El lenguaje claro alza la voz

La celebración del Día del Lenguaje Claro (#PlainLenguageDay) se ha presentado en 2023 con un importante impulso internacional, que se puede apreciar desde diversas perspectivas. Gracias a este impulso, la claridad se sitúa como eje de una transformación de una Administración pública que parece encaminarse hacia a un excelente propósito: hacer la vida más fácil a las personas.
<p>Foto: Pressmaster.</p>

Foto: Pressmaster.

El 13 de octubre es una fecha señalada a la que hacemos alusión desde este espacio con relativa frecuencia, aunque no llega a ser una puntual cita anual, es recurrente. Y lo es porque se celebra el Día Internacional del Lenguaje Claro (o Plain Lenguage Day, en su acepción original en inglés), que como hemos explicado en un artículo anterior, conmemora la fecha en que se publicó la Plain Lenguage Act, impulsada por la Administración del expresidente de Estados Unidos, Barack Obama.

En dicha ley se insta al personal de las Administraciones a escribir de manera que los ciudadanos puedan entender y usar la información que reciben. Estas son dos de las características que definen a la comunicación redactada en lenguaje claro, siguiendo la definición que propuso la Federación Internacional de Lenguaje Claro: “Un comunicado está escrito en lenguaje claro si su lengua, su estructura y su diseño son tan transparentes que los lectores a los que se dirige pueden encontrar lo que necesitan, entender lo que encuentran y usar esa información”.

Este movimiento de la Administración Obama fue tan significativo que acabó por crear esta conmemoración a nivel mundial, aunque siempre cabe recordar que no surgió de la nada: seguía una estela de avances de los Gobiernos de Estados Unidos desde los años 70 del pasado siglo, si bien la amplitud del concepto adquirió relevancia internacional, como ocurrió con el gobierno abierto, bajo la presidencia de Obama.

Dichos avances de la Administración norteamericana fueron posibles gracias al empuje de la sociedad civil, con movimientos en favor de la claridad liderados en el campo de los derechos de los consumidores y de la lucha por los derechos civiles. Y por supuesto, no solo en Estados Unidos. Gran Bretaña o Suecia también cuentan con una historia que cuentan muy bien libros como El derecho a entender, de Mario Tascón y Estrella Montolío.

Un movimiento en auge

Más allá de esta fugaz mirada, y por tanto incompleta, sobre los orígenes de esta conmemoración, lo relevante a día de hoy es comprobar el estimulante auge que han adquirido durante la última década los distintos movimientos a favor de la claridad, también en otros países europeos y por supuesto en Latinoamérica, que se presenta como un pulmón para el avance del lenguaje claro.

El pasado mes de septiembre, entre los días 27 y 29 y coincidiendo con la celebración del Día Internacional del Derecho a Saber (día 28, fecha muy señalada para el mundillo de la transparencia y el gobierno abierto) se celebró el evento más importante en lenguaje claro en español hasta la fecha: la celebración de la Conferencia de Plain Lenguage International, por primera vez, en un país de habla hispana, concretamente Argentina. Bajo el lema Conectando culturas: creando puentes con la comunicación clara se reunieron representantes de Administraciones y universidades dando a conocer los avances legislativos y prácticos sobre la materia.


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En esas mismas fechas se celebraba también el Congreso Internacional de Transparencia #CIT2023, del que Revista Haz se ha hecho eco, en el que hubo espacio también, desde una tribuna más modesta, para debatir y presentar iniciativas en lenguaje claro en un grupo de trabajo llamado ‘Lenguaje como comprensibilidad, que tuve el honor de coordinar.

En ellas tuvimos la oportunidad de conocer distintos enfoques teóricos y metodológicos, como una metodología para mejorar la comprensión de los textos sobre cookies, términos y condiciones web en las páginas web destinado a jóvenes y adolescente (por un equipo de la Universidad Rey Juan Carlos -URJC-), o una propuesta metodológica para evaluar la claridad en textos discontinuos (desde la Universidad Católica de Murcia -UCAM-).

También conocimos de mano de sus autores casos de uso de muy variada índole, como la comunicación con familiares de víctimas de desaparición en México; la tramitación clara de documentos oficiales en la Generalitat de Cataluña, contando con la colaboración de ciudadanos, un punto que comparte la metodología desarrollada por el equipo arText (UNED) en el Ayuntamiento de Madrid, también expuesto en la sesión, o los incipientes pasos del Principado de Asturias, inspirados en el proyecto Gobierno Fácil del Laaab de Aragón.

La secuencia de eventos no acaba aquí. Próximamente se celebrarán otros dos eventos muy relevantes en España. Del 23 al 26 de octubre, la quinta edición de EnClaro, organizado por Cálamo y Cran, Isabel Espuelas y Archiletras (la revista que promovió el Manifiesto por un lenguaje claro en la Administración, redactado por Montolío y que se entregó en mano a las más altas instituciones del Estado). Y los días 9 y 10 de noviembre, el primer Congreso Internacional de Comunicación Clara (I Congreso ComClara), organizado por la URJC y dirigido por los profesores Ricardo Vizcaino (URJC) y Blas Subiela (UCAM).

Todas ellas son algunas muestras del brío que está tomando la comunicación clara y el lenguaje sencillo dentro de nuestras Administraciones. Un brío que se ve reforzado por iniciativas colaborativas, como la Red Panhispánica de Lenguaje Claro, que vio la luz en junio de 2022 promovida por la Real Academia de la Lengua (RAE), y que se puso en marcha mediante acuerdo de la propia RAE con la Corte Suprema de Justicia de la República de Chile y la Red Lenguaje Claro de Chile.

Lo relevante a día de hoy es comprobar el estimulante auge que han adquirido durante la última década los distintos movimientos a favor de la claridad.

Esta red, según describe su página web, tiene dos propósitos esenciales: fomentar el lenguaje claro y accesible como fundamento de los valores democráticos y de ciudadanía, así como promover el compromiso de las autoridades para asegurarlo en todos los ámbitos de la vida pública.

Actualmente son más de 70 las entidades iberoamericanas que la integran, y en ella además de asociaciones profesionales, o juristas, encontramos representación de los órganos garantes de la Transparencia, como el Consejo de Transparencia y Protección de Datos de Andalucía (CTPDA). La presencia de otros actores, como la Agencia Estatal del Boletín Oficial del Estado o la Oficina de Coordinación y Calidad Normativa, dan muestras de que el mensaje de la claridad ha calado y que es necesario hacer más comprensible el lenguaje jurídico, sin que por ello pierda rigor.

Pero hay más. En 2023 la Federación Internacional de Lenguaje claro ha publicado la primera norma ISO en lenguaje claro, la ISO 24495-1 Plain language — Part 1: Governing principles and guidelines (Lenguaje claro, parte 1: principios y directrices). Según Abogacía Española, este nuevo estándar de carácter general, no dirigido solamente al lenguaje jurídico, define el lenguaje claro en relación a cuatro principios básicos. Así, un texto es claro si es relevante, localizable, entendible y utilizable.

El lenguaje claro, hacia una Administración fácil

En los últimos años asistimos a un desarrollo tecnológico muy importante que afecta a multitud de trámites. Hemos mencionado algún caso entre las variadas propuestas presentadas en el último Congreso Internacional de Transparencia, pero hay muchas más iniciativas que persiguen el mismo fin: facilitar el uso de los servicios públicos a las personas.

Esta iniciativas tienen que ver con la realización de trámites, especialmente a través de la administración electrónica, y son fundamentales para que la brecha digital existente en la sociedad no genere distintas categorías de ciudadanos, de primera o de segunda, o de tercera incluso, en función de su capacidad para acceder y manejar los recursos online que cada vez están más presentes en la vida cotidiana, desde la identidad digital (certificado electrónico) a pedir cita en el centro de saludo o realizar la declaración dela renta.

Si bien en ocasiones se suelen ofrecer vías alternativas, la tramitación digital está ganado cada día más terreno y hay ámbitos del sector privado en los que cada vez es más difícil una atención personal, por ejemplo, en las oficinas bancarias.

El lenguaje accesible es fundamental para seguir construyendo una Administración fácil y una sociedad más democrática que favorezca el ejercicio de derechos.

Iniciativas como La Administración cerca de ti, promovida por el Ministerio de Política Territorial con la colaboración de la FEMP, o Fem-ho fàcil, de la Diputación de Barcelona, tratan de acercar la administración electrónica a la ciudadanía y también a las personas que prestan servicios públicos.

En este sentido, no solo es fundamental una mayor o menor destreza técnica, sino que el uso de un lenguaje accesible es fundamental para derribar las primeras barreras que nos encontramos ante ‘las máquinas’: no saber qué nos quieren decir. En definitiva, el lenguaje y la comunicación claros son elementos primordiales para seguir construyendo una Administración fácil, y por supuesto, una sociedad más democrática, que favorezca el ejercicio de derechos.

En deuda con Mario Tascón

Este es el asunto del mensaje que hemos recibido los congresistas que participaremos en el I Congreso ComClara, que iba a inaugurar el periodista Mario Tascón. Desgraciadamente, falleció el pasado 28 de septiembre en Argentina. Mario es un auténtico pionero en comunicación clara, que impulsó desde la prensa digital en su etapa en El Mundo, y fue uno de los motores de la Fundación para el Español Urgente (Fundeu). Fundador de Prodigioso Volcán, la consultora en comunicación que ha abierto múltiples puertas a la claridad en las Administraciones españolas, Mario es y no dejará de ser un auténtico referente, al que humildemente dedicamos estas líneas, y enviamos un fraternal pésame a sus seres queridos. Gracias por todo, Mario, gracias, por tanto.

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