Isidre Fainé: ¿empresario o político?

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HAZ26 octubre 2010

El principal problema que arrastran las cajas de ahorro en nuestro país es que su estructura está desgarrada en dos naturalezas difíciles de conciliar. Se encuentran a mitad de camino entre una institución financiera y una consejería de asuntos sociales.

A sus directivos les ocurre otro tanto, navegan entre dos aguas. Algunos de ellos son auténticos profesionales del maridaje e Isidre Fainé destaca con gran diferencia entre todos.

En su reciente comparecencia como presidente de la patronal de las cajas (CECA) se descolgó con una declaración –llamarla reflexión sería una imprudencia– propia de un malabarista experimentado.

Para justificar que el beneficio de las cajas haya sufrido un descenso del 25% este año, se escudaba en la Obra Social, afirmando que el dinero distribuido este año igualaba en el ranking mundial el que destina la Fundación Bill Gates, con la diferencia de que el dinero destinado a la Obra Social de las entidades de ahorro se circunscribe tan solo al territorio nacional. Pues no, mire usted. El descenso de los beneficios no es consecuencia de los fondos destinados a la Obra Social sino de la pésima gestión del negocio financiero de la mayoría de las cajas.

La Obra Social no puede utilizarse como excusa para encubrir la incompetencia de algunos gestores y consejeros de esas instituciones. Pero es que además, los indicadores para medir de la eficacia de la Obra Social no son los propios de una entidad financiera. El trabajo de la Obra Social no consiste en transferir dinero Isidre Fainé: ¿empresario o político? sino en transformar la sociedad.

A la Fundación de Bill Gates no se la juzga por el dinero que desembolsa sino por la eficacia de sus programas por erradicar las enfermedades infecciones en los países menos desarrollados y mejorar la educación en las escuelas de Estados Unidos.

Concluyendo: Isidre Fainé equivoca los argumentos al justificar el mal desempeño del negocio financiero por los desembolsos a la Obra Social y yerra al medir la eficacia de la Obra Social acudiendo a los desembolsos financieros.