Memorias de sostenibilidad, una nueva forma de mirar a la empresa

HAZ24 marzo 2006

El desarrollo sostenible y la responsabilidad social de la empresa se encuentran en la actualidad entre los más novedosos temas de investigación y gestión empresarial.

Hoy en día, la diferenciación en un mercado saturado o especialmente competitivo puede venir de la mano de la percepción que tiene el cliente y otras partes interesadas (empleados, inversores, proveedores, comunidades locales, etc.) respecto a los méritos sociales y medioambientales de la empresa. De esta forma entra en juego la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) entendida como una ventaja competitiva.

La responsabilidad social corporativa representa el compromiso con unos valores elementales y un comportamiento coherente con dichos planteamientos. La perspectiva de la RSC se orienta hacia tres objetivos –económico, social y medioambiental- agrupados bajo el neologismo ‘sostenibilidad’, entendida como la capacidad de generar desarrollo sostenible o de carácter integral y polivalente.

Transparencia y verificabilidad son cualidades reconocidas entre los principios de la responsabilidad social corporativa. Constituyen reglas fundamentales que rigen el comportamiento socialmente responsable de las organizaciones.

Toman cuerpo en la información sobre RSC ofrecida por las empresas, que se presenta bajo la forma de las denominadas «memorias de sostenibilidad» o «memorias de responsabilidad social corporativa». Aunque hay que distinguir que en el primer caso la memoria se estructura primando la triple dimensión (económica, social o medioambiental) y en el segundo, la información se organiza distinguiendo uno por uno los grupos de interés.

Las ‘memorias de sostenibilidad’ (sustainability reports) constituyen una herramienta fundamental para la empresa comprometida con este enfoque socialmente responsable en tanto que suministran a la sociedad en general, y más concretamente a las partes interesadas o grupos de interés, una información clara y estandarizada de sus actividades empresariales desde la triple dimensión económica, social y medioambiental.

Exponer la relación entre los mecanismos de mercado, la consecución de la sostenibilidad y la eficacia de las políticas que la empresa dispone a tal efecto es la principal labor de la información sobre sostenibilidad.

Esta información debe poder constituirse desde los niveles más elementales, considerando la acción de los individuos y las organizaciones, hasta los más complejos, tomando en cuenta la sostenibilidad desde un punto de vista planetario. La dificultad que implica medir la situación y los progresos del desarrollo sostenible puede suavizarse mediante la valoración e información de los impactos sociales, medioambientales y económicos.

La medición de la sostenibilidad debe considerar el proceso de internalizar costes (y beneficios) externos. Entre los principales motores de la revelación de información se sitúan fuerzas de mercado como la reputación y sus riesgos, la ventaja competitiva, la posibilidad de atraer inversiones socialmente responsables y la restricción a las operaciones que se pueda derivar de la acción gubernamental, así como la legitimidad social de las mismas.

La elaboración de una memoria de sostenibilidad implica hacer mucho más visibles los esfuerzos de una empresa respecto a cuestiones sociales y medioambientales.

Comunicar la política de responsabilidad social de la compañía supone ventajas como potenciar las relaciones con proveedores financieros merced a una mayor transparencia –mejorando así el acceso al capital-, ofrecer un conocimiento más claro de la empresa a los clientes, abrir vías de innovación en productos y servicios al observarse las necesidades del consumidor desde un nuevo ángulo, motivar a los empleados a través de un compromiso ético, descubrir oportunidades de ahorro en costes energéticos, materias primas o responsabilidad medioambiental, y prevenir infracciones o futuros ajustes a la normativa laboral o ecológica.

LA ESTANDARIZACIÓN DE LAS MEMORIAS DE SOSTENIBILIDAD Y EL GRI. Existe un debate estable entre los partidarios de estandarizar la información sobre sostenibilidad y aquellos que abogan por permitir una total flexibilidad a la empresa. Además, no todos los que consideran necesario elaborar las memorias de sostenibilidad bajo unos estándares determinados aprueban el presente liderazgo del Global Reporting Initiative (GRI).

La estandarización de los informes sobre responsabilidad social corporativa se justifica principalmente por dos motivos. El primero es que las partes interesadas en la actividad corporativa y el conjunto de la sociedad demandan que los documentos publicados por las diferentes empresas sean comparables entre sí. El segundo es que la posibilidad de comparar la actividad de las empresas en los ámbitos social y medioambiental supone una demostración de valor para los accionistas, así como una mejora en los procesos de información dentro del mercado.

Mejorar la transparencia de las memorias de sostenibilidad y armonizar sus criterios supondrá, en términos generales, una mejor apreciación de las políticas de responsabilidad social corporativa.

La principal organización involucrada en el proceso de estandarización de las memorias es el citado Global Reporting Initiative. El GRI es una institución independiente cuya misión es desarrollar y difundir guías para la elaboración de memorias de sostenibilidad. Actualmente, sus directrices sirven de base para todas aquellas empresas que buscan dar a conocer de forma global y generalmente aceptada sus políticas socialmente responsables.

Con esta intención, el GRI se encuentra a punto de culminar su tercera generación de ‘guías’. El denominado ‘proceso de revisión G3’ incluye tres componentes clave: la innovación en lo referente a la elaboración de memorias de sostenibilidad, la creación de soluciones digitales y la implantación de programas de educación y acreditación.

Los componentes mencionados han sido diseñados para seguir cinco objetivos a gran escala:

1. Integrar los procesos de información bajo estándares del GRI con los procesos de gestión y dirección internos de la empresa.

2. Simplificar las ‘guías’ con el fin de que los informes puedan ser comparados eficientemente.

3. Avanzar la armonización de las guías GRI con otros elementos del sistema general de responsabilidad corporativa, potenciando así la compatibilidad de recursos y herramientas.

4. Facilitar la implementación y el uso de las guías, así como suministrar el material y herramientas de soporte adecuados para el proceso ‘G3’.

5. Potenciar la relevancia y el realismo de las memorias. En palabras del propio GRI, el fin último de la información sobre sostenibilidad y responsabilidad social corporativa es proveer a las diferentes partes interesadas de un testimonio significativo y relevante.

¿POR QUÉ EL GRI? La posición de liderazgo que actualmente ostenta el Global Reporting Initiative se puede explicar por dos razones.

En primer lugar tenemos su origen y vinculación directa a una institución de importancia mundial, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), así como su estrecha colaboración con el Global Compact.

A esto debemos añadir la libre elección por parte de multitud de empresas, desde grandes multinacionales a pequeñas organizaciones y asociaciones sin ánimo de lucro, de las guías del GRI como base para estructurar sus informes de sostenibilidad.

La apuesta de tantas y tan variadas compañías solo puede significar que, o bien no existe una alternativa clara, o bien entre las diferentes posibilidades las directrices del Global Reporting Initiative son las que más se adaptan a sus necesidades. Una elección libre de valor por parte de aquellos directamente interesados.

Algunos críticos mantienen, además, que las guías del GRI para la elaboración de memorias de sostenibilidad son poco rigurosas. Es importante apuntar, en defensa del Global Reporting Initiative, que los sistemas de información sobre políticas de sostenibilidad se encuentran -como todo el movimiento que implica la responsabilidad social corporativa- sujetos todavía a un continuo desarrollo y experimentación.

El rigor y la fiabilidad se irán alcanzando según madure la materia y tras poner en común la experiencia de todas las partes interesadas (los emisores y los receptores de la información).

A la vista de los cinco objetivos del GRI para su proceso de innovación ‘G3’, parece claro que las futuras guías de sostenibilidad buscarán afianzar y hacer más útiles las memorias elaboradas siguiendo su metodología.

RECONOCIMIENTO PÚBLICO, UN CAMINO HACIA LA CALIDAD. Es interesante destacar, entre los numerosos reconocimientos que premian políticas y procesos de información de RSC, el Premio a la Mejor Memoria de Sostenibilidad para empresas españolas promovido por la Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas (AECA) y el Instituto de Censores Jurados de Cuentas.

Este galardón se falla siguiendo los criterios establecidos para los European Sustainability Reporting Awards (ESRA), premios cabecera en el marco europeo a los cuales acceden los ganadores de las fases nacionales de 15 países, la mayoría de ellos de la Unión Europea.

Los premios ESRA se celebraron por primera vez hace diez años y han recibido el apoyo de la Comisión Europea. El premio anual español por su parte ha celebrado su cuarta edición en el año 2005.

Los criterios ESRA valoran, según una determinada proporción, los contenidos de la memoria de sostenibilidad –perfil, políticas contables y de información, visión y estrategia, estructura de gobierno, sistemas de gestión y rendimiento- y la adecuación del informe a 8 principios de información corporativa –relevancia, claridad, comparabilidad, periodicidad, completitud, verificabilidad, fiabilidad e impresión general-.

Considerar los criterios expuestos y esforzarse por competir en certámenes de prestigio es una magnífica forma de asegurarse el desarrollo de una memoria de sostenibilidad de calidad, ganando en reputación y abriendo la posibilidad de que nuestro esfuerzo sea reconocido.

En las últimas ediciones de los Premios a la Mejor Memoria de Sostenibilidad de AECA, las memorias ganadoras del BBVA, CESPA, Grupo Santander, Repsol YPF o Javierre –galardonada esta última con el premio a la mejor información de sostenibilidad por parte de una PYMEconsiguieron una excelente puntuación tanto en principios de información corporativa como en contenidos, demostrando un compromiso excepcional con la RSC y la mejora continua.

Los aspectos más positivos de estas memorias son una estrategia bien defi- nida y una buena descripción del perfil de sostenibilidad de la organización, la introducción de algunos aspectos negativos, el establecimiento de objetivos en el campo de la RSC para el siguiente ejercicio y unos principios de información claramente fijados e integrados a lo largo de la memoria. Además, algunas de las memorias fueron verificadas según elevados estándares de aseguramiento.

Pese a no estar exentas de algún punto débil –mucha extensión, algunos datos poco relevantes y pequeños problemas en la definición del alcance, fruto del ámbito de actividad- se puede considerar que las memorias de sostenibilidad premiadas se mantienen en línea con las últimas tendencias en materia de información sobre sostenibilidad.

El trabajo realizado por estas empresas pioneras –así como por otras entidades finalistas- permite a los principiantes en el desarrollo de memorias de sostenibilidad tener una referencia de calidad, en castellano y a nivel ámbito europeo.

Por José Luis Lizcano y Pablo Nieto

Proceso de elaboración de una memoria de sostenibilidad

La guía del GRI ofrece flexibilidad para adaptar el desarrollo de la información sostenible a las necesidades de la empresa. Aún así, es posible sintetizar mediante un proceso en cinco pasos –como hace el GRI en su guía para PYMES- el proceso de elaboración de una memoria de sostenibilidad.

PASO 1: Prepárese y comience a andar. La primera labor a realizar –una vez asumidas las ventajas que para la empresa supone la elaboración de una memoria de sostenibilidad- es la formación de un equipo para acometer el proyecto.

Deberán ser determinados los recursos necesarios y establecida una planificación temporal para el proceso de desarrollo.

PASO 2: Planificación. Partiendo de una visión fundamental de la empresa se determinan los grupos de interés y la adecuación de sus necesidades de información con las capacidades y estrategia de la compañía. Considerado este punto es posible apuntar los límites y el ámbito de la memoria.

PASO 3: Medición del rendimiento sostenible. Basándose en la lista de indicadores GRI el equipo identifica aquellos relevantes para la empresa, estudiando formas de medir el desempeño. Tras evaluar los indicadores se podrá extraer de ellos una nueva perspectiva de la empresa útil para la gestión. A partir de la información obtenida los objetivos a largo plazo y el plan de acción para influir el rendimiento en sostenibilidad pueden ser trazados.

PASO 4: Comunicar. Tras conocer el pasado social y medioambiental de la empresa, y una vez se ha planificado la estrategia socialmente responsable para el futuro, se deben elegir las formas de informar y los medios de comunicación que mejor se adapten a la naturaleza de la organización. La memoria se redactará y divulgará según la estrategia y método elegido.

PASO 5: Mejorar. Para ser realmente efectiva una memoria de sostenibilidad debe permitir a los grupos de interés comentar, recomendar y criticar tanto su presentación como su contenido. Los comentarios deben ser recopilados con vistas a establecer un proceso de mejora continua en sostenibilidad. Las valoraciones de la memoria deben afectar a la política de responsabilidad social de la empresa, influyendo en la elaboración de futuras memorias.

No debe olvidarse que un informe de sostenibilidad es, además de una herramienta de comunicación con las partes interesadas, una forma de distinguir la organización frente a sus competidores.