Los Mundiales de fútbol se ganan con estadios sostenibles y funcionales

El Mundial de Qatar 2022 tendrá el primer estadio reciclable del mundo, diseñado por el estudio español Fenwick Iribarren Architects. Es la apuesta de la FIFA por una nueva política de competiciones más sostenible.
<p>El estadio Ras Abu Aboud lucirá así en el Mundial Qatar 2022.</p>

El estadio Ras Abu Aboud lucirá así en el Mundial Qatar 2022.

Una foto de Maracaná en un importante estado de abandono despertó la voz de alarma. El estadio de la final del Mundial de Brasil 2014 (también fue la sede de la final de fútbol de los Juegos Olímpicos de Río 2016) y símbolo del fútbol brasileño se mostraba al mundo como un juguete roto. Uno más de los doce estadios que la organización brasileña utilizó para el campeonato del mundo.

“Más salud, más educación y menos estadios” fue el lema de los que protestaron contra el enorme gasto de dinero que suponía construir infraestructuras que ahora están siendo utilizadas como aparcamientos o como espacios para fiestas. Solo el Itaquerão de Sao Paulo alcanza una tasa de ocupación en las gradas superior al 50% en los partidos de fútbol. El resto apenas llega al 25%. En total, las arcas brasileñas se dejaron 2.470 millones de euros en la construcción de los estadios, un 184% más de lo presupuestado inicialmente.

Sin embargo, no es la primera vez que esto ocurre. El Soccer City de Johannesburgo, donde la selección española escribió la página más brillante de su historia ganando el Mundial, es ahora un gigante solitario y mudo en medio de la nada. Lleva desde 2011 cerrado (solo un año después de esa final) por los robos constantes y las goteras. Son las consecuencias de construir enormes recintos deportivos pensados para solo un acontecimiento, sin tener en cuenta el gran impacto social, económico y medioambiental. Decisiones sobre las que, como se ha descubierto después, se escondían graves casos de corrupción en la FIFA.

El máximo organismo del fútbol mundial decidió corregir su política, lanzando en 2013 un plan de sostenibilidad en la construcción de estadios mundialistas. Recintos que tuvieran una segunda vida. Esta apuesta tendrá su máxima expresión en Qatar 2022, con la construcción del primer estadio reciclable del mundo: el Ras Abu Aboud.

El diseño es obra del estudio español Fenwick Iribarren Architects, que ha conseguido crear un recinto deportivo “transportable, desmontable y reutilizable”, como destaca Mark Fenwick en conversación con Revista Haz. Tendrá capacidad para 40.000 espectadores y se espera que para mediados de 2020 esté ya completamente montado.

“El concepto de los estadios transportables es el mismo que el de los circos o las plazas de toros. No todos los pueblos en España pueden tener plaza de toros; tampoco todas las ciudades pueden tener grandes estadios”. Mark Fenwick.

“La idea surgió hace año y medio. Propusimos una solución en la que al final del torneo todo desaparece. El concepto es el mismo que el de los circos o las plazas de toros. No todos los pueblos en España pueden tener plaza de toros; tampoco todas las ciudades pueden tener grandes estadios. Buscamos un sistema que se pudiera transportar fácilmente”, explica Fenwick, quien añade que trabajaron con ingenieros alemanes para encontrar solución al gran problema del transporte: los contenedores de barcos. Un proyecto que, como advierte este arquitecto, busca dar solución a lo que “vimos en Brasil y Sudáfrica, donde los gastos fueron brutales y conllevaron una fractura social”.

Grandes ventajas económicas y sociales

Las cifras económicas de la construcción de los estadios para Qatar 2022 se mantienen en secreto, pero “sí se puede comparar el coste de este estadio con los otros cuatro de su misma capacidad. En resumen, el coste del nuestro es menos de la mitad”, desvela el arquitecto, al que le sorprende “que Qatar, el país más rico del mundo, sea el primero en resolver el problema de lo que nosotros llamamos el ‘elefante blanco’. Es decir, construir un estadio que luego acaba convirtiéndose en un estorbo y tiene un alto coste su mantenimiento”.

El estudio de arquitectura español también considera de vital importancia que los estadios pueden tener una funcionalidad en el día a día: “Por ejemplo, en el nuevo estadio del Valencia CF que estamos trabajando queremos que sea un edificio catalizador para la comunidad, con uso para los 365 días del año”. Mientras, en el Cornellá El Prat, diseñado también por Fenwick Iribarren Architects, los distintos espacios y oficinas son utilizados por las empresas de la zona para conferencias y actos diarios.

Otras de las grandes ventajas del primer estadio reciclable del mundo es la durabilidad. “Se puede utilizar para cinco o seis Mundiales o con piezas distintas se hacen figuras diferentes, como los Lego. También es posible optar por cosas más pequeñas, como campos de 5.000 o 10.000 espectadores para barrios que necesitan recintos menores”, desgrana Fenwick. Después del Mundial, la zona que ha sido ocupada por el estadio podrá ser utilizada como zona verde o de uso residencial. La idea del estudio de arquitectura es que “a modo de recuerdo, haya una lámina de agua en la zona que ocupa el terreno de juego”.

Rusia, un Mundial verde

Pero antes de Qatar, el próximo verano le toca el turno a Rusia, sin lugar a dudas el Mundial más ‘verde’ de la historia. Los responsables de los estadios de la Copa Mundial de la FIFA se comprometieron en su momento a garantizar que todos los recintos estén certificados y cumplan los requisitos de la FIFA de construcción sostenible.

“La construcción sostenible se está convirtiendo en una tendencia en alza que está cobrando un gran protagonismo, a pesar de las dificultades económicas”. Guy Eames.

«Los efectos de utilizar tecnologías respetuosas con el medio ambiente se notarán durante muchas décadas venideras. No solo la ciudad sede de Rusia 2018 contará con estadios certificados según los requisitos de la FIFA, también se elaborarán planes para otros grandes proyectos de construcción ecológica», apunta Guy Eames, director ejecutivo de Green Building Council Rusia (RuGBC), quien añade que “la construcción sostenible se está convirtiendo en una tendencia en alza que está cobrando un gran protagonismo, a pesar de las dificultades económicas. Desde luego, todas las instalaciones construidas en base a las normas sostenibles gozarán de indudables ventajas».

Redactar una norma ecológica nacional para estadios es un elemento importante de la Estrategia de Sostenibilidad de Rusia 2018. «Creemos que esta nueva norma para la construcción ecológica y sostenible será el primer legado de la Copa Mundial de la FIFA 2018”, asevera Federico Addiechi, director de Responsabilidad Social Corporativa de la FIFA.

El máximo organismo del fútbol mundial considera que «construir los estadios de la Copa Mundial de acuerdo con la norma medioambiental rusa permitirá crear campos de fútbol eficientes desde el punto de vista de los recursos, seguros y confortables, además de elevar la responsabilidad medioambiental a un nuevo nivel en todo el país».

En el pasado Mundial de Brasil ya se puso en marcha esta iniciativa. El Castelão fue el primer ‘estadio verde’ de la Copa Mundial de la FIFA con la certificación internacional LEED (Leadership in Energy and Environmental Design). En Brasil también se encuentra el estadio más sostenible del mundo. Se trata del Morro da Mineira, ubicado en el corazón de las favelas de Río de Janeiro. En el suelo tiene más de 200 azulejos con tecnología kinetic, que convierte el movimiento de los jugadores en energía para alimentar los focos. El funcionamiento es simple: cuantos más partidos se juegan en él, más brillan los estadios.

De cara a Rusia 2018 las joyas de la corona son tres. El Spartak Stadium cuenta con un sistema único de gestión que regula de forma eficiente la distribución de energía hacia diferentes servicios (calefacción, enfriadoras, iluminación, suministros, etc.), de modo que permite alcanzar un ahorro en el consumo de entre un 20 y un 70%. Además, dispone de lámparas LED en las zonas de servicios y oficinas, posibilitando la reducción del consumo de energía eléctrica en un 90%, si se compara con las lámparas incandescentes. Por último, implementarán un sistema de separación en la recolección de residuos.

En Brasil, el estadio del Morro da Mineira, tiene en el suelo más de 200 azulejos con tecnología kinetic, que convierte el movimiento de los jugadores en energía para alimentar los focos.

Destaca también el Rostov Stadium. Con capacidad para 45.000 aficionados, la construcción permite el paso de la luz natural a través de la cortina blanca que lo rodea, favoreciendo también la ventilación del recinto, pero sin descuidar la protección de los asistentes frente a la lluvia o el frío.

Y, como no podía ser de otra manera, el estadio de la final: Luzhnikí. Toda su iluminación será LED y añade un moderno sistema de ventilación y una tecnología puntera para el ahorro de agua. Además, este innovador estadio se encuentra rodeado de un gran espacio verde con un gran número de árboles y plantas. Todo esto le ha permitido al estadio más importante del torneo recibir el certificado de espacio sostenible al haber logrado superar la normativa internacional verde Breeam.

Por supuesto, el Ras Abu Aboud también contará con esta certificación verde en el Mundial de Qatar de 2022. “Será el estadio más ecológico”, señala Fenwick. “Un recinto abierto, eso hace que pueda funcionar con un sistema pasivo de ventilación. Por otro lado, todos los urinarios van sin agua, con lo cual ahorramos decenas de miles de litros. El consumo de energía es muy reducido”. Asimismo, durante su construcción el impacto medioambiental será mínimo: “Tan solo necesitaremos un solar plano y muy poca agua, ya que no hacen falta hormigoneras para su construcción. Toda la estructura vendrá finalizada”.

Éste es el futuro de los nuevos estadios de fútbol. Sin embargo, en España esta nueva política camina todavía muy despacio. La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) soñaba con albergar, precisamente, el Mundial de 2022 junto a Portugal. Eso hubiera dado la ocasión para construir nuevos recintos. La apuesta de los clubes ha sido remodelar instalaciones vetustas, muchas alejadas de las etiquetas verdes.

Aunque no todos han pensado así. Es el caso del Atlético de Madrid con el Wanda Metropolitano o el Athletic de Bilbao con el nuevo San Mamés, galardonado con la certificación LEED, el reconocimiento de edificación sostenible más importante a nivel internacional. Eso lo convirtió en el primer campo de fútbol europeo en lograrla. Para recibir este galardón se tuvo en cuenta el uso de materiales de bajo impacto ambiental, el ahorro de energía y agua, o el fomento de uso del transporte público.

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