“Queremos recuperar el Ágora ateniense”

Pagar la zona azul, comprar entradas para un acto municipal, reservar una instalación deportiva o votar en unos presupuestos participativos son algunas de las gestiones que se pueden realizar a través de la 'app' eAgora. Esta plataforma concentra en un solo espacio todos los servicios de interacción pública y comunitaria, y permite operar en nuestra ciudad o cualquier punto del planeta. Sobre eAgora y el emprendimiento social hemos conversado con Martín Garrido, uno de sus tres fundadores.
<p>Martín Garrido es uno de los fundadores de eAgora, la primera plataforma global ‘todo en uno’ que conecta a la ciudadanía con la Administración pública y las 'smart cities', como él la define. Foto: eAgora.</p>

Martín Garrido es uno de los fundadores de eAgora, la primera plataforma global ‘todo en uno’ que conecta a la ciudadanía con la Administración pública y las 'smart cities', como él la define. Foto: eAgora.

¿Cuántas veces os habéis ‘pegado’ con una aplicación de la Administración sin llegar saber dónde encontrar lo que buscabais? ¿Cuántas veces se os ha ocurrido una idea espectacular para vuestro barrio y no habéis encontrado como ponerla en marcha? A las administraciones se les llena la boca de fomentar la participación ciudadana, pero ¿facilitan el proceso?

El Ayuntamiento de Barcelona tiene 23 apps, además de todos los servicios que ofrece vía web. Si de promedio las personas tenemos 40 aplicaciones en nuestros dispositivos móviles, ¿cuántas serán de estas 23? Y estas solo dan servicio a la ciudad de Barcelona, si vivimos en el área metropolitana o viajamos a cualquier otra parte de España, ninguna de estas aplicaciones nos servirá.

Unificar todos esos servicios es lo que quieren conseguir Martín Garrido y sus socios con eAgora. La idea era crear un ágora virtual que permita la interacción de todos los estamentos de la sociedad -Administraciones públicas, empresas, entidades y ciudadanía- para solventar cualquiera de los enormes desafíos que nos plantean, desde el reciclaje en los hogares o la generación de espacios inclusivos hasta cualquier servicio público.

Martín tiene el don de la clarividencia y de su sistematización en planes concretos, así como la virtud de rodearse de personas que le complementan y el convencimiento de que solo podemos abordar los grandes retos que tenemos uniendo fuerzas. Por eso, eAgora tiene ya en más de 550 clientes y próximamente estará en varios países.

¿Qué es eAgora?

eAgora es una startup de impacto social, la primera plataforma global ‘todo en uno’ que conecta a la ciudadanía con la Administración pública y las smart cities. Reúne para el usuario todos los servicios de interacción pública y comunitaria en una sola herramienta y facilita a los gobiernos el despliegue de la Agenda 2030, pudiendo medir en tiempo real el impacto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

¿Por qué nace? ¿Cómo se os ocurrió la idea?

Nace como respuesta a los retos globales que tenemos que afrontar; como dice Antonio Guterres, secretario general de la ONU, “piensa en global y actúa en local”. Si pensamos en búsqueda nos viene a cabeza Google; si buscamos una marca como referente en compra online, seguramente sea Amazon, y si nos vamos al mundo de los viajes, según el segmento, Airbnb o Booking. ¿Pero si hablamos de interactuar con los servicios públicos y comunitarios? Aquí es donde se produce el vacío y este es el espacio que eAgora quiere ocupar.

Una plataforma global que nos permita tener todos los canales de información, participación y gestión en una sola herramienta y que además nos posibilite operar en nuestra ciudad o cualquier punto del planeta. Si pensamos en uno de estos cientos de servicios, tal nos venga a la mente el servicio de estacionamiento regulado (zona SER, azul, verde…) ¿Cuántas apps has utilizado si te mueves habitualmente por varios municipios? Y solo hablamos de una de las necesidades de la ciudadanía. Suma a ello poder votar en procesos participativos, comprar entradas, recibir información segmentada, realizar trámites, contar con una agenda de actividades, reportar incidencias, reservar una instalación deportiva o hacer útil toda la información que los sensores comienza a aportarnos con las smart cities, por solo aportar algunos ejemplos.


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¿Qué queréis cambiar con eAgora?

eAgora es un espacio que facilita la interacción de las personas en sus comunidades locales, como nuestra marca indica, busca recuperar aquel espíritu del Ágora ateniense, donde se gestó la democracia, pero ahora en digital. Los retos que tenemos como sociedad requieren de participación y colaboración. El cambio climático o la transición energética, por citar dos ejemplos, no se harán realidad únicamente por un cambio legislativo. Si miramos los ODS, cualquiera de los desafíos que nos plantea requieren de la suma de todos los actores del ecosistema: administraciones públicas, empresas, entidades y ciudadanía.

Si no somos capaces de cambiar los paradigmas para trabajar juntos, desde una visión de inteligencia colectiva, estos retos serán papel mojado y, cada año que pase, el impacto negativo en el mundo que dejaremos a nuestros hijos será irreversible.

El modelo de ágoras nos permite conectar a estas comunidades transformadoras, además de ofrecer muchos otros servicios utilitarios a la ciudadanía, para unir todos estos actores y potenciar el impacto a escala global, pero siempre desde la acción local. Nos apasiona pensar en cognitive cities en contraposición a las smart cities. Con estas últimas, llegamos tarde, por que ‘el tiempo real es demasiado tarde’. Necesitamos que la inteligencia artificial ponga al servicio de la ciudadanía todo el big data que se está generando para predecir lo que nos pueda afectar. Si vamos conduciendo en un día lluvioso y nuestra ruta pasa por un paso inundable, la tecnología nos tiene que ayudar a prevenir ese potencial peligro antes de que lleguemos a él.

¿Qué es lo que más valoran los ciudadanos? ¿Y las empresas y los ayuntamientos?

El foco lo hemos puesto en tres factores clave. Primero, la experiencia de usuario: ¿Por qué con Google y Amazon buscamos y compramos respectivamente casi sin darnos cuenta, pero cuando interactuamos con la Administración todo son problemas? Segundo, el ‘todo en uno’, todo aquello que necesitas en un solo lugar. Y tercero, pensar en global, una plataforma que pueda valer en cualquier parte del planeta. Ahí radica el valor que le dan todos los públicos.

Y un plus en el caso de la Administración, contar con un panel de gestión que le aporte datos objetivos para la toma de decisiones, ya sean técnicas o políticas. Comprender lo que quiere, necesita y piensa la ciudadanía y compartir esta visión con cientos de ayuntamientos crea un efecto de inteligencia colectiva que redunda en mejor gestión y optimización de recursos públicos que, al final, son recursos de todos nosotros.

Si no somos capaces de cambiar los paradigmas para trabajar juntos, desde una visión de inteligencia colectiva, los retos serán papel mojado y, cada año que pase, el impacto negativo en el mundo que dejaremos a nuestros hijos será irreversible.

¿Cuál es la clave de vuestro éxito?

Seguramente sea un mix de dos ingredientes no tan secretos: primero, tener una visión y un propósito muy claro, no nos metimos en esto por dinero, ni poder, ni éxito, sino para facilitar un cambio que es necesario si queremos crear juntos un mundo más justo, sostenible y equitativo.

Y segundo, sin duda, el equipo. Los tres fundadores venimos de sectores muy diferentes, pero compartimos unos valores que es el pegamento para hacer realidad un ideal tan complejo. Al inicio éramos únicamente tres para todo, como pasa en toda startup y ahora con grandes profesionales que han venido a trabajar con nosotros porque han hecho suyo este motor que nos mueve, eso crea una magia que mueve montañas.

¿Cuál es vuestro mayor reto ahora mismo?

Escalar, sin duda, y continuar la integración de servicios. En una primera fase, crecimos bajo un modelo de venta tradicional y funcionó muy bien, pero ahora con más de 500 clientes y comenzado a internacionalizar, estamos en proceso de automatización del proceso de alta y contratación. Respecto a la integración, es un gran reto ya que son muchas más las demandas de los clientes que nuestra capacidad de integración y esto requiere que el equipo crezca y que la presión por hacerlo bien y rápido sea cada día mayor.

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<p>Julià Navarrete, María Martínez y Martín Garrido, fundadores de eAgora. Foto: eAgora.</p>

Julià Navarrete, María Martínez y Martín Garrido, fundadores de eAgora. Foto: eAgora.

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<p>eAgora cuenta con más de 550 clientes, la mayoría ayuntamientos, y 190.000 usuarios. Foto: eAgora.</p>

eAgora cuenta con más de 550 clientes, la mayoría ayuntamientos, y 190.000 usuarios. Foto: eAgora.

¿Qué valores sociales estáis tratando de impulsar?

Sería larga la lista, pero si tuviésemos que escoger los principales para cocinar nuestro plato favorito serían: pertenencia, cocreación, resiliencia, inclusión, participación, cogobernanza, sostenibilidad y simplicidad.

¿Qué ha sido lo más difícil? Mayores logros y mayores meteduras de pata…

El inicio, sin duda, cerrar las dos primeras ventas cuando apenas llevábamos tres meses trabajando en el producto y que ese MVP (Mínimo Producto Viable, por sus siglas en inglés) tuvo que ser a marchas forzadas un producto final operativo. Luego, lograr vender el concepto de red de municipios; al inicio teníamos cinco clientes, luego diez, quince… y era una red sí, pero muy pequeña. Ahora, con presencia en 25 provincias españolas, dos países y más de 500 clientes, resulta mucho más fácil.

Meteduras de pata, muchas, ¡pero qué aprendizajes! Por rescatar dos, pasar de ser tres personas a 16 en menos de nueve meses, esto fue un reto enorme y cometimos muchos errores. Luego, desatender por momentos la visión estratégica: cuando uno construye con el cliente es muy fácil confundir sus urgencias con las nuestras y, aquí, priorizamos desarrollos que no aportaban un gran valor al usuario y fueron pérdidas de tiempo y energía que si volviésemos atrás haríamos diferente sin duda.

¿El secreto de nuestro éxito? Tener una visión y un propósito muy claro. No estamos en esto por dinero, poder o éxito, sino para facilitar un cambio necesario si queremos crear juntos un mundo más justo, sostenible y equitativo. Y segundo, sin duda, el equipo.

¿Cómo va eAgora a nivel empresarial? Ha llegado al break-even?

Por ahora no pensamos en break-even porque jugamos una carrera contra el tiempo. Podríamos haberlo alcanzado este año si no hubiésemos hecho crecer el equipo, pero para alcanzar el reto que tenemos por delante no podemos esperar a un crecimiento orgánico. Hemos buscado sola la inversión necesaria -durante el primer año 500.000 euros- ya que, al contar con unos ingresos de cerca de 250.000, podíamos permitirnos este mix.

Ahora mismo tenemos más de 550 clientes. Todos ellos nos aportan unos 190.000 usuarios, pero el gran reto llega el próximo año con la automatización de las ventas y la internacionalización. Estamos entrando en Francia y esperamos hacerlo en otros cinco países durante el 2023. También lanzaremos para finales de enero una versión gratuita limitada con el objetivo de alcanzar más de 2.500 clientes entre la Administración pública y entidades para el próximo año.

¿Cuándo considerarías que el proyecto de eAgora está concluido? ¿Qué indicador mediría el impacto?
Nuestro propósito es ser la plataforma global que conecte ciudadanía y Administración, así que es un reto con mayúscula. Si lo logramos, llevará tiempo conseguirlo. A esto sumamos que estamos en un momento de disrupción con lo cual, el 90% de los servicios, información y tecnología que tendremos que integrar, aún no ha llegado a las ciudades, por lo tanto, tendremos trabajo para un buen tiempo.

La medición del impacto en nuestro caso es una ecuación muy compleja, llegar a definir nuestra teoría del cambio fue un gran dolor de cabeza. Por ello hemos creado una métrica polar que nos permita medir todos esos impactos que son de mundos muy diversos, como tasa reciclaje por hogar, votos emitidos, trámites, incidencias reportadas, etc., en un valor que pondera todas estas acciones, como transacciones ciudadanas que generan un impacto social, económico y, en muchos casos, también medioambiental.

Ahora tenemos más de 550 clientes, que nos aportan unos 190.000 usuarios, pero el gran reto llega con la automatización de las ventas y la internacionalización. Esperamos entrar en seis países en 2023.

¿Qué es para ti un emprendedor social? ¿Se hace o se nace?

Esa mezcla de tozudez, inquietud, resiliencia, idealismo, foco, acción y sobre todo ver el mundo, los problemas y las oportunidades desde otra óptica. Seguramente no se nace emprendedor social, por lo menos en este momento de la historia, se aprende a base de experiencias y golpes. Espero que de aquí a algunas décadas sí, ya que toda empresa tendría que ser social. Si no generamos un impacto positivo en la sociedad, ¿qué razón de ser tiene un negocio?

¿Tu mayor virtud y tu mayor defecto?

Virtud, tal vez la capacidad de integrar conocimientos de mundos muy diversos y crear una visión disruptiva. Defectos, muchos, muchos, pero destacaría gestionar la tensión entre la ansiedad de hacerlo muy rápido, modelo Lean Startup, y buscar la perfección, esa cuadratura del círculo me trae de cabeza muchos días.

¿Qué consejo le daríais a los emprendedores sociales que vienen?

Que busquen cofundadores muy diferentes a ella/él que lo reten, complementen y le aporten todo eso que no tenga. Y, en el emprendimiento social en especial, que se armen de fuerza y crean en su misión. Llegarán decenas de noes, de “es imposible” y de “eres un soñador”, pero no importa, tiempo al tiempo. Tenemos la suerte de tener un equipo asesor maravilloso; hemos aprendido tanto de los mentores que nos han acompañado en este camino. Pero hasta llegar allí, la travesía en el desierto fue dura y, en esos momentos, o crees en lo que estás construyendo o es muy fácil tirar la toalla a la primera caída.

A los nuevos emprendedores sociales les diría que se armen de fuerza y crean en su misión. Llegarán decenas de no, de “es imposible” y de “eres un soñador”, pero no importa, tiempo al tiempo.

¿Qué huella quieres dejar en el mundo?

Compartir la visión de que lo público nos pertenece; y no lo digo desde la posesión, sino desde la corresponsabilidad y que las cosas comenzarán a cambiar cuando cojamos esta responsabilidad y nos impliquemos en transformar la realidad.

Estamos acostumbrados a quejarnos del centro de salud, la escuela de nuestros hijos, el estado de un parque, la suciedad de una playa o el funcionamiento de un servicio en Twitter o en la barra de un bar. Pero ¿qué hacemos por cambiarlo? Si creemos que votando cada cuatro años todo cambiará, es muy probable que cuando nuestros hijos sean padres nos pregunten en qué estábamos pensando cuando teníamos su edad.

Vivimos un momento bisagra y el cambio climático nos demuestra que ya no podemos esperar. Sin embargo, esperamos que los cambios vengan desde arriba y, si repasamos la historia, esto pocas veces ha sido así. Con lo cual o cogemos las riendas de esas pequeñas acciones y decisiones que tomamos cada día o puede que mañana sea tarde.

¿Qué mensaje te gustaría mandar a nuestros lectores?

El mismo que daría a mis hijos, que la vida es muy corta y que no hay nada más valioso y no adquirible como nuestro tiempo. Así que lo mejor que podemos hacer con él es dedicarlo a las personas que queremos y a causas, ideas, y acciones que nos hagan vibrar, que trascienden nuestras necesidades cotidianas, que alteren el statu quo, que persigan un impacto positivo, no importa si es grande o pequeño.

Lo que realmente importa es que cuando ya no estemos aquí nuestro tránsito haya dejado algo único, eso que solamente cada uno de nosotros podemos aportar y, cuando se mezcla con el de otras personas también únicas, ocurre la magia y todos ganamos.

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