Electrificación y renovables: el camino para la independencia energética de España

La incesante subida de los precios de la energía en los últimos meses y, por ende, el aumento en la factura energética de los hogares, ha puesto de manifiesto la necesidad urgente de abordar un reto que lleva años sobre la mesa: abandonar la dependencia energética de los combustibles fósiles y avanzar hacia una independencia que evite este tipo de consecuencias económicas y políticas, pero también ambientales. El camino: la electrificación de la economía a partir de energías renovables.
<p>Aerogenerador en la planta Los Arcos, Málaga. Foto: Endesa.</p>

Aerogenerador en la planta Los Arcos, Málaga. Foto: Endesa.

Tras el comienzo del conflicto entre Rusia y Ucrania y el aumento de los precios de la energía, el pasado 24 de marzo los eurodiputados presentes en un debate plenario del Parlamento Europeo plantearon al Consejo y la Comisión Europea (CE) varias preguntas sobre sus planes para contrarrestar la dependencia respecto a los combustibles fósiles procedentes de Rusia, en particular, el petróleo, el gas natural y el carbón.

El debate se celebró después de que la CE anunciara su plan REPowerEU que busca reducir la demanda de gas ruso de la UE en dos tercios antes de finales de este mismo año y que Europa sea independiente de los combustibles fósiles rusos “mucho antes de 2030”. Además, la propuesta busca reconstituir las reservas de gas de cara al próximo invierno y garantizar el suministro de energía “asequible, segura y sostenible”.

El vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, presentó el plan ante el pleno recordando que Europa “debe estar a cargo de su propio futuro energético y eso significa que no podemos dejar que ningún tercer país desestabilice nuestros mercados ni influya en nuestras decisiones energéticas”.

Por su parte, a principios de marzo, la Agencia Internacional de Energía (AIE) presentó un plan para destinar alrededor de 20.000 millones de euros a proyectos renovables “para fomentar el almacenamiento energético y mejorar la eficiencia, agilizar la recuperación económica y hacer frente a los problemas derivados de la guerra”.

En esta línea, el secretario de Estado francés para Asuntos Europeos, Clément Beaune, en representación del Consejo, también subrayó la importancia de la independencia energética europea y de la transición ecológica. “Tenemos que acelerar nuestros esfuerzos para aumentar la independencia europea de los combustibles fósiles, empezando obviamente por el gas, y para ello, la diversificación de las fuentes y la transición hacia formas de energía limpias y ecológicas es fundamental”, afirmó.

Y es que el conflicto entre Rusia y Ucrania parece haber puesto sobre la mesa, no solo la necesidad de terminar con esa dependencia energética en Europa, sino también “la de aumentar la competitividad, generar riqueza y avanzar de manera real hacia la sostenibilidad del sistema energético”, apuntó el representante del Consejo.

En este sentido, la electrificación basada en las renovables es, precisamente, “sinónimo de esa independencia energética, algo crucial en unos momentos en los que Europa ha visto con claridad algo que ya sabíamos desde hace tiempo: es necesario abandonar el gas y acelerar lo máximo posible el ritmo en el que lo dejamos atrás”, señalan desde Endesa, que también apuesta por la transición energética y el avance hacia la electrificación para paliar la crisis climática y la destrucción del medio ambiente.

“En el muy corto plazo la electrificación será imprescindible para dejar de estar expuestos a que decisiones que tienen que ver con la geopolítica condicionen nuestras sociedades e incluso nuestro modelo de vida”, añade la compañía, que defiende que “el paso hacia la electricidad es una decisión estratégica que nos hace independientes energéticamente y más fuertes como país y como región”.

“El paso hacia la electricidad es una decisión estratégica que nos hace independientes energéticamente y más fuertes como país y como región”, Endesa.

En el caso de España, explica Endesa, “esto es aún más claro, puesto que somos un país que siempre hemos dependido de otros para asegurar nuestros suministros de energía, teniendo que pagar una abultadísima factura por ello”.

La buena noticia es que, si se impulsa la electrificación como apuesta de futuro para España y Europa, jugamos con la ventaja de ser un país con abundantes recursos renovables y líder en investigación y soluciones en el ámbito de la sostenibilidad, remarca Endesa, señalando este momento como “clave” para abandonar un modelo basado en los combustibles fósiles “que ha traído una enorme prosperidad y desarrollo, pero al que ahora estamos viendo claramente los costes, tanto en el corto, como en el medio y el largo plazo, y generando una crisis climática que es una realidad y una dependencia energética de la que ahora estamos viendo las consecuencias”.

Una nueva realidad energética para España

Analizando el contexto actual, la crisis de precios, que empezó ya en junio de 2021 y que en estos momentos se ha agudizado por el conflicto Rusia-Ucrania, está determinada fundamentalmente por los precios del gas y motivada por decisiones de índole geopolítico que utilizan las materias primas, y en concreto los combustibles fósiles, como herramienta de presión, algo que ha dejado clara la necesidad de apostar de forma decidida por la electrificación de la economía, basada en la generación a través energías renovables, procesos que son dos caras de la misma moneda.

“La electrificación es clave, tanto para España como para Europa para escapar de cualquier intento de presión externa, y clave para un suministro eléctrico menos volátil, más estable y, además, más barato y eficiente que el que nos llega a través de combustibles fósiles. Y sobre todo menos sometida a la volatilidad de los mercados y a los precios de las materias primas”, explican desde Endesa. Por eso, electrificar la economía, apuntan, es una solución estratégica para construir una nueva realidad energética para nuestro país y para Europa.

“Es imprescindible dirigirnos con firmeza hacia un horizonte eléctrico, renovable, sostenible y, por tanto, descarbonizado, y ya se están dando pasos en la dirección correcta”, recalca Endesa, que considera que los Fondos Europeos de Recuperación “son una oportunidad histórica para afianzar este despliegue”. Una parte importante de los 750.000 millones de euros que movilizará el Plan Next Generation en Europa -aproximadamente 140.000 millones son para España- se destinarán a la descarbonización con vistas al 2050.

Según recuerda Endesa, al menos el 80% de la población mundial vive en países importadores de combustibles fósiles, y aunque todos tienen potencial para producir energía renovable y ganar en seguridad e independencia energética con un menor coste, el caso de España es especialmente claro. “No tenemos materias primas, que hay que importar a precios y en circunstancias cada vez más volátiles, sin embargo, somos un país enormemente rico en fuentes renovables, con viento y muchas horas de sol, y líder en investigación en este campo”, recuerda la compañía, que añade que, además, las renovables “son cada vez más competitivas y sus sistemas de almacenamiento pronto abrirán nuevas perspectivas”.

<p>Previsión del porcentaje de electrificación en el transporte, la edificación y la industria para 2050. Fuente: Eurelectric.</p>

Previsión del porcentaje de electrificación en el transporte, la edificación y la industria para 2050. Fuente: Eurelectric.

Investigación, la clave para avanzar

Los expertos coinciden en que la energía producida por fuentes renovables es más barata y además permite reducir la gran dependencia de los combustibles fósiles y, por lo tanto, de otros países. Por eso, “cuanto antes lleguemos a esa economía descarbonizada, antes dejaremos atrás esa dependencia y los vaivenes en el precio asociados a ella”, señala Endesa, recordando que, de toda la subida del precio de la luz de 2021 (+230%), un 85% se debió la “increíble” escalada de los precios del gas. El resto, un 15%, fue producida por la subida de los costes de los derechos de CO2. “Cuantas más renovables entren en la producción de energía, más bajará el precio de la electricidad, y para lograrlo, la investigación en este ámbito es decisiva”, remarca.

En este sentido, la innovación en los materiales ha hecho competitivas a las plantas fotovoltaicas, incluso desde el punto de vista económico respecto a las fuentes fósiles, señala Endesa refiriéndose a datos de la Agencia Internacional de Energías Renovables (International Renewable Energy Agency, Irena), que señala que, gracias la investigación, la capacidad fotovoltaica global ha aumentado de 40 GW en 2010 a 580 GW en 2019.

Pero, pese a que cambiar a la electricidad conlleva importantes beneficios y las tecnologías de electrificación están maduras y listas para el mercado, “los obstáculos económicos y de otros tipos ralentizan la propagación de estas soluciones, lo que no permite que la electrificación se explote a su máximo potencial”, advierte la compañía, que recuerda que, para alcanzar las cero emisiones  netas  a  nivel  mundial  en  2050,  se  necesita  una  mayor  tasa  de  electrificación, combinada con un aumento sustancial en la participación de la generación renovable.

En este sentido, el paquete Fit for 55 -un plan de acción política para alcanzar el objetivo de convertir a Europa en el primer continente climáticamente neutro para 2050- contiene las medidas para cumplir con el compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 55% en 2030 con respecto a los niveles de 1990.

Asimismo, los escenarios de la Agencia Internacional de la Energía e Irena, enfocados igualmente a alcanzar las cero emisiones en 2050, incluyen una tasa de electrificación de alrededor del 50%, combinada con una participación de generación renovable de cerca del 90%. Pero para ello, los Gobiernos “deben establecer estrategias y hojas de ruta coherentes a largo plazo para acelerar el proceso de electrificación, que se implementarán a través de planes regionales y nacionales”, propone Endesa, que apuesta por aumentar la colaboración entre los grupos de interés (empresas, proveedores, consumidores) para desarrollar y promover aún más las soluciones de electrificación.

El dato negativo es que muchas de las tecnologías de electrificación, aunque energéticamente eficientes, no tienen un suficiente nivel de implementación y los responsables de la toma  de  decisiones  y  clientes,  incluidos  los  hogares  y  las  empresas,  “a  menudo  se desaniman a la hora de tomar la decisión debido a la estructura actual de precios de la electricidad, sobrecargada por impuestos y costes de apoyo a las políticas, que no permite señales efectivas que impulsen  las  opciones  energéticas  eficientes  de  los  clientes”.

A esto se suma, además, la volatilidad de los precios, que también tiende a desanimar el cambio a la electricidad. Sin embargo, la vía más adecuada para lograr la bajada de precios a medio y largo plazo es acelerar la transición energética, apostar por las renovables y reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles, que están detrás de la actual escalada de precios de la electricidad, insiste Endesa, que pide reforzar la apuesta por las renovables “con un mercado de capacidad, que fomentaría las inversiones en almacenamiento y gestión de demanda, imprescindibles para dejar de depender del gas y reducir la volatilidad de los precios mayoristas”.

“Las energías renovables son la solución a medio y largo plazo a la inestabilidad de los precios, la clave para alcanzar los objetivos de descarbonización que hemos asumido a nivel europeo y conseguir por fin la independencia energética que necesitamos”, recalcan desde la compañía. “Es ahí donde hay que poner el foco: en el desarrollo de capacidad de almacenamiento y bombeo y la aceleración del despliegue de renovables”, concluye Endesa.

<p>Planta solar de Totana, Murcia. Foto: Endesa.</p>

Planta solar de Totana, Murcia. Foto: Endesa.

España, rica en energías renovables

Según explica a la Revista Haz el director general de la Asociación de Empresas de Energías Renovables, APPA Renovables, José María González Moya, la electrificación “es un paso fundamental para la integración de las energías renovables a corto plazo”.

Los números hablan por sí solos: en 2021 las renovables fueron el 16,6% de la energía primaria, pero representaron el 45,8% de la electricidad. “Adicionalmente, la electricidad tiene una mayor diversidad de tecnologías que pueden suministrarla, no así los combustibles fósiles. Si necesitamos electricidad, podemos utilizar electricidad renovable, de nuestro sol, viento o agua, que es lo más limpio, pero también hay otras formas de generación, aunque sean más contaminantes. Esa diversidad permite una mayor libertad y autonomía”, explica González Moya.

Mientras España debe importar el 99% del gas y el petróleo “somos ricos en un único tipo de energía: la renovable”, recalca el responsable de APPA que recuerda que “nuestros recursos son magníficos, situados entre un océano y un mar, algo que garantiza buen recurso eólico, una magnífica insolación y, no lo olvidemos, España también es rica en energía biomásica, de origen forestal, ganadero o agrícola”. “Poseemos un verdadero tesoro y por eso debemos trabajar, no solo para disponer de energía renovable competitiva en nuestros hogares y empresas, también para desarrollar nuestra industria y crear empleo de la mano de estas energías”, destaca.

A su juicio, “tener una dependencia energética superior al 70% pone a nuestra economía en una situación de clara vulnerabilidad, como hemos podido ver de forma trágica en los últimos meses, cuando el gas (o su ausencia) ha sido usado como un arma más en la guerra de Ucrania para amedrentar a los Gobiernos”.

Desde APPA son optimistas en cuanto al potencial de España en materia de energías renovables y su preparación para dar el paso hacia la electrificación de la economía apoyándonos en este tipo de energía. “Ya lo estamos dando, de forma clara, durante los dos últimos años, cuando hemos roto los récords que teníamos en generación eléctrica con renovables”, afirma Martínez Moya, que recuerda que “cerca del 46% de nuestra electricidad ya es verde, y el objetivo para 2030 es que lo sea el 74%, algo que demuestra el avance decidido hacia un sistema más sostenible y una economía más segura”.

En el ámbito energético, añade el responsable de APPA, “queremos alcanzar el 42% de energías renovables y este es un reto incluso más ambicioso”. Pese a ello, reconoce que hay que tener claro que “hoy el 70% de nuestra energía primaria es fósil, que tardaremos muchos años en cambiar el modelo energético y que las energías fósiles nos van a seguir acompañando, pero la UE y España caminan en la dirección correcta: la sustitución de energías fósiles importadas por energías renovables y limpias autóctonas”. En cualquier caso, lo que es evidente es que “sigue siendo necesario redoblar nuestra apuesta por las renovables”. 

Contenido realizado bajo acuerdo de colaboración con Endesa.
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