Álvaro Cuadrado, por su objetivo ‘hambre cero’ en Ucrania, Personaje Social 2022

No ha terminado un proyecto y ya está planeando el siguiente. Este emprendedor social todoterreno -y ‘todocorazón’, según su círculo- es el artífice de Hambre Cero, una iniciativa para repartir comida entre quienes más lo necesitan y que ha llevado a 13 países, Ucrania entre ellos. Por su gran labor social y por ser incapaz de ‘mirar hacia el otro lado’ ante la necesidad ajena, ‘Revista Haz’ lo ha elegido Personaje Social del año.
HAZ16 diciembre 2022
<p>Álvaro Cuadrado, Personaje Social del Año 2022.</p>

Álvaro Cuadrado, Personaje Social del Año 2022.

De pequeño soñaba con trabajar en Greenpeace para salvar ballenas y viajar. Pero con los años, se ha dado cuenta de que los sueños pueden ser una limitación y que, si uno se conforma con realizar lo pensado, termina estancado. Por eso, Álvaro Cuadrado dice que ha llegado mucho más lejos de lo que jamás imaginó.

Y, con ese ‘más lejos’, no se refiere a ganar dinero a espuertas o a alcanzar el éxito profesional, sino a generar impacto social ayudando a los demás. Repartiendo, por ejemplo, 13 millones de raciones de comida en los dos últimos años entre las personas más vulnerables o sacando a mujeres de Afganistán para alejarlas de los talibanes.

Este todoterreno, inconformista y carismático, al que parece que nunca se le acaba la energía, se trae ahora entre manos varios proyectos sociales a la vez. Sigue enviando alimentos a Ucrania porque la guerra no ha terminado y cada vez hay más necesidad, pero, al mismo tiempo, pergeña acciones en Malaui, país de extrema pobreza, o en El Sahel africano, porque le han dicho que allí el hambre va a causar estragos al depender mucho del grano ruso y ucraniano. Y, por si fuera poco, está reforestando -es la época, entre noviembre y febrero- un bosque en Ávila en el marco de su proyecto Plántalo. Entre España y Paraguay, lleva plantados hasta el día de hoy más de 180.000 árboles.

Muchas de estas iniciativas nacen bajo el paraguas de Hambre Cero, un macroproyecto social que él ha montado y con el que ha repartido alimentos en varias ciudades durante la crisis del coronavirus o en La Palma, con la erupción del volcán, y que ya ha exportado a 13 países, como Honduras, Indonesia y, más recientemente, la golpeada Ucrania.

A este último, desde que empezó la guerra, ha enviado 64 camiones tráiler con unas mil toneladas de alimentos y ayuda. Y, como Cuadrado no solo hace solidaridad de oficina, ya ha estado tres veces sobre el terreno, repartiendo comida en 19 ciudades ucranianas; creando rutas de acceso; buscando partners locales, y estableciendo contactos con el Gobierno de Zelenski, con quien coopera en la entrega de ayuda.

Ahora está “feliz” porque en las últimas dos semanas ha conseguido un récord de donaciones: 770 toneladas de ayuda más, que enviará en los próximos días. En total, está previsto que partan otros 35 camiones cargados de alimentos y tiene pensado viajar de nuevo a la zona de conflicto.

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<p>Cerca de 90 camiones viajan de España a Ucrania con alimentos para los refugiados. </p>

Cerca de 90 camiones viajan de España a Ucrania con alimentos para los refugiados.

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<p>Cerca de 90 camiones viajan de España a Ucrania con alimentos para los refugiados. </p>

Cerca de 90 camiones viajan de España a Ucrania con alimentos para los refugiados.

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<p>Cerca de 90 camiones viajan de España a Ucrania con alimentos para los refugiados. </p>

Cerca de 90 camiones viajan de España a Ucrania con alimentos para los refugiados.

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<p>Cerca de 90 camiones viajan de España a Ucrania con alimentos para los refugiados. </p>

Cerca de 90 camiones viajan de España a Ucrania con alimentos para los refugiados.

Cuadrado cuenta que lo que más le ha impactado de Ucrania no es el peligro que corren en un país donde suenan las alarmas permanentemente avisando de posibles bombardeos, sino ver el sufrimiento de tanta gente al mismo tiempo. “Una inundación o un terremoto están generados por la naturaleza y son inevitables, pero en este caso es muy doloroso enfrentarte a algo que se podría haber evitado desde el principio”, afirma.

De la guerra, se le han quedado grabadas las imágenes de padres despidiendo a sus hijos con una sonrisa sabiendo que igual no vuelven a verlos, porque los varones no pueden salir del país, o la de un parque con niños en los columbios y a solo diez metros de ellos soldados construyendo trincheras.

‘Ejecutivo del impacto’

Hambre Cero nació el primer día de pandemia en Madrid. Una amiga le ofreció 50 litros de leche y unas docenas de huevos porque tenía que cerrar la cafetería y no sabía qué hacer con ellos. Álvaro Cuadrado los cargó en un Uber y los llevó a un comedor social. Tenía muy claro que, con el cierre hermético de la covid-19, mucha gente iba a pasar hambre, y como reconoce que es incapaz de mirar hacia el otro lado ante una necesidad o desgracia ajena, se puso manos a la obra.

Había leído por aquel entonces que, según la FAO, en torno a un 30% del alimento que se produce, se tira, y se le ocurrió que, en vez de luchar contra el desperdicio de comida, por un lado, y el hambre, por otro, podía hacer un mix entre los dos y lo que les sobra a unos, dárselo a quienes lo necesitan. Esa idea fue el germen de Hambre Cero, iniciativa que, hasta la fecha, ha repartido 13 millones de raciones de comida.

Una de las claves para desarrollar proyectos de esta envergadura es su forma de gestionarlos y maximizar las donaciones que consigue. A Cuadrado le gusta pensar que es un ‘ejecutivo del impacto’ y aplica a sus proyectos métricas y KPI’s (indicadores de rendimiento) como en cualquier negocio, lo que le permite, según dice, ser mucho más ágil en sus campañas que la Administración y algunas entidades sociales.

<p>El proyecto Hambre Cero nació el primer día de pandemia repartiendo 50 litros de leche. Hoy suma 13 millones de raciones de comida distribuidas entre los más vulnerables.</p>

El proyecto Hambre Cero nació el primer día de pandemia repartiendo 50 litros de leche. Hoy suma 13 millones de raciones de comida distribuidas entre los más vulnerables.

Además, tiene claro que cualquier proyecto de éxito se basa en la suma de voluntades. Así ha conseguido congregar en torno a Hambre Cero a más de 150 empresas donantes de alimentos; a casi 400 organizaciones, que en 30 ciudades españolas les ayudan a repartir entre los más necesitados, y a más de 500 voluntarios, que hasta el día de hoy han pasado por el proyecto.

Porque este emprendedor social no solo hace, también quiere ‘contagiar’ lo que hace y remover conciencias. Está convencido de que, si emplea energía para involucrar a otros, puede generar un ejército de gente que quiera hacer cosas buenas, multiplicando así el impacto.

El dinero, solo un instrumento

A Cuadrado, la vida le dio dos enseñanzas tempranas. Una, sobre el valor del dinero. A los 6 años y después de ahorrar todo el verano lo que su padre le daba para comprar helados, decidió destinarlo a invitar a toda la familia. Al verlos tan contentos, se dio cuenta de que el dinero no era un fin, sino un instrumento con el que puedes hacer feliz a la gente y transformar realidades.

A los 15 años hizo la Ruta Quetzal con Miguel de la Quadra-Salcedo (un proyecto de educación e intercambio cultural para jóvenes iberoamericanos) y tuvo la ocasión de conocer comunidades indígenas de escasos recursos. Ahí tuvo claro que quería dedicar su vida al impacto social y a hacer algo por los demás.

En su trayectoria profesional, también fue precoz. Montó su primera empresa con 19 años, una productora de documentales con la que dio la vuelta al mundo buscando concienciar sobre la protección del planeta y la convivencia entre culturas.

Después funda Swing28, agencia internacional de marketing con la que ha trabajado para grandes marcas, ayudando a comunicar su responsabilidad y haciendo del marketing una herramienta para cambiar realidades. Reinvierte sus beneficios en proyectos sociales.

El siguiente paso fue Square Ventures, una consultora de innovación desde la que lanza sus proyectos de impacto sociales y ambientales en 40 países: desde los ya comentados, a apoyar a mujeres indígenas con microcréditos; asistir a los damnificados por los terremotos de Indonesia, o prestar asistencia jurídica y tramitación de asilo político a mujeres afganas con la abogada Teresa Pérez Cruz en el proyecto Women’s Dreams.

En 2018 funda Square Green Capital, desde donde realiza inversiones multisectoriales para conseguir fondos que ayuden a otros proyectos sociales. Últimas iniciativas desarrolladas: Bluemont, una tecnología para obtener agua potable del aire o BikiniBurka, medio de comunicación para dar voz y protagonismos a las mujeres que cuenta con más de 200 redactoras, de 18 países.

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<p>Hambre Cero actuó en la emergencia provocada por la erupción del volcán Cumbre Vieja en La Palma.</p>

Hambre Cero actuó en la emergencia provocada por la erupción del volcán Cumbre Vieja en La Palma.

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<p>Plántalo ha reforestado bosques con más de 150.000 árboles.</p>

Plántalo ha reforestado bosques con más de 150.000 árboles.

La receta del éxito

Cuadrado está convencido de que si juntas pasión y talento (lo que más te gusta con lo que mejor sabes hacer) y a eso le aplicas innovación (lo haces de forma diferente), las cosas suelen funcionar. Y esta receta, señala, lo mismo sirve para desarrollar un proyecto social que para montar una empresa.

La trayectoria de este emprendedor social le ha hecho merecedor de numerosos premios y figura en varias listas como uno de los jóvenes más influyentes de España, y, si bien reconoce que en sus primeros pasos como empresario se le subió un poco ‘el pavo a la cabeza’, hoy ve estos reconocimientos solo como otra herramienta para generar impacto.

Pero, lo que más sorprende de Álvaro Cuadrado no es su apabullante currículo empresarial y social, sino la capacidad que tiene este hombre, curtido en mil batallas, de emocionarse. Se le escapan las lágrimas cuando recuerda a aquella anciana que conoció en Indonesia el día después de haber perdido a su hijo, nuera y nietos al derrumbarse por un terremoto la casa en la que todos vivían. Cada vez que le sucede algo negativo, le viene a la mente esa mujer que, mientras le ayudaba a desescombrar para encontrar los cadáveres de su familia, no paraba de abrazarlo y de sonreír, con el único idioma del afecto.

Y, por la capacidad que tienen unos ojos que han visto de todo de emocionarse hasta las lágrimas; por no mirar nunca hacia otro lado y pensar siempre en ayudar a los demás; por viajar lejos, allá donde exista una necesidad o una emergencia humanitaria como la ocurrida este año en Ucrania, poniendo a veces en peligro su vida, y por no conformarse con los sueños, la Revista Haz reconoce a Álvaro Cuadrado como Personaje Social del Año 2022.

Los que comparten labor social

  • Sergio Larionov, ucraniano que trabaja en proyectos humanitarios

“Álvaro es una gran persona. Nuestra colaboración me lo ha dejado muy claro. Le conozco desde hace poco tiempo, pero lo suficiente para ver sus virtudes. Es muy valiente para entrar en un país en guerra, como hizo en nuestro caso. Tiene determinación y no se frena ante situaciones complicadas: tuvo problemas en la frontera cuando vino y no pudo entrar el primer día, pero no dio marcha atrás y encontró la manera de acceder al día siguiente”.

“Álvaro maneja su organización con seriedad y reglamento. Me ha dado personalmente instrucciones muy claras de cosas que tengo que hacer para que llegue la ayuda humanitaria. Y tiene un gran corazón. Todo lo hace para ayudar a los necesitados”.

  • Carolina Recio, voluntaria

“Conocí a Álvaro por primera vez en una de sus megadonaciones de leche. Me encantó el trato que daba todo el mundo y, sobre todo, su implicación y entrega. El hecho de que conteste el teléfono con un ‘Hola, ¿en qué puedo ayudarte?’ ya indica que su entrega es absoluta. En cuanto sucedió lo del volcán de la Palma pensé en él, imaginando que no tardaría mucho en hacer algo al respecto, y así fue. No deja pasar ninguna oportunidad para ofrecer ayuda. Es pura acción, nada le detiene”.

“Con Ucrania sucedió lo mismo, sabía que iba a hacer llegar la ayuda necesaria, lo que no esperaba es que entrase con convoyes militares, toda una hazaña que él ve con ojos de humildad y eso lo hace todavía más grande. Álvaro es de lo mayores regalos que la vida me ha puesto en el camino y siempre agradezco participar en cada proyecto que lleva a cabo; me entrego ciegamente porque sé que él ha hecho lo más duro, ¡es admirable!”.

  • Anielka Marrero, asistente de dirección en BikiniBurka

 “La primera vez que conocí a Álvaro sentí esa sensación de conocerlo de antes, será por la increíble casualidad de haber crecido ambos en la misma isla de Tenerife. Nuestros caminos se cruzaron en Madrid para llevar a cabo un proyecto sin complejos ni obstáculos para las mujeres: BikiniBurka. Un proyecto con el objetivo de unir fuerzas y alzar la voz hacia el empoderamiento femenino, difundiendo hechos e historias reales que conciernen a mujeres de todo el mundo”.

“Para mí, Álvaro es un claro ejemplo a seguir, todas las ideas y proyectos que plantea siempre consigue llevarlos a cabo. Es insistente y le gustan las cosas bien hechas, de ahí su implicación con la labor social y la lucha contra las injusticias. En el mundo hacen falta más hombres como Álvaro Cuadrado”.

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