Los coches, cada vez más responsables
Pero aquí no acaban las demandas, el último reto para los fabricantes llega a través de una Directiva Europea para que en caso de accidente sean los propios vehículos quienes llamen directamente al 112. Un nuevo sistema que podría salvar 2.500 vidas al año en Europa.
La innovación ha ido dando respuesta a todos y cada uno de los factores de riesgo de esta industria en mayor o menor medida. Es conocido que el transporte es causante de parte del cambio climático, aportando aproximadamente el 20% del total de las emisiones de CO2 a la atmósfera. De ese porcentaje, la mitad de las emisiones provienen de los coches, según un informe de Ecologistas en Acción. Para combatir estos datos se ha ido ajustando la eficiencia en el consumo hasta llegar al coche eléctrico, que elimina en un 100% el uso de carburantes.
En materia de seguridad, los coches han ido dotándose de sistemas cada vez más avanzados y sofisticados para contribuir a la reducción de víctimas mortales en la carretera. En el conjunto de los Estados miembros de la Unión Europea se registraron un total de 25.700 víctimas mortales en la carretera en 2014, apenas un 1% menos en comparación con 2013. Cifras aún elevadas para los esfuerzos realizados tanto por el sector público como por el privado, encaminados a reducir drásticamente estos datos. Con este nuevo proyecto se estima reducir la cifra de fallecidos en un 10%.
Con respecto al año 2010 se contabilizan 5.700 fallecidos menos, pero las expectativas de reducir aún más estos datos siguen siendo mayores. Por ello, el Parlamento Europeo dio luz verde recientemente a un nuevo reglamento para que todos los coches nuevos europeos, vendidos en Europa a partir de la primavera de 2018, dispongan de un botón que contacte con los servicios de emergencia de forma autónoma en caso de accidente.
Bautizado como ecall, el dispositivo se basa en un sistema GPS que enviará con la llamada la localización exacta del vehículo accidentado. También enviará información con el tipo de combustible que utiliza el vehículo, además del número de pasajeros y de bastidor. En caso de que dentro del coche accidentado hubiera viajeros conscientes, podrán hablar directamente con los servicios de emergencia.
Aún por probar la medida, de funcionar traería consigo infinitas ventajas. Incluso en caso de que el conductor o los acompañantes hubieran perdido el conocimiento en el accidente los servicios de emergencia tendrán conocimiento a tiempo del suceso y podrán derivar la llamada a la policía o a los bomberos, según la información que ofrezca el propio vehículo. Además, la localización será inmediata gracias al sistema de coordenadas, en situaciones en que cada minuto cuenta y puede ser decisivo para salvar vidas.
El tiempo de llegada al lugar del accidente se vería reducido en torno al 50% en las zonas rurales y en torno al 40% en las zonas urbanas, como una media europea. Esto significará no sólo la reducción de víctimas mortales sino también la considerable reducción de heridos graves, ya que según un estudio presentado por el Parlamento Europeo, un 15% de heridos graves podrían evitarse con la llegada a tiempo de los servicios de emergencia.
Otras de las ventajas guarda relación con la vertiente económica. Podrían ahorrarse 26.000 millones de euros anuales, cálculos basados en el ahorro a la atención médica a las víctimas de accidentes de tráfico que se evitarían, así como el menos gasto policial si el accidente puede ser identificado lo antes posible y evitar así los posteriores atascos que suelen sucederse.
El coste de la medida ascenderá a alrededor de 100 euros por vehículo, que tendrán que ser asumidos por los fabricantes. Por otro lado, los servicios de emergencia tendrán que adaptar su trabajo a este nuevo sistema, dentro de las competencias de cada país. Los Estados miembros tendrán tres años para poder armonizar sus sistemas y adaptarlos a las centrales de llamadas de emergencia de cada país, además de adoptar los protocolos necesarios de comunicación para el envío y la recepción automática de datos.
Independientemente del sistema técnico también será necesaria la formación del personal para poder seleccionar las llamadas y descartar aquellas que se produzcan, por ejemplo, por error.
Lo primero, la seguridad
Para prevenir accidentes de tráfico o sus consecuencias no sólo es necesario contar con vehículos de mayor calidad sino también con carreteras apropiadas y una buena seguridad vial. El objetivo que se ha impuesto la Comisión Europea es reducir a la mitad el número de muertes en carretera entre 2010 y 2020. Y medidas como la anunciada se enmarcan en este contexto.
“Entristece y es difícil de aceptar que casi setenta europeos fallezcan a diario en nuestras carreteras y que un número más elevado resulte gravemente herido. Las cifras deben ser una llamada de atención. Tras esas cifras y estadísticas hay cónyuges, padres, hijos, hermanos, colegas y amigos apenados por las muertes. Ellos también nos recuerdan que la seguridad vial exige una atención constante y mayores esfuerzo”, señalaba en Bruselas la comisaria de Transporte de la UE, Violeta Bulc.
Las estadísticas por países correspondientes a 2014 revelan que el número de muertes en carretera sigue variando en toda la UE. Se prevé que la tasa de mortalidad media de la UE en 2014 sea de 51 víctimas mortales en carretera por millón de habitantes.
Malta, los Países Bajos, Suecia y el Reino Unido siguen presentando los índices de víctimas mortales en carretera más bajos, con menos de treinta muertes por millón de habitantes. Por su parte, cuatro países siguen teniendo unos índices de mortalidad con más de 90 muertos por millón de habitantes: Bulgaria, Letonia, Lituania y Rumanía.
En estos años países como Grecia, Portugal o España han experimentado una mejora de la seguridad vial superior a la media. La mayoría de las actuaciones cotidianas vinculadas a la seguridad vial se realizan a nivel local o nacional, como, por ejemplo, la observancia de las normas de tráfico, la realización de campañas educativas o el desarrollo y el mantenimiento de las infraestructuras.
La UE contribuye con la legislación y recomendaciones sobre cuestiones de interés común, como, por ejemplo, los requisitos mínimos para las inspecciones técnicas de vehículos y la armonización de las normas técnicas, tal y como recuerda la Comisión. Para finales de 2016, Bruselas tiene previsto presentar una revisión del marco de la UE sobre la gestión de la seguridad de la red de carreteras.
Educación vial en las escuelas
En España, la educación vial será una asignatura obligatoria en primera y secundaria. El Congreso de los Diputados aprobó el pasado 27 de mayo una proposición no de Ley para exigir al Gobierno su puesta en marcha. La propuesta fue respaldada por unanimidad por la Comisión sobre Seguridad Vial y Movilidad Sostenible del Congreso.
“El Congreso de los Diputados insta a las administraciones competentes a reforzar la formación sobre educación vial, en las etapas de educación primaria y secundaria obligatoria y a colaborar con los centros para la elaboración de unidades didácticas específicas que tengan carácter evaluable y obligatorio«, recoge el texto.
La medida impulsará a través de la educación la concienciación de los más pequeños sobre los riesgos de la conducción de cara a prevenir accidentes de tráfico. Introduciendo esta asignatura dentro del programa obligatorio educativo se busca potenciar una actitud “preventiva y segura”.
Desde el conocimiento de los riesgos si se incumplen ciertas normas de tráfico podrán evitarse situaciones de peligro en el futuro y se irán reduciendo paulatinamente las cifras de fallecidos en las carreteras.
Iniciativas como Ponle Freno aplaudían la medida. “De la misma manera que a los pequeños y a los jóvenes se les forma en normas básicas de convivencia frente a los demás como ciudadanos, en el plano de la seguridad vial se debe concienciar a los alumnos en sus fases de educación obligatoria de la importancia de observar unas normas básicas de utilización de la vía, tanto en su faceta de peatones, como en la de usuarios de los diferentes vehículos, como la bicicleta, los ciclomotores, motocicletas, el automóvil o el transporte escolar y público”, señalaba en un comunicado Atresmedia, promotora de la campaña dentro de su política de RSC.