Mira arriba, o a donde quieras, pero actúa

La película ‘Don’t look up’ (‘No mires arriba’), disponible en una conocida plataforma online, nos presenta un retrato de cómo funciona la sociedad actual y de cómo esta trata, o mejor dicho no lo hace, de solucionar acuciantes retos en el horizonte.

Sin desvelar el final de la película, voy a hablar en este artículo sobre cuál es su argumento, cómo el reto al que se enfrentan en la película es de alguna manera asimilable al cambio climático, qué grupos (políticos, empresariales y sociales) salen representados y cómo sus acciones impactan en la sociedad en general.

El punto de partida de la película es sencillo. Una doctoranda estadounidense en astronomía descubre que un cometa se aproxima directamente hacia la Tierra. Su impacto generaría una destrucción total de la humanidad, por lo que, junto a un profesor de la misma materia y un equipo de comunicación, intentan por todos los medios dar a conocer el hecho a políticos, medios de comunicación y sociedad, para que se trate de hacer lo posible para que el impacto no suceda.

Como el lector que no haya visto la película podrá suponer, en ese periplo comunicativo se encuentran con múltiples dificultades de todo tipo y con diferentes grupos que no creen lo que les dicen o que no quieren hacer nada al respecto.

Algunos críticos y personas que han visto la película han destacado negativamente el tono en ocasiones cómico o absurdo de la película, pero esa comicidad no proviene de que los actores actúen propiamente de esa manera, sino de las reacciones absurdas e ilógicas que tienen pero que se asemejan demasiado a nuestra realidad, en ocasiones cercana a la idiocracia planteada en la película de 2006 de ese mismo nombre.

El hecho de que esté protagonizado por actores oscarizados como Leonardo Di Caprio y Jennifer Lawrence, debería ayudar a que el film sea visto por un mayor número de público y a que sirva para algo y remueva algunas conciencias.

Intereses, tergiversación y ridiculización de lo que no interesa

El principal grupo que demuestra su incomprensión por el reto que se le está planteando por parte de los científicos es el de los políticos.

Meryl Streep, en el papel de presidenta de los Estados Unidos, no solo no se toma en serio lo que le están explicando, sino que cuando es finalmente, digamos, consciente de la situación, todo lo analiza y lo gestiona en clave política y para que favorezca a sus intereses y los de su partido.

Las similitudes con el anterior inquilino real de la Casa Blanca son claras, e incluso cómo los simpatizantes de su partido relativizan o simplemente niegan lo que está pasando es un calco de la actual sociedad que es dirigida cual rebaño sin criterio y fácilmente influenciable.

Los medios de comunicación juegan también ese papel partidista al que estamos en general acostumbrados, añadiendo un tono sarcástico y ridiculizante hacia aquellos que están explicando lo que va a ocurrir, de manera que se desvía la atención sobre el hecho, se relativiza su impacto, y se acaba dejando al público con la duda de si es cierto o hasta qué punto va a ocurrir en la medida que se señala.

La película plantea la familiar situación en la que nos encontramos ante muchos temas: políticos a lo suyo, medios polarizados, ridiculización de determinados grupos y sus opiniones, y manipulación por parte de megaempresas que nos conocen al dedillo.

Todo ello sin olvidar los llamados influencers, que también suelen contribuir a desviar la atención sobre nuestra realidad, generando memes y retos virales absurdos que no sirven para nada. Personas con mucho poder de influencia que dedican, en la mayoría de casos su trabajo, a generar negocio para sí mismos a costa de promocionar aquello por lo que se les paga sin tener en cuenta el impacto real de lo que están haciendo y de si están promoviendo comportamientos irresponsables.

Una de las cosas destacables del desarrollo de la película es la importancia de no inundar al gran público, que no tiene los suficientes conocimientos, con datos técnicos y científicos que no pueden comprender, por lo que si se quiere llegar a crear un impacto en él los mensajes deben ser entendibles, cortos y directos.

Vivimos constantemente vigilados y observados gracias a los datos que proporcionamos a múltiples empresas. El gran hermano siempre está ahí y en la trama tampoco podía faltar la gran empresa tecnológica dirigida por una especie de gurú, quizá mezcla entre Steve Jobs y Mark Zuckerberg, que todo lo sabe de todo el mundo y que, mediante su potente brazo económico y de influencia, se dedica a modificar y dirigir las opiniones de sus usuarios a la vez que hace negocio de todos ellos.

En definitiva, en la película se nos plantea la familiar situación en la que nos encontramos en la actualidad ante muchos temas. Es decir, políticos a lo suyo, medios polarizados que cuentan lo que les conviene, información proporcionada incompleta y/o sesgada, ridiculización de determinados grupos y sus opiniones, y manipulación por parte de megaempresas que nos conocen al dedillo, todo lo cual deriva en una sociedad en gran medida polarizada y teledirigida según los intereses de los más poderosos.

La búsqueda del término medio en la acción contra el cambio climático

¿Cómo podemos tratar de revertir la situación, específicamente con el tema del cambio climático?

Desde mi punto de vista, estamos divididos entre los, permítanme la expresión, talibanes del cambio climático, los negacionistas y, en medio, todos los demás.

Los talibanes climáticos no hacen nada o no dan un paso sin tener en cuenta las consecuencias para el clima; intentan por todos los medios y de todas las maneras, incluso en ocasiones muy enérgicamente y agresiva, tratar de convencer a los demás de que el cambio climático es real y de que son necesarias acciones radicales, desde ya, para lograr revertirlo o al menos detenerlo.

En el asunto del cambio climático estamos divididos entre los talibanes del cambio climático, los negacionistas y, en medio, todos los demás.

En el otro extremo están los negacionistas. Para ellos todo esto es una milonga, el planeta ha pasado ya varias etapas glaciales y de calor y es del todo normal el momento en el que nos encontramos en la actualidad. En definitiva, consideran que es todo un invento de políticos y lobbies y/o una conspiración con fines diversos.

Y en medio está el que yo creo que es el grueso de la población, dentro del cual se encuentran las personas que o no hacen nada positivo para cambiar o que hacen algo, pero sin demasiada convicción.

Es decir, los que no saben qué pueden hacer y en qué medida, y los que hacen lo que pueden, pero ven que sus acciones son un grano de arena en medio del desierto si no se hacen en una escala mayor. (Vid. Los jóvenes piden mayor protagonismo en la lucha contra el cambio climático).

Teniendo en cuenta lo anterior, para que ocurriera un cambio real que lograra mejorar la actual situación y que se detuviera el cambio climático, los dos extremos citados deberían converger a un punto medio en el que todo el mundo en su medida hiciera lo posible por no contribuir al cambio climático.

Sin histrionismos, pero sin dudas. Cada uno con sus pequeñas o grandes acciones en su día a día. Utilizando sus decisiones de consumo de manera responsable en la medida de lo posible.

En definitiva, un gran número de gente haciendo cosas positivas en un entorno político, legal y empresarial que fuera propicio para ello. A priori, parece lógico, de sentido común, y de fácil implementación, pero sin duda no lo es para nada.

A diferencia de lo expuesto en la película, que nos presenta un riesgo externo, el meteorito, que dejaría a la humanidad con muy poco margen de maniobra y quizá ninguna oportunidad posible de defensa, el cambio climático es de origen antropogénico.

Lo hemos creado nosotros y nosotros podemos actuar contra él, como digo, si nos ponemos de acuerdo en hacerlo. Ahora tenemos que ver cómo converger hacia esa unidad de acción y pensamiento en ese término medio, siempre teniendo en cuenta las opiniones de todos y los datos científicos, que logre revertir la situación.

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