Desarrollan un sensor que recorta a la mitad el gasto de agua en la agricultura

La solución tecnológica desarrollada por dos estudiantes de la Universitat Oberta de Catalunya permite reducir el consumo de agua en el riego agrícola y plantar cara a la sequía.
HAZ9 agosto 2023

El 80% del agua que se consume en España se emplea en la agricultura, así que, ante la necesidad de reducir ese consumo para hacer frente a la sequía, muchas miradas se vuelven al campo. Los expertos creen que una parte importante de ese gasto en agua podría reducirse mediante sistemas de riego más eficientes.

Dos estudiantes de grado de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), María Martínez (de Administración y Dirección de Empresas, ADE) y  y Fernando Carrasco (de Ingeniería Informática), han respondido a este desafío creando Agrodit, una solución tecnológica diseñada para facilitar el control de los cultivos e implementar el riego hipereficiente en la agricultura con el objetivo de ahorrar costes y recursos.

Agrodit fue el proyecto ganador del premio del jurado de la última edición del programa de emprendimiento SpinUOC, coordinado por la plataforma Hubbik.

El 2,5 % del producto interior bruto (PIB) de España depende de la agricultura, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística. Representa prácticamente el doble de la media de la Unión Europea, donde España es uno de los países de mayor peso agrícola. Y el consumo de agua del sector supone hoy el 80,5 % de la demanda total en España, tal como señala el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Ante la situación de sequía y los nuevos escenarios que dibuja a futuro el cambio climático (en los que las precipitaciones serán cada vez más irregulares y escasas en el área mediterránea), racionalizar el uso del agua y ganar eficiencia en la agricultura se ha vuelto una cuestión fundamental.

“Sobre todo, si tenemos en cuenta que hoy se desperdicia cerca de la mitad del agua que se utiliza en el riego de cultivos debido a sistemas ineficientes, según el Banco Mundial”, explica María Martínez. “Mucha de esta agua se evapora debido a los desafíos de la gestión del riego, mientras que otra parte es usada de forma ineficiente”, añade.

Según la estudiante de la UOC, el uso de sensores de humedad y temperatura del suelo en la agricultura mejora el riego al proporcionar información precisa sobre las condiciones hídricas de los cultivos. “Nuestros sensores permiten a los agricultores medir la humedad del suelo en tiempo real y evitar el riego excesivo. También ayudan a identificar áreas con sequedad excesiva para aplicar riego adicional de forma precisa y evitar el desgaste del suelo y que este rompa su estructura. Con nuestra tecnología, dependiendo del tipo de cultivo, puede llegarse a ahorrar hasta un 50 % de agua de riego, regando solo cuando hace falta, la cantidad que el cultivo necesita”, explica Martínez.

La tecnología desarrollada por los dos estudiantes de la UOC se basa en sensores de humedad y temperatura que funcionan de forma autónoma y mediante energía solar, por lo que no necesitan ser recargados. Están conectados a una aplicación en la que se muestran los datos recabados y las predicciones meteorológicas para la zona y desde la que puede controlarse el riego de forma remota.

La solución tecnológica, desarrollada de la mano de los agricultores para adaptarla a sus necesidades reales, ha sido ya testada en dos proyectos piloto: uno en un campo exterior con cultivo de chirivía y otro en un invernadero con cultivo de tomates cherry.

“En el caso del cultivo de tomates, llevamos a cabo múltiples mediciones a lo largo de la instalación y conectamos el sistema de riego para automatizarlo. Esto permitió al agricultor ahorrar un 25 % en horas de trabajo. Además, comprobamos que los tomates obtenidos presentaron una mayor calidad, lo que permitió su venta a un precio un 20% más alto en comparación con el año anterior”, añade la cofundadora de Agrodit. La start-up tiene ya más de 15 clientes comerciales, entre los que incluye a las empresas de los proyectos piloto, que repiten debido a su alto grado de satisfacción con la solución.

“El riego eficiente, al minimizar el desperdicio de agua y proporcionar la cantidad adecuada en el momento oportuno, ayuda a mitigar los efectos de la sequía al conservar este recurso y promover un crecimiento saludable de los cultivos. Esto contribuye a la sostenibilidad de la agricultura y a la seguridad alimentaria en regiones afectadas por la escasez de agua”, concluye María Martínez.

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