Más de 150 países buscarán en París un acuerdo global sobre cambio climático

Se rebajan las expectativas para cerrar un acuerdo ambicioso a unas semanas de la Cumbre del Clima, que se celebrará en París, entre el 30 de noviembre y el 11 de diciembre.
Lidia Soria13 noviembre 2015

Hay dos grandes problemas en el mundo: uno, dar de comer a 840 millones de personas; y dos, dar respuesta al cambio climático. Para el primer desafío la FAO sigue luchando para combatir el hambre crónica, mientras que para el segundo más de 150 países a nivel mundial perfilan un acuerdo que permita representar un compromiso firme para la reducción de emisiones. Será en París, en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que tendrá lugar del 30 de noviembre al 11 de diciembre de este año.

Un encuentro, la vigésima primera Conferencia de las Partes (COP 21), para el que existe mucho compromiso político pero los trabajos técnicos siguen planteando problemas. Los Ejecutivos quieren que se dé un mensaje de claro y contundente en la capital francesa, especialmente el Gobierno que dirige François Hollande, pero el camino que se ha recorrido hasta ahora no garantiza un acuerdo en diciembre que cumpla con las expectativas.

A nivel mundial son muchos los países que han mostrado un compromiso para reducir el calentamiento global, pero todavía no es suficiente. El comisario de Energía y Clima, el español Miguel Arias Cañete, reconoció que con los esfuerzos que plantean los países se puede conseguir una reducción de un grado Celsius en la temperatura, que ascendería a entre 3,8 y 4,7 grados. Las medidas que hay encima de la mesa dejarían una temperatura de unos 3 grados, cuando lo que se quiere conseguir es reducirla hasta los dos grados de aquí hasta finales de siglo.

Son muchos los obstáculos a los que se enfrentan los ministros del ramo en París, quienes serán los que realmente se dispongan a encontrar el máximo denominador común en materia de cambio climático. Los líderes que acudan a la cita se verán el primer día de la conferencia, para dejar paso después a los ministros, que cierren los flecos del acuerdo más esperado este final de año.

Las negociaciones de la última reunión en Bonn, Alemania, previa a la de París dejaron patente que sigue habiendo trabajo que hacer. No están claros los daños que pueda provocar no alcanzar el límite de los dos grados o cómo afrontar el financiamiento de países en desarrollo.

El borrador que salió de dicha reunión fue largo y complejo. Las 20 páginas iniciales con las que los expertos trabajaban se han convertido en más del doble. Ahora son 55, que aunque puedan parecer muchas, otras reuniones del mismo nivel en años anteriores contenían cerca de 300 páginas. Para algunos es un documento enrevesado y para otros, como es el caso de algunas ONG, se están dejando fuera varias opciones a negociar.

El objetivo es que las políticas vayan hacia la eliminación de las energías fósiles y el aumento de energías renovables y sostenibles, y hacia el incremento de la financiación para los países que se encuentren en peligro y sean más vulnerables a los cambios de temperatura. Por ahora existen riesgos para la aprobación del fondo anual que se baraja de 100.000 millones de dólares anuales para hacer ayudar a la lucha contra el cambio climático.

Teniendo en cuenta que lo más probable es que no se consigan compromisos para reducir a dos grados el calentamiento del planeta, la clave en París será llegar a un acuerdo dinámico, que permita la revisión de los objetivos planteados por los Estados. El límite de 2100 está demasiado lejos para que no exista una auditoría que permita ver si los compromisos se cumplen.

¿Por qué un control más cercano en el tiempo?

Porque los compromisos que se pretenden firmar en París son voluntarios. Se trabaja sobre una base que pueda incluir a más países. Por el momento son 155 los que han presentado compromisos, que engloban el 90% de las emisiones a nivel mundial. Se considerará un éxito la conferencia de París si los países se comprometen a firmar un acuerdo dinámico, que permita  revisar los compromisos cada cinco años, con rendición de cuentas incluidas.

El Protocolo de Kioto contemplaba sanciones ante los incumplimientos. Y fue la causa de que grandes contaminantes como Estados Unidos o China no lo firmaran. Así al menos lo consideraba el comisario europeo de Clima. La voluntariedad permitirá que ambos gigantes sumen sus compromisos al del resto del mundo para atajar de forma global el calentamiento global. «Hay que encontrar una fórmula que permita que todos vayan en el mismo barco», reconoció Cañete. No será vinculante, por lo tanto, como lo es el Protocolo de Kioto.

Faltaba por conocer los compromisos de los Emiratos Arabes, que presentaron su aportación el pasado 22 de octubre. El propio comisario de Energía reconocía que su agenda está repleta de viajes desde que asumió el cargo para tratar de negociar prácticamente con todo el globo su compromiso con el cambio climático para el fin de este siglo.

Por otro lado, será necesario gestionar la aportación económica a países en vías de desarrollo, que consideran injusto que se les exija los mismos esfuerzos que a aquellas naciones que ya han tenido su revolución industrial y que a sus ojos son los únicos responsables del cambio climático. El acuerdo de París entraría en vigor a partir del año 2020, cuando concluye el protocolo de Kioto.

El Parlamento pide reducir emisiones en un 40%

El Parlamento Europeo aprobó a mediados de octubre sus exigencias para la cumbre del Clima de París. Pide que se reduzca en al menos el 40% las emisiones de gases de efecto invernadero, que la eficiencia energética llegue al 40% y que las energías renovables supongan el 30% del total en el año 2030.

Los eurodiputados exigieron dos requisitos que ya se descartan. Que el acuerdo sea vinculante legalmente y que se consiga reducir por debajo de los dos grados centígrados la temperatura del planeta. Otra de las peticiones, que se revise cada cinco años para medir el cumplimiento de los compromisos, está en proceso de conseguirse.

También pidieron que se incremente la financiación para luchar contra el cambio climático, para lo que el Parlamento Europeo propuso que se destinen algunos fondos del ETS para conseguir financiación para el clima.

La UE cumple los compromisos de Kioto

Con antelación y amplio margen ha cumplido la Unión Europea las cifras de reducción de emisiones que se le exigían en el protocolo de Kioto. El tope era el año 2020 y a punto estuvo de alcanzar ya los objetivos en el año 2014. El estudio Tendencias y proyecciones en Europa en 2015, elaborado por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), así lo confirma.

Se exigía un recorte del 20% sus emisiones para el año 2020, y la Unión Europea ha reducido las emisiones de gases de efecto invernadero en un 23% el año pasado, con respecto a las cifras del año 1990. Cumplir con las metas siempre es motivo de satisfacción, pero algunos expertos apuntan a que los compromisos no son demasiado exigentes.

Cañete explicaba el cumplimiento tan adelantado gracias a las políticas de energía y clima que han sido aprobadas por la Unión Europea. Las proyecciones apuntan a que se consiga una reducción del 25% de cara al año 2020, siempre que se apliquen las medidas adicionales previstas por los Estados miembro.

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