“La innovación en el tercer sector pende del liderazgo de los que lo gestionan”

HAZ27 febrero 2012

Javier García Cañete dirige la oficina de Madrid de la Fundación Botín, que a través de su programa de Talento Solidario, extrae valor de una situación económico-laboral complicada para que las personas mejor preparadas aporten a las ONG que más necesitan su profesionalidad.

¿Cuál fue la génesis de esta idea?

El objetivo prioritario de la Fundación Botín es contribuir al desarrollo de la sociedad identificando el talento creador y poniéndolo en valor. En los últimos años, veníamos observando que parte de este talento había quedado fuera del mercado de trabajo como consecuencia de la crisis económica.

Asimismo, veíamos que el tercer sector en España, es un sector de peso y de enorme importancia económica y social al que nos gustaría apoyar en su proceso de profesionalización.

Para evitar esto, lanzamos el programa de Talento Solidario intentando responder a esta doble necesidad: por un lado, apoyando a aquellas organizaciones concienciadas en mejorar sus niveles de profesionalización y, por otro, buscando a expertos profesionales que por circunstancias coyunturales no están en activo para que transfieran todo su expertise a estas organizaciones contribuyendo así a la profesionalización del tercer sector.

La Fundación Botín ha tenido la inusual visión de pedir a las ONG que sean las creadoras y planificadoras de sus propios proyectos. ¿Qué les ha hecho tomar este enfoque?

Creemos que nuestro modo de prestar apoyo a las organizaciones es ofrecerles la posibilidad de hacer realidad sus proyectos ampliando su radio de cobertura social porque son ellos los que tienen claro cuál es su proceso de desarrollo y de profesionalización.

Entre los criterios de selección de los proyectos destacaba el hecho de que fuera un proyecto «Innovador: que dinamice el tercer sector. Que mejore la eficiencia y la rentabilidad de la inversión». ¿Nos puede contar algún ejemplo que ilustre este concepto?

El proyecto «Cocina a conciencia» es un proyecto de integración sociolaboral en el sector de la gastronomía mediante la contratación laboral de menores y jóvenes en riesgo de exclusión social.

El proyecto persigue, más allá de la inserción laboral y la creación de puestos de trabajo, la creación de vínculos humanos que permitan a los jóvenes sin referentes adultos tener alguna persona que le sirva de guía y referencia estable, convirtiéndose dicha vinculación en agente de un cambio social genuino y solido a corto y largo plazo.

De este modo se pretende crear un símbolo nuevo de reconocimiento público a los establecimientos que ofrecen sus cocinas para vincularse a un joven que se encuentra en una situación de especial dificultad y así, concienciar a la sociedad. Este símbolo tiene la vocación de implantarse paulatinamente en la sociedad y sectores especializados.

¿Recomendarían a otras instituciones financiadoras apoyar proyectos similares?

Nos encanta que otras instituciones apoyen proyectos similares. De hecho, hay algunas que nos han comunicado la posibilidad de abordar proyectos similares en otras comunidades autónomas. La buena acogida y aceptación que hemos tenido en este segundo año confirma la necesidad del programa.

La fundación promueve una «Red Talento «para mejorar la gestión interna de las organizaciones partícipes en el programa. ¿Cuáles creen que pueden ser los resultados de esta red? ¿Han pensado en medir el éxito de esta iniciativa?

Que el tercer sector sea cada vez más dinámico, fuerte e innovador dependerá en buena medida de la calidad de liderazgo de los profesionales que gestionan las organizaciones. Por ello, nuestro programa quiere contribuir a la creación de redes de profesionales en el sector no lucrativo impulsando el conocimiento mutuo de las organizaciones, apoyando la formación de los profesionales de estas organizaciones a través de la implementación de talleres periódicos sobre temas estratégicos que afectan a las organizaciones. Y en tercer lugar, acompañando, mediante un servicio de asesoramiento, a las organizaciones en su proceso de profesionalización.

Evaluar el impacto social y económico de todos nuestros programas es un tema clave para la Fundación Botín para una mejora de la eficiencia y orientación de nuestras acciones.

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