La gestión responsable del agua en las empresas: riesgos y oportunidades

Una población global más grande y economías en crecimiento están imponiendo mayores demandas a los suministros de agua ya de por sí en mala situación, causando resultados interrelacionados, complejos y frecuentemente no deseados que incluyen impactos en el sistema de agua y cambios sin precedentes en su circulación global.

En un mundo en el que la demanda de agua está en camino de superar el suministro (se calcula que para el año 2030 el suministro de agua será solo capaz de satisfacer el 60% de la demanda global en promedio), muchas empresas están luchando por encontrar el agua que necesitan para poder continuar con sus negocios actuales y futuros.

La escasez de agua hará aumentar su precio y también el nivel de regulación y competencia entre las partes interesadas en acceder a ella, por lo que, para continuar operando, las empresas en la mayoría de los sectores deberán aprender a hacer más con menos.

Desde el World Business Council for Sustainable Development (WBCSD) son conscientes del desafío que ello supondrá a las empresas y han publicado una breve guía, Proteger el agua: Guía para CEOs. Forjando empresas resilientes, para que los cargos ejecutivos de más alto nivel entiendan en qué medida sus empresas se exponen a los riesgos hídricos, integren el recurso del agua en su toma de decisiones y colaboren con otros usuarios del agua y grupos de interés para abordar riesgos compartidos y aprovechar oportunidades.

Riesgos empresariales relacionados con el agua

Existen muchas empresas que no conceden el valor real que el agua tiene como recurso y por tanto no la tienen incorporada dentro de sus programas de gestión.

Pero los riesgos relacionados con el agua pueden afectar seriamente la rentabilidad de las organizaciones debido a diversos factores.

A medida que el agua escasee no solo aumentará su precio, como se ha comentado anteriormente, sino que la legislación relacionada con su uso e impacto del mismo se irá haciendo más estricta.

Los inversores tendrán más en cuenta en sus decisiones cómo las empresas gestionan ese recurso y exigirán más información al respecto y también sobre riesgos, oportunidades y objetivos vinculados.

También su capacidad productiva y costes operativos, de seguros y capital se verán afectados.

Los inversores tendrán más en cuenta en sus decisiones cómo las empresas gestionan el agua y exigirán más información al respecto.

Otros riesgos derivados de la gestión del agua pueden ser, por ejemplo, los conflictos con la comunidad, la posibilidad de perder licencias para operar, la exposición a acciones judiciales, el deterioro de la imagen de la marca, problemas con los grupos de interés, o las posibilidad de no continuación o limitación de crecimiento del negocio.

En la guía se pone de ejemplo el caso de General Motors que, ante las sequías de Brasil en 2015 que hicieron que se dispararan los costes del agua y de la electricidad, respondió apostando más por la conservación del agua y tomando medidas en pro de la eficiencia energética.

Otro ejemplo es el de The Coca-Cola Company, que tuvo que abandonar su proyecto de construcción de una embotelladora en la India debido a la gran oposición de los agricultores locales que temían que la empresa provocara un descenso de las capas geográficas de la zona.

Ventajas y oportunidades de una correcta gestión del agua

Una gestión correcta y sostenible de los recursos hídricos puede convertirse en una buena ventaja competitiva, como por ejemplo a la hora de empezar a implementar la economía circular, viendo que el agua es algo que puede reutilizarse y ser recuperada como recurso.

Como siempre, los riesgos pueden ser convertidos en oportunidades si se saben gestionar, y cuando se gestiona bien el agua se obtienen nuevas oportunidades como la venta de nuevos productos y servicios, una mayor resiliencia de la organización, un mayor prestigio, la reducción de costes y la ventaja competitiva antes descrita.

Además, con esa gestión la empresa se pone en línea con los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), omnipresentes ya en cualquier tema vinculado con la sostenibilidad, no solo en lo relacionado con sus actividades sino pudiéndose convertir en una fuente de inspiración y liderazgo para las demás organizaciones.

No en vano, desde el Panel de Alto nivel sobre el Agua se anima a la comunidad empresarial a que se asocie, lidere e inspire mediante el ejemplo, valorando el recurso del agua como es preciso.

Desde el Panel de Alto nivel sobre el Agua se anima a la comunidad empresarial a que se asocie, lidere e inspire mediante el ejemplo, valorando el recurso del agua como es preciso.

¿Cómo implementarlo?

La guía ofrece un método en siete pasos para lograr gestionar el agua de manera sostenible en cualquier organización.

Como siempre a la hora de implantar modelos de gestión, el primer paso a realizar es garantizar el compromiso y la supervisión de la dirección a la hora de integrar el agua en la estrategia y la planificación de la empresa.

Se deberá identificar, medir y ponderar los riesgos con la ayuda de un equipo transectorial para poder entender impactos e interdependencias, usando herramientas locales y globales para evaluar las instalaciones de la empresa y respetando el agua como recurso, considerando sus verdaderos costes y valor así como el análisis de diversos escenarios.

Se integrarán esos riesgos en la estrategia de riesgos corporativa, estableciendo responsabilidades dentro de la empresa y fijando políticas y metas específicas para el contexto del agua.

Los riesgos deberán ser gestionados interactuando con los grupos de interés de la cuenca en la que esté establecida la organización a fin de implementar una estrategia de gestión responsable del agua; se interactuará con inversores, y se identificarán las oportunidades de colaboración para garantizar el suministro de agua y mejorar su calidad.

Por último dentro del primer paso, se deberá realizar una correcta divulgación de los riesgos hídricos y los impactos financieros en los informes de la empresa destinados al público en general.

El segundo y tercer paso son, respectivamente, la fijación de metas y objetivos concretos ambiciosos para cada unidad productiva a nivel nacional y mundial, y valorar el agua como es debido, a fin de afrontar los verdaderos riesgos y oportunidades. Para ambos pasos se ofrecen ejemplos concretos de empresas multinacionales.

Los riesgos deberán ser gestionados interactuando con los grupos de interés de la cuenca en la que esté establecida la organización a fin de implementar una estrategia de gestión responsable del agua.

Implementar soluciones comerciales innovadoras a fin de alcanzar las metas y los objetivos será el cuarto paso a realizar. Para ello se fijan cinco objetivos y posibles soluciones de negocio y se referencia a recursos concretos a utilizar del WBCSD que sirvan de ayuda para su consecución.

Por ejemplo, para lograr el objetivo de continuidad de la operatoria, se sugiere trabajar con otros grupos de interés relevantes a fin de mejorar la sostenibilidad de las cuencas locales.

En el caso de lograr el suministro de agua en entornos de escasez se propone aplicar para el agua el enfoque de las cinco erres que consiste en reducir, reutilizar y reciclar el agua que se utiliza y en recuperar recursos y restaurar cuencas.

En cuanto a la consecución de la eficiencia hídrica en agricultura, se insta a utilizar una agricultura basada en el uso inteligente del agua, a través de soluciones destinadas a resolver problemas de producción en contextos de creciente escasez hídrica, contaminación ambiental y cambio climático.

El quinto paso consiste en abordar en forma colectiva los riesgos y oportunidades que la empresa comparte con otros en relación al agua, y se pone como ejemplo la plataforma California Water Action Collaborative que trata la escasez de agua mediante soluciones como la recarga de aguas subterráneas y la acción empresarial colectiva.

Concientizar y lograr el compromiso de empleados, proveedores y consumidores es el sexto paso, muy importante si se quiere tener todavía más impacto que el mero derivado de las actividades de la organización. El ejemplo en este caso es de Unilever a través de su programa Lifebuoy en materia de cambio de conductas de higiene y que pretende llegar a alcanzar a mil millones de clientes para 2020.

Finalmente, se propone como último paso sumarse a los impulsores de políticas y financiamiento y abogar por medidas que apoyen la inversión empresarial en soluciones que hagan un uso inteligente del agua, como por ejemplo la política Zero Liquid Discharge en la India.

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