Empleo verde en España para la reconstrucción pos-covid-19
Los expertos parecen tenerlo igual de claro: los empleos verdes son el futuro en el que se deben invertir los fondos de la próxima reconstrucción tras la crisis del coronavirus con el objetivo da avanzar hacia una economía más saludable y sostenible que no deje a nadie atrás.
“Está demostrado que una economía baja en carbono genera seis veces más puestos de trabajo que los que se perderían con el cierre de actividades contaminantes como las derivadas de la energía nuclear o de los combustibles fósiles”, defiende la OIT, que apuesta por que la transformación económica hacia energías limpias sea aprovechada por todos los sectores a la hora de crear empleo.
Además, si se adoptara desde la Unión Europea el denominado Green New Deal o Pacto Verde Europeo -el programa de economía circular para la transición hacia una economía de cero emisiones- el “efecto palanca” que produciría “elevaría al millón los puestos de trabajo creados en los próximos diez años”, afirma la organización.
Parece evidente que el motor económico de la reconstrucción que viene pasa por la creación de empleo de calidad en todos los sectores, especialmente en las actividades relacionadas con la economía circular, verde e inclusiva que no deje a nadie atrás.
A nivel nacional, la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ya ha advertido del potencial de crecimiento y generación de empleo de lo que denomina “economía verde y azul” para asegurar una recuperación sostenible a través de instrumentos concretos para esa transformación, que en España “ya están definidos y se está avanzando en ellos”.
Se trata, entre otros, del desarrollo a gran escala de las energías renovables, la rehabilitación de edificios, el desarrollo de la economía circular y la gestión de residuos, la inversión en movilidad sostenible, y las soluciones de adaptación y resiliencia de los territorios al cambio climático.
A su juicio, “es el momento de orientar de manera adecuada nuestros modelos de crecimiento y no retrasar más los planes de descarbonización de nuestras economías, sino al contrario, acelerarlos, utilizando todo el potencial de la economía verde y azul, tanto en crecimiento como en generación de empleo, para ponerlo al servicio de la recuperación económica”, señaló el pasado mes de junio en una mesa redonda en la que participó por videoconferencia bajo el título Las salidas a la crisis: el nuevo pacto verde, en la que estuvo acompañada por la secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones sobre Cambio Climático, Patricia Espinosa, y el administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Achim Steiner, entre otros expertos.
El futuro es verde, o no será
En palabras del experto Agustín Valentín-Gamazo, fundador y CEO del portal especializado en empleo verde Enviroo, “el empleo verde lleva asociados importantes beneficios como la mejora del entorno social y el entorno natural, el uso de energías limpias, el ahorro en el consumo de materias primas, o la reducción de los residuos y la contaminación para proteger la biodiversidad y los ecosistemas”. Pero, ¿en qué se diferencia realmente el empleo verde del concepto “tradicional”?
“El empleo verde siempre tiene una clara vocación por reducir el impacto negativo sobre el medio ambiente y la sociedad. Es más, incluso trata de generar un impacto positivo en la medida de lo posible”. Agustín Valentín-Gamazo
“Nosotros definimos el empleo verde de dos formas diferentes: aquellos puestos de trabajo que están en empresas cuya actividad principal está dentro del sector verde y, por otro lado, aquellos puestos en cualquier tipo de empresa que estén orientados a mejorar la sostenibilidad”, explica este experto a Revista Haz, aclarando que, en cualquier caso, “siempre tiene una clara vocación por reducir el impacto negativo sobre el medio ambiente y la sociedad. Es más, incluso trata de generar un impacto positivo en la medida de lo posible”.
Según el experto de Enviroo, la pandemia actual y la crisis derivada de ella, “nos ha demostrado que el futuro o es verde o no será”. “El estado de alarma y el confinamiento en prácticamente todos los países del mundo nos ha dejado una profunda conciencia de qué es lo que ocurre cuando le damos al botón de pausa”, añade Valentín-Gamazo, que recuerda que “hemos podido ver cómo, con la ralentización de la actividad humana, se han recuperado ecosistemas, limpiado las ciudades, y mejorado la mayoría de las ratios ambientales”.
Pero como, obviamente, “no es posible detener por completo la economía, creemos que la mejor opción es acelerar la transición hacia esta economía verde y circular, apostando por ella de forma decidida tanto empresas, como instituciones y los consumidores en general”, recalcan desde Enviroo.
Los datos indican, según el INE –y en referencia a cifras de diciembre de 2019-, que el valor añadido bruto de la economía ambiental aumentó un 5% en 2018 y representó el 2,20% del PIB. La economía ambiental generó 316.200 empleos, representando el 1,76% del total de la economía.
Sin embargo, desde Enviroo son más optimistas y creen que las cifras manejadas por el INE “no representan el total de lo que se podría considerar empleo verde”. Según sus estimaciones “podríamos estar hablando, no de un 2,20 % del PIB, sino de más de un 4%”, lo que da muestra de la importancia del sector, que, en su opinión, “sigue creciendo de manera acelerada”.
En lo que se refiere al Pacto Verde Europeo, y aunque es sin duda una herramienta a largo plazo “que permitirá dar confianza a todas aquellas acciones e inversiones enfocadas en la economía verde”, su plan de acción “aún está empezando a aterrizar, y queda mucho camino por delante”, explica Valentín-Gamazo.
Este experto reconoce que “se trata de una fuerte apuesta a nivel europeo que terminará permeando a nivel estatal, en las empresas y en los ciudadanos”. “Creo que es Europa quien está liderando a nivel global esta transición hacia una economía más verde, por lo que, además de sentirnos orgullosos, tendremos bien cerca la motivación para este cambio”, concluye el responsable de Enviroo.
La formación en energías renovables ha sido uno de los pilares de los Planes de Creación de Valor Compartido (CSV) desarrollados por Endesa a través de su filial de renovables, Enel Green Power España. Foto: Endesa
Casos de éxito que ya funcionan
Tal como señala el responsable de Enviroo, “existen ya muchos ejemplos en los que se aplica el llamado triple balance, que tienen en cuenta el aspecto ambiental, el aspecto social, y son, además, económicamente sostenibles”, y es precisamente visibilizando esos ejemplos como se puede contribuir a una transición más rápida.
Es el caso de los Planes de Creación de Valor Compartido (CSV) de Endesa, desarrollados a través de su filial de renovables Enel Green Power España en los entornos de construcción de sus parques solares y eólicos, y que han hecho posible la capacitación en materia de energía solar y eólica de 527 personas residentes en estas zonas, en concreto de Andalucía, Aragón Castilla León, Extremadura, Murcia y Galicia, y en áreas pertenecientes a la llamada España vaciada, que ha visto así recuperada parte de su actividad económica.
A todos ellos se les ha preparado para ser operadores de parques renovables o bien montadores de paneles, en un sector que los expertos ya consideran “emergente”.
A los beneficios que supone la creación de empleo en estas zonas despobladas se suman otras acciones de creación de valor compartido para los entornos en los que se ubican los proyectos de Endesa, (lo que denominan Creating Shared Value, CSV), en los que se han invertido cerca de 2,2 millones de euros destinados a medidas de eficiencia energética en los municipios (auditorías energéticas, alumbrado e iluminación eficiente o instalación de placas fotovoltaicas en edificios sociales), y la señalización de rutas de senderismo y cicloturismo, entre otras iniciativas.
Más recientemente, y tras la primera ola de la pandemia de la covid-19, Endesa se ha aliado con la Fundación Altius para mejorar la inserción sociolaboral de las personas que más están sufriendo las consecuencias de la crisis, y con el objetivo de ampliar las posibilidades de encontrar trabajo de 12.150 personas en situación de vulnerabilidad.
Además de medidas de acompañamiento y asesoría en la búsqueda de empleo, se les facilita ayuda directa para la cobertura de sus necesidades básicas, que se ha ampliado, en Madrid y Barcelona, a un total de 2.000 familias.
La labor de la Fundación Altius se está impulsando con la donación de 120.000 euros para sus programas de orientación laboral, acciones de formación y prácticas en empresas, así como apoyo psicológico y herramientas para mejorar la autoestima y las habilidades personales y profesionales.
Estas iniciativas se centran, además, en estos momentos, en el empleo verde, que está multiplicando las oportunidades de búsqueda de trabajo en sectores como las energías renovables, la gestión de residuos o el turismo, así como el desarrollo del comercio electrónico y el marketing digital o las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), entre otros.
Las iniciativas de inserción sociolaboral de Endesa se centran, en estos momentos, en el empleo verde, que está multiplicando las oportunidades de búsqueda de trabajo en sectores como las energías renovables, la gestión de residuos o el turismo.
Apoyo a emprendedores verdes
Fundación Biodiversidad y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico cuentan desde hace varios años con el proyecto Labs emprendeverde para formar a emprendedores con una idea innovadora que quieren poner en marcha un negocio verde, pero que aún necesitan madurarlo. El objetivo es ofrecerles formación y experimentación gratuitas para mejorar sus habilidades empresariales.
Para ello, el proyecto cuenta con una red de laboratorios en los que la formación va acompañada de un tutelaje especializado durante los seis meses siguientes a la participación en la iniciativa, incluyendo la oportunidad de comprobar la viabilidad de su proyecto antes de lanzarlo al mercado.
Los participantes en estos laboratorios pueden elegir entre cuatro itinerarios formativos especializados: Lab Cambio Climático, Lab Economía Circular, Lab Repuebla en Verde (sobre desarrollo rural sostenible) o, en la última edición de este proyecto, sobre intercambio de ideas con Europa (Lab Conexión Europea).
Según explican desde la Fundación Biodiversidad, a estos emprendedores “se les garantiza una formación innovadora, gratuita y especializada”, que incluye horas presenciales y online, acompañamiento grupal, visitas y charlas de personas emprendedoras que ya han puesto en marcha sus negocios verdes, así como networking y visitas “inspiradoras” a entidades del sector, todo ello dirigido “a impulsar la creación de más empresas en este ámbito económico”.
Por su parte, Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León junto a la Fundación de la Escuela de Organización Industrial (EOI) y la Fundación Universidad de A Coruña cuentan con el Programa Low Carbon Innovation, dirigido a emprendedores verdes que tengan una iniciativa basada en la economía circular, verde o baja en carbono, con la finalidad de poner en marcha una red transregional (destinado al tejido empresarial de la región norte de Portugal, Galicia y Castilla León) para la prestación de servicios orientados al desarrollo empresarial de modelos de negocio enfocados hacia este tipo de economía.
Los objetivos que persigue este proyecto son el asesoramiento a pymes y emprendedores en temáticas clave para su desarrollo competitivo basado en la sostenibilidad, la formación, sensibilización e información a estos emprendedores, el fomento de la inversión verde, la identificación de casos de éxito y buenas prácticas en el territorio, siempre ligados a una economía sostenible y baja en carbono, además de la creación de una plataforma web y una app para la difusión de contenidos relacionados con la ecoinnovación y el networking entre actores.