Dinero, solidaridad y banca privada

HAZ24 marzo 2006

Imagine por un momento que David Beckam amanece un día de buen humor y mientras toma su café decide que quiere destinar 100.000 euros de sus ingresos anuales a algún proyecto que ayude a niños africanos. O que JK Rowling, la afamada autora de Harry Potter, cuyo patrimonio estimado por The Sunday es de 725 millones de euros, tiene preparada ya su penúltima edición de la saga y de la ilusión que le hace decide donar el 2% de los beneficios del libro a los refugiados políticos del mundo.

Después de tan loables propósitos cada uno de ellos se hará unas cuantas preguntas que serán esenciales en su camino de la decisión a la acción. Como ¿a quién donar? ¿cuál es la organización más eficiente para gestionar mi dinero? ¿cómo podré garantizar que mi donación tendrá algún impacto real? Y si nadie viene a contestar esas preguntas a lo mejor las mejores intenciones se dejan para luego y alguien pierde una oportunidad.

Me van a perdonar la frivolidad pero esto podría ilustrar de forma bastante gráfica lo que sucede cuando alguien quiere ayudar, tiene condiciones económicas para hacerlo y no encuentra la forma de llevarlo a cabo por falta de orientación. Un coste de oportunidad que ha detectado la Fundación Lealtad.

La institución creada por Ignacio Garralda y Salvador García-Atance viene trabajando desde 2001 para fomentar la confianza de particulares y empresas en las ONG con el fin de atraer las donaciones y voluntariado a estas organizaciones.

La falta de orientación y la necesidad de transparencia son los escollos que Fundación Lealtad ha querido eliminar para movilizar recursos hacia las iniciativas sociales que se están desarrollando en nuestro país. Uno de sus proyectos más relevantes es la Guía de la Transparencia y Buenas Prácticas de las ONG.

Este estudio, publicado de forma anual, muestra los resultados de 100 ONG evaluadas según 9 principios de transparencia y buenas prácticas. La recopilación de estos datos se convierte en una herramienta de ayuda para particulares y empresas que quieran apoyar al Tercer Sector o el sector no lucrativo.

Con el tiempo, a medida que se han desarrollado las relaciones entre las empresas y la fundación, se han detectado nuevas posibilidades para dar confianza y orientación a colectivos más específicos.

DINERO Y SOLIDARIDAD. Cada vez son más los clientes de la banca privada que, junto a una gestión eficiente de su patrimonio buscan un cauce para satisfacer sus inquietudes sociales. Morgan Stanley y Deutsche Bank Private Wealth Management, son dos de las entidades que han detectado esta creciente demanda.

«España se ha convertido en un país con un mayor nivel cultural y económico, y los temas de responsabilidad social están teniendo un impacto importante en los medios, cada vez hay más información al respecto y eso está también generando interés entre los clientes de banca privada. Demandan más asesoramiento en temas relacionados con la filantropía y hasta ahora no estábamos dando cobertura a esta demanda», nos explica Carmen Cavero, directora de desarrollo de Negocio de Morgan Stanley.

Mientras desde DB Bank Private Wealth Management, para Rosalia Bastarreche, directora de marketing, «la filantropía se ha establecido como una herramienta dirigida a integrar los valores personales en el desarrollo de una estrategia de inversión global».

Del diálogo entre Fundación Lealtad y estas dos entidades ha surgido el proyecto «Servicios Filántropicos» para grandes patrimonios. Este proyecto constituye un servicio de la fundación a ambos bancos mediante el cual sus clientes tendrán acceso a una orientación especializada en el ámbito de la filantropía.

Para ello, Lealtad pone varias herramientas a su alcance: un microsite específico con información sobre las ONG y sus proyectos, una dirección mail donde realizar consultas y asesoramiento personalizado para los clientes que así lo soliciten. Aunque, seguramente lo más interesante, es la labor de sensibilización que conlleva el proyecto ya que los gestores de las dos entidades reciben formación para identificar y atender las demandas de sus clientes en este campo, y se realizan reuniones reducidas con clientes para promover la solidaridad.

El proyecto, que se inició el pasado mes de noviembre y está en su fase piloto, es pionero en España donde apenas podemos encontrar servicios de este tipo individualizados entre la oferta de los bancos.

Estados Unidos es la cuna de este tipo de productos, que también se facilitan en algunos países europeos. Así fuera de nuestras fronteras podemos encontrar departamentos exclusivamente dedicados a servicios filantrópicos.

En su mayoría los bancos presentes en nuestro país ofrecen asesoramiento generalizado, que en el caso de la filantropía o los aspectos sociales, adquieren su máxima expresión en lo que serían las inversiones socialmente responsables. Más allá de esto, cualquier entidad, nos dirá que oferta todo tipo de ayuda a su cliente para que materialice su objetivos sean estos sociales o no, pero lo cierto es que son contadas las que pueden decir algo más.

PROGRAMAS FILANTRÓPICOS PERSONALIZADOS. Para ver un servicio desarrollado en este campo debemos retomar el caso de Deutsche Bank Private Wealth Management. El banco facilita a sus clientes la posibilidad de diseñar un programa filantrópico y, más específicamente, un programa filantrópico familiar, esto es, planificar parte del patrimonio familiar desde un punto de vista filantrópico.

«Aspectos como la educación responsable de los hijos, la sucesión de los negocios familiares o la contribución desinteresada en proyectos concretos son algunas de los temas que más preocupan a los grupos familiares. La filantropía, ligada a la planificación del patrimonio familiar, se perfila además como una herramienta dirigida a incorporar en la educación de los hijos actitudes sociales comprometidas frente al patrimonio que heredarán», nos aclara Rosalia Bastarreche.

Esto explica porque su producto mezcla filantropía y familia bajo cinco preceptos básicos:

  • Identificar y examinar los valores con los que se identifica la familia.
  • Determinar un objetivo y elegir las principales áreas de interés en las que invertir.
  • Establecer criterios de organización y toma de decisiones dentro del entorno familiar con el objetivo de implicar a todos los miembros de la familia. Compartir experiencias filantrópicas que permitan lograr los resultados óptimos en referencia a los recursos disponibles y las expectativas marcadas.
  • Realizar un seguimiento de las inversiones y evaluar resultados.

Junto a esta opción encontramos ‘Wealth With Responsability’, un programa de planificación de grandes patrimonios, especializado en filantropía.

Este programa está dirigido a patrimonios que, para su planificación, toman como base la responsabilidad social.

Asimismo, estos programas contemplan temas estratégicos a medio y largo plazo como la sucesión de negocios familiares, la educación responsable de los hijos, y la determinación del legado.

Entre las acciones que propone el programa «Wealth With Responsability» destacan los seminarios de formación como el denominado Seminario de Verano.

Dirigido a los hijos de clientes con grandes patrimonios, el Seminario de Verano pretende ayudar a estos jóvenes a que sean capaces de desarrollar, en el marco personal, un uso responsable del legado. Este seminario se viene organizando en New York desde el año 1995 y en Ginebra desde 2003.

Los programas se centran en los siguientes aspectos:

  • Aprender de los expertos como se maneja el mundo de las finanzas y de los negocios.
  • Familiarizarse con el entorno corporativo.
  • Establecer una red de contactos empresariales a nivel mundial.
  • Desarrollar lazos de relación con personas que compartan nuestros mismos intereses filantrópicos.

Otros dos casos reseñables en esta nueva oferta de servicios es el de BBVA y BNP Paribas. BBVA Patrimonios en su especialidad de Family Office ofrece a sus clientes de grandes patrimonios la posibilidad de integrar sus objetivos filantrópicos en su política de inversiones, compatibilizando estos fines con aquellos financieros.

Para ello, el banco analiza para el cliente cuánto puede donar, cuál es la forma óptima de materializar esa donación, ya sea a través de donaciones periódicas o mediante la aportación única de capitales para la constitución de fundaciones. Y, finalmente, una vez aportado el patrimonio a una institución benéfica, analiza cuál debe ser la política de inversión más adecuada para que se cumplan los objetivos fijados.

Por su parte BNP Paribas Private Bank tiene una oferta parecida y también desarrollada en la forma de un asesoramiento general. Así ayuda a la definición de los valores filantrópicos del cliente, eligiendo una estructura fiscal eficiente, elaborando un plan para obtener y utilizar las aportaciones y controlando la efectividad de estas aportaciones. Además, el banco ofrece su experiencia en la organización de actos de relaciones públicas y organización de eventos caritativos.

Como podemos ver la oferta en estos nuevos productos es limitada, pero el interés de los bancos por satisfacer a sus clientes está transformando esta situación hacia un nuevo horizonte en el negocio de banca privada. Aunque esta nueva oferta promueve la filantropía y no están dentro de las políticas de RSE de ninguna de esta entidades, son un ejemplo de cómo la innovación en el producto puede dar un servicio a la sociedad o ¿acaso alguien podría negar que asesorar a Beckam para que realice una donación anual de cien mil euros con la mayor eficiencia a nivel social no es un servicio a la sociedad?

Por Alma Pérez