Innovemos responsablemente

Los últimos avances tecnológicos e inventos innovadores no son siempre bienvenidos por todo el mundo, ni están libres de levantar suspicacias en grandes sectores de la sociedad.

Innovaciones como la impresión 3D, los drones, la realidad virtual, la nanotecnología, los coches que se conducen solos, o aplicaciones como Uber o Airbnb por poner algunos ejemplos, están cambiando o cambiarán en un futuro próximo los paradigmas de cómo la sociedad se comporta, se relaciona, trabaja, consume o se divierte.

Pero esas innovaciones traen consigo en muchas ocasiones dilemas de distinta índole en diversos ámbitos como pueden ser la privacidad, sostenibilidad, seguridad, o la confiabilidad.

Otro ámbito que siempre suele resentirse es el del mercado de trabajo. Todas las innovaciones en general van de la mano de cambios en parte del mercado laboral, en el que en el mejor de los casos se produce una transformación o reconversión de puestos de trabajo y en el peor un balance negativo al destruirse más trabajo del que se crea (lo más habitual).

Las innovaciones y avances tecnológicos suelen hacer valer para muchos aquella máxima de “renovarse o morir”.

Así mismo innovaciones como en su día fue la energía nuclear, independientemente de sus ventajas, crean dilemas relacionados con riesgos bastante extremos en el caso de que se lleguen a materializar.

Podemos decir que vivimos en una “sociedad del riesgo”. El sociólogo Ulrick Beck se refirió a ella como “una manera sistemática de gestionar los peligros e inseguridades inducidos e introducidos por la propia modernización”, enfatizando los riesgos de las nuevas tecnologías en contraposición a sus beneficios.

Cambios más radicales y más rápidos

La humanidad ha avanzado desde finales del siglo XIX como no lo había hecho con anterioridad. En un futuro más próximo de lo que creemos veremos cambios todavía más increíbles que a día de hoy apenas podemos llegar a imaginar.

Y no sólo eso, sino que esos cambios serán cada vez más rápidos e irán rodeados de los dilemas anteriormente comentados y de algunos otros más. La inteligencia artificial y el llamado “Internet de las cosas” transformarán radicalmente en pocos años todo nuestro entorno y nuestras relaciones con él.

Es por ello necesario desarrollar e implantar criterios, sistemáticas y procesos dirigidos a realizar innovaciones responsables que contemplen profundamente sus pros y sus contras, que no se basen sólo en decisiones estrictamente superficiales para solucionar los problemas y que no persigan como fin último el enriquecimiento económico de unos pocos a costa de crear problemas a los demás, o incluso a la sociedad al completo.

¿Qué es la innovación responsable?

El Informe Responsible Research and Innovation – Options for Strengthening publicado en 2013 por la Unión Europea define la investigación y la innovación responsable como el enfoque integral de cómo proceder en la investigación y la innovación de manera que se permita a todos los actores involucrados en los procesos de investigación e innovación en una etapa temprana:

– Obtener el conocimiento pertinente sobre las consecuencias de los resultados de sus acciones y la gama de opciones que se les ofrecen.

– Evaluar eficazmente tanto los resultados como las opciones en términos de necesidades de la sociedad y los valores morales.

– Usar estas consideraciones anteriores como requisitos funcionales para el diseño y desarrollo de nuevas investigaciones, productos y servicios.

Cualquier innovación da lugar a un diseño y funcionalidad previamente desconocidos, ya sea relacionado con el mundo físico, el mundo conceptual, el mundo institucional o combinaciones de éstos, y que una vez implementadas amplían el conjunto de opciones viables con respecto a la solución de un conjunto de problemas.

Pero la “funcionalidad previamente desconocidapuede contener nuevos riesgos que quizá ni conozcamos. Ese desconocimiento tiene diversas implicaciones dentro de la innovación responsable, porque ¿cómo podemos gestionar riesgos que quizá desconocemos?

David Collingridge introdujo en 1980 lo que se ha llamado el “dilema de Collingridge”, según el cual en las primeras fases de un desarrollo tecnológico esa tecnología puede ser objeto de cambio pero sus efectos pueden ser complicados de predecir, mientras que en las últimas fases del desarrollo los efectos de la tecnología son claros pero esa tecnología ha arraigado tanto en la sociedad que es difícil de cambiarla por otra.

Es por lo anterior que es conveniente anticipar el futuro a través de un enfoque de riesgos y el principio de precaución.

Cuando una nueva tecnología o innovación se está gestando es crucial realizar sus correspondientes análisis de impacto (por ejemplo impactos ambientales, de género, en la salud, en la sociedad o en la tecnología) dirigidos a identificar las futuras consecuencias de la innovación propuesta.

El papel de los valores morales en la innovación responsable

La innovación responsable perdería eficacia sin una concepción más detallada de cómo utilizar los valores morales para dar forma a la tecnología.

Es en este punto cuando entra en juego el llamado “diseño sensible en valores” (o Value Sensitive Design, VSD), desarrollado por Batya Friedman, para llamar la atención sobre la importancia de las dimensiones sociales y morales del diseño a la hora de definir las interacciones de los humanos con los ordenadores.

Según el profesor Jeroen van den Hoven de la Universidad TU Delft, “la idea central del diseño sensible en valores es que los valores morales se pueden expresar en el diseño de ingeniería, y nosotros podemos conferir los resultados de nuestra reflexión ética (en relación con la sostenibilidad, la seguridad y la privacidad) a las cosas que queremos diseñar y hacer”.

El VSD se enfrenta a algunos retos como pueden ser qué valores incluir en el diseño a realizar, cómo hacer que esos valores se trasladen al proceso de diseño, cómo tomar decisiones y soluciones de compromiso entre los valores que puedan entrar en conflicto o cómo verificar que los sistemas diseñados incorporen finalmente los valores escogidos.

En general, los valores principales en los que se centra el VSD son los derechos humanos, la justicia, y el bienestar y la dignidad humana.

Como podemos entrever, el VSD tiene en cuenta algunos elementos relativos a la filosofía, una materia que lamentablemente en nuestra sociedad se está quedando cada día más arrinconada.

¿Se innova de manera responsable en la actualidad?

Sin poder entrar a analizar por falta de espacio los productos y servicios más innovadores de la actualidad o aquellos que se perfilan en el horizonte, para contestar esta pregunta me gustaría destacar de manera general dos posibles escenarios de los cuales probablemente salen la mayoría de las innovaciones actuales.

El primero vendría dado por una empresa, organización o institución (pública o privada, académica, etc.) con muchos años de funcionamiento y experiencia en el ámbito en el que desarrolla sus actividades, con un gran conocimiento de sus stakeholders y relaciones fluidas con ellos y mucha capacidad de investigación.

Una innovación en un lugar así es probable que, por las características descritas, sea realizada desde una perspectiva de la responsabilidad y la sostenibilidad.

El segundo escenario vendría dado por una recién creada startup, con emprendedores sin experiencia, sin partners o mentores expertos que les asesoren en temas de innovación responsable, y muy centrados en un servicio o producto desligado de otros valores.

En este segundo escenario, la probabilidad de que de ese emprendimiento salga una innovación responsable tiende a ser cero.

Pero también debemos tener en cuenta dos cosas sobre las startups en este ámbito. La primera es que no siempre ni todas las startups están dirigidas simple y llanamente a “llenarse los bolsillos cuanto antes mejor” sino que afortunadamente crece cada vez más el número de emprendimientos innovadores destinados a solucionar problemas sociales, y la segunda es que la gran mayoría de startups que no tienen en cuenta el concepto de responsabilidad en su servicio o producto innovador acaban fracasando sin poder llegar a comercializarlo con éxito.

Para finalizar este artículo, me gustaría recomendar al lector interesado en la innovación responsable el cursar el MOOC Responsible Innovation: Ethics, Safety and Technology disponible en la plataforma Edx.org, en el cual me he basado para desarrollar parte de lo escrito.

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