Las mujeres abandonan la empresa

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HAZ2 junio 2007

The Guardian (8 de mayo) nos llama la atención sobre el hecho de que en el Reino Unido un porcentaje importante de mujeres ejecutivas están abandonando la empresa antes de alcanzar los máximos puestos de dirección.

De acuerdo con un estudio elaborado por PriceWaterhouseCoopers sobre las 350 mayores empresas, se aprecia un notable declive en los últimos cinco años en los puestos de alta dirección ocupados por mujeres.

Según el diario inglés, la causa hay que buscarla en el incremento que han experimentado los servicios de guardería (en el último quinquenio han aumentado un 27%), cuya factura muchas mujeres no pueden satisfacer. Otra de las causas de la «deserción» de las mujeres parece encontrarse en que cada vez es más frecuente que decidan abandonar su compañía para poner en marcha su propio negocio.

Todo esto constituye para The Guardian motivo de honda preocupación. Lo que el periódico no parece plantearse es que quizá muchas mujeres prefieran optar por poner en marcha su propia empresa o, simplemente, renunciar a puestos de alta dirección para dedicar más tiempo a la familia. Cuando se parte de la premisa que la única conducta racional admisible en la empresa es optar por los puestos de «alta dirección» cualquier desviación de esta pauta será interpretado negativamente.

Este tipo de razonamientos recuerdan a posiciones feministas radicales en las que ese deseo de igualdad radical está, en realidad, condicionado por una especie de complejo de inferioridad que lleva a fenómenos de mimetismo, por virtud de los cuales la mujer renuncia a su propio perfil, tomando como ideal de vida el ideal masculino. ¿Por qué no les preguntan a las mujeres qué es lo que realmente quieren, sin dar por supuesta su respuesta? ¿Será que estos artículos los firman siempre bien hombres o bien mujeres sin hijos? Pues será por eso.