John Scade, el legado que nos deja

El pasado viernes me comunicaron la triste e inesperada noticia del fallecimiento de John Scade. La última vez que lo vi fue en un acto que organizamos en el auditorio de Cuatrecasas para presentar la ‘Guía de buen gobierno para fundaciones’. Lo reconocí sentado entre los asistentes y, lamentablemente, no pude saludarlo al finalizar el acto, como era mi intención, pues se marchó discretamente.

Así era John Scade, reservado, mesurado, comedido. No le gustaba llamar la atención ni ser el centro de atención de los demás. Su innata reserva puede desconcertar a las mentes más toscas y superficiales que, a menudo, suelen confundir la sabiduría con la notoriedad, la profundidad con la locuacidad y la relevancia con la novedad.

John se nos ha ido discretamente, sin aspavientos.

No creo descubrir nada al afirmar que John ha sido el principal abogado e impulsor de los estándares de información sobre sostenibilidad y de las metodologías de medición de acción social en nuestro país.

John me enseñó, y es una lección que no he olvidado, que el elemento que distingue una buena memoria de sostenibilidad, informe de RSC, estado de información no financiera, o como quiera que queramos denominar a estos documentos o informes, no es el número de cuestiones abordadas sino la relevancia de estas.

Las empresas cotizadas, asesoradas por las cuatro grandes auditoras-consultoras, nos regalan cada año extensos informes en los que recogen todo tipo de cuestiones irrelevantes y accidentales, dejando de lado, con frecuencia, las más controvertidas y sustanciosas. Pero, la calidad de las políticas de RC y de los correspondientes informes de sostenibilidad no guarda relación ni con el número de iniciativas emprendidas ni con el número de páginas escritas, sino con el compromiso sincero por abordar, sin tapujos, los temas más controvertidos.

Y para conseguir este resultado se necesita desarrollar y fortalecer la capacidad de diálogo y escucha con los grupos de interés. Informar no consiste en comunicar nuestras prioridades e intereses sino en responder a las prioridades e intereses de los demás.

John tenía una gran capacidad de escucha, una enorme paciencia para atender y prestar atención a los demás. Quizás demasiada, para mi gusto, pues la paciencia no se cuenta entre una de mis virtudes. Recuerdo las numerosas sesiones de trabajo que, por impulso de John y su equipo de Mas Business, compartimos con otros compañeros para desarrollar ONLBG, el estándar para medir el impacto de las actividades sociales. En esas reuniones, raramente era el centro de la conversación, aunque, entre los allí presentes, fuese el que más experiencia contaba.

Su comportamiento se ajustaba a la perfección a descripción que el Cardenal Newman hace del caballero (gentleman).

“Un caballero se ocupa, en gran medida, en remover los obstáculos que impiden la actividad libre y desenvuelta de quienes le rodean, y se suma a sus movimientos más que tomar él mismo la iniciativa (…). Evita cuidadosamente todo lo que pueda ocasionar una estridencia o un sobresalto en los demás, todo enfrentamiento de opiniones, toda colisión de sentimientos, todo retraimiento, recelo, melancolía o resentimiento, porque su gran preocupación es que todos se hallen a su gusto y como en casa. Es afectuoso con el tímido, amable con el distante y condescendiente hacia el extravagante. Sabe bien con quien habla, se guarda de alusiones inoportunas o temas que puedan molestar y raramente se hace el centro de la conversación (…). Tiene demasiado buen sentido para dejarse afrentar por insultos, está demasiado ocupado para recordar ofensas, y es demasiado indolente para guardar rencor. (…) Se somete al dolor porque es inevitable, a las penas porque son irreparables, y a la muerte porque es su destino”.

John se nos ha ido discretamente, sin hacer ruido.

Ese carácter reservado, amable, dialogante no solo no está reñido con los logros y resultados, sino que es la garantía más sólida para alcanzarlos. El tesón y la constancia eran otras cualidades que distinguían a John sobre los demás. Muy alejado de las modas y primicias (innovación disruptiva, transformación digital, inteligencia artificial, análisis de big data), que cada dos o tres años nos ofrecen recetas para salvar el mundo, John era consciente que los cambios reales y duraderos llevan tiempo, mucho tiempo. Por esa razón todas sus propuestas se orientaban a desarrollar herramientas que ayudasen a las organizaciones a recoger y medir periódicamente esos pequeños logros y avances. No existen atajos ni aceleradores para aumentar el impacto social. El único camino es dar pequeños pasos que nos acerquen gradualmente a la meta. Nuestro objetivo ni siquiera es ver los frutos, sino impulsar los procesos para que otros, que viene detrás, los puedan recoger.

John se nos ha ido discretamente, como ha vivido.

En una de las últimas conversaciones que tuve con John, hace dos o tres años, me comentó su inquietud por asegurar la continuidad de su empresa y su interés en comenzar a buscar alguien que pudiese sustituirle. El cuidado y planificación de la sucesión es la prueba del algodón del buen gobierno. Aunque, para tener éxito en la sucesión, los autores clásicos incluían la fortuna entre los ingredientes necesarios, no por eso dejaron de recomendar la necesidad de abordar los procesos de transición con la mayor de las diligencias, conscientes de que son períodos críticos en la vida de una institución. Pese a esta evidencia, siguen siendo una minoría las personas que se anticipan y planifican su sucesión de manera ordenada y planificada. John era una de ellas.

Por ese motivo, aunque John se nos haya ido discretamente y sin hacer ruido, nos consuela saber que su obra perdurará y seguirá viva en las personas que tomaron hace años su testigo y en la memoria de quienes tuvimos la fortuna de haberle conocido. Descansa en paz, amigo John.

Comentarios

  1. Muchísimas gracias Javier, por tu recuerdo a John. Esto nos ayuda a recordar su labor y valorar la suerte que hemos tenido de contar con él todos estos años.
    Gracias de corazón

  2. Sonsoles, gracias a vosotros por el trabajo que habéis venido haciendo todos estos años y por el que vais a seguir haciendo en el futuro. Un fuerte abrazo a toda la familia de Mas Business