Las ‘cleantech’ en España: alto potencial y todo a su favor para un futuro prometedor
Las cleantech tienen como finalidad “reducir o evitar el daño ambiental de procesos que actualmente realizamos con otras tecnologías más impactantes”, explican desde Avaesen, la asociación de empresas de energías renovables y otras tecnologías limpias de la Comunitat Valenciana, con 160 empresas asociadas. “Cuando hablamos de cleantech no hablamos solo de grandes desarrollos tecnológicos, sino que incluimos también servicios o modelos de negocio que tengan cierta base tecnológica”, remarca su director general, Pedro Fresco.
Avaesen cuenta con el Observatorio de Financiación CleanTech, un punto de información sobre las convocatorias de ayudas publicadas por entidades públicas nacionales y autonómicas destinados al proceso de transformación ecológica y energética, y dirigido a empresas y ayuntamientos que busquen financiación para poner en marcha sus proyectos de sostenibilidad basados en tecnologías como las renovables, el almacenamiento de CO2, el hidrógeno verde o la digitalización, entre otras.
Para otros expertos, a las cleantech se deben incorporar otros conceptos o tecnologías orientadas, por ejemplo, a una mayor eficiencia. Para la investigadora del CSIC del Instituto de Ciencia y Tecnología del Carbono, Covadonga Pevida, el término proviene de las tecnologías limpias que ya se utilizaban para reducir las emisiones de los combustibles fósiles. Sin embargo, “en el contexto actual de transición hacia las renovables, el concepto se amplía no solo incluyendo tecnologías para una utilización de los combustibles más limpia, sino que gira más hacia la parte de sostenibilidad”. En su opinión, en el concepto cleantech “entrarían incluso procesos destinados al impulso de la economía circular”.
Lo cierto es que la inversión en el sector de las tecnologías limpias ha crecido de forma exponencial desde principios de los años 2000, cuando apenas existía, y cuya inversión global no superaba los 1.300 millones de dólares hasta las cifras alcanzadas en 2019, cuando se situaba por encima de los 2 billones, según los datos facilitados por Nick Parker, presidente de la consultora Parker Venture Management y experto mundial en cleantech en octubre de 2020.
Un crecimiento al que, en su opinión, debe acompañar un cambio de pensamiento: “Debemos pensar de forma exponencial, no lineal”, explicaba Parker durante la presentación de las startups del fondo de emprendedores de Repsol, y en la que recordaba que “los problemas son exponenciales y las respuestas deben ser exponenciales”, en referencia a la crisis climática. “El clima solo es un síntoma de a lo que nos enfrentamos”, señalaba, alertando sobre el egocentrismo con el que vemos el mundo. “Nos disculpamos por llegar tarde debido a un atasco, pero no nos vemos como parte de ese atasco”.
Sin embargo, los retos que plantea el cambio climático, y la propia crisis que supuso la epidemia de coronavirus, entrañan también, según este experto, “grandes oportunidades para las compañías”. “Sin ir más lejos, las mejoras en materia de eficiencia energética suponen una oportunidad de mercado de 3,8 billones de dólares”, afirma. En este sentido, Parker insta a “estimular la innovación en economía limpia con productos que se integren en los estándares de economía circular, utilizando datos históricos y en tiempo real y optimizando las infraestructuras de reciclaje”.
A su juicio, la tecnología para dar el paso hacia una economía descarbonizada existe, “pero lo más complicado es promover un cambio en el sistema económico para que el mercado funcione”. Para ello, remarca, “es necesario crear nuevos sistemas económicos que contemplen la naturaleza y la adopción de todos estos parámetros de sostenibilidad para hacer que el mercado funcione”. “Las soluciones sostenibles existen, el reto es hacerlas funcionar dentro del mercado”, insiste. El otro reto, añade, es la globalización, es decir, “ser capaces de crear soluciones en una parte del mundo que pudieran ser aplicadas en la otra parte”.
Parker apuesta por la combinación diferentes formas de financiación para poner en marcha los proyectos de tecnologías limpias “que podrían dar la vuelta al sistema actual y producir un cambio real hacia la sostenibilidad”. Y es que, en su opinión, “necesitamos una nueva perspectiva, un sistema de inversión basado en una inversión en economía circular”.
Se calcula que el sector de las tecnologías limpias creará 2,65 millones de nuevos empleos y movilizará 150.000 millones de euros de inversión en la península ibérica hasta 2030.
Inversión y crecimiento en Europa
Según un reciente informe de BBVA y Cleantech for Iberia, la península ibérica se está posicionando a la vanguardia de la revolución de cleantech en Europa, al ser un sector que se estima que creará un total de 2,65 millones de nuevos empleos y movilizará hasta 150.000 millones de euros de inversión en la región hasta 2030, según este estudio, el Libro Blanco sobre financiación bancaria de las Cleantech en la Península Ibérica.
“Con una base industrial sólida, un ecosistema de innovación en cleantech de rápido crecimiento, y siendo ya una potencia en materia de energía limpia, la península ibérica está preparada para convertirse en el próximo líder industrial de cleantech en Europa”, señala Javier Rodríguez Soler, responsable global de Sostenibilidad y Corporate & Investment Banking (CIB) de BBVA. “La sostenibilidad es una historia de innovación y para nosotros es muy importante identificar y respaldar el ecosistema de cleantech, que será absolutamente clave en la descarbonización de la economía”, remarca el experto de BBVA.
El objetivo de este documento, que profundiza en las oportunidades y desafíos para la financiación y la escalabilidad de proyectos cleantech en la región, es “iluminar el camino hacia un ecosistema de tecnologías limpias robusto y bien financiado, capaz de impulsar la transición de la península ibérica hacia una economía baja en carbono”, explica el responsable de BBVA.
A través de este análisis integral y de la aportación de soluciones específicas “queremos ayudar a los responsables políticos, líderes de la industria y las instituciones financieras a fomentar un entorno propicio para la escalabilidad de las tecnologías limpias”, recalca Bianca Dragomir, directora ejecutiva de Cleantech for Iberia, que considera que la península “está en una posición privilegiada para liderar la transición hacia una economía baja en carbono”, pero sin embargo, “el reto de la financiación y la implementación de políticas estratégicas serán cruciales para aprovechar plenamente el potencial ibérico y asegurar un futuro sostenible”, añade.
El documento identifica varias tecnologías clave que pueden contribuir significativamente a la descarbonización de España y Portugal. Entre ellas, el almacenamiento de energía, incluyendo el de iones de litio y de larga duración (LDES, por sus siglas en inglés); las tecnologías innovadoras para mejorar las redes eléctricas, incluyendo la corriente continua de alta tensión (HVDC); la producción, almacenamiento y transporte de hidrógeno y combustibles renovables de origen no biológico (RFNBO, por sus siglas en inglés); el reciclaje y circularidad, que incluye la producción de biogás, biometano y biofertilizantes, y la captura, utilización y almacenamiento de carbono.
El ‘Libro Blanco sobre financiación bancaria de las ‘cleantech’’ busca iluminar el camino hacia un ecosistema de tecnologías limpias fuerte y bien financiado para impulsar la descarbonización de la península ibérica.
Sin embargo, y a pesar del enorme potencial del ecosistema cleantech español, y de los ambiciosos objetivos del Gobierno, el informe también reconoce que las nuevas tecnologías y los proyectos de descarbonización desarrollados en la península ibérica se enfrentan a barreras “significativas” para la financiación, especialmente en etapas tempranas y de crecimiento. En 2023 se registró una disminución significativa en las inversiones y las startups cleantech españolas recibieron un 70% menos de inversión que sus homólogas francesas y alemanas. Además, entre los principales retos a superar, el análisis señala los altos requisitos de capital, los plazos de recuperación, los riesgos tecnológicos o las condiciones del mercado.
NOTICIAS RELACIONADAS
– Ecoemprendedores: innovación verde para un futuro sostenible
– ‘Blockchain’, una llave para asegurar el futuro del agua
Potencial y muy buenas perspectivas
Para superar estos problemas de financiación, el estudio señala la necesaria “intervención coordinada” entre los actores gubernamentales e industriales e incluye recomendaciones para que los gobiernos y la industria “desarrollen marco regulatorios estables y predecibles, leyes nacionales para estimular la inversión y el uso de los ingresos procedentes del sistema de comercio de emisiones (ETS) para incentivar las inversiones en cleantech”, entre otras. Y es que, según previsiones de este informe, los fondos que recibirán los Estados miembros de la Unión Europea durante los próximos doce años se cuadruplicarán y los gobiernos “deberían invertir el 25% de estos ingresos en la promoción de tecnologías limpias, un mecanismo que les permitiría extender los impactos y beneficios de las cleantech durante esta década”.
Además, este Libro Blanco recomienda a las instituciones financieras “establecer ambiciones netas cero, desarrollar marcos específicos de riesgo para las tecnologías limpias, asociarse con instituciones públicas para mejorar su impacto e invertir en conocimiento industrial para respaldar mejor los proyectos de cleantech”. En este contexto de alto crecimiento, la inversión en cleantech en la península ibérica en 2022 alcanzó los 680 millones de euros, seis veces más que los cinco años anteriores.
Pese a la necesidad de superar estas barreras, parece evidente que el sector de las cleantech goza de buena salud y presenta muy buenas perspectivas de futuro. En esta línea, el informe Energy Technology Perspectives 2023, publicado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en enero de 2023, indica que el mercado global para la tecnología verde moverá alrededor de 650.000 millones de dólares de cara a 2030, lo que supone triplicar el volumen actual de negocio, siempre condicionado a que los países “implementen los planes energéticos y climáticos que han anunciado”.
“La evolución en el tiempo es clara. Hay un incremento constante de la inversión en todo lo que tiene que ver con energías limpias y tecnologías descarbonizadas, en franco incremento desde el Acuerdo de París”, señala Pedro Fresco, desde Avaesen, que recalca que “hoy en día no se puede separar este concepto del desafío climático que afronta el planeta”. “Los retos de las cleantech están íntimamente ligados al reto climático que enfrenta la humanidad”, puntualiza. “Por eso, tenemos que hacer un cambio radical de tecnologías en 30 años y hacerlo requiere una cantidad de inversión enorme, muy por encima de lo que estamos invirtiendo ahora”, concluye Fresco.
“Tenemos que hacer un cambio radical de tecnologías en 30 años y hacerlo requiere una inversión enorme, muy por encima de lo que estamos invirtiendo ahora”. Pedro Fresco, Avaesen.
El propio presidente de BBVA, Carlos Torres Vila, ya destacó el pasado mes de abril, durante su intervención en el foro ‘Wake Up Spain’ organizado por el diario El Español en Madrid, la gran oportunidad que se le presenta a nuestro país de liderar la inversión en cleantech necesarias para la descarbonización de la economía. En su opinión, “si la implementación de la Ley europea sobre la industria de cero emisiones netas en España es ambiciosa, el país cuenta con empresas líderes en innovación que podrán invertir en tecnologías limpias, lo que le sitúa en una mejor posición frente a sus vecinos europeos”.
“Aunque viendo una ola de innovación sin precedentes, la Comisión Europea estima una inversión necesaria de 92.000 millones de euros en cleantech entre 2023 y 2030, y teniendo en cuenta la inversión pública y privada actual, existe una brecha estimada de 50.000 millones de euros, según Cleantech for Europe”, alertó el responsable de BBVA, que señaló que para abordar esta brecha “es fundamental que los gobiernos creen el marco propicio para estimular la inversión en cleantech”. “Necesitamos políticas ambiciosas que proporcionen certidumbre a todos los actores, y uno de los elementos de esas políticas deben ser, sin duda, los mecanismos de incentivos adecuados. Esto se ha hecho ya en Estados Unidos, con la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés), y ahora toca hacer lo propio en Europa con la Ley sobre la industria de cero emisiones netas”, concluyó Torres Vila.