La metamorfosis verde del ladrillo

Los edificios y el sector de la construcción suman el 38% de las emisiones de CO2 a nivel mundial, según datos de la ONU. No queda otra: su transición a un modelo más sostenible es obligada y urgente. En España, el sector traza la senda hacia las cero emisiones.
Ana Muguerza25 mayo 2022

“Ahora o nunca”, declaraba Naciones Unidas recientemente, refiriéndose a la lucha contra el cambio climático. Y, en este contexto de emergencia climática, el sector de la construcción está en el punto de mira ya que es uno de los que más contamina y un gran consumidor de energía.

A nivel europeo, la edificación es responsable del 40% del consumo de energía y del 36% de las emisiones de CO2, mientras que, en España, representa el 30,1% del consumo de energía final y el 25,1% de las emisiones, de las que 8,2% son emisiones directas asociadas al consumo de combustible en el sector residencial, comercial e institucional.

Abrazar la sostenibilidad deja de ser así una opción en la edificación y construcción, para pasar a ser una exigencia, “el único camino posible para salvar el planeta”, como se ha manifestado en Rebuild, la gran cumbre para los profesionales del sector que se ha celebrado recientemente en Madrid.

En esta cita, en la que han participado 17.000 personas, 372 firmas expositoras y 581 expertos internacionales, se han puesto sobre la mesa los pasos que hay que dar para asegurar ese futuro más sostenible. Se ha hablado de la descarbonización del sector, la aplicación de la economía circular para reducir de manera drástica los residuos que genera, la transformación del parque edificado mediante la rehabilitación, y los nuevos materiales e innovaciones tecnológicas que pueden remar a favor en esta transición verde.

La descarbonización integral del sector

El sector no parte de cero. Hay varias estrategias energéticas y de rehabilitación en marcha, pero el desafío es grande si se quiere alcanzar, tal y como reclama Bruselas, las cero emisiones en 2050, con la escala de 2030, año para el que las emisiones de gases efecto invernadero de todos los sectores deberán haberse reducido en un 55%.

Con la vista puesta en este objetivo, Green Building Council España (GBCe)​ presentaba recientemente una hoja de ruta con acciones clave para descarbonizar el sector. Esta asociación nació en 2008 para promover la transformación de la edificación hacia un modelo más sostenible.

Para GBCe, el punto de partida está claro: solo se podrá reducir la huella de carbono si se actúa sobre todo el ciclo de vida de los edificios y no únicamente sobre su uso, como contemplan hasta ahora todas las estrategias para acelerar la transformación del parque construido y para aumentar las prestaciones de los nuevos edificios.

“Esa descarbonización del uso de nuestros edificios sigue siendo válida, necesaria y urgente, pero añadimos otras variables en torno al resto del ciclo de vida: desde la transformación de los materiales naturales en productos de construcción hasta su transporte; la puesta en obra; las reformas y rehabilitaciones que se hacen en los edificios a lo largo de su vida útil, y, finalmente, la demolición y recuperación de materiales o su envío a vertedero. Todo eso genera muchas emisiones y no están recogidas en ninguna de las estrategias nacionales o europeas que hay hasta ahora escritas”, explica a Revista Haz Dolores Huerta, directora general de esta asociación.

Es urgente descarbonizar el ciclo de vida completo de los edificios y no solo reducir las emisiones que resultan de su uso, según señala en su hoja de ruta GBCe.

“Por eso, decimos que es urgente cambiar la mirada y descarbonizar el ciclo de vida completo de los edificios, empezar a medirlo y a limitarlo. Es importante tenerlo en cuenta sobre todo en la nueva edificación, en todo lo que hagamos nuevo”, añade.

Según GBCe, esas emisiones ‘ocultas’ (el llamado ‘carbono embebido’, en la jerga del sector) representan el 50% de las emisiones de carbono previstas para el sector de la edificación hasta 2050.

Construir lo necesario y de manera distinta

El pilar de la descarbonización es imprescindible tanto en la rehabilitación de las viviendas existentes como en la construcción de nuevas edificaciones. Para reducir la huella de carbono, Dolores Huerta opina que “hay que pensar mucho cada vez que construimos algo nuevo si es realmente necesario. No digo que no se tenga que construir, pero no con esa alegría de ‘urbanicemos España de nuevo’. Construyamos lo necesario, lo imprescindible, sin perder de vista el alto precio medioambiental que pagamos”.

También, “hay que construir de manera distinta para poder reutilizar y reciclar en el futuro, y hacer espacios más flexibles que puedan transformarse. Construir para que dure, para que se reutilice y para que, si al final llega al fin de su vida útil, esos materiales que se pusieron, se puedan recuperar y convertir en otra materia prima. El ecodiseño te permite diseñar para poder desmontar en el futuro en lugar de demoler, poder quitar o poner piezas, y sin generar residuos que no sirva para nada. Quitar, desmontar y volver a utilizar de una manera mejor”, explica Huerta.

Y, en esa manera diferente de construir, la industrialización es clave. Conocida también como offsite, la construcción industrializada consiste básicamente en producir lo máximo posible en una fábrica o taller, y transportarlo después a su ubicación final para su ensamblaje o montaje. La diferencia con la construcción tradicional es que en esta última prácticamente todo se produce en obra.

Para Diego Demaría, director de Sostenibilidad de Aedas Homes, la industrialización “es la panacea de la edificación sostenible. Las viviendas industrializadas pueden suponer una reducción del 60% de las emisiones de CO2 en su construcción y del 30% en su uso; menos consumo de agua en fabricación y mantenimiento; un alto reciclaje y reutilización de sus materiales; una mínima producción de residuos o la rebaja del 40% al 75% de la energía para la climatización.  Es decir, que la industrialización da respuesta a ese futuro de construcción cien por cien sostenible”, asegura a Revista Haz.

<p>Foto: Aedas Homes. Viviendas industrializadas de la promotora en Torrejón de Ardoz (Madrid). </p>

Foto: Aedas Homes. Viviendas industrializadas de la promotora en Torrejón de Ardoz (Madrid).

La promotora Aedas Homes, una de las que más alto iza la bandera de la sostenibilidad, apuesta claramente por la industrialización: ya ha entregado seis promociones totalmente offsite con más de cien viviendas industrializadas y tiene otro medio centenar de proyectos parcialmente industrializados en marcha, con más de dos mil casas.

Revalorizar los residuos

La economía circular, centrada en la reutilización de los residuos, es la otra gran pata de la sostenibilidad. El sector de la construcción es uno de los que más recursos consume y el que más residuos genera. Se calcula que en España se originan cerca de 36 millones de toneladas de residuos de construcción y demolición (RCD) al año. De estos, aproximadamente el 30% se reciclan para usos de bajo valor añadido, otro 30% va a parar a vertederos sin ser tratados, y el 40% restante se eliminan de forma incontrolada en escombreras y espacios naturales.

Para mejorar la circularidad de los residuos de construcción y demolición, se están desarrollando diferentes proyectos de I+D en los que se abordan soluciones innovadoras. Uno de esos proyectos es Valrec. Liderado por el Grupo Sacyr y otras siete empresas, y financiado por la Comunidad de Madrid, pretende evitar el vertido de hasta dos millones de toneladas al año de RCD y la reducción de al menos un 20% de la huella de carbono de las empresas participantes.

Jaime Moreno, del centro de investigación y desarrollo tecnológico Tecnalia , que colabora en este proyecto, nos explica que ya se han producido avances significativos, como los ensayos de separación densimétrica de áridos mixtos para obtener otros libres de impurezas y de calidad mejorada, así como pruebas para reducir la absorción de agua de estos materiales en más de un 50%, mejorando considerablemente su aplicación en nuevos productos de construcción. “En una siguiente fase, se explorarán nuevos productos de construcción maximizando el uso de ese material reciclado”, señala.

El investigador añade que el objetivo a medio plazo es continuar con las líneas de investigación para conseguir que todos los materiales que se utilizan en la edificación se puedan reciclar de forma viable, como el hormigón, cerámico, yeso, plásticos, maderas, aislantes, etc.

A nivel normativo se están realizando avances significativos para incentivar el reciclaje de los RCD. La nueva Ley de residuos y suelos contaminados desincentiva su vertido en vertederos sin tratar y algunas administraciones autonómicas, como la vasca, exigen el uso de al menos un 40% de material reciclado en licitaciones públicas de edificación y obra civil.

<p>Foto: GBCe. Prueba en el tratamiento de áridos del proyecto Valrec en la planta piloto de la empresa Allgaier Mogensen, uno de los miembros del consorcio.</p>

Foto: GBCe. Prueba en el tratamiento de áridos del proyecto Valrec en la planta piloto de la empresa Allgaier Mogensen, uno de los miembros del consorcio.

Pero, si hay un material que destaca sobre todos los demás al hablar de sostenibilidad y descarbonización en la edificación, ese es la madera.

En Rebuild se han dado cita expertos y empresas que están utilizando la madera como material base en sus edificaciones. Es el caso del arquitecto valenciano Vicente Guallart, que en 2020 ganó un concurso internacional para diseñar en China viviendas autosuficientes construidas con estructuras de madera procedentes de gestión forestal sostenible, o de Aedas Homes, que recientemente ha presentado en Alicante el primer residencial en altura en el que ha incorporado la madera.

“Creemos que su uso más recurrente va a suponer un giro en la construcción. Es el material con menor huella de carbono del sector, sostenible, cien por cien reciclable al final de su vida útil y biodegradable, muy resistente estructuralmente, flexible y duradero, además de ser un excelente aislamiento térmico, eléctrico y acústico. Y, no sólo no emite CO2 en su fabricación, sino que, por el contrario, lo absorbe”, cuenta el director de Sostenibilidad de Aedas Homes, Diego Demaría. Y, añade que el uso de la madera disminuirá considerablemente los tiempos de construcción.

Los fondos europeos, claves para la sostenibilidad

Los fondos europeos Next Generation ayudarán a enfrentar los desafíos que el sector tiene en materia de sostenibilidad. La partida destinada a la rehabilitación energética de edificios y regeneración urbana se acerca a los 7.000 millones de euros y, de esta cantidad, la mitad irá dirigida a la rehabilitación de vivienda. Según GBCe, cuatro de cada cinco edificios de nuestro país son ineficientes energéticamente, es decir, consumen más recursos de los necesarios para alcanzar unos niveles óptimos de confort y servicio. Además, una de cada dos viviendas supera los 40 años de antigüedad. La descarbonización, se dijo en Rebuild, comienza con la rehabilitación energética de los edificios.

Los fondos europeos Next Generation ayudarán a la transición sostenible del sector. Casi 7.000 millones de euros se destinarán a la rehabilitación energética de edificios y regeneración urbana.

Para Dolores Huerta, el dinero europeo es una oportunidad única para acelerar las intervenciones en el parque edificado. “Estamos en el ‘preparados, listos, ya’. Está todo listo. Existe una estrategia nacional de rehabilitación, pero faltaba el dinero, y Bruselas nos lo ha puesto encima de la mesa”, señala. Ahora hay que tramitar esos fondos porque “hay comunidades autónomas que todavía no han abierto la ventanilla”. Pero, lo más importante es que “los ciudadanos, que son los propietarios de los edificios y que, por tanto, son los que tienen que poner en marcha el proceso de rehabilitación, lo conozcan, lo entiendan y lo compren”, afirma.

Es una inversión que, según Huerta, recuperarán rápido con la revalorización de su inmueble, la mejora de su calidad de vida y el ahorro energético. “Hay que convencer a los ciudadanos de que esto es bueno. Y, no solo eso, también necesario”. GBCe es partidaria de pisar el acelerador de la rehabilitación. El Gobierno se ha fijado el objetivo de rehabilitar 510.000 viviendas hasta 2026.

Los consumidores también quieren viviendas sostenibles

La descarbonización no es algo a lo que nos obligue solo el Pacto Verde europeo. Los ciudadanos también piden viviendas con mayores y mejores prestaciones energéticas. Las encuestas apuntan a que más de la mitad de los españoles estaría dispuesto a pagar más por una casa sostenible, aunque la razón de fondo, en muchos casos, sea reducir en el largo plazo la factura energética.

Pero, una vivienda sostenible no lo es solo desde el punto de vista medioambiental. “Preferimos decir que promovemos viviendas saludables y sostenibles en toda la amplitud del concepto, y que ponen a los clientes y al medio ambiente en el centro de todo el esfuerzo. Impulsamos un ecodiseño buscando las mejores orientaciones, el menor mantenimiento y la intensidad de uso; con energías renovables como la aerotermia, geotermia, placas solares y/o fotovoltaicas; además de promover edificios con bajas demandas térmicas”, apunta Demaría.

Esto es, transformar las viviendas en espacios más ‘humanos’, como se manifestó en Rebuild. O, lo que es lo mismo, poner a las personas en el centro de la edificación.

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