Litigios ASG: ¿nuevo frente legal para las empresas?

La creciente preocupación por la sostenibilidad y la responsabilidad social empresarial ha llevado a un aumento en los litigios ASG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo). Estas denuncias, aunque pueden parecer un obstáculo para las empresas, representan también una oportunidad para mejorar su desempeño y reputación.

En los últimos años, hemos visto de manera tangible como la responsabilidad social y la sostenibilidad se han convertido en una prioridad cada vez mayor para todo tipo de empresas. Las organizaciones han comprendido la necesidad de integrar prácticas ASG en sus estrategias empresariales para crear valor a largo plazo para sus accionistas y para la sociedad en general.

Sin embargo, a la vez que crece la atención y la demanda de transparencia en torno a estas prácticas, también lo hacen los riesgos legales asociados y los pleitos derivados de estos.

Así, según el informe Global trends in climate change litigation: 2021 snapshot, que solo tiene en cuenta los litigios relativos al cambio climático, el número acumulado de denuncias se ha más que duplicado desde 2015. Entre 1986 y 2014 se presentaron poco más de 800 casos, mientras que en los últimos seis años se han interpuesto más de mil.

Pero los litigios ASG abarcan una muy amplia gama de áreas legales, desde la violación de las normas ambientales hasta la discriminación laboral y la corrupción, y pueden afectar a organizaciones de diferentes tamaños y sectores.

Tal y como se expone en el documento Uncovering trends: What is behind the increase in ESG-related litigations?, existen tres áreas de evolución que amplían las responsabilidades legales de las empresas a toda su cadena de valor.

En primer lugar, las empresas pueden ser consideradas responsables de conductas asociadas a operaciones en sus cadenas de suministro y empresas filiales. También, las teorías jurídicas se están ampliando para incluir violaciones de ámbitos más nuevos, es decir, derechos humanos, leyes fiduciarias y leyes de protección del consumidor en litigios relacionados con la ASG.

Y, por último, la interpretación de los requisitos de diligencia debida ha evolucionado, exigiendo a las empresas que demuestren que se han tomado todas las medidas preventivas para mitigar o eliminar la aparición de un riesgo relacionado con la ASG.


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¿Por qué no ignorar estos litigios en la gestión empresarial?

Aquellas organizaciones que no den la debida importancia a los temas ASG y los litigios que pueden derivarse de ellos se enfrentan a diversas consecuencias negativas significativas para el correcto funcionamiento de sus operaciones y modelos empresariales y, por ende, para su sostenibilidad como negocio.

Obviamente (y, muchas veces, la principal razón para vigilar qué y cómo se gestiona), el descuidar el desempeño ASG es un caldo de cultivo ideal para que las empresas se enfrenten a demandas, multas y sanciones que afecten su reputación y finanzas, además de poder implicar una pérdida de confianza de los clientes, inversores y otros grupos de interés que quieren que empresas adopten prácticas sostenibles y éticas, lo que puede reducir, en última instancia, la demanda de sus productos y servicios.

Y, si echamos un vistazo a la actual situación de la ASG y a cómo actúan todavía muchísimas empresas, la tendencia más probable es que este tipo de litigios continúe aumentando por bastante tiempo.

La intensificación de la regulación en materia ASG en los últimos años, unida a la que está todavía por ser desplegada ya sea mediante la promulgación de nuevas leyes y regulaciones o a través de la implementación de estándares internacionales y de la industria, va a provocar más denuncias relacionadas con su incumplimiento.

Por su parte, la ya comentada mayor demanda de transparencia por parte de los grupos de interés será también una tendencia determinante a la hora de explicar el aumento de denuncias legales. Un escrutinio más profundo y exigente pidiendo transparencia y responsabilidad en las prácticas ASG de las empresas generará muchos conflictos legales en torno a la divulgación de información engañosa o inexacta sobre esas prácticas.

Asimismo, a medida que las empresas asuman una mayor responsabilidad social y ambiental, es posible que se enfrenten a más conflictos legales en torno a su capacidad para cumplir con estas responsabilidades y proteger los intereses de los accionistas y otros grupos de interés.

Un escrutinio más profundo y exigente pidiendo transparencia y responsabilidad en las prácticas ASG de las empresas generará muchos conflictos legales en torno a la divulgación de información engañosa o inexacta.

¿Qué deben hacer las empresas?

Como siempre, la principal forma en que las empresas deben abordar este tipo de riesgos y las denuncias que de ellos puedan derivar, si es que han llegado a materializarse, es a través de la proactividad.

Así, las empresas responsables pueden seguir una serie de pasos clave que empiezan por el establecimiento de políticas y procedimientos sólidos en torno a ASG que se ajusten a unas normas y regulaciones que están en constante evolución, lo cual no solo ayuda a cumplir con sus obligaciones legales, sino que también permite a las organizaciones ser más eficientes y responsables en sus operaciones diarias.

La realización de auditorías y evaluaciones de riesgos ASG es también otra pieza clave para ahorrarse denuncias. Al conocer las áreas más proclives a presentar estos riesgos, se pueden implementar medidas preventivas y correctivas para minimizar su impacto, e identificar oportunidades de mejora en sus prácticas. Además, mediante la realización de estas evaluaciones de manera periódica, las empresas se aseguran de que las políticas y procedimientos antes comentados estén actualizados y en línea con los estándares actuales, por lo que son una herramienta de gran utilidad.

Por último, hacer una divulgación adecuada de información ASG es muy necesario si se quiere evitar problemas con los grupos de interés y posibles demandas, a la vez que se construyen relaciones sólidas y duraderas con ellos. Y relacionado con lo anterior, las empresas deben estar dispuestas a involucrarse en un diálogo abierto y constructivo con esos grupos de interés para abordar cualquier preocupación en torno a ASG y demostrar su compromiso con la responsabilidad social y la sostenibilidad.

Así, con estas simples (por lo lógico, pero no por lo respecta a su implementación) acciones proactivas, las organizaciones pueden evitarse una gran cantidad de potenciales problemas jurídicos a la vez ganan reputación ante la sociedad, mantienen o aumentan su negocio y crean valor a largo plazo.

Mientras, las empresas poco comprometidas e irresponsables estarán cada vez más expuestas a este tipo de litigios. Es cuestión de que a éstas también se les vaya empujando a ser responsables, aunque sea bajo la triste amenaza de posibles acciones legales.

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