Descubren cómo acelerar la reforestación de suelos dañados por incendios
Una de las consecuencias de la crisis climática, según los expertos, es que cada vez se producen más incendios y estos son más virulentos y extensos, afectando a grandes superficies de terreno. Las previsiones para el futuro no son halagüeñas: los incendios extremos podrían aumentar en todo el mundo hasta un 14% en 2030 y un 30% en 2050, según datos de la ONU.
En este contexto, Arquimea Research Center, el centro de investigación de la empresa tecnológica del mismo nombre, desarrolla actualmente un trabajo de investigación pionero con el que esperan recuperar el suelo de terrenos quemados de una manera mucho más rápida que de forma natural gracias al uso de bacterias extremófilas.
Los resultados preliminares indican que, tras añadir un determinado consorcio de bacterias extremófilas al suelo quemado, la regeneración de dicho suelo ocurre de forma más acelerada. Además, se ha demostrado una aceleración de la germinación de las cepas de tomate. Los organismos extremófilos son aquellos que pueden soportar condiciones extremas como temperaturas muy altas.
El desarrollo de esta investigación para la reducción de tiempos en la recuperación del terreno quemado supone una importante innovación debido al uso de bacterias extremófilas procedentes del cepario propio creado por el mismo centro.
La peculiaridad de este grupo de bacterias es que, además de ser organismos que viven en ambientes extremos, también son conocidas por su capacidad biorremediadora (recuperación de medio contaminado) y muchas de ellas también están descritas como bacterias PGPR (del inglés, plant growth-promoting rhizobacteria, bacterias que benefician el crecimiento de las plantas). Cuando se produce un incendio, el suelo además de quemarse, también se contamina, haciendo que la tarea de reforestación sea aún más complicada, aunque perfecta para el desarrollo de este tipo de bacterias.
“Los avances en este proyecto están siendo muy significativos y para finales de año, tras la finalización de los experimentos, tendremos un mejor entendimiento del impacto que las bacterias extremófilas tienen en los suelos deteriorados”, explica Sara Vidal, doctora en Biología Molecular, experta en Microbiología y responsable del proyecto. “Esto supondrá un avance muy significativo en la lucha contra los efectos colaterales del cambio climático”, añade la investigadora.
En concreto, el proyecto está analizando terrenos deteriorados de distintas zonas geográficas repartidas por todo el territorio español, como, por ejemplo, suelo contaminado en Riotinto, suelo quemado tras sufrir un incendio en Tarifa, suelo del desierto de Tabernas o suelos con alta salinidad en las Salinas de San Rafael.
Las sedes del estudio están en el centro de investigación de Arquimea, situado en Tenerife, y en el departamento de Microbiología de la Facultad de Ciencias la Universidad de Málaga, donde se está estudiando tanto la recuperación de suelos como la mejora de cultivos usando una cepa de tomate experimental.