La factura electrónica evita la tala de 145 toneladas de madera

Durante sus dos años desde que las administraciones públicas la implantaran de forma obligatoria para sus proveedores, se han gestionado 14,5 millones de facturas electrónicas a nivel oficial. Según un estudio de Seres, cada millón de facturas impresas implica la utilización de 10 toneladas de madera.

Una de las ventajas que está trayendo consigo la digitalización de documentos y las nuevas tecnologías móviles es la posibilidad de reducir de manera drástica la impresión de documentos y, con ello, la progresiva reducción del uso de papel y tintas, con el consiguiente beneficio no sólo para los bolsillos, también para el medio ambiente.

Hoy por hoy, la mayoría de las empresas de servicios ofrecen al consumidor la posibilidad de recibir sus facturas de modo online, evitando así el habitual envío por correo ordinario al que estaba uno acostumbrado hace una década: luz, agua, gas, telefonía… todo se puede revisar vía web y archivar digitalmente.

En este sentido, España se ha convertido en un interesante ejemplo a seguir. Hace dos años, el Ministerio de Hacienda obligó a los proveedores de las administraciones públicas a presentar sus facturas de forma electrónica, reguladas bajo el sistema FACE (Punto General de Entrada de Facturas Electrónicas). Tan sólo quedaban excluidas de esta obligatoriedad aquellas de importes menores a 5.000 euros y las destinadas a servicios en el exterior.

Los objetivos iniciales de esta medida fueron los de evitar la morosidad por extravíos de documentos y agilizar los pagos de una forma ordenada, siguiendo la entrada en el sistema. Gracias a ello también se añadieron otros hitos: el del ahorro económico millonario para las arcas del Estado y el de un menor uso de papel y tinta.

Según datos ofrecidos por el Ministerio recientemente, desde que se implantó la normativa las comunidades autónomas y los ayuntamientos han recibido y archivado digitalmente (en la mayoría de los casos, sin necesidad de imprimir) más de 14,5 millones de documentos de esta tipología.

Desde que el Ministerio de Hacienda obligó a los proveedores de las administraciones públicas a presentar sus facturas de forma electrónica, se han gestionado 14,5 millones de e-facturas.

Por otra parte, en el mes de julio entrará en vigor la obligatoriedad de gestión electrónica del IVA, el llamado Suministro Inmediato de la Información (SII). La medida obligará a que más de 62.000 compañías gestionen y declaren este impuesto a través de la red de redes.

En concreto, deberán sumarse al SII aquellas que facturen más de 6.010.121,04 euros, las que estén inscritas en el régimen de devolución mensual (Redeme) y las que sean grupos societarios a efectos de IVA). No obstante, la Agencia Tributaria permitirá adherirse de forma voluntaria a todas aquellas empresas que lo deseen.

De nuevo, entre los objetivos iniciales de la Administración no está el medio ambiente, más bien la lucha contra el fraude fiscal. Sin embargo, la medida traerá consigo importantes beneficios para evitar, una vez más, el gasto en cantidades industriales de papel y tinta, ya que la información recibida por Hacienda generará automáticamente los libros de IVA y la gestión electrónica de estos registros.

El beneficio medioambiental en cifras

Según un estudio realizado por Seres, compañía especializada en facturación electrónica, al usar el intercambio electrónico de documentos se reduce la tala de árboles. Se calcula que cada tonelada de papel implica cortar 24 árboles que, no hay que olvidar, son fuente de oxígeno y de anulación de CO2.

Un CO2 que también se emite a la hora de convertir la celulosa en papel. El informe indica que poner en circulación un kilo de este material requiere de 324 litros de agua y el consumo de cuatro kilovatios de energía. Por otra parte, también se evitarían los residuos que se producen a lo largo de este proceso, las emisiones generadas en el transporte del material y el combustible consumido.

“Cada millón de facturas en papel precisa de diez toneladas de madera. Al facturarlas electrónicamente dejaríamos de talar un centenar de árboles”, asegura Alberto Redondo, director de marketing de Seres para Iberia y Latinoamérica.

“Cada millón de facturas en papel precisa de diez toneladas de madera. Al facturarlas electrónicamente dejaríamos de talar un centenar de árboles”. Alberto Redondo.

En lo que respecta a la impresión, el texto de Seres explica que se necesitan unos cuatro litros de petróleo por cartucho producido, eso sin contar con aquellos que se desechan de forma inadecuada. Cada segundo se tiran a la basura unos ocho cartuchos, el 70% de todos los que se usan a nivel mundial. Si estos son de impresora láser, tardarán 450 años en descomponerse, o más de mil años si sus componentes son de plástico industrial.

“El coste combinado (medioambiental y de gestión) de la recepción de una factura en papel se sitúa en 7,22 euros frente a los 2,27 euros del coste de la factura en formato digital”, concreta el estudio.

¿Quiere ticket? No, gracias

Teniendo en cuenta todas las variables, ya son varias las empresas de distribución que han anunciado la retirada de vales y tickets de compra en papel. El caso más destacado ha sido el de Carrefour, que en enero puso en marcha el proyecto Papel 0, con el que pretende reducir hasta un 70% el papel emitido en su línea de cajas y la digitalización de los principales procesos en sus oficinas centrales.

A nivel interno, se ha comenzado a trabajar sistemas de impresión y digitalización que evitan la impresión innecesaria. Además, se han sustituido las papeleras tradicionales por zonas comunes de reciclaje.

Por otra parte, el gigante francés está invitando a los usuarios de su aplicación móvil a seleccionar libremente la opción de no recibir de forma física ni los tickets de compra ni las notificaciones en papel, de tal manera que tanto los recibos como los descuentos y cheques lleguen a través de dispositivos móviles. Sin embargo, la cadena de hipermercados ha asegurado que a medio plazo eliminará de forma progresiva su ticket de cajas en todas las tiendas de la compañía.

70%
papel

Reducirá Carrefour digitalizando los tickets de compra y promocionales.

Menos radical ha sido Lidl en Suiza, que ha tomado la sencilla determinación de preguntar al cliente si quiere su recibo antes de imprimirlo, después de detectar la gran cantidad de papel que se quedaba en sus cajas al final de cada jornada. “Estimamos que podríamos evitar el gasto de unas 30 toneladas de papel al año, aunque todavía es pronto para determinar una cifra exacta”, comentan desde la división suiza de Lidl.

También ha aparecido recientemente la compañía No Más Tickets, una iniciativa emprendedora surgida en Cuenca que permite a las pymes sumarse a la reducción de recibos. Mediante una integración en el software de la caja del comercio, esta aplicación permite la emisión digital del comprobante de compra. Tras realizar la compra, el ticket quedará alojado en el perfil del cliente, que debe estar previamente registrado en la web de No Más Tickets. Desde ahí podrá gestionarlos en todo momento.

A pesar de los buenos resultados que podrían ofrecer estas medidas a nivel medioambiental, algunas asociaciones de consumidores como Facua han advertido de que no se puede negar el ticket o factura en papel al comprador, al tratarse de un derecho reconocido en la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios. Fuentes de Facua alegan que aún hay un gran número de ciudadanos que no tienen acceso a Internet, tanto por motivos económicos como por desconocimiento de las nuevas tecnologías.

No obstante, reconocen que la opción de recibir el ticket por correo electrónico o que el documento quede archivado en una aplicación móvil puede resultar de gran utilidad. No sólo para reducir el impacto medioambiental, sino también para evitar perder los comprobantes de compra cuando resulta necesario plantear una reclamación.

 

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