento antes de que acabe 2022

Aprobada por el Consejo de Ministros como proyecto de ley a finales de 2021, en estos momentos se encuentra en proceso de estudio por parte del Congreso y del Senado. Su función: dotar de un marco regulatorio específico y estable a las empresas innovadoras emergentes.

En estos momentos, el Parlamento español tiene en sus manos el proyecto de Ley de fomento del ecosistema de las empresas emergentes, que ya se ha rebautizado como ‘Ley de Startups’. Aprobada por el Consejo de Ministros a finales de 2021, tiene como objetivo dotar de un marco regulatorio específico y estable a este tipo de empresas y, si todo va según lo previsto, podría estar activa antes de que acabe 2022.

El texto que el Gobierno ha puesto en manos de Congreso y Senado está enmarcado en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia para cambiar la estructura productiva en nuestro país, mejorar el clima de negocios y crear empleo.

Recoge, principalmente, una serie de beneficios fiscales y burocráticos con los que se busca facilitar el despegue y crecimiento de empresas innovadoras dentro de nuestras fronteras, marcando para empezar los requisitos exactos que deben cumplir para ser consideradas startups.

De hecho, el Proyecto de Ley las describe como aquellas empresas innovadoras que pueden ser de nueva creación, con una antigüedad de hasta cinco años o de siete años en el caso de que estén enmarcadas en los sectores de la biotecnología, la energía o en el industrial.

Han de tener su sede social, establecimiento permanente y la mayoría de sus empleados en España. No deben haber distribuido dividendos, no pueden ser cotizadas y sus ingresos no pueden superar los cinco millones de euros.

Las 'startups' deberán tener su sede social, establecimiento permanente y la mayoría de sus empleados en España. No podrán distribuir dividendos, ni ser cotizadas, y sus ingresos no superarán los cinco millones de euros.

Beneficios de la nueva ley

Para todas las que cumplan estos requisitos, incluyendo las de impacto social, la Administración facilitará los trámites para su creación con la eliminación de los aranceles notariales y registrales, cuando se trate de empresas que se hayan creado acogiéndose a los estatutos tipo y por vía electrónica.

La constitución podrá realizarse con un documento único electrónico, y la inscripción en el registro mercantil podría estar finiquitada en seis horas siempre que se utilicen los estatutos tipo. Si no, el tiempo de espera se alargaría hasta cinco días hábiles.

Se eliminará el requisito de obtener el número de identificación de extranjero para los inversores no residentes. Por otra parte, se eximirá a la startup durante los tres primeros años de la causa de disolución por pérdidas relacionadas o que generen un desequilibrio patrimonial.

La potestad para acreditar a estas nuevas empresas como startups la tendrá Enisa, la Empresa Nacional de Innovación, dependiente del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Además, se van a crear puntos de atención al emprendedor y una Oficina Nacional de Emprendimiento desde los que se podrá solicitar información y tramitar documentos y ayudas públicas.

“Se trata de una ley muy necesaria para aportar estabilidad en el sector y fomentar la inversión en el ámbito de la I+D+i, tanto pública como privada. Porque tenemos que conseguir que este ecosistema sea sólido y sistemático a largo plazo”, aseguraba Jordi García, director de Operaciones de Enisa, en el acto de cierre de la VI edición del programa Emprende InHealth, llevado a cabo por Lilly España y UnLimited Spain. Este tiene como objetivo apoyar la creación de startups de impacto social en el sector salud dentro del territorio español.

“Es una Ley muy necesaria para aportar estabilidad en el sector y fomentar la inversión en I+D+i, tanto pública como privada. Hay que conseguir que este ecosistema sea sólido y sistemático a largo plazo”, Jordi García, director de Operaciones de Enisa.

Atraer talento

Según García, la nueva norma también servirá para reducir el tipo impositivo en los impuestos de sociedades y sobre la renta de no residentes, que pasaría del 25% al 15% en los primeros cuatro años desde que la base imponible registrada sea positiva.

También se permitirá el aplazamiento de la deuda tributaria sin garantías ni intereses de demora, se eliminará la obligación de efectuar pagos fraccionados y se elevará la base máxima de deducción por inversión en empresas de nueva o reciente creación de 60.000 a 100.000 euros anuales.

Entre los beneficios que aparecen para incentivar y afianzar los equipos al proyecto, así como atraer el talento de fuera de nuestras fronteras, está el establecimiento de procedimientos más ágiles para otorgar visado y residencia, así como un régimen tributario especial a emprendedores y teletrabajadores que se desplacen a territorio español.

A ello se añade la eliminación de la doble cotización a la Seguridad Social durante tres años para aquellos emprendedores que simultanean el arranque de su startup con un empleo por cuenta ajena.

Por otra parte, se eleva el importe de la exención de tributación de las opciones sobre acciones (stock options) de 12.000 a 50.000 euros anuales en aquellos casos en los que se entreguen acciones o participaciones derivadas del ejercicio de opciones de compra. “Un mismo emprendedor podrá acudir a estos beneficios hasta en tres proyectos seguidos”, indicó el representante de Enisa.

Criterios de valoración

Entre los criterios que mayor peso van a tener a la hora de valorar a las startups que presenten su candidatura para obtener su acreditación van a estar: el carácter innovador, la generación de riqueza y empleo en nuestro país, y su aportación a la resolución de los grandes retos del planeta, marcados en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) incluidos en la Agenda 2030 de la ONU.

Para obtener la acreditación se va a valorar el carácter innovador de la 'startup', la generación de riqueza y empleo en nuestro país, y la aportación a los ODS, entre otros criterios.

Unos rangos en los que se podría encuadrar a las startups seleccionadas en programas como el de Emprende InHealth, que ya ha impulsado a 30 nuevas empresas y que desde el pasado junio cuenta con seis nuevos proyectos: Freedom and Flow, una plataforma que enseña de forma personalizada qué hábitos son más saludables para cada estilo de vida; Trak, dedicada a la telerehabilitación, y Genetracer Biotech, enfocada al diagnóstico precoz del cáncer de pulmón con inteligencia artificial y genómica.

A ellas se añaden: Wemby, una app de apoyo emocional y psicológico para mejorar la salud mental en las empresas; AcceXible, para la detección de enfermedades relacionadas con el deterioro cognitivo a través del análisis del habla; y Sycai Medical, un asistente médico que ayuda a los radiólogos a detectar lesiones precancerosas en el páncreas a través del análisis de imagen.

Todas ellas han participado, junto con otros 324 emprendedores que han presentado su candidatura al programa de Emprende Inhealth, en la II Radiografía de las startups de impacto social en salud en España. Un informe del que se han extraído varias conclusiones, como que para una mayoría de los encuestados la pandemia ha resultado favorable en su actividad, teniendo en cuenta que el sector salud ha sido el que más se ha movido y que han aparecido muchas oportunidades en espacios como el de la atención remota y la teleasistencia.

<p>Foto: Emprende Inhealth, II Radiografía de las startups de impacto social en salud en España.</p>

Foto: Emprende Inhealth, II Radiografía de las startups de impacto social en salud en España.

Eso sí, sin perder de vista que ha sido mucho más complicado dar con inversores y conseguir financiación por la distancia social, que ha limitado las reuniones, las sesiones de networking, los congresos y cualquier tipo de acción presencial y los encuentros entre ambas partes.

El estudio también pone de relieve cuáles son las regiones españolas con más startups de carácter sanitario: Madrid, Cataluña y Andalucía concentran el 64% del emprendimiento.

Mientras que en lo referido al género, un 65% de los proyectos están liderados por hombres. No es de extrañar si se tiene en cuenta que menos del 10% del capital que dedican los inversores va a startups impulsadas por mujeres.

En resumen, el perfil más habitual del emprendedor de impacto social en el ámbito de la salud en España es un hombre con una sociedad limitada en la que trabajan menos de cinco personas, que vende servicios dirigidos a mejorar la calidad de vida del paciente, es decir, dentro del modelo de negocio B2C (business to consumer). Y cuyo reto principal es conseguir financiación, ya que no tiene ingresos recurrentes.

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