El papel de la inteligencia artificial en la lucha contra el cambio climático

La inteligencia artificial se puede convertir en una potente herramienta para cumplir el objetivo del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura media mundial a menos de 2°C por encima de los niveles preindustriales, para lo cual es indispensable reducir emisiones de manera inmediata, rápida y profunda en todos los sectores productivos.

Esto es lo que afirma el documento How AI Can Be a Powerful Tool in the Fight Against Climate Change por Boston Consulting Group (BCG) como integrante  de la alianza ‘AI  for the Planet, en la que participan diferentes organizaciones, algunas pertenecientes a las Naciones Unidas.

Esta coalición de estamentos tiene entre sus objetivos la promoción de la innovación, la actuación como plataforma global para la identificación de herramientas y usos de la inteligencia artificial (IA) para solucionar la crisis climática, el aseguramiento de su impacto a gran escala, y la facilitación del desarrollo de otras alianzas tanto públicas como privadas.

La analítica avanzada y la IA son herramientas que se encuentran en una posición única para ayudar a gestionar cuestiones complejas. En una encuesta mundial realizada por BCG en mayo a más de mil líderes del sector público y privado en materia de clima e inteligencia artificial, el 87% afirmaron que ven la inteligencia artificial como una herramienta útil en la lucha contra el cambio climático.

Además, el 43% afirmó que puede prever el uso futuro de la IA en los esfuerzos de su organización en materia de cambio climático, lo que confirma el alto nivel de interés de estos líderes en el potencial de la tecnología para generar un cambio positivo.

Tal y como se explica en el informe, la coalición se encuentra en búsqueda de equipos e ideas que tengan el poder de alterar la crisis climática y marcar una diferencia significativa mediante el uso de la analítica avanzada y la IA, para lo cual han realizado su primera convocatoria de soluciones que analizará propuestas en cualquier fase de madurez y de cualquier sector, tanto si provienen del sector privado, público, académico o sin ánimo de lucro.

Las tres áreas de aplicación de la IA

Gracias a la especial capacidad de la IA para recopilar, completar e interpretar grandes y complejos conjuntos de datos sobre emisiones, impacto climático, etc., esta tecnología puede utilizarse para ayudar a todas las partes interesadas a adoptar un enfoque más informado y basado en datos para reducir las emisiones de carbono y construir una sociedad más ecológica y, a la vez, también puede emplearse para ayudar a reajustar los esfuerzos climáticos globales hacia las regiones de mayor riesgo.


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El informe del BCG considera que hay tres áreas de aplicación de la IA que son especialmente relevantes: mitigación, adaptación y resiliencia, y análisis de sus fundamentos.

Así, la IA puede emplearse para ayudar a mitigar la crisis climática a través de la medición de las emisiones tanto a nivel macro como micro, de la reducción de las emisiones y los efectos de los gases de efecto invernadero (GEI), y de la eliminación de las emisiones existentes en la atmósfera.

Según la experiencia de BCG, la IA puede utilizarse para ayudar a reducir las emisiones de GEI en una cantidad equivalente al 5% o el 10% de la huella de carbono de una organización, o un total de 2,6 a 5,3 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente (CO2e) si se amplía globalmente.

También, la IA puede aplicarse para potenciar la capacidad de adaptación y resiliencia, en parte mediante la mejora de las proyecciones de los efectos regionales a largo plazo (como el aumento del nivel del mar) o de los fenómenos extremos (como los huracanes o las sequías).

Estos esfuerzos también incluyen la gestión de la vulnerabilidad y la exposición, mediante el desarrollo de infraestructuras que minimicen el impacto de los riesgos climáticos.

Por último, la IA puede ayudar a analizar los fundamentos del cambio climático, reforzando la investigación y los modelos climáticos, la financiación y el análisis del clima, y la educación, el asesoramiento y el cambio de comportamiento (por ejemplo, en forma de recomendaciones de compras respetuosas con el medio ambiente).

Dentro de cada uno de los anteriores usos, la IA puede emplearse como parte de cinco tareas clave: reunir y completar conjuntos de datos complejos sobre emisiones, impacto climático y proyecciones futuras; reforzar la planificación y la toma de decisiones; optimizar los procesos; apoyar los ecosistemas de colaboración, y fomentar comportamientos positivos para el clima.

La inteligencia artificial puede ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un equivalente al 5% o el 10% de la huella de carbono de una organización, según BCG.

¿Qué va a hacer falta para que la IA sea adoptada para estas labores?

Según BCG, la facilidad de uso es fundamental para que las soluciones de IA se adopten de forma generalizada, independientemente de que se desarrollen para empresas, gobiernos o el público en general.

Estas soluciones deben ser fácilmente accesibles, ofrecer beneficios tangibles al usuario y proporcionar información clara para guiar sus acciones.

Incluso entre los líderes de los sectores público y privado que se dedican a temas relacionados con el clima o la IA, el 78% afirma que la falta de experiencia en IA es un claro obstáculo para los esfuerzos de su organización por utilizarla para combatir el cambio climático. El 77% culpa a la falta de soluciones de IA y el 67% señala la falta de confianza en los datos y análisis relacionados con la IA.

En línea con lo anterior, en el informe se detallan las tres necesidades ineludibles para lograr el éxito de la inteligencia artificial en la lucha contra el cambio climático:

  • Desarrollo de capacidades. La formación y el reciclaje pueden garantizar que los funcionarios, los líderes del sector privado y otras partes interesadas utilicen e interpreten las soluciones de IA de forma eficaz en contextos críticos. La voluntad de superar el bloqueo de los proveedores también es esencial para garantizar que los usuarios puedan desplegar soluciones prometedoras a gran escala.
  • Recursos y redes. El apoyo financiero puede salvar la brecha entre la investigación académica y el despliegue a escala, y las conexiones con los responsables políticos y los líderes empresariales pueden ayudar a impulsar la concienciación y la adopción. Además, el intercambio de conocimientos sobre las mejores prácticas y las aplicaciones prometedoras puede ayudar a garantizar que las soluciones estén preparadas para su despliegue a escala gubernamental y empresarial.
  • Confianza y seguridad. Dada la complejidad de la IA y los riesgos asociados de sesgo o comportamiento poco ético, ya sea intencionado o no, los usuarios de la IA deben ganarse la confianza de los líderes. Para ello, deben centrarse en aspectos clave como la calidad y la granularidad de los datos subyacentes y la interpretabilidad del análisis realizado.

Y es que, a pesar de su promesa, la IA no puede utilizarse para resolver la crisis climática de forma aislada. Al contrario, es una de las muchas herramientas esenciales para abordar este reto global.

Los individuos, las comunidades y las organizaciones comprometidas con la lucha contra la crisis climática deberían, por tanto, considerar cómo pueden ayudar otras tecnologías establecidas y emergentes, y deberían ayudar también a eliminar los obstáculos para la ampliación de esas tecnologías.

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