Los Campus del Mar: una alternativa sostenible para transformar la economía de sol y playa

Con 8.000 kilómetros de costa, España tiene interesantes oportunidades de crecimiento económico que van más allá del turismo de sol y playa.

La llamada ‘economía azul’, que reconoce la importancia de los mares y los océanos como motores de innovación y crecimiento buscando al mismo tiempo su recuperación y cuidado, se está instalando poco a poco en nuestro país, y cada vez más gracias a los llamados Campus del Mar, que en muchos casos están captando la atención de los fondos europeos gracias a sus iniciativas de transferencia de conocimientos y de aprovechamiento de sinergias entre sectores.

Sus actividades se centran en nuevas industrias y servicios en los que no faltan las nuevas tecnologías, y siempre con un enfoque sostenible: energías renovables, actividades de pesca responsables, biotecnología, etc. Y, en general, ligadas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y al Pacto Verde Europeo.

Desde Revista Haz queremos compartir algunas de estas iniciativas, fijándonos en la ciudad o región que las ha puesto en marcha.

Gijón Azul

La ciudad asturiana de Gijón lleva tiempo trabajando la marca Gijón Azul – Campus del Mar, cuyo objetivo es detectar y apoyar las oportunidades innovadoras que giran en torno a las costas del Cantábrico.

A través de la plataforma pública Gijón Impulsa, se están planteando proyectos de I+D+i para potenciar la modernización de los modelos de gestión de las empresas de la ciudad y, con ello, mejorar su implantación tecnológica y su crecimiento corporativo.

Por el momento, en estos programas ya están participando el 26,2% de las organizaciones vinculadas con esta economía azul, y se espera un importante aumento de este porcentaje a lo largo de los próximos 12 meses. Entre ellas están la Autoridad Portuaria de Gijón, el Centro de Experimentación Pesquera y los puertos deportivos.

También se han incluido en este grupo el acuario de la ciudad, el centro de bienestar Talasoponiente, la Escuela Superior de Marina Civil, la Escuela Politécnica de Ingeniería (EPI), el Centro de Oceanografía de Gijón, el Centro Integrado de Formación Profesional del Mar o el Centro de Seguridad Marítima Integral Jovellanos.

La mayoría son espacios enfocados a la formación, el ocio y la I+D en el ámbito marino, y entre todos recaudan más de 330 millones de euros de facturación anuales, casi la misma cantidad que lo que se obtiene a través del turismo costero. Además, el 28,2% de estas organizaciones exporta productos o servicios más allá de las fronteras españolas.

Galicia y MarENet

El Campus del Mar de la Universidad de Vigo está liderando el Programa de Emprendimiento Azul 2021 en el marco del proyecto Atlantic Maritime Ecosystem Network (MarENet), cofinanciado por el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca de la Comisión Europea.

A través de esta iniciativa, se han seleccionado ideas de negocio relacionadas con el medio marino y su explotación desde un punto de vista sostenible y responsable. El programa de formación y mentoría online finalizará en octubre y aportará herramientas para convertir estas ideas en proyectos reales.

En este programa, considerado la primera plataforma europea de formación y empleo en economía azul, están participando también la Autoridad Portuaria de Vigo, la Asociación Clúster del Naval de Galicia, el Instituto para el Crecimiento Sostenible de la Empresa, varias entidades irlandesas y la universidad francesa de La Rochelle, entre otros.

Andalucía y el CEI·Mar

Hace casi diez años, un conjunto de universidades de Andalucía, Marruecos y Portugal, ubicadas en el entorno del Estrecho de Gibraltar, diseñaron el Campus de Excelencia Internacional del Mar (CEI·Mar). Este tenía como objetivo redescubrir el mar desde la excelencia científica, la innovación y la conexión con el tejido empresarial y productivo.

Coordinado por la Universidad de Cádiz, lleva desde entonces creciendo y compartiendo conocimientos de diferentes sectores: naval, transporte, logística, renovables, acuicultura, pesca, explotación de salinas, turismo, cultivo de algas, investigación médica, nuevos alimentos, etc.

En estos momentos, son siete las universidades que lo conforman, además de contar con el apoyo de 14 socios promotores en entornos públicos y privados.

Tiene en marcha varios proyectos europeos, como Emporia 4KT, dotado con 2,3 millones de euros. Este busca mejorar la cooperación transnacional para impulsar el conocimiento sobre economía azul. Por ejemplo, a través de un programa de mentoring para jóvenes investigadores que les ayude a transferir al mercado tecnologías en fases iniciales con aplicación empresarial.

También está en proceso el proyecto IteAzul (Innovación y Transferencia para la Economía Azul), con 1,9 millones de euros de dotación, que se ha perfilado como una herramienta para dar una mayor visibilidad a este sector y a su potencial, conectar de una manera eficiente a los distintos agentes del sistema e incrementar la inversión empresarial en I+D+i con el fin de crear una nueva economía en la región andaluza.

Nuevas estrategias en Canarias

Aunque no cuenta con un campus similar al de los casos anteriores, en Canarias está activo el Clúster Marino Marítimo, que busca potenciar esa economía azul a través de la integración, creación, fortalecimiento y sostenibilidad de las empresas e instituciones que se encuentran en esta cadena de valor. Por ejemplo, promoviendo su presencia internacional y elevando el nivel tecnológico e innovador de todos los agentes involucrados.

Este ha sido una pieza fundamental en la Estrategia de la Economía Azul 2021-2030 presentado recientemente por el Gobierno de las Islas, que contempla el desarrollo de las energías renovables en el mar, de tecnologías de desalación y de la biotecnología marina.

También la extracción de sal y de minerales marinos, dos vías de negocio que podrían eliminarse de la estrategia en función del impacto medioambiental que pudieran generar.

En general, todos los proyectos tienen puntos comunes: acelerar la creación de iniciativas empresariales innovadoras que apoyen su actividad en el mundo marítimo, transformar las existentes para que su impacto medioambiental sea mínimo, generar una conciencia de explotación responsable y sostenible en estos entornos y captar inversión con el fin de hacer crecer la economía en color azul.