Casi la mitad de las pymes reconoce que no tiene una estrategia de sostenibilidad

Dos recientes estudios revelan la falta de previsión en materia de sostenibilidad de las pymes españolas. Según un informe de la aseguradora Hiscox, el 46% de las pequeñas y medianas empresas no ha diseñado una estrategia de actuación de sosteniblidad. Otro estudio de Climate Strategy & Partners afirma que un 58% de las pymes no ha calculado su huella de carbono.
HAZ20 octubre 2022

En un momento crítico para la supervivencia del planeta, la implicación de las empresas en materia de sostenibilidad es cada vez más importante para asegurar el futuro. Sin embargo, el 46% de las pymes españolas reconocen que no tiene una estrategia de sostenibilidad, según detalla Hiscox , compañía aseguradora internacional especializada en empresas, en su I Informe Hiscox de pymes y autónomos en España, con motivo del Día Internacional contra el Cambio Climático que se conmemora el próximo 24 de octubre.

Esta falta de previsión en materia de sostenibilidad también se explica por el hecho de que solo el 15,7% de las pequeñas y medianas empresas encuestadas considera que el cambio climático sea un riesgo sistémico que les vaya a afectar seriamente, según los datos del estudio.

No solo se trata de que pocas empresas diseñen una estrategia de actuación en materia de sostenibilidad, sino que además tampoco son muchas las que llevan a cabo prácticas sostenibles en su día a día. Concretamente, solo el 31,3% de las pymes lleva a cabo prácticas sostenibles y otro 18% dice que lo hará en el futuro, lo que deja un 50% del tejido empresarial de las pymes que ni ha incorporado  ni tiene previsto hacerlo este tipo de prácticas.

Entre las que sí llevan a cabo prácticas sostenibles, el medioambiente se perfila como el área en la que más actúan las empresas y el 70% realiza alguna medida destinada a repercutir positivamente en su cuidado. Otro 41,5% actúa en el área de la sociedad y el 31,9% en el de la gobernanza.

Comunicar las prácticas sostenibles

A la hora de enumerar los beneficios que reporta la adopción de prácticas y políticas sostenibles, la ética empresarial se posiciona en primer lugar (40%), seguida de la mejora de la reputación (27,21%) y el aumento de la satisfacción de los clientes (25,7%). A pesar de reconocer la importancia que tiene la sostenibilidad en la imagen corporativa, el 64% de las pymes que realizan prácticas sostenibles no las comunican.

Adicionalmente, el 76,5% de las empresas no tienen indicadores para medir el éxito de sus prácticas, por lo que no tienen la capacidad real de medir cuáles sí funcionan, cuáles no, cuáles es necesario reforzar, etc.

Solo el 31,3% de las pymes lleva a cabo prácticas sostenibles y otro 18% dice que lo hará en el futuro, lo que deja un 50% que ni ha incorporado ni tiene previsto hacerlo este tipo de prácticas, según Hiscox.

“En el contexto actual, asumir la sostenibilidad como un pilar de las estrategias empresariales es fundamental para las empresas, sin importar su tamaño. Es evidente que aún falta mucho camino por recorrer a la luz de estos datos, y es que concretamente en las pequeñas y medianas empresas están ahora mismo centradas en hacer frente a los múltiples desafíos económicos actuales. Sin embargo, no deben dejar de lado sus actuaciones en términos de sostenibilidad, que también puede repercutir en una mejora del negocio a largo plazo”, explica Carolina Morato, directora de marketing y comunicación de Hiscox Iberia.

Faltan financiación y conocimiento

Por otra parte, la consultora Climate Strategy & Partners publica un informe que examina el progreso actual en acción climática de las pymes españolas, los retos y beneficios que conlleva esta transición ecológica en un contexto de crisis energética y las mejores prácticas para adoptar e implementar planes de acción climática en empresas de menor tamaño.

Los resultados del estudio muestran que las pequeñas y medianas empresas (60%) entienden y perciben los riesgos del cambio climático y de unas facturas energéticas en aumento por la dependencia de los combustibles fósiles, y que las pymes líderes han mostrado una ambición significativa de adoptar planes de acción climática que les ayuden a maximizar las oportunidades de la descarbonización. Sin embargo, las estrategias climáticas de las pequeñas y medianas empresas sufren de un enfoque poco estructural con brechas significativas, según destaca el informe.

Por ejemplo, un 58% no ha calculado su huella de carbono, por lo que no cuenta con una visión clara de cómo debe ejecutarse su trayectoria de descarbonización en línea con las recomendaciones de la ciencia. Esto, según Climate, se debe a que las pymes se enfrentan a barreras que obstaculizan una acción climática más robusta y efectiva, como falta de financiación y conocimiento.  

El informe ofrece una guía de mejores prácticas adaptadas a la situación excepcional de las pymes para que elaboren planes de acción climática hacia las cero emisiones netas en un contexto de crisis energética. Se han dividido en tres pilares:

  1. Objetivos de reducción de emisiones. Las pymes deben calcular y reducir su huella de carbono un 50% antes de 2030 y más de un 90% antes de 2050, compensando solo aquellas emisiones residuales (<10%). El informe identifica ejemplos de herramientas de cálculo de emisiones para facilitar esta tarea, que suele ser vista como un problema para las pymes.
  2. Acción climática. Existen 6 áreas clave donde las pymes deben centrar su descarbonización: eficiencia energética, energías renovables, transporte ecológico, ecodiseño, gestión de residuos y proveedores verdes. Se han identificado varias rutas de acción en cada una de estas áreas y ejemplos de ayudas públicas y privadas a nivel autonómico, nacional y europeo para apoyar su implementación.
  3. Gobernanza climática. Establecer unos procesos de supervisión y evaluación sobre el plan de acción climática es un área que falta por desarrollar entre las pymes. El objetivo será designar a una persona de la empresa como encargada de la acción climática, consultar el plan con los grupos de interés, y evaluar y divulgar su progreso de forma anual.
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