La responsabilidad sobre las tallas está demodé

HAZ23 abril 2013

Guapas, altas y delgadas. Así son las modelos que protagonizan la mayor parte de las campañas publicitarias de las grandes marcas de ropa. En torno al año 2006 se produjo un alto índice de prevalencia de casos de anorexia y bulimia que saltó rápidamente a los medios de comunicación culpando a la industria de la moda de la proliferación de prototipos de mujer poco saludables.

Un informe de la Agencia para la Investigación y la Calidad en la Atención de Salud señaló un aumento del 119% de hospitalizaciones por trastornos alimentarios entre los años 1999 a 2006 entre los niños menores de doce años.

Es entonces cuando la ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad, Elena Salgado, y varias multinacionales del sector textil como Inditex, El Corte Inglés, Cortefiel o Mango se comprometieron a implantar progresivamente un sistema homogéneo de tallas de ropa. Posteriormente el ministerio realizó, en 2008 y ya en manos de Bernat Soria, un estudio antropométrico en mujeres para establecer los morfotipos femeninos predominantes y así adecuar las tallas al cuerpo de las españolas.

No es de extrañar la medida tomada, ya que la diferencia de tallaje entre unas y otras marcas puede llegar a provocar depresión y culpa. Así lo señala un informe realizado en 2010 por la Fundación Imagen y Autoestima y la Federación Española de Asociaciones de Ayuda y Lucha contra la Anorexia y la Bulimia (Feacab), que afirmaba que de una muestra de 560 personas que fueron entrevistadas a la salida de una tienda, el 87% admitía que su talla variaba de una marca a otra, lo que emocionalmente provocaba que un 58% se sintiera molesto, deprimido, preocupado o culpable.

Sin embargo, los trastornos en la alimentación dejaron de ser noticia y nunca se llegó a materializar el compromiso mostrado tanto por parte del Gobierno como por las empresas que firmaron el acuerdo.

Actualmente, pocas memorias de sostenibilidad de las analizadas para la elaboración de este reportaje muestran preocupación por la repercusión en los trastornos alimentarios que pueda tener su compañía, solo Mango hace referencia a la imagen de sus campañas publicitarias anunciando que «las/los modelos que aparecen en nuestras diferentes campañas se seleccionan teniendo en cuenta que sean iconos de moda, con una imagen adecuada y saludable» e incluye en su acción social la ayuda a la Asociación Acab, que realiza talleres de apoyo e integración para personas que han superado el tratamiento contra la anorexia y están en proceso ambulatorio.

Por Esther Barrio
@Esther_Bame

Leer también:

Editorial: La responsabilidad social… compartida
Entrevista: “Lujo y responsabilidad, en muchos casos, son sinónimos”
Moda y RSC, tejiendo compromisos
Innovación e impacto medioambiental
Transparencia en la cadena de proveedores
El peligro de las modas: el sandblasting

Comentarios