¿Pueden marcas y clientes cambiar el mundo juntos?
Si la pregunta se hubiera planteado hace unos años, la respuesta hubiera sido no, especialmente en España. En 2009 surgieron las primeras iniciativas de marcas en el mundo anglosajón –EEUU y UK- que proponían a sus clientes acciones para implicarse más en sus comunidades, especialmente a través del voluntariado.
Una de las iniciativas más redondas fue la experiencia Rockcorps con Orange UK, donde utilizaban la música para impulsar el voluntariado entre los jóvenes recompensando sus acciones de voluntariado con entradas a conciertos.
Sin llegar a la complejidad de Rockcorps, otras experiencias interesantes son las de Pedigree Pal, muy cercana a su línea de negocio, que en su web ofrece a sus clientes un mapeo de refugios para perros en USA y la posibilidad de acoger un perro abandonado; o la de Starbucks, que anima a sus clientes a unirse a su comunidad para reunir 1 millón de horas en servicios a la comunidad. Sin ningún complejo. La cultura de la participación en los países anglosajones está todavía muy lejos de la española.
En el campo del consumo y las empresas, la crisis de desconfianza ante gobiernos y empresas que vive la ciudadanía se traduce en una “profunda desconexión entre marcas y consumidores”, según el informe Crear un nuevo estilo de vida sostenible, una oportunidad para las marcas, realizado por Havas Media y la Fundación Entorno.
Más de 60.000 ciudadanos encuestados para ese informe en 15 países reconocieron que sólo el 20% de las marcas son importantes para ellos. El 80% restante no les importaría que desaparecieran. No les están aportando nada significativo ni positivo a sus vidas, ni a los que les rodean.
No explican cuáles son exactamente las marcas de ese 20% -algunas se podrían adivinar- pero sí por qué son elegidas: son marcas que comparten valores con sus clientes, que están comprometidas en “mejorar el bienestar de las personas, las comunidades y el medio ambiente, haciendo que las personas y la sociedad progresen y se transformen”.
En España quizás todavía no haya muchas empresas a las que se identifiqueclaramente como marcas comprometidas, pero sí existen iniciativas de algunas de ellas que ya avanzan en esa línea. Este sería el caso de DKV Seguros, una empresa que lleva años comprometida con el voluntariado, primero con sus empleados, y desde 2012 con el resto de sus grupos de interés (clientes, agentes, proveedores…) con quienes comparte su visión de la salud basada en un estilo de vida saludable que contribuye a la prevención.
En su programa Voluntariado saludable desarrollado de la mano de Hazloposible, ofrece opciones a través de la red social Facebook para realizar voluntariado y participar en actividades solidarias, convencidos de que “la solidaridad favorece seriamente la salud”.
Otras marcas españolas también han comenzado a andar ese camino: San Miguel con su iniciativa Ciudadanos 0,0 que busca inculcar hábitos de consumo responsable con propuestas sencillas de realizar como andar en bici o no desperdiciar comida, o la reciente ¿Y si nos levantamos? de Coca Cola España, que se propone luchar contra el sobrepeso y el sedentarismo con sensibilización, alguna propuesta y una oferta de refrescos no calóricos.
El siguiente escalón en estas experiencias sería ofrecer a sus clientes propuestas de participación o voluntariado que no sólo supongan un beneficio a sus clientes, sino también a su comunidad y a su entorno. ¡Todo se andará!