Tecnología verde, una herramienta clave frente al cambio climático

Convocados por la Universidad Internacional de Valencia, un grupo de expertos debate sobre cómo la tecnología contribuye a frenar el cambio climático y cómo las infraestructuras verdes ayudarán a conseguir ciudades más sostenibles.

HAZ28 julio 2022

En plena ola calor es evidente que el cambio climático es una realidad y que sus consecuencias meteorológicas derivan cada vez más en problemas de desertificación, inundaciones, incendios forestales y fenómenos meteorológicos adversos, razones por la que buscar alternativas energéticas sigue siendo uno de los principales objetivos de los expertos.

En una nueva sesión de TECHmeets, las jornadas organizadas por la Escuela Superior de Ingeniería Científica, Ciencia y Tecnología de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), especialistas en la materia han reflexionado sobre la situación actual y su posible reversión a través de la tecnología.

El meteorólogo Mario Picazo, experto en cambio climático y medioambiente, ha destacado la importancia de cambiar el modelo energético de este planeta. “Usar combustibles fósiles quizás el mayor problema que tenemos. La emisión de dióxido de carbono y metano, son los que más contribuyen de forma antinatural a calentar el planeta”, ha comentado.

En este sentido ha explicado que el CO2, cuya contribución al calentamiento es del 50%, tiene tendencia a prevalecer en la atmósfera mucho tiempo, el 80% puede estar hasta 200 años y el 20% restante hasta cerca de 20.000 años.

Por otro lado, ha profundizado en la tecnología como herramienta para mitigarlo destacando el desarrollo de energías renovables, los vehículos eléctricos, edificios eficientes, infraestructura verde o geoingeniería. Sin embargo, ha incidido en que suponen “solo la mitad de esta lucha”. “La otra mitad la tenemos que aportar nosotros siendo más prácticos y la forma es reusar”, ha comentado.

Estrategias de producción limpia y desarrollo sostenible

Desarrollar una actividad social y empresarial sostenible, que genere cada vez menos residuos y que contribuya a preservar el medio ambiente, es un objetivo que persiguen muchas empresas a nivel global.

“La evidencia científica está demostrando que el estilo de vida que llevamos los seres humanos en los últimos años, muy orientado hacia la urbanización, con los patrones de consumo y movilidad que implica, no es sostenible. Y, además, está acrecentando los efectos del cambio climático”, ha señalado, por su parte, Daniel Jato Espino, investigador de VIU y experto en Ingeniería Medioambiental.

“En estas circunstancias, se están desarrollando iniciativas basadas en infraestructura cuya implementación debe apoyarse en el uso de tecnologías de la información geográfica e inteligencia artificial”, ha continuado.

En este sentido, Laura Ibáñez Gallén, experta en desarrollo sostenible y sostenibilidad corporativa, ha remarcado que “las empresas están destinando parte de su presupuesto a implementar sistemas de gestión medioambiental, no solo porque lo necesitan para sobrevivir, sino porque cada vez se demandan más por parte de la sociedad respuestas sobre los productos que se están ofreciendo en el mercado”.

Además, ha puesto el foco en que, a pesar de que esto supone un desembolso importante para las compañías, es importante pensar en la viabilidad y rentabilidad que dan a largo plazo.

De hecho, Eduardo Collado Fernández, experto del Máster Oficial en Energías Renovables de la Universidad Internacional de Valencia, ha recordado que “estamos en una crisis climática, energética, ambiental y económica en la que los movimientos que ha habido respecto a los precios de la energía en los dos últimos años han provocado que muchas empresas tuviesen que cerrar”.

“Crear hoy en día instalaciones de energía renovable, aparte de contribuir a la sostenibilidad, va a ser un punto totalmente bancable de cara a pedir determinadas inversiones. Una vez hecha la inversión inicial, dejas de estar expuesto a las subidas de los combustibles”, ha añadido.

Ciudades saludables y resilientes

Gracias a la innovación tecnológica enfocada a la eficiencia energética, Alejandro Carbonell, cofundador de Green Urban Data, dio vida a la idea de desarrollar un servicio de big data ambiental para facilitar la toma de decisiones orientadas al desarrollo de estrategias de mejora ambiental y calidad de los ciudadanos.

A través de un software, evidenciaron que “gracias a las zonas verdes las temperaturas pueden reducirse hasta dos grados. Seguidamente nos dimos cuenta que hay otro valor: los servicios ecosistémicos. La vegetación como activo capaz de absorber CO2, de eliminar ruido y de beneficiar nuestra salud mental, de manera que cuanto mejor mantenimiento tengamos de esa infraestructura verde, mejores ciudades crearemos”, ha explicado Carbonell.

El cambio climático y la urbanización suponen presiones ambientales que llevan a reconsiderar el diseño y la estructura de las ciudades para que sean más sostenibles en el futuro. Esto se está materializando en iniciativas basadas en la renaturalización de espacios con infraestructura verde.

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