¿Por qué no se va a conseguir esta vez?

HAZ16 diciembre 2006

Los ODM de Naciones Unidas constan de ocho puntos muy concretos con unas metas objetivamente alcanzables, que comprometen tanto a países ricos como a los pobres, a reducir las diferencias entre Norte y Sur.

A pesar de que por el momento los niveles de ayuda no se están cumpliendo, el secretario general de las Naciones Unidas, KofiA. Annan, es optimista: «Aún tenemos tiempo para alcanzar los objetivos, en todo el mundo y en la mayoría de los países, si no en todos.

El éxito no se logrará de la noche a la mañana, sino que requerirá trabajar de manera continua durante todo el decenio, desde ahora hasta que termine el plazo…» Las palabras de Annan, son algo más que un mensaje esperanzador, son un toque de atención, un aviso para que nos demos cuenta de que todavía se está a tiempo de conseguirlo.

Pero para ello es necesario un cambio de actitud profundo, así como el desarrollo de una nueva forma de trabajo que nos hagan caer en la cuenta de que la meta es aún alcanzable.

PERO, ¿QUÉ PAPEL CUMPLE LA EMPRESA? El mundo empresarial está empezando a impulsar actividades de responsabilidad social corporativa, de desarrollo sostenible y de transparencia. Sin embargo, tras la firma del «Acuerdo del Milenio» la empresa ha de dar un paso más. Es momento de crear sinergias entre los Objetivos y las compañías, y que estas asuman primeramente que son el actor clave para la consecución de los ODM y que esto no tiene por qué comprometer sus resultados a final del ejercicio.

Las firmas pueden marcar la diferencia a través de actuaciones beneficiosas y sostenibles para los países en desarrollo. Hay que encauzar a las empresas mas allá de los mercados locales, es decir, es necesario generar ingresos e inversiones y ocuparse de los empleados añadiendo regulaciones y estándares internacionales. Es preciso aunar los esfuerzos de empresarios, directivos y empleados a todos los niveles de la organización para poder llevar a cabo proyectos y lograr resultados positivos.

La lucha contra la pobreza y el hambre es sin duda el objetivo más importante y complicado de la «Declaración del Milenio».

Una de cada seis personas vive bajo el umbral de la extrema pobreza, o lo que es lo mismo, vive con menos de un dólar al día. Estas estadísticas tendrían diferente lectura si los más de mil millones de pobres que actualmente existen estuvieran repartidos por todo el mundo. Sin embargo, a pesar de que en Asia y América Latina que se ha logrado un descenso de la pobreza, el continente africano no sólo sigue siendo el más pobre, sino que cada vez lo es más.

Es en este punto donde las grandes distribuidoras de alimentos pueden pasar a un primer plano desarrollando nuevos productos accesibles para combatir las carencias nutricionales, siempre y cuando puedan ser asumidas por las familias con bajos ingresos.

Éste es el caso de Nestlé o Unilever, en Ghana. Estos dos gigantes están llevando a cabo un programa de desarrollo del sector agrícola mediante la financiación de sesiones de capacitación, por ejemplo para un correcto cultivo de determinados alimentos. Ahora bien, es importante que este tipo de acuerdos respeten tanto el medio ambiente como los derechos fundamentales de las personas a las que se dirigen.

Las grandes distribuidoras de alimentos no son los únicos agentes del mundo empresarial que pueden cooperar en la paulatina mejora del hambre y la pobreza.

Las agencias de seguros y los bancos son capaces de reactivar las economías adormecidas de los países en vías de desarrollo mediante inversiones en el terreno y créditos o microcréditos que ayudan al desarrollo de la banca local.

Deutsche Bank ha centrado parte de su inversión en los países menos desarrollados y según su consejero delegado, Josef Ackerman, piensan seguir haciéndolo: «Estamos dispuestos a adquirir bancos en todos los mercados en los que ya estamos representados y también en nuevos mercados, en los países con economías emergentes que poseen un fuerte potencial».

ONG Y EMPRESA: MEJOR JUNTOS. La manera de acceder a estos países es complicada por la propia situación del país. Por ello, en lugar de actuar de forma autónoma es conveniente cooperar con las ONG´s desplegadas en la zona para focalizar el proyecto y lograr maximizar los resultados, puesto que los recursos aportados por las compañías (económicos, tecnológicos o materiales) son aplicados sobre el terreno por especialistas.

Esta sinergia hace que aumente la eficacia de los propósitos solidarios logrando resultados mensurables y satisfactorios. Vodafone, por ejemplo, firmó un acuerdo con Cruz Roja en el que ofrecía sus servicios de comunicación mediante mensajes por los que los interesados podían hacer donaciones para ayudar a los afectados del terremoto de Java, en Indonesia.

Pobreza, educación y salud, los tres pilares de la Declaración del Milenio. La pobreza, la salud y la educación son la base de los Objetivos que, obviamente, se entrelazan y afectan entre sí. La carencia de recursos provoca insalubridad y analfabetismo. Y viceversa, sin una estructura sanitaria ni una base educacional difícilmente se puede hablar de un estado próspero.

Los niveles de escolarización en el mundo hablan por sí solos: más de 115 millones de niños y niñas no asisten a la escuela. La empresa privada puede coadyuvar al incremento del acceso a la enseñanza, mejorar la calidad y relevancia de la educación y mejorar el uso de la información tecnológica en el ámbito escolar.

Sobre todo, puede ayudar a reducir la explotación infantil, que como define Save The Children, resulta perjudicial para los niños, pues les aleja de la educación, daña su salud y les expone a abusos físicos, psíquicos y sexuales, o de otro tipo.

La Fundación Telefónica, además de otras actividades, lleva desde 1998 impulsando proyectos de mejora de las comunicaciones y las tecnologías en el ámbito educativo. El programa Proniño busca erradicar el trabajo infantil a través de la escolarización, abarcando de forma integral el entorno del pequeño: se actúa desde el ambiente familiar hasta el ámbito de la enseñanza. De esta modo, se logra que los niños mantengan sus derechos fundamentales, y que actividades como el trabajo infantil estén penalizadas.

EDUCACIÓN Y MEDICAMENTOS: EVITANDO MÁS MUERTES INNECESARIAS. La reducción de la mortalidad, debe pasar irremisiblemente por manos de las empresas farmacéuticas.

Sin embargo, desde diferentes focos (ONG´s, fundaciones,…) se las instiga por su falta de cooperación. El papel que llevan desempeñando compañías como Novartis, Bayer, etc, no es tan malo como el que pintan, pero tampoco arriman el hombro todo lo que pudieran.

Es cierto que, desde la Declaración del Milenio de Naciones Unidas, las empresas farmacéuticas han asistido a más de 500 millones de personas a través de la creación de 126 alianzas. Sin embargo, los intereses de las ONG´s y las multinacionales chocan a la hora de fijar los precios de los fármacos que resultan ser prohibitivos para muchos países en vías de desarrollo. Por el contrario, entre las farmacéuticas existe otra opinión muy distinta.

Según señalaba la Directora de Relaciones Externas y Comunicación de MSD en número de junio de esta revista: «en el caso del SIDA, nuestra compañía aplica una política de precios diferenciados para los antivirales suministrándolos a precios de coste, donde el SIDA es epidémico».

Las muertes innecesarias no sólo se combaten con medicamentos, la educación juega un papel clave. Los países en vías de desarrollo son generalmente muy conservadores en costumbres y tradiciones.

A causa de este tipo de imposiciones sociales la mujer vive en un continuo segundo plano. En el mundo, dos de cada tres personas analfabetas son mujeres, y el sesenta por ciento de la pobreza extrema pertenece al género femenino, y es que a cierta edad está mal visto que una mujer siga recibiendo formación. En los países en vías de desarrollo no es muy común ver a mujeres accediendo a estudios superiores, ya que sigue muy arraigada la tradición de la mujer servil bajo las órdenes del hombre.

En sociedades tan jerarquizadas se complica excesivamente el acceso de la mujer a la educación. Las empresas donde predominan las mujeres (industrias de lencería, zapatos, juguetes…), poseen un perfil propicio para activar programas educacionales en los territorios subdesarrollados, ya que uno de los mayores problemas que acechan a la salud materna en particular y de las mujeres en general es la falta de información.

Pero la desigualdad es un problema que también afecta a nuestro país. Si bien no trae consigo muertes innecesarias, sí provoca injusticias sociales, como las diferencias salariales. Es en este punto donde más se intenta acercar las posturas de empresas, gobiernos, y fundaciones.

El ejemplo más claro lo encontramos en el Instituto Andaluz de la Mujer, que junto a los dos sindicatos más importantes de España (UGT y CCOO), está impulsando actividades para el fomento de la igualdad entre hombres y mujeres. A través del programa OPTIMA todas las empresas interesadas podrán solicitar la participación y contar con la ayuda necesaria para llevar a cabo sus proyectos, desde la realización del estudio inicial, hasta la elaboración del llamado Plan de Acción Positiva.

Gracias a este tipo de iniciativas, se fomentarán mejores prácticas laborales que eliminen, por ejemplo, los abusos sexuales en el trabajo. De hecho, en el sureste asiático se han promovido prácticas respaldadas por UNICEF y varias cadenas hoteleras que otorgan a las mujeres jóvenes un trabajo estable y seguro.

A MEDIO CAMINO. Se ha llegado a una etapa en el mundo empresarial, en el que no sólo se tiene que vender el qué, sino también el cómo. La imagen interna de una compañía va de la mano de la calidad del propio servicio que ofrece. Hoy por hoy nadie duda de que el proceso de producción sea tan importante como su resultado final. Las compañías, sobre todo las que más contaminan, invierten ingentes cantidades de dinero en forjarse una buena imagen. Y hablar de buena imagen empresarial es hablar de «desarrollo sostenible».

Hace años que la mayoría de las empresas empezaron a prestar atención a esta cuestión. Hoy en día, la imagen social de la empresa ha adquirido una importancia sin límites, y es aquí donde el desarrollo sostenible toma protagonismo.

Echando un vistazo a sus memorias observamos que desde hace algunos años, las factorías se han subido al carro de la cooperación, sobre todo en el ámbito medioambiental.

Las firmas que más contaminan son las más interesadas en fomentar estrictos estatutos de responsabilidad social corporativa.

Un ejemplo claro lo vemos en uno de los fabricantes de acero más antiguos del mundo: ARCELOR. Su actividad se basa en tratar de mejorar el medio ambiente, a través del proyecto ULCOS, que tiene como meta reducir en un 25% las emisiones de CO2 para 2012, con respecto a 1990.

Asimismo, trata de mantener intacta su transparencia ofreciendo a sus clientes y socios los indicadores de contaminación.

Pero, el desarrollo sostenible no sólo habla de contaminación, también mide los niveles de consumo de los bienes naturales. Mientras que los países ricos gastamos la mayoría de recursos, los estados pobres necesitan de ellos para salir de la insuficiencia. Una vez más, los territorios más desprovistos son los más afectados por esta situación. Por ejemplo, los bosques desparecen más rápido en las zonas pobres.

Es conocido por todos, que los cambios climáticos están provocando desastres naturales sin precedentes, lo que provoca accidentes naturales como el ocurrido en Tailandia hace dos años.

Es en este objetivo, donde más se precisa una labor conjunta para mantener el desarrollo en el Norte y así dar al Sur una oportunidad para el crecimiento.

Si bien los estados se comprometieron a cumplir con los principios de desarrollo sostenible, esto no se ha traducido en un retroceso de la pérdida de recursos ambientales.

Lo que está claro, es que no se va a conseguir la sostenibilidad con los niveles actuales de consumo.

Lo que tiene de especial este proyecto, por encima de otros, es que era alcanzable en el año 2000, pero lo más importante, ¡todavía es factible a día de hoy! En defi- nitiva, este proyecto de Naciones Unidas ha sido el mayor acuerdo al que han llegado todas las naciones del mundo en la historia de la humanidad. Se abre ante nosotros la mejor oportunidad jamás conocida para hacer de este mundo un lugar mejor. El mundo empresarial debe ser, si no el protagonista, sí un actor secundario en esta película en la que participamos todos. Es cierto que se ha fallado muchas veces, pero, ¿por qué no se va a conseguir esta vez?

Los pasos a seguir

¿Cómo puede facilitar una empresa el acceso a la educación de un niño que está obligado a trabajar? Las empresas que suelen invertir en países en desarrollo pueden desde crear escuelas en los poblados hasta ofrecer becas para la educación superior.

Además, se puede invertir en escuelas locales y en el trabajo de educación que desarrollan las ONG´s. El EQUIP (Education Quality Improvement Programme) en Sudáfrica, iniciada por el National Business Initiative, tiene como objetivo trabajar con la autoridades de educación y las ONG´s para mejorar la calidad de la enseñanza en las escuelas.

Objetivos de desarrollo del milenio

1. Erradicar la pobreza extrema y el hambre:

  • Reducir a la mitad el porcentaje de personas cuyos ingresos sean inferiores a 1 dólar por día
  • Reducir a la mitad el porcentaje de personas que padecen hambre

2. Lograr la enseñanza primaria universal

  • Velar por que todos los niños y niñas puedan terminar un ciclo completo de enseñanza primaria

3. Reducir la mortalidad infantil

  • Eliminar las desigualdades entre los géneros en la enseñanza primaria y secundaria, preferiblemente para el año 2005, y en todos los niveles de la enseñanza para 2015

4. Promover la igualdad de los géneros y la autonomía de la mujer

  • Eliminar las desigualdades entre los géneros en la enseñanza primaria y secundaria, preferiblemente para el año 2005, y en todos los niveles de la enseñanza para 2015

5. Mejorar la salud materna

  • Reducir la tasa de mortalidad materna en tres cuartas partes

6. Combatir el vih sida el paludismo y otras enfermedades

  • Detener y comenzar a reducir la propagación del VIH/SID
  • Detener y comenzar a reducir la incidencia del paludismo y otras enfermedades graves

7. Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente

  • Incorporar los principios de desarrollo sostenible en las políticas y los programas nacionales; invertir la pérdida de recursos del medio ambiente
  • Reducir a la mitad el porcentaje de personas que carecen de acceso al agua potable
  • Mejorar considerablemente la vida de por lo menos 100 millones de habitantes de tugurios para el año 2020

8. Fomentar una asociación mundial para el desarrollo

  • Desarrollar aún más un sistema comercial y financiero abierto, basado en normas, previsible y no discriminatorio. Ello incluye el compromiso de lograr una buena gestión de los asuntos públicos y la reducción de la pobreza, en cada país y en el plano internacional (Para más información www.undp.org)

Universia Actúa

¿QUÉ ES UNIVERSIA? Universia es una apuesta del presidente del BSCH, Emilio Botín, por el mundo universitario, que cuenta con una red de colaboración de casi mil universidades en España, Portugal y diez países en América Latina.

UNIVERSIA Y LOS OBJETIVOS DEL MILENIO. Universia ha creado un portal en Internet dedicado a la cooperación, llamado Universia Actúa. El proyecto parte de una base muy concreta y definida, la consecución de los Objetivos del Milenio de Naciones Unidas.

El mundo de la solidaridad y la cooperación abarca un campo demasiado amplio y disperso como par poder trabajar sobre él de una sola vez, por ello, según el director de Relaciones Universitarias, Antonio Vázquez: «hemos querido acercarnos a un consenso mundial en el que se pone sobre la mesa proyectos objetivos y alcanzables. Los Objetivos del Milenio promueve unos fines concretos, que nos ayudan a trabajar con un margen adecuado y un rumbo fijo».

El fin que persigue Universia con este nuevo portal de solidaridad es impulsar nuevos proyectos de forma conjunta con las universidades, pero con un respaldo firme: la empresa. Según Antonio Vázquez, el papel de Universia es primordialmente mediar entre la universidad y la empresa,»cuyo objetivo es atraer a sociedades que nos ayuden a financiar estos proyectos de cooperación».

Universia se convierte así en la mediadora de propuestas universitarias y mecenazgos empresariales, procurando armonizar y coordinar los proyectos de manera eficaz.

http://solidaridad.universia.es

Por Roberto Fernández