Las aves, el gran ‘termómetro’ del estado del entorno

Las aves son un termómetro para ‘medir’ la calidad de los ecosistemas y sirven como ‘señal de aviso’ sobre el estado del entorno y la calidad de vida del planeta. De hecho, Eurostat incluye el seguimiento de las poblaciones de aves entre los índices más importantes para medir la sostenibilidad, junto a referentes como el nivel de empleo, el consumo de energía o la esperanza de vida.

El pasado mes de diciembre, la organización de referencia en materia de estudio y protección de la avifauna, la Sociedad Española de Ornitología, SEO/Birdlife, la ONG conservacionista más veterana de España, creada en 1954, celebraba el XXII Congreso Español de Ornitología, una cita bianual que reúne a investigadores y expertos del mundo de las aves al más alto nivel.

Una de las principales conclusiones de ese Congreso fue el hecho de que las aves “responden rápidamente a los cambios en el medio ambiente, y eso las convierte en una magnífica ‘herramienta’ para medir el estado general del lugar en el que viven, algo que atañe directamente a los seres humanos y a su calidad de vida”.

En este sentido, la oficina estadística europea Eurostat, incluye el seguimiento de las poblaciones de aves entre los índices más importantes para medir la sostenibilidad y el bienestar social.

El Índice de Aves Comunes o Common Bird Index es uno de los referentes principales del Sustainable Development Indicator de Eurostat, que sitúa el estado de las poblaciones silvestres de aves junto a referentes de otro tipo, como el nivel de empleo, el consumo de energía o la esperanza de vida, para calibrar el grado de bienestar real que tienen los europeos.

Eurostat acumula desde hace décadas datos para tres indicadores: aves agrarias, forestales y comunes, que permiten valorar de forma efectiva la evolución del medio ambiente a lo largo del tiempo.

Este índice revela, por ejemplo, un descenso muy acusado de las aves ligadas al medio agrario, un claro indicativo del abandono y la intensificación de la producción agropecuaria en Europa, que está provocando una alteración de los paisajes rurales, una grave pérdida de biodiversidad y un empobrecimiento de los campos y las poblaciones rurales.

“Que especies tan comunes y ligadas al hombre como la golondrina o el gorrión estén en declive en tantos países europeos es un señal de ese deterioro”, alerta SEO/Birdlife.

Las aves y la salud de los hábitats

Desde SEO/Birdlife defienden el hecho de que las aves “son sin duda una herramienta reconocida para valorar la diversidad y la integridad de los ecosistemas a nivel global. Están presentes en todos los hábitats, pueden desplazarse con presteza y responden de forma rápida a los cambios en la cadena alimentaria o a las alteraciones en su medio físico. Por tanto, son un excelente testigo de la salud del medio ambiente y del deterioro o buena conservación de los ecosistemas”.

Precisamente con motivo de su 60 aniversario en 2014, SEO/BirdLife, lanzó su Manifiesto por las aves y la calidad de vida en el que destaca varios mensajes clave: el primero de ellos es, precisamente, que las aves “son un testigo indispensable para conocer nuestra salud ambiental, y la clave para entender, amar y cuidar la naturaleza”.

“Piensa en el vuelo de un pájaro, en la fuerza y la armonía de sus movimientos, en lo hermoso de su plumaje. Ahora ve más allá y observa su entorno, por dónde viaja y dónde anida: si se mantiene, crece y regresa, está diciéndonos que allí puede haber vida, que es saludable. Lo contrario es un mal presagio. Donde no hay aves no hay vida, tampoco para nosotros”, señala la ONG en su Manifiesto por las Aves.

“Está demostrado que cuando se protege a las aves se protege también buena parte de la biodiversidad”, recalca SEO/Birdlife. Según sus datos, en las áreas más importantes para las aves en todo el mundo, identificadas como IBA (Important Bird and Biodiversity Areas) se encuentra hasta el 80% del resto de la biodiversidad mundial.

Un estudio publicado en la revista Science en noviembre de 2013 seleccionó los 78 lugares más importantes para la biodiversidad en todo el mundo, localizados en un total de 34 países.

De esa ‘escogida lista’ de puntos ricos en biodiversidad, el 93% estaban declarados como IBA, otra muestra de que las aves son “un paraguas para proteger al resto de la vida”. “Al salvaguardar los lugares importantes para ellas se resguarda también el resto de órdenes biológicos”, apunta la organización.

Desde SEO explican que actualmente la afición por la observación de aves, el birding o birdwatching, además de ofrecer información sobre la biodiversidad, es una alternativa de ocio al aire libre con un alto grado de respeto por el entorno y una forma de ecoturismo en auge que moviliza a millones de personas.

Según sus datos, sólo en Europa se estima que 10 millones de viajeros se desplazan cada año para observar las especies más raras o exóticas. “Pero no es necesario ir muy lejos para disfrutar de ellas. Basta cualquier rincón, incluso los urbanos, para tener cerca la vida silvestre”, asegura SEO, que defiende que muchas personas “conectan con la naturaleza gracias a la observación de aves y son muchos los que se inician en el amor por el aire libre y la conciencia ecológica gracias al interés por las aves”.

Pero la directora Ejecutiva de SEO/Birdlife, Asunción Ruíz, insiste: el disfrute no es lo único que nos ofrecen las aves. Al servir de señal de aviso sobre el estado del entorno y reaccionar de forma rápida y muy visible a cualquier alteración en su medio, son un testigo esencial de los cambios ambientales. “Por eso, cuando trabajamos para conservarlas estamos velando también por nuestro bienestar y nuestro propio futuro”, explica Ruíz a Revista Haz, que recuerda que de las 10.000 especies de aves del mundo, un 20% están amenazadas y 198 están en Peligro Crítico, la categoría de máxima alarma establecida por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

La responsable de SEO/Birdlife -que cuenta con 12.000 socios, 41 grupos locales en toda España y más de 7.000 voluntarios– defiende una idea principal: “La convivencia entre el hombre y la naturaleza es posible y necesaria, y las aves son el mejor aliado para conseguirlo”.

‘Aver aves’, o cómo acercar la biodivesidad a los más pequeños

Otra manera de conocer y dar a conocer la diversidad ornitológica, esta vez la más cercana y urbana, es la iniciativa Aver Aves, creada por el periodista especializado en medio ambiente y biodiversidad, Javier Rico, y María Luisa Pinedo, con el objetivo de acercar la diversidad ornitológica de los parques y jardines de la ciudad a los escolares.

Según explica Rico a Revista Haz -con más de veinte años de experiencia en medios como El País, Quercus, Natura, o National Geographic, y autor de varias guías sobre aves de la Comunidad de Madrid- “la idea es convertir los espacios urbanos más cercanos a los centros escolares madrileños en aulas al aire libre en las que observar y reconocer a decenas de especies diferentes”.

La “excusa” son las aves, dice, “pero la finalidad es que los más jóvenes valoren la biodiversidad urbana, aprendan a cuidarla y, con lo aprendido, disfruten más de sus paseos por las zonas verdes de las ciudades”.

“Lo más importante de las salidas de Aver Aves no es cuántas aves vemos, ni cómo ni dónde las identificamos. Lo más importante es que cale el mensaje de la trascendencia de la biodiversidad que rodea a los niños, de lo cerca que están de su disfrute, de la función de las aves dentro de ella y de todas las cosas que pueden hacer para que se mantenga o incluso mejore”, recalca Rico.

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Según explica este apasionado de las aves, “a los escolares principalmente les enseñamos que al lado de sus coles y de sus casas hay una gran biodiversidad digna de ser conocida y conservada: hay aves rapaces, insectívoras, pájaros carpinteros, aves marinas… pero también pinos, acacias, adelfas, romero, olmos, mimosas, praderas, estanques, arroyos, charcas… donde habitan infinidad de seres vivos”.

A su juicio, “también es importante demostrarles que muchas de las materias que estudian en clase tienen su traslación práctica ahí fuera. Es como una mezcla de safari urbano y aula al aire libre, donde las aves nos enseñan Biología, Física, Química, Geografía e incluso Música, Matemáticas y Lengua”.

Aver Aves permite además a los escolares el conocimiento de lo cercano, de la historia, la cultura y la biodiversidad del sitio donde han nacido y crecen. “Intentamos desmitificar que para ver animales o flora hay que ir a Doñana o Picos de Europa o, en el mejor de los casos, a la sierra de Guadarrama. En Madrid capital hay, a lo largo del año, hasta 200 especies de aves. ¿Alguien lo sabe? ¿Alguien las ha visto u oído?”, plantea Javier Rico.

Y es que “la práctica del birdwatching, aunque en España no está muy extendido, a pesar de la gran variedad de fauna que tenemos, se practica de manera habitual en otros países europeos, como Reino Unido, Holanda, Alemania o Francia”, puntualiza el impulsor de Aver Aves.

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