Los ecosistemas sociales: herramienta para activar el cambio

Cuando utilizamos el término ‘ecosistema’ para explicar procesos o resultados que se dan de la interacción entre humanos, estamos en realidad eligiendo una visión que encierra diferencias de calado respecto a otros modelos en el entendimiento de las dinámicas sociales y económicas que se dan en nuestras sociedades.
<p>Foto: Red ibérica de Impact Hub.</p>

Foto: Red ibérica de Impact Hub.

En primer lugar, estamos eligiendo un marco proveniente de la biología que ordena y explica el mundo humano basándose en lo que observamos y conocemos de la naturaleza. En ella, la cadena trófica o alimentaria se define como el intercambio de materia y energía entre agentes del ecosistema en un sistema que es circular; un ciclo en el que los seres vivos son nutridos por otros hasta convertirse irremediablemente en nutrientes para los demás, es decir, dan y a la vez reciben. De hecho, el concepto ‘residuo’ no existe en la naturaleza -es, en realidad, una invención humana-.

A lo largo de este ciclo orgánico sin fin, las dinámicas de competición entre agentes son tan naturales como las de interdependencia y colaboración, conformando un sistema complejo y aparentemente caótico de interacciones. En un mundo en el que el ser humano está alterando de manera irreversible el planeta en el que vivimos, elegir la naturaleza como marco para observar dinámicas sociales y económicas es elegir sostenibilidad.

En segundo lugar, al hablar de ‘ecosistema’, estamos eligiendo un camino difícil para explicar las cosas que nos pasan entre humanos. En un momento peligroso de la historia en el que determinadas posiciones explican los problemas del mundo mediante argumentos simplistas de causa-consecuencia directas, elegir explicaciones que se aproximan desde lo sistémico -más etéreo y complejo de explicar, pero también más acertado- es en realidad un soplo de aire fresco hoy en los debates acerca de nuestro modelo de desarrollo. Escoger hablar de ecosistemas es en realidad elegir una herramienta sofisticada y avanzada para enfrentar el futuro de nuestros territorios.

En tercer lugar, por su inclusividad como término. Todos, sin excepción, conformamos el ecosistema y todos, mediante diferentes vínculos, estamos interconectados en él. Así, nuestra supervivencia como ecosistema depende de sostenerlo en su conjunto y de incluir a todos cuando impulsamos acciones dirigidas a superar los retos que como ecosistema tenemos. ¿Les suena? Colaboración y acción conjunta y sistémica para conseguir un desarrollo sostenible que revierta el cambio climático y alcance la Agenda 2030 lo antes posible.

Analizando los ecosistemas

La red ibérica de Impact Hub lanzó en noviembre de 2020 el Índice de Ecosistemas de Impacto, el primer informe que define, mide y establece un ranking de los ecosistemas más vibrantes de nuestro país. A partir de ese trabajo, hemos apoyado y asesorado a gobiernos regionales y autonómicos a entender mejor sus ecosistemas, a diseñar hojas de ruta adecuadas para ellos y a accionarlos y dinamizarlos de la manera más estratégica posible.

Una pieza más del puzle tras 17 años de trabajo de la red Impact Hub observando e investigando, pero también desarrollando ecosistemas de primera mano y de manera empírica, desarrollando y testando metodologías desde la primera línea.

La red ibérica de Impact Hub lanzó el Índice de Ecosistemas de Impacto, el primer informe que define, mide y establece un ranking de los ecosistemas más vibrantes de nuestro país.

Y este verano hemos presentado una nueva investigación, liderada por Impact Hub Amsterdam: Ecología Social: la práctica del desarrollo de ecosistemas, que recoge el testimonio de más de 60 desarrolladores de ecosistemas en diversos contextos, a lo largo de años de trabajo, en diferentes marcos de colaboración y cambio sistémico.

¿Qué es un/a desarrollador/a de ecosistemas y qué pretende? ¿En qué se diferencia un ecosistema de una red o una comunidad? ¿Los ecosistemas tienen edad según su nivel de madurez? ¿Se expanden o contraen y esto es positivo o perjudicial? ¿Su desarrollo se puede pautar en fases que nos ayuden a entender qué estrategia seguir en cada momento?

¿Qué dilemas enfrentaremos como desarrolladores de ecosistemas y mediante qué habilidades podremos resolverlos? ¿Cuáles son las competencias clave necesarias para mantener vivo un ecosistema? Estas son solo algunas de las preguntas que sobre las que este documento pretende arrojar luz.

Creemos ecosistemas

Cada vez somos más conscientes de que las alianzas, asociaciones, acuerdos, colaboraciones y relaciones entre organizaciones y personas de cualquier sector o área son necesarias para impulsar los cambios y solucionar los retos sociales y económicos.

Queda todavía mucho camino por delante para aprender a poner la colaboración y la interdependencia en primer lugar en nuestras relaciones. Pero ojalá que el conocimiento y la práctica empuje al crecimiento de los ecosistemas sociales para avanzar hacia un crecimiento sostenible, inclusivo y justo.

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