“Las nuevas formas de movilidad urbana precisan de productos acordes”

Una marca de calzado sostenible para una ciudad más verde, que apuesta por la bicicleta como medio de transporte. Así es Libertad Avenue, la empresa social creada en España por la chilena Carla Peirano, protagonista de este 'Rincón del emprendedor social'.
<p>Carla Peirano, fundadora de Libertad Avenue.</p>

Carla Peirano, fundadora de Libertad Avenue.

Desde que su padre, amante de la naturaleza, le enseñara a montar en bicicleta a los seis años de edad, Carla Peirano (Viña del Mar, Chile, 1975), directora y fundadora de Libertad Avenue, ha resuelto los asuntos de su vida mientras disfrutaba sobre dos ruedas.

“Un día, pedaleando, pensaba en cómo reparar unos zapatos que estaban nuevos pero tenían la suela gastada. Unos zapatos preciosos pero destinados a la basura. Y pensé en mi padre y dije: haré zapatos que se puedan reparar una y otra vez para disfrutarlos hasta que te canses de pedalear. Así nació Libertad Avenue”.

¿Qué es Libertad Avenue?

Libertad Avenue es la primera marca de calzado y accesorios sostenibles para ciclistas urbanos. Son productos unisex, destinados a personas amantes de la bicicleta en la ciudad y con alma sostenible. Cada producto ha sido cuidadosamente diseñado y fabricado a mano, concebido para durar mucho tiempo y reducir así los desechos en la industria de la moda.

Sus piezas, además, pueden ser reparadas una y otra vez, y tanto la producción como la fabricación de la materia prima está situada 100% en la península ibérica, para un menor impacto medioambiental revindicando la producción en cercanía.

La comodidad y la seguridad son fundamentales; por eso es un calzado ergonómico que incorpora reflectantes que aportan seguridad en el día a día. Se utilizan materiales de bajo impacto ecológico y fibras sostenibles a base de botellas PET, así como plásticos, neumáticos o textiles reciclados.

El cuero vacuno con el que trabaja, un material de larguísima duración, procede de fábricas con certificado de bienestar animal y está teñido con procedimientos de bajo impacto ecológico, que aportan adherencia, larga vida y suman a la economía circular.

El calzado está diseñado de modo que la suela pueda cambiarse completamente, prolongado su vida útil, desafiando a la lógica de la obsolescencia programada, siguiendo las tres erres de la ecología: reducir, reutilizar y reciclar.

¿Por qué nace?

Nace para hacer realidad un sueño: fabricar unos zapatos que se puedan reparar una y otra vez para disfrutarlos hasta que te canses de pedalear.

Por una parte, fruto de una necesidad insatisfecha, ya que yo soy ciclista urbana y no encontraba unos zapatos con suela reparable. Y, por otro lado, por la mezcla del amor por la bicicleta y la moda sostenible.

Nuestra primera colección ha sido financiada a través de la plataforma de crowdfunding Kickstarter.

¿Cuáles pensáis que son vuestros principales retos en este momento?

Implementar tecnología en nuestros productos y completar la línea vegana, además de comenzar con una línea textil que complemente los accesorios.

Actualmente, Libertad Avenue cuenta con tres líneas de calzado de diseño bien diferenciado para públicos con distintas necesidades: una línea más ejecutiva para personas que acuden a la oficina con vestimenta formal; otra ecofriendly, que además es vegana, y una tercera, artsy, enfocada a un público que ama un diseño más colorista.

La marca presenta además dos modelos de bolsos, una línea que seguirá creciendo con messenger bag y alforjas en próximas colecciones.

¿Qué es lo más innovador de Libertad Avenue?

Visualizar la movilidad del futuro. Cuando trabajas sobre las dos industrias más contaminantes al mismo tiempo (logística/transporte y moda) es cuando empiezas a visualizar nuevos mundos donde habitar. Las nuevas formas de movilidad precisan de productos acordes a esas nuevas exigencias.

Es sobre ese futuro en el que estamos trabajando. Por ejemplo, hemos sido seleccionadas para el proyecto Eliit de la Comisión Europea, un proyecto de inclusión de tecnología en el sector de moda para incorporar, a medio plazo, tecnología innovadora a los productos, relacionada con la seguridad de los usuarios, donde se debe trabajar entre empresas de diversos países para favorecer la cohesión en la eurozona.

<p>Carla Peirano, fundadora de Libertad Avenue.</p>

Carla Peirano, fundadora de Libertad Avenue.

¿Cuál es vuestro sueño con Libertad Avenue?

Que los calzados duren diez años y que podamos aportar al cambio en el modo de ‘hacer ciudad’.

¿Previsión de break even?

Afortunadamente tenemos pocos costes fijos. Si todo sigue igual, a mitad de febrero lo debiéramos pasar. Ese es nuestro objetivo ahora.

Además, nuestras oficinas están en Ekonopolo, el nuevo polo de economía social y solidaria del Ayuntamiento de Bilbao, por lo que el alquiler es muy razonable, un factor importante ya que suele ser un coste fijo importante en la gran mayoría de las empresas.

¿Cuál es vuestra mayor metedura de pata y de lo que más orgullosos os sentís?

La web no deja de dar fallos y nos produce muchos quebraderos de cabeza. Parece mentira porque debía de ser algo relativamente simple, pero ha sido muy complicado. Sin embargo, por otro lado, nos sentimos muy orgullosos de haber sido capaces de hacer un calzado (modelo vegano) que tiene solo nuevos el reflectante y la cremallera. El resto son materiales upcycled de alta innovación generados en Alicante.

¿Os consideráis una empresa social?

Sin duda. De hecho, estamos en proceso de sacar la auditoría social de REAS (nos falta un ejercicio). Es muy importante para nosotros.

¿Qué es para ti un emprendedor social?

Una persona que, además de ganarse la vida, busca aportar a la comunidad. A veces se malentiende el concepto y algunas personas piensan que social quiere decir precario.

¿Un emprendedor social se hace o nace?

¿Las personas empáticas nacen o se hacen?  Pienso que no hay un patrón fijo.

En mi caso, vengo de una casa donde el amor por la naturaleza y el entorno siempre estuvo presente. Seguramente eso me marcó.

¿Cuál es tu mayor virtud y tu mayor defecto?

Defecto: soy muy impaciente (menudo año para una impaciente), y temperamental, que está muy mal visto en este ambiente.

Virtud: tengo visión de futuro y espontaneidad, que da frescura a la empresa.

¿Qué huella queréis dejar en el mundo?

Ciudades más amables, con más verde. Cada ciclista en la calle es una llamada a la amabilización del espacio urbano.

¿Qué tiene que pasar para que haya más Libertad Avenues?

Libertad Avenue es una mezcla de sueños (soñar otras ciudades) y números (un plan de negocio, una empresa). Hacen falta sueños que se trabajen desde la realidad y, sin duda, este es un momento donde soñar.

¿Qué consejo les darías a los emprendedores que vienen?

El primero es que aprovechen las herramientas disponibles tipo mentorías, formación o viveros de empresas, por ejemplo. Que emprendan en una comunidad que tengan gente cerca que les pueda aportar.

Libertad Avenue está asociada a Emakumeekin (asociación de mujeres emprendedoras empresarias de Euskadi), Bizkaiko Moda (asociación de empresas de moda de Vizcaya) y Migradas Emprendedoras (asociación de mujeres empresarias migradas). Esta pertenencia ayuda a llevar el día a día, compartir dudas, buscar colaboración y enriquecer la cotidianidad de la empresa.

¿Qué haréis cuando todos los ciclistas calcen sostenible?

¡Qué ilusión! Tendremos una línea más amplia de productos y seguramente habremos encontrado alguna complejidad nueva.

¿Qué mensaje les darías a nuestros lectores de CE?

Para hacer sostenible a nivel vital el emprendimiento hace falta mucho trabajo, pero también tiempo libre para refrescar la mente y pensar con claridad y alegría.

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