Más allá del carbono y el agua para reducir la huella ambiental
Existen diferentes conceptos de huellas o cuantificación de impactos en nuestro planeta derivados de las actividades que en él se llevan a cabo. Inicialmente, el concepto de huella ecológica fue desarrollado en los años 90 del siglo pasado y se define como la superficie de tierra necesaria para producir los bienes y servicios que consumimos, pero también la superficie necesaria para absorber los residuos que producimos.
Por su parte, los conceptos de huella de carbono y huella hídrica también se introdujeron paralelamente. La primera se define como las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI) causadas por un individuo, evento, organización, servicio, lugar o producto, expresadas en dióxido de carbono equivalente o CO2, y, por huella hídrica se entiende la cantidad de agua, medida en litros o metros cúbicos (m3), utilizada para producir cada uno de los bienes y servicios que utilizamos.
Más recientemente, se ha desarrollado otro enfoque, basado en el análisis del ciclo de vida (ACV), que se denomina huella ambiental. El ACV evalúa los posibles impactos ambientales de un producto, proceso o servicio a lo largo de todo su ciclo de vida.
Además de los gases de efecto invernadero y la huella hídrica, se calculan todos los demás flujos de materiales y energía y se traducen en impactos medioambientales. Por su amplitud de miras, la huella ambiental es la más completa y significativa a la hora de cuantificar y poder reducir los impactos sobre el planeta.
Mapfre y su compromiso de reducción de huella ambiental
La reducción de la huella ambiental de Mapfre constituye un elemento clave de su actuación en materia de responsabilidad ambiental y refleja su interés en ser parte activa en la necesaria y urgente transformación hacia una economía baja en carbono.
Para lograrlo, Mapfre ha desarrollado el Plan Corporativo de Huella Ambiental 2021-2030 que promueve medidas como la compra de electricidad renovable; fomenta el trabajo en movilidad; está reduciendo los viajes de negocio en avión y en coche, y transformando las flotas propias a vehículos eco.
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Este año, contará, además, con mayor número de edificios sostenibles; instalará mayor volumen de placas fotovoltaicas para autoconsumo; impulsará la reducción del consumo de papel y agua, y continuará reduciendo, reciclando y reutilizando los residuos que genera.
También se ha adherido a la Alianza de Seguros para las Emisiones Netas Cero con el objetivo de alcanzar la neutralidad de emisiones de efecto invernadero para 2050, es decir, cero emisiones netas en sus carteras de suscripción de seguros y reaseguros.
Autoabastecimiento eléctrico
Una de las acciones de descarbonización llevadas a cabo por Mapfre, es la instalación de un total de 4.700 paneles de última generación en las azoteas, aparcamientos, fachadas y suelo de los cuatro edificios de la sede central de la aseguradora en Majadahonda (Madrid) con una potencia total de 2MW (cada megavatio equivale a un millón de vatios o a mil kilovatios ).
Este proyecto, realizado en apenas seis meses, ha sido concebido como una solución integral a medida y representa una de las instalaciones de autoconsumo solar fotovoltaico más completas y singulares en España.
La instalación se suma a la ya existente de 700 placas solares instaladas en 2020 y ocupa una superficie aproximada de 5.700 metros cuadrados. Su uso generará 3,1 MWh (megavatio-hora) al año, que permitirán a Mapfre el autoabastecimiento del 40% de su consumo eléctrico anual, en su sede social, en Madrid, con picos de producción del 95% de la demanda total. Su producción renovable evitará la emisión a la atmósfera de 740 toneladas de CO2 al año.
Además, la energía generada también servirá para abastecer una gran parte del consumo eléctrico necesario para el funcionamiento diario de las oficinas, incluidos los 48 puntos de recarga gratuitos, de 22KWh, que la empresa ofrece a los empleados que utilizan coches eléctricos o híbridos enchufables.
El alcance del proyecto está previsto que se extienda hasta otros 25 grandes inmuebles de Mapfre en España durante el año 2023, y se está estudiando ampliar la iniciativa a otros países como Alemania y Brasil.
Con una superficie de casi 6.000 metros cuadrados, Mapfre tiene una de las instalaciones de autoconsumo solar fotovoltaico más completas de España, que le permitirá el autoabastecimiento del 40% de su consumo eléctrico anual en su sede social.
El suministro de electricidad necesario para el funcionamiento la compañía se complementa con la compra de energía procedente de fuentes 100% renovables, que no contaminan y que no generan gases de efecto invernadero.
Recorte de las emisiones en la cartera de inversión
En el marco de su Plan Estratégico de Sostenibilidad 2022-2024, Mapfre se compromete a contribuir a la descarbonización de la economía, apuntando a alcanzar la neutralidad de emisiones de efecto invernadero para 2050, es decir, cero emisiones netas en sus carteras de suscripción de seguros y reaseguros.
Como resultado, la compañía ha reducido en más de 1.150.000 toneladas las emisiones de CO2 asociadas a sus inversiones, equivalente aproximado a todas las emisiones que una ciudad de 200.000 habitantes genera en un año. Esta reducción se ha realizado progresivamente entre 2019 y 2021, periodo en el cual se han disminuido en un 20% las emisiones de la empresa.
La medición ha sido efectuada con una herramienta propia desarrollada por Mapfre AM, con la que se analizan y evaluan los riesgos asociados al cambio climático en sus inversiones y se contribuye así a uno de sus compromisos más relevantes en materia de sostenibilidad: reducir en un 10% las emisiones de la cartera de inversión para 2024.
Con esta nueva metodología, Mapfre da un paso más en la capacidad de reporte del cálculo de la huella de carbono, para el que la regulación actual, a pesar de haber establecido ciertas indicaciones concretas, aún encuentra diversos retos para definir el cálculo de activos, como la renta fija gubernamental, activos del sector financiero, compañías privadas, productos derivados o fondos, entre otros.
Además, la compañía identifica los riesgos y oportunidades que sus inversiones puedan significar en relación con el desarrollo sostenible del negocio, aspecto fundamental para garantizar una propuesta de productos y servicios bajos en carbono.
Entre 2019 y 2021, la compañía ha reducido en más de 1 millón de toneladas las emisiones de CO2 asociadas a sus inversiones, el equivalente a todas las emisiones que una ciudad de 200.000 habitantes genera en un año.
Edificios verdes y reducción de los residuos generados
Los edificios verdes se diseñan, construyen y operan con el objetivo de mejorar el bienestar de sus ocupantes y apoyar una comunidad y un entorno natural saludables, y pueden, además, suponer un importante ahorro económico al mejorar la productividad de los empleados y aumentar los beneficios derivados de las mejoras en materia de salud y seguridad.
A finales de 2021, Mapfre disponía de 13 edificios, como la Torre Mapfre de Barcelona, con el certificado LEED, Breeam o Energy Star (sellos de eficiencia energética y diseño sostenible), que confirma que estos espacios están construidos y diseñados para reducir el impacto ambiental, es decir, ahorrar energía, hacer un uso eficiente del agua, reducir las emisiones de CO2, mejorar la calidad del ambiente interior y minimizar el uso de recursos naturales, entre otros.
Para 2030, el 50% de la superficie de los grandes edificios en propiedad tendrá certificado sostenible.
Por lo que respecta a la reducción de residuos, Mapfre logró el reto de convertir su sede social en residuo cero, un proyecto con el que recicló 351 toneladas de desperdicio y con el que aprovechó el 92% de los residuos que genera, y que extenderá a 2024 a Brasil, México y Puerto Rico.
Para 2024, la empresa se ha comprometido a aprovechar el 84% de los residuos que genera, un objetivo que se incrementará hasta el 90% en 2030.
De esta manera, no solo se consigue reducir la huella de carbono, sino también evitar contaminar el agua, el suelo y el aire, ahorrar materias primas, conservar los recursos naturales y los ecosistemas, y proteger la salud y el bienestar.
Gestión sostenible del agua y los bosques
Los recursos hídricos representan un desafío para el futuro del planeta, ya que la disponibilidad de agua potable se encuentra amenazada por las consecuencias del cambio climático.
Consciente de esta realidad, Mapfre apuesta por una gestión integral y sostenible del agua en sus instalaciones que le permita reducir un 25% el consumo para 2030, un reto que logrará con tecnología, normativa, control de consumo y responsabilidad.
Mapfre ha plantado recientemente 6.541 árboles en Pontevedra y el norte de Portugal, contribuyendo a repoblar casi cinco hectáreas de zonas afectadas por la deforestación. Foto: Mapfre.
Por lo que respecta a la reforestación, esta es una de las mejores herramientas de mitigación y adaptación al cambio climático, no solo como sumideros de emisiones de CO2, sino también para regular el régimen hídrico, evitar la erosión del suelo y promover la conservación de la biodiversidad.
Bajo el proyecto Bosque Mapfre, la compañía ha plantado recientemente un total de 4.874 árboles en el municipio de Cerdedo-Cotobade, en Pontevedra, y otros 1.667 en el Parque Natural de Sintra-Cascais, en el norte de Portugal. Con estos dos proyectos se ha contribuido a repoblar casi cinco hectáreas de zonas afectadas por la deforestación y a que esos más de 6.500 nuevos árboles absorban 4.000 toneladas de CO2 de la atmósfera, neutralizando así el 21% de las emisiones de carbono emitidas por la empresa en estos dos países.
Por último, Mapfre también se ha comprometido a reducir la huella de carbono vinculada a los desplazamientos de sus empleados en un 34%, mediante el uso de lanzaderas que conectan sus sedes con puntos de la ciudad y con el transporte público; estacionamientos para bicicletas; renting de vehículos eléctricos, puntos de recarga para vehículos eco, y un sistema de videoconferencia para limitar los viajes de negocio.