Cinco destinos vacacionales sostenibles en América Latina

Porque los buenos hábitos no se toman vacaciones, el turismo responsable en América Latina tiene un amplio camino por recorrer. Es posible encontrar iniciativas tanto urbanas como rurales.
<p>Foto: Yacutinga Lodge.</p>

Foto: Yacutinga Lodge.

El turismo es un motor de crecimiento económico y una herramienta indispensable para el desarrollo. Según indica la Organización Mundial del Turismo, el sector contribuye a más del 10% del PBI mundial y proporciona uno de cada diez empleos. A su vez, el turismo es responsable del 5% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono a la atmósfera. Por este motivo, es importante avanzar hacia una economía del turismo, en la que el crecimiento no vaya necesariamente unido a la degradación ambiental, social y cultural.

El turismo responsable en América Latina todavía es muy incipiente, pero tiene mucho potencial de crecimiento. La demanda es mayoritariamente de turistas estadounidenses y europeos. El gran desafío es atraer a turistas de la región.

Hugo Vecchiet es presidente de la Fundación Ecoturismo Americana y reconoce que el turismo activo sostenible avanza muy lentamente. Además, asegura que el enorme potencial de la región está en su gran biodiversidad. Comenta: “En sus comienzos el turismo activo sostenible estuvo pensado para extranjeros experimentados en viajes, que buscaran experiencias diferentes y ámbitos más silvestres, poco o nada contaminados, interesados en trekking, cabalgatas de travesía, pesca con mosca, turismo de estancias, observación de aves, entre otras. Las personas que buscan este modelo de turismo suelen tener entre 30 y 60 años y cuentan con ingresos medios y medios altos”.

Según Vecchiet, en Argentina los productos de referencia vinculados a un modelo sustentable son las estancias rurales pintorescas y ricas en recursos naturales. Otro producto estrella, famoso en el mundo es Península Valdés, en Chubut, con el avistaje de ballenas, y otras especies de la fauna marina. “Personalmente, considero que los Esteros del Iberá y Colonia Carlos Pellegrini en Corrientes, tienen un enorme valor para los amantes de la fauna silvestre, la observación de aves y la fotografía de naturaleza. También El Chalten es considerada como la capital del trekking”.

“En cuanto a los vecinos de la región, recomiendo conocer El Pantanal, en Brasil, por su enorme riqueza faunística; Cusco y Machu Pichu en el Perú, o realizar una vivencia con comunidades aborígenes del Ecuador o Colombia. Un producto muy poco conocido pero fantástico es conocer la Carretera Austral de Patagonia Chilena, desde Coyhaique hasta Caleta Tortel. En el caso de Costa Rica, el turismo sostenible es política de Estado”, desarrolla el cofundador de Fundación Ecoturismo Americana.

El turismo responsable suele tener un contacto fuerte con las comunidades nativas del lugar que se visita. “Nos llevó muchos años convencer a las comunidades originarias o criollas de los beneficios que generaba un turismo responsable. Lo que más costó y sigue costando es la formación de recursos humanos, de dichas comunidades, para que se inserten en la actividad”, dice Vecchiet.

“El turismo sustentable es más participativo y se relaciona con un turista más curioso y con gran compromiso”, dice Virginia Landetcheverry, licenciada en turismo y cofundadora de Mater, una agencia de viajes creada con un enfoque en experiencias de turismo sustentable.

Los viajes pensados desde una óptica responsable trascienden el ámbito agreste o urbano. Tienen una lógica de entender cómo vive el otro y cuidar el ambiente en el que uno se mueve.

El rol de los hoteles es fundamental en el modelo de turismo sustentable. El representante de la Asociación de Hoteles de la República Argentina, Aldo Elías, cuenta que hace 10 años implementaron el programa Hoteles más Verdes. La intención es certificar a aquellos establecimientos que utilizan un sistema de gestión y mejora continua que busca la conservación y mejora del patrimonio cultural y natural del destino; realizan acciones de responsabilidad social; cumplen con los requisitos legales y de seguridad del hotel; también con estándares de calidad en el servicio y comunican todas las acciones a los colaboradores, huéspedes y a la comunidad local, permitiendo así una mejora en su imagen de marca, siendo más competitivos y obteniendo mejoras en los costos operativos.

Cinco destinos sustentables:

<p>Foto: Fundación Proyungas.</p>

Foto: Fundación Proyungas.

1. Jujuy, Argentina

Las Yungas son selvas subtropicales de montaña, que se ubican en el noroeste del país. Esta región, destacada por su importante biodiversidad, ofrece una gran variedad de atractivos turísticos en contacto directo con la naturaleza y su gente. La actividad turística es relativamente reciente en la región y ha estado centrada hasta hace pocos años en la visita del Parque Nacional Calilegua. Este Parque es un excelente lugar para el senderismo y la observación de la naturaleza, que ofrece además un acercamiento a la cultura guaraní, a través de una caminata.

Parte de las Yungas fue declarada en 2002 por la Unesco Reserva de Biosfera de las Yungas, en las Provincias de Jujuy y Salta. Ese sello internacional busca conciliar conservación del patrimonio natural y cultural con el desarrollo productivo, incluyendo el turismo, en una perspectiva de sostenibilidad.

“Algunos de los aspectos a mejorar en la región son: el desarrollo del transporte, de las infraestructuras y de los servicios turísticos, desarrollar la oferta de senderismo y de circuitos turísticos que destaquen y respeten el patrimonio natural y cultural de la región; capacitar a los prestadores de servicios turísticos locales; sensibilizar a los habitantes sobre la riqueza de su patrimonio; poner en valor los conocimientos tradicionales e incorporar los productos locales en la gastronomía local; valorizar la artesanía de la región; apoyar iniciativas turísticas sostenibles y darle protagonismo a los habitantes en el desarrollo de la oferta turística. Otro aspecto a trabajar es la promoción de las Yungas y de sus atractivos”, cuenta Amelie Le Ster, de la Fundación ProYungas.

En ese sentido, la organización trabaja con su programa de Embajadores de Las Yungas. Los Embajadores son una red de hoteles y restaurantes que se ubican fuera de las Yungas, en las provincias de Jujuy, Salta y Buenos Aires y que brindan información sobre la riqueza de estos espacios.

<p>Foto: Yacutinga Lodge.</p>

Foto: Yacutinga Lodge.

2. Misiones, Argentina

“En la zona de las Cataratas de Iguazú en la frontera entre Argentina y Brasil el criterio de sostenibilidad en turismo está comenzando a tener algo de presencia en diversas empresas hoteleras y en algunas pocas agencias de viajes como también en algunos escasos prestadores de servicios. Yacutinga Lodge nació como emprendimiento ecoturístico basando su operación en criterios de sostenibilidad turística hace ya casi 20 años. Es decir, Yacutinga como empresa y como modelo de negocio es pionera en la zona habiendo iniciado el camino a favor de un turismo más responsable y equitativo”, cuenta Carlos Sandoval, director de Yacutinga Lodge.

Según Sandoval, el Lodge no se trata de un negocio hotelero, agrega: “Se trata de un proyecto de conservación ambiental basado en el uso ecoturístico de bajo impacto de la Reserva Ambiental creada para ese mismo fin en el año 1998. Es decir, Yacutinga ha logrado amalgamar la actividad comercial con la sustentabilidad del recurso creando una sinergia entre uso y conservación”.

3. Medellín, Colombia

Hace 20 años, la Comuna 13 de Medellín fue considerada uno de los lugares más violentos de Latinoamérica y en la actualidad surge como un lugar atractivo para los turistas extranjeros.

La administración municipal de la ciudad construyó una serie de escaleras eléctricas al aire libre que conectan la estación del metro San Javier con los barrios ubicados en las laderas de las montañas. Este proyecto de infraestructura mejoró la accesibilidad para los residentes y abrió el área para los visitantes. Los turistas recorren el barrio junto a organizaciones comunitarias y estimulan el desarrollo de emprendimientos locales.

<p>Foto: Tingana.</p>

Foto: Tingana.

4. Moyobamba, Perú

Tingana es un lugar ideal para la práctica del ecoturismo, constituye un refugio para animales silvestres, en su mayoría primates y aves. Además, es hábitat de especies en peligro de extinción y en situación vulnerable que los comuneros protegen y cuidan para el mundo.

Ofrece un potencial asombroso para realizar estudios de investigación y observación de flora y fauna silvestres. El 10% de los ingresos que se obtienen por turismo en Tingana se destina al pago de salarios de las familias, el 40% al mantenimiento y operación de las actividades turísticas y el 50% restante para la conservación de los bosques.

<p>Foto: Mayakoba.</p>

Foto: Mayakoba.

5. Riviera Maya, México

Mayakoba es un complejo que buscó desde sus inicios crear un proyecto de lujo tanto para el turismo como para el medio ambiente. Los terrenos adquiridos en los años 90 para este desarrollo, estaban conformados por una gran variedad de manglares, selva, playa, dunas y cenotes, que en conjunto albergaban una vasta fauna tropical que incluía desde monos y tortugas hasta docenas de especies de aves. El primer paso fue enviar a un grupo de biólogos para que, durante una temporada, vivieran en la región con los objetivos de identificar sus características, interactuar con sus habitantes y sobre todo, conocer los riesgos y vulnerabilidades del área. Los arquitectos a cargo del desarrollo de Mayakoba diseñaron un complejo y novedoso plan en el que la naturaleza y la mano del hombre se entrelazaban para complementarse y enriquecerse mutuamente.

“Pudimos demostrar que el turismo puede ser benéfico para los ecosistemas y para la economía de la comunidad local. Realizamos un monitoreo de la fauna, la cual se ha incrementado en un 500% desde que empezamos el proyecto”, señala Cristina Leo, directora de Desarrollo Sustentable de Mayakoba.

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