La escasez de nuevas materias primas para alta tecnología, desafío económico y ambiental

La mayoría de las materias que se utilizan en alta tecnología se encuentran concentradas en unos pocos estados como China, Rusia, Congo, Brasil o los países del Golfo Pérsico. Un Informe de la Comisión Europea alerta de que la demanda de estos materiales podría triplicarse antes de 2030, algo que puede comprometer los avances tecnológicos, generar conflictos geopolíticos o económicos y crear nuevos retos ambientales.

Un ordenador portátil lleva aproximadamente 65 gramos de cobalto, 2’40 gramos de tierras raras, 1’7 gramos de tántalo, 0’54 gramos de oro y plata, 0’05 gramos de elementos del grupo del platino y unos 0’04 gramos de indio, galio y germanio.

Éstas y muchas otras son las nuevas materias primas estratégicas, metales de aplicación para alta tecnología (high tech metals), directamente relacionados con la producción de nuevas tecnologías en campos como la electrónica de consumo, los sistemas de defensa y tecnología militar avanzada, los paneles solares, turbinas eólicas, los dispositivos de almacenamiento de electricidad, y otros metales de aplicación tecnológica.

En mayo de 2014 un informe de la Comisión Europea alertaba de que estas nuevas materias primas son cruciales para la economía europea y esenciales para mantener y mejorar la calidad de vida, y por tanto “garantizar un acceso justo a éstas es una prioridad para la UE de cara a establecer un marco internacional que aporte soluciones a una situación cada vez más preocupante”.  Este tipo de materias primas de importancia estratégica lo son también a nivel económico, pero su oferta, y sobre todo su acceso, está sujeto a importantes riesgos.

El primer examen de materias primas estratégicas a nivel europeo fue publicado en 2010 por el Grupo de Trabajo Ad Hoc, creado por la Comisión Europea para el estudio de este asunto. Un total de 14 materias primas fueron establecidas como estratégica en ese momento, de un total 41 productos analizados. La lista incluía sólo materias primas no energéticas y no alimentarias/agrícolas. En su Comunicación de 2011 sobre estas materias primas la Comisión se comprometió a analizar e identificar acciones prioritarias y a llevar a cabo una actualización de esta lista al menos cada 3 años.

El siguiente análisis se realizó en 2013 y se publicó en 2014 utilizando la misma metodología y los mismos indicadores de 2010, pero con datos actualizados y una gama más amplia de materiales -las materias primas analizadas fueron 54 en lugar de 41-, lo que permite una comparación de los dos análisis para determinar la importancia económica y geoestratégica de estas materias primas críticas y el riesgo de suministro.

De esta forma, el pasado año la lista revisada de materias primas minerales consideradas fundamentales para la industria europea en riesgo de escasez de abastecimiento aumentaba a 20 desde las 14 anteriores.

El tantalio fue el único que se eliminó de la lista, incorporándose seis nuevas materias: borato, cromo, coque, magnesita, fosfato de roca y metal de silicio.

En este sentido, el vicepresidente del ejecutivo comunitario y comisario de Industria y Emprendimiento, el italiano Antonio Tajani, se refirió a “la necesidad de reforzar la diplomacia de las materias primas y la política de tratados, fomentar el suministro sostenible dentro de la UE y aumentar la eficiencia de los recursos, así como promover el reciclaje».

Este informe, y su análisis previo, permite a la CE priorizar necesidades a la hora de negociar acuerdos comerciales o promover la investigación y la innovación, así como intensificar la producción europea de materias primas fundamentales en riesgo y fomentar el lanzamiento de nuevas actividades mineras y de reciclaje.

El resto de minerales que ya se incluían en la lista anterior son el antimonio, esmeralda, cobalto, espato flúor (fluorita), galio, germanio, indio, magnesio, grafito natural, niobio (columbio), metales del grupo del platino, tierras raras pesadas, tierras raras y volframio.

En el caso de las tierras raras -17 materiales incluidos en la lista de la CE e imprescindibles en sectores punteros como las energías renovables,  las telecomunicaciones o los vehículos híbridos y con un valor comercial que ya en 2010 rondaba los 1.500 millones de euros anuales- es China quien controla más del 95% de toda la producción mundial.

Por ello, ya se están desarrollando varias investigaciones para encontrar materiales que puedan reemplazar a estas tierras raras o, al menos, reducir su papel en las nuevas tecnologías. Pero los expertos europeos son realistas y alertan de que los resultados no se producirán a corto plazo.

Escasez frente a alta demanda

El reto a afrontar, según los expertos europeos de este grupo de trabajo, es la demanda de estos minerales metálicos, que se ha disparado debido a sus múltiples usos en productos de alta tecnología, claves para la industria más puntera. Sólo algunos ejemplos: el europio se utiliza en pantallas planas de ordenadores y televisiones, y hasta el momento no se le conoce sustituto. El 99,9% de su producción mundial proviene de China.

Sin el samario o el terbio sería imposible fabricar los láseres y las lámparas fluorescentes de alta eficacia. Sin el promecio y el lutecio no se habrían conseguido las actuales mejoras en la energía nuclear. Por su parte, el gadolinio es vital para obtener titanio, un componente básico en la producción militar y médica.

En palabras de Lucía Íñigo, representante española en el Comité de Programa de Nanotecnologías, Materiales, Biotecnología y Procesos en CDTI -el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial-, “a la hora de definir los materiales que se pueden considerar como críticos, el factor que más puede comprometer los avances tecnológicos es el del comercio”.

“Algunos de estos materiales se producen y comercializan desde países en situaciones socio-políticas poco estables y se corre el riesgo de que decidan no atenerse a las reglas de comercio internacional”, explica.

Desde la División de Programas de la UE en el Departamento de Liderazgo Industrial de CDTI, Íñigo señala a Revista Haz que esto tendría “consecuencias muy directas a nivel europeo”, mientras que otros factores sin embargo “se pueden controlar mejor y Europa aún está a tiempo de prepararse para que no se lleguen a comprometer algunos avances tecnológicos”.

A su juicio, la concentración de la producción de estos materiales en un único país “tiene sus peligros” y este tipo de dependencia obviamente “no es positiva”. En este sentido, explica, “la UE trabaja en acuerdos políticos y comerciales con esos países, pero en paralelo es importante que también se trabaje en su posible obtención en Europa, así como en su sustitución y reciclaje a través de proyectos de I+D y políticas industriales y ambientales”.

“Tanto en la vertiente de extracción como en la de reciclaje se puede decir que el reto económico va de la mano con el reto medioambiental”, asevera esta experta.

Otros expertos coinciden: el desafío más inmediato será trabajar en la mejora de la eficiencia del reciclaje de las materias primas y los productos que contienen, por ejemplo, los teléfonos móviles, además de fomentar las sustitución de determinados minerales por otros nuevos, más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente, pero también más accesibles por no estar concentrados en pocos países.

La apuesta de Europa

En Europa, la principal iniciativa a nivel político en este aspecto es la European Innovation Partnership on Raw Materials en la que trabajan tanto la CE como los estados miembro y la industria, con el objetivo de cubrir todos los temas relevantes: desde las políticas industriales a las ambientales pasando por el comercio y la extracción o el procesado, así como la sustitución y el reciclaje.

“Esto se realiza tanto a través de la eco-innovación como del diseño con el objetivo de facilitar el reciclado y los nuevos procesos para separar los materiales que ahora no se pueden o no es rentable separar”, añade Lucía Íñigo.

Según explica esta experta, estas hojas de ruta y las priorizaciones de la UE son la base para otras iniciativas y convocatorias, como las de ERA-MIN o las que se financian a través del marco más amplio que es Horizonte2020.

ERA-MIN es un programa de financiación de proyectos de investigación dirigido a la creación de redes y mecanismos para fomentar la investigación en el campo de la producción industrial y el suministro de materias primas.

El consorcio ERA-MIN, creado en 2011, es en realidad un foro para las comunidades científicas y técnicas creado para intercambiar y compartir información, una herramienta para fomentar la coordinación intergubernamental y la financiación público-privada de investigación de materias primas.

Esta experta añade una herramienta más de la UE: el paquete legislativo de Economía Circular que en estos momentos está en periodo de consulta, y que contemplará tanto los aspectos de reciclaje como los de diseño y producción de los productos de alta tecnología; una de las iniciativas estrella de la Comisión Juncker, que, tras haber revocado el anterior paquete de Economía Circular de la pasada Comisión liderada por Barroso, prevé la presentación de un nuevo plan de acción sobre este asunto más ambicioso y que ya incluía medidas sobre la mejora en el uso de los recursos -y por tanto de los residuos-, así como el control de la contaminación y la lucha contra el cambio climático.

El actual ejecutivo cerró el pasado 20 de agosto el plazo para que ciudadanos europeos, empresas interesadas, públicas o privadas, así como organismos gubernamentales, aportaran su opinión para el nuevo paquete legislativo y que, en materia de gestión de los residuos, pasaría, entre otros aspectos, por desarrollar estrategias específicas para cada país, examinando más atentamente los problemas de incumplimiento de la legislación para garantizar su aplicación efectiva.

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