"Queremos democratizar los productos 'eco', que no se consuman solo por salud"

Nacho Alonso ha pasado de ser un consumidor casi compulsivo de refrescos tradicionales a ser el fundador de Moon Water, lo que él define como “un refresco natural y saludable”.

Creativo, coherente, experto en marketing, comunicación y ventas y con una extensa y exitosa trayectoria posicionando marcas como Hunters, Ugg o Fred Perry, ahora Nacho Alonso quiere cambiar el mundo a través de una bebida nueva, moderna, rica, divertida y además saludable.

Gran conversador y ávido lector, dadas las múltiples citas de los que salpica la entrevista, y fuente de inspiración. Cree que para cambiar el mundo no hay que hacer cosas extraordinarias, sino algo mucho más sencillo: “detrás del cambio, no solo está Steve Jobs sino gente completamente normal que no somos genios. Sin embargo, con un propósito se pueden cambiar las cosas de una forma mucho más rápida de lo que uno imagina”.

Quiere que los consumidores tomen Moon Water por su personalidad, porque se enamoren del producto y les encante y no porque el refresco tradicional sea menos saludable.

¿Qué es Moon Water?

El proyecto de Moon Water nace con un propósito muy ambicioso: contribuir a mejorar la calidad de vida a través de un refresco que pretendemos que sea el refresco natural saludable más rico del planeta, y de esta forma dar una alternativa sana al consumidor de refrescos tradicionales.

Le hemos robado la idea del eslogan a Apple, con permiso de Steve Jobs, y en vez de ‘Think Different’ nosotros decimos ‘Drink Different’. Beber de una forma distinta con la que mejorar tu salud y la del planeta.

¿Por qué nace Moon Water y qué queréis conseguir con ello?

Vengo del mundo de la distribución de marcas de moda, de calzado y deporte, trabajando para compañías internacionales como Hunters, Ugg, Fred Perry… Marcas muy potentes que tienen su propio propósito, sus propias ideas, que yo trasladaba al consumidor.

Después de 20 años, tenía la necesidad de crear un proyecto mucho más íntimo en el cual poder expresar mis inquietudes personales.

Yo era consumidor empedernido de refrescos tradicionales, no al nivel de Trump, con 25 Coca-Cola al día, pero en esa línea, y al buscar una alternativa saludable me di cuenta que no existía; que el mercado estaba monopolizado por las marcas tradicionales, marcas tan potentes que no existe otra cosa en el supermercado. Para encontrarlo tienes que ir a algún sitio especializado de productos ecológicos, los ‘bichos raros’.

Vi que había una grandísima oportunidad de crear una alternativa al refresco tradicional con igual o mejor de sabor y más saludable y que además fuera coherente con mis ideas.

Crear un negocio, aportar algo positivo y ser yo el que definiera mi futuro y mi destino. Tenía un conocimiento muy profundo de marcas muy potentes y quería hacer algo desde cero para demostrarme, a mí mismo primero, y luego a la sociedad, que las cosas se pueden hacer de forma distinta; que los pequeños cambios son los que producen realmente la revolución.

La bebida es el instrumento para conseguir el propósito: contribuir a mejorar la calidad de vida que está demandando el consumidor actual.

¿Cuál es vuestro mayor reto?

La bebida es el instrumento para conseguir el propósito: contribuir a mejorar la calidad de vida que está demandando el consumidor actual. Hemos sido muy ambiciosos. Aunque lo hayamos desarrollado en España siempre hemos pensado a lo grande, en crear un producto que fuera global.

La marca es superinternacional y de las cosas más potentes de nuestro proyecto. Si queremos pelear con las grandes marcas de bebidas, tenemos que tener un producto que sea mejor, por dentro y por fuera.

Muchas veces el error de los productos saludables es que se consumen porque son buenos para la salud. Yo quiero que el consumidor tome Moon Water porque le enamora, porque mi marca le flipa, porque el diseño de la lata es alucinante (hecho por Oscar Mariné), porque tiene un sabor que no tiene nadie y, después, además, porque es saludable. En la línea de Elon Musk, fundador de Tesla, que dijo en una entrevista que “no quería crear el mejor coche eléctrico del mundo sino el mejor coche del mundo que además sea eléctrico”.

Por eso el concepto de marca. La luna es nuestra inspiración; y más que la luna, la hazaña de llegar a ella. Si el hombre ha sido capaz de pisar la luna, ¿cómo no vamos a ser capaces de generar esa bebida alternativa? Igual que Neil Angstrom dejó la huella en la luna, nosotros queremos dejar la nuestra en la tierra.

Con esta inspiración, el diseño de nuestra lata tiene forma de cohete; incluimos en el lateral unas franjas que representan esa pisada de Angstrom; cada producto tiene un nombre asociado a una fase lunar; hemos buscado ingredientes que tengan relación con la luna… Y la otra parte de la marca es water (agua), la mayor fuente de vida de nuestro planeta.

La combinación de esas dos palabras es muy difícil de superar y muy coherente con el producto que estamos trayendo al público para que nos ayude a llegar al corazón del consumidor.

A nivel de sostenibilidad, en nuestro espíritu está aplicar toda la tecnología que vaya surgiendo, tanto en los envases, usando el aluminio que a día de hoy es el material menos contaminante, como en la producción, creando una línea de productos que son ecológicos.

También traemos aire fresco al lineal de eco-bio, cuidando tanto el producto como el envase. Pero yo no quiero competir contra los bio, quiero revolucionar de verdad el mundo de los refrescos y que sea una alterativa real.

Pienso que a veces esta categoría no llega a ciertos consumidores tradicionales porque le falta la emoción o la chispa. Si queremos hablar de tú a tú con las grandes multinacionales tenemos que quitarnos los complejos. Trasmitir emoción, enamorar y llegar a todo el mundo y que cuando vean la etiqueta digan: “además de lo que me gusta es buena para mi salud”.

Nuestro mayor reto es contribuir a democratizar los productos bio y que se hagan mayoritarios. Queremos dar un poco de emoción a la categoría.

¿Qué consejo darías a los que vienen?

Que trabajen siempre con un poco de humildad. Muchas veces creemos que las cosas son muy sencillas y que con grandes ideas se pueden cambiar las cosas, pero detrás de todas esas ideas, lo que hay es muchísimo trabajo y tesón.

Ideas hay muchísimas, pero lo importante es la ejecución. Hace no mucho me comentaron que, en California, en una feria para emprendedores, los que tenían las ideas llevaban una pegatina verde, los que querían invertir roja y los ejecutores en amarillo; el 95% de la gente no se quería reunir ni con el dinero ni con el de la idea sino con el que de verdad ejecuta y hace realidad el proyecto.

Leí un artículo sobre las características que tiene que tener un emprendedor y me pareció muy ilustrativo:

  • Tener foco en el presente, pero prever el futuro.
  • Confiar en ti antes de que confíen los demás.
  • Sentirte cómodo con sentirte incómodo, que es la que más me gusta.

Uno de los mayores errores es dejar también que nos adulen demasiado. Hay mucho ruido diciéndonos lo bueno que es muestro producto, pero a quién hay que escuchar es al consumidor y, en nuestro caso, al planeta.

¿Qué añadirías a estas características que definiera a un emprendedor social?

La mayor diferencia es que construyas tu proyecto en base a tu propósito social.

¿El emprendedor social se hace o se nace?

Se hace y yo soy un gran ejemplo de ello. Yo no he sido muy consciente ni he estado muy comprometido a lo largo de mi vida con la parte de sostenibilidad y salud.

Ese sueño de llegar a la luna, con los pies en la tierra, se puede hacer realidad con una visión distinta y valor para revolucionar una industria como la de los refrescos.

¿Mayores logros y mayores meteduras de pata?

Nuestros mayores logros han sido ser capaces de aprender de nuestros errores. Nos hemos equivocado muchísimo. Hay un gurú de los negocios que dice “si no te avergüenzas del primer producto que lanzas al mercado, tu producto no va a tener éxito”.

Yo me avergüenzo y mucho de ese primer producto. Y eso que parece un error es la base del éxito: que el producto vaya evolucionando con los comentarios del consumidor y no enamorarte de tus propias ideas.

La mayor virtud aprender a ser humildes, después de no serlo al principio, rodeándonos de grandes profesionales.

¿Cómo vais a nivel empresarial?

A nivel empresarial estamos en proceso de crecimiento, pero a finales del año pasado cerramos una ronda de financiación que además de capital nos ha traído mucho talento.

Además, ahora mismo somos sostenibles económicamente.

Haber sobrevivido a la pandemia con un 90% de negocio destinado a la hostelería y haber podido construir el modelo de producto ecológico, nos pone en una situación muy buena para los próximos años.

¿Mayor virtud y tu mayor defecto?

Soy bastante empático a la hora de escuchar y poder incorporar al proyecto muchas opiniones, y además soy muy trabajador y hombre orquesta. No soy ni muy bueno ni muy malo en nada, con lo que estoy involucrado en todos los proyectos.

Mi mayor defecto es el ego que tenemos los emprendedores que nos hace ser intransigentes y cabezotas. Que no sé si es bueno o malo porque a veces es necesario.

¿Qué mensaje les darías a nuestros lectores?

Que se animen a emprender. Nuestro ejemplo tiene que servir para ver que emprender no es tan difícil y que cambiar las cosas no está tan lejos. Es muy duro, pero las satisfacciones que tienes son increíbles; no te las va a dar ninguna otra cosa.

Y que, a la hora de consumir, tomen productos coherentes con sus valores, apoyando a los emprendedores que los lanzan. Si queremos cambiar, solo lo podemos hacer a través del consumidor. Tenemos que comprometernos, pasar a la acción y empezar a consumir productos que contribuyan a cambiar la calidad de vida en el planeta.

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