La Bolsa Social lleva el 'crowdfunding' a las inversiones de impacto

Realizar inversiones de impacto a golpe de clics es ya posible en España. La CNMV acaba de dar luz verde a la primera plataforma de financiación participativa (‘crowdinvesting’) para empresas que tengan un impacto social y medioambiental positivo. Nace La Bolsa Social con tres proyectos que buscan inversores en la web.

Si se une el capital riesgo, el crowdfunding y la inversión de impacto da como resultado lo que a José Moncada le gusta llamar “crowdimpacting”.

Moncada es el creador de La Bolsa Social, la primera plataforma de financiación colectiva de empresas con carácter social, que acaba de recibir la aprobación de la CNMV para su puesta en marcha.

Un requisito necesario a partir de que el Congreso de los Diputados diera luz verde en el mes de abril de este año a la Ley de Fomento de la Financiación Empresarial, más conocida como la “ley del crowdfunding”, que obliga a las plataformas a recibir la aprobación de esta Comisión para su apertura y a que estén sujetas a su supervisión.

Con esta aprobación nace La Bolsa Social, que “quiere ser el mercado financiero de referencia para la inversión de impacto y para el emprendimiento social”, explica su fundador, que ha sido el encargado de implementar, desde la Autoridad Europea del Mercado de Valors (ESMA, París) donde trabajaba, un reglamento europeo de fondos de emprendimiento social.

“En ese tiempo descubro que soy un emprendedor social atrapado en el cuerpo de un eurócrata y decido dejar la Unión Europea para montar la Bolsa Social”, explica a Revista Haz.

Y lo hace en el momento preciso. El mercado del crowdinvesting (inversión en capital) está en crecimiento. Según estudios de Ernst & Young, esta nueva forma de desintermediación financiera alcanzó el año pasado un volumen de negocio de 82 millones de euros, con unas tasas de crecimiento del 116% desde 2012.

Plataformas como la francesa 1001pact, están también empezando su andadura como La Bolsa Social, y ya han colocado alguna de sus campañas, sin embargo, donde más consolidado está el mercado es en Inglaterra, donde funcionan principalmente dos plataformas: Ethex, que «está recaudando un millón y medio de pounds con facilidad”, explica Moncada, “porque hay mucha más tradición de inversión de impacto y de empresa social” y Abundance Generation, dedicada a financiar proyectos de eficiencia energética y que ha desarrollado ya un mercado secundario que permite a los socios vender sus acciones en un momento determinado.

En España, el crowdfunding se ha hecho un hueco importante: “Ha habido cuatro millones de usuarios que han utilizado el crowdfunding, y esa es la vía por la que se entra al mundo de la inversión”. Además, “estamos en un momento muy bueno porque acaba de ser regulado y se elevan las exigencias que deben tener las plataformas”.

Las plataformas de crowd tienen por delante el reto de la transparencia, explica Moncada, “porque hay riesgos, esto no es para todo el mundo; nosotros lo decimos con mucha claridad, si no puedes perder el dinero que vas a invertir, no inviertas, y sobre todo, diversifica en varios proyectos”. En el caso de La Bolsa Social se les exige a los proyectos que den información periódica y evolutiva de los dos ámbitos que interesan, el financiero y el del impacto social.

Tres proyectos en busca de socios

El equipo de La Bolsa Social ha seleccionado para su lanzamiento el próximo 28 de octubre tres proyectos entre las grandes incubadoras del país, UnLtd, Ueia, Ashoka, Impact Hub Madrid… proyectos que reúnen tres características: primero, tienen un impacto social o medioambiental acreditable y medible; segundo, poseen potencial de crecimiento, y tercero, cuentan con un modelo de negocio ya probado y en funcionamiento.

La primera de ellas es Nostoc Biotech, que trabaja para reducir la aplicación de químicos en la agricultura, reequilibrar los suelos y preservar su salud a través de productos agrícolas naturales como biofertilizantes elaborados con productos biológicos.

La economía colaborativa es el sector en el que se centra Utopic_US, una compañía que promueve un modelo organizativo y social basado en el coworking, la creatividad, la responsabilidad individual y la transparencia. Para lograrlo dispone de espacios diversificados que suman más de 2.300 m2 y organiza el Zinc Shower, el mayor evento de economía creativa y colaborativa de España.

Wake App Health, por su parte, es un consolidado proyecto de mHealth dedicado al desarrollo de estrategias de intervención en salud a través de la tecnología móvil. En sus tres años de vida ha creado un total de diez apps para dar respuesta a problemas de salud en ámbitos como la dermatología, la oncología, la salud cardiovascular, el embarazo y la salud mental.

La fase de inversión durará entre dos y tres meses, donde los inversores depositan su dinero en una cuenta especial de Triodos Bank, que solo en caso de que se haya logrado el objetivo de financiación, la Bolsa Social formaliza la ampliación de capital en nombre de todos los inversores. Si no se alcanza la cifra total, los inversores recuperarán sus aportaciones sin coste alguno.

Para formar parte de La Bolsa Social, las empresas tienen que requerir un mínimo de inversión de 100.000 euros, y a partir de ahí, la limitación la dicta la ley: una empresa puede levantar en una plataforma de financiación participativa dos millones de euros si hay inversiones minoristas o no acreditados, o cinco millones si solo hay inversores acreditados o profesionales.

“La manera de invertir en la pyme y en el mundo de la startup está evolucionando”, afirma Moncada, “cada vez hay más apetito entre los inversores por este tipo de inversión, eso sí, hay que demostrar que son buenos proyectos y solventar todas las dudas, porque no todo el mundo encaja en este perfil de inversor de capital riesgo”, concluye Moncada.

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