El reciclaje profesional se muda hacia las nuevas tecnologías
El Foro Económico Mundial, por ejemplo, viene avisando desde hace varios años en su Future of Jobs Report sobre el profundo impacto que la cuarta revolución industrial va a tener sobre los mercados laborales. La más reciente edición del informe advierte, entre otras cosas, sobre el riesgo que existe de que el efecto combinado de la pandemia y el cambio tecnológico sobre el empleo contribuya a profundizar las desigualdades sociales existentes.
No pretende este artículo discutir en profundidad las conclusiones del último Future of Jobs Report, algo que ya se ha hecho anteriormente en esta revista. Sin embargo, es interesante resaltar los datos que ofrece con respecto al fenomenal crecimiento de la formación en línea orientada al desarrollo profesional. De motu propio, a través de sus empresas o en el marco de programas impulsados por el sector público, cada vez son más personas las que recurren a las nuevas tecnologías para fortalecer sus habilidades profesionales.
Si el cambio tecnológico obliga a los trabajadores a adaptarse, también ofrece interesantes herramientas para facilitarles esa tarea. Es precisamente sobre algunas tendencias innovadoras en el uso de las nuevas tecnologías para mejorar la formación y capacitación profesional que se centra el resto del artículo.
En mayor o menor medida, todas estas tendencias ofrecen una oportunidad para hacer el reciclaje profesional más accesible. Aunque tomadas individualmente cada una de ellas viene con sus propias barreras de entrada incorporadas, vistas en su conjunto expanden el menú de opciones disponibles para ofrecer formación profesionalmente relevante a un público más diverso, sea en términos económicos, educativos, funcionales, o de cargas familiares y/o laborales.
Por otra parte, siempre existe el riesgo de que las oportunidades se queden meramente en eso, oportunidades. Que como sociedad hagamos uso efectivo de ellas depende de las decisiones que se tomen a nivel de la política pública, la gestión corporativa o la elección individual y familiar. Como en otros ámbitos, la aplicación de la tecnología a la formación y reciclaje profesional también tiene el potencial de exacerbar desigualdades.
Formación en línea
El crecimiento de la formación en línea en las dos últimas décadas ha sido exponencial, y a día de hoy está tan consolidada que es fácil olvidar lo reciente de su desarrollo. Las oportunidades de capacitación y fortalecimiento profesional online son amplias y variadas: de títulos oficiales a tutoriales en YouTube, de clases virtuales sincrónicas a webinars grabados, de tutorización individual remota a cursos abiertos masivos (MOOCs), y todo esto en el ordenador, la tableta, el teléfono móvil o incluso el televisor inteligente.
Las probabilidades de encontrar formación que se adapte a las posibilidades de cada uno en cuanto a tiempo, lugar, costo y estilo de aprendizaje son altas. Al menos siempre que se cuente con acceso a Internet, una barrera nada desdeñable.
Las probabilidades de encontrar formación que se adapte a las posibilidades de cada uno en cuanto a tiempo, lugar, costo y estilo de aprendizaje son altas. Al menos siempre que se cuente con acceso a Internet, una barrera nada desdeñable.
Desafortunadamente, posibilidades y necesidades no siempre van de la mano. El hecho de que existan alternativas de formación online que se adapten a mi capacidad de pago, disponibilidad horaria y habilidad digital no quiere decir que estas sean adecuadas a mis necesidades de reciclaje profesional.
A menudo, son precisamente aquellas personas menos acostumbradas a las nuevas tecnologías y con mayor dificultad para el aprendizaje autodirigido las que tienen más necesidad de reciclarse profesionalmente. Y aunque la popularización de los teléfonos móviles y el desarrollo de la vídeo formación online ha reducido el umbral de competencia tecnológica necesaria para formarse a través de Internet, lo cierto es que muchas oportunidades de formación en línea continúan fuera del alcance de este tipo de público.
Inevitablemente, que en Internet existan oportunidades de formación para casi todos, no quiere decir que todos tengan las mismas oportunidades de cubrir sus necesidades de capacitación profesional a través de Internet. Desde el punto de vista de la diversidad funcional, por ejemplo, a pesar de que cada vez existen más contenidos formativos en línea que son accesibles a personas con capacidades diversas, muchos siguen sin serlo.
En cualquier caso, es indudable que hoy existen posibilidades de fortalecimiento profesional online de bajo costo y alta calidad. Plataformas como Coursera o edX incluso ofrecen cursos gratuitos avalados por prestigiosas universidades. Aun reconociendo sus limitaciones, la formación en línea claramente ha contribuido a expandir el acceso a oportunidades de capacitación que facilitan el desarrollo y reciclaje profesional.
Aprendizaje adaptativo
El uso de algoritmos ofrece la posibilidad de adaptar la experiencia formativa a las necesidades del alumno de forma personalizada. En lugar de que los alumnos se tengan que adaptar a un programa de formación único y común para todos, el aprendizaje adaptativo se basa a la idea de que sea el programa formativo el que se adapte a las particularidades de cada alumno.
A medida que los alumnos van interactuando con un sistema informático, este recoge datos que permiten adaptar los contenidos, actividades y herramientas formativas a las capacidades, conocimientos previos, ritmos de aprendizaje y/o preferencias de los alumnos. El resultado es, en mayor o menor medida, la personalización del itinerario formativo.
En sus versiones más simples, el aprendizaje adaptativo se manifiesta en cursos de aprendizaje autónomo en los que la velocidad de avance del programa formativo se ajusta automáticamente en función del dominio que el estudiante vaya demostrando de los conceptos y habilidades clave. En sus versiones más sofisticadas, los algoritmos apoyan la labor de los docentes, permitiéndoles personalizar itinerarios tanto a nivel de rapidez de la progresión, como de estrategias de enseñanza, contenidos formativos, herramientas de aprendizaje o actividades de refuerzo.
El aprendizaje adaptativo se aplica al fortalecimiento de habilidades profesionales al igual que en otros campos formativos. Bien utilizado, permite hacer los programas de aprendizaje relevantes a una mayor variedad de personas, ampliando para muchos las posibilidades de realizar un reciclaje profesional exitoso.
Comparada con la de educación formal, en la que los grupos de estudiantes suelen ser más homogéneos en cuanto a edad, la formación orientada al desarrollo y reciclaje profesional a menudo tiene que acomodar importantes diferencias generacionales entre los miembros del público objetivo. En este contexto, la posibilidad de personalizar la experiencia de aprendizaje se vuelve si cabe aún más relevante.
Las tecnologías inmersivas están cada vez más presentes en los distintos ámbitos educativos y formativos, incluido el de la capacitación profesional.
Aprendizaje inmersivo
Tecnologías como la realidad virtual, la realidad aumentada, la realidad mixta o el vídeo 360° permiten generar experiencias inmersivas que, al tiempo que incorporan una mayor variedad de los sentidos al proceso de aprendizaje, facilitan que la persona se aísle de las distracciones del entorno. En el caso de la realidad virtual y la realidad mixta (combinación de lo real y lo virtual) hay que añadir además las oportunidades de manipulación simulada que ofrecen.
Las tecnologías inmersivas están cada vez más presentes en los distintos ámbitos educativos y formativos, incluido el de la capacitación profesional. En este último campo sus posibilidades de aplicación son diversas, desde la enseñanza de nuevas técnicas de cirugía a médicos especialistas, a la formación en el uso de compleja maquinaria de minería, pasando por la práctica de nuevas técnicas de atención al cliente entre el personal de atención al público.
En la cadena de montaje, la atención en emergencias o la fontanería, las tecnologías inmersivas tienen un gran potencial para expandir el acceso a oportunidades de experimentar de forma realista y/o aprender haciendo. También para ofrecer formas de aprendizaje alternativas diseñadas para personas con distintas capacidades funcionales.
Para concluir, recordar que las nuevas tecnologías no dejan de ser solo un medio. Dependiendo de la aplicación que como sociedad les demos, pueden servir tanto para mitigar como para exacerbar desigualdades. Su uso en la esfera del reciclaje profesional no es en este respecto una excepción.