Más inversión en naturaleza, vital para la sostenibilidad del planeta

Si queremos recuperar la senda hacia un planeta estable y abundante en recursos naturales del que todos podamos beneficiarnos de forma equitativa debemos reorientar y ampliar de forma colectiva y urgente el capital hacia actividades positivas para el clima, la naturaleza y su restauración. Así lo cree la ONU, que ha pedido duplicar la inversión en soluciones basadas en la naturaleza en los próximos tres años.

Con el objetivo de cuantificar los flujos financieros públicos y privados destinados a soluciones basadas en la naturaleza (SbN) para hacer frente a los retos globales relacionados con la pérdida de biodiversidad, la degradación del suelo y el cambio climático se ha publicado el informe el Estado de las Finanzas para la Naturaleza 2022 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

Por SbN se entienden aquellas acciones para proteger, conservar, restaurar, utilizar de forma sostenible y gestionar ecosistemas terrestres, de agua dulce, costeros y marinos, naturales o modificados, y que a la vez abordan los retos sociales, económicos y medioambientales de forma eficaz y adaptativa, proporcionando también bienestar humano, servicios ecosistémicos, resiliencia y beneficios para la biodiversidad.

Esta segunda edición del informe tiene un alcance mayor que el informe inaugural de 2021, y en él se ha ampliado el análisis de los flujos de capital para incluir las SbN en la naturaleza marina, se ha estimado la inversión necesaria para limitar el cambio climático por debajo de 1,5°C (además del objetivo de 2°C), se han cuantificado los flujos de capital público negativo para la naturaleza, y se han estimado los beneficios de invertir en SbN para demostrar a políticos, empresarios y líderes financieros que la naturaleza es una parte importante de la solución a las crisis mundiales.

También ofrece recomendaciones de alto nivel sobre cómo aumentar los flujos financieros hacia las SbN y mejorar la alineación con los resultados positivos para la naturaleza.

Soluciones en un momento crucial para la humanidad

Para Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el gran reto al que se enfrenta la humanidad en este momento crucial es cómo transformar nuestros sistemas económicos, incluidos los procesos de producción y consumo, para garantizar que nos mantenemos dentro de los límites planetarios, limitamos el cambio climático e invertimos la pérdida de naturaleza y de especies amenazadas.

La ambición de los gobiernos por implantar las SbN ha crecido en los últimos años, pero, aunque la mayor parte de las posibles contribuciones de la naturaleza a la solución del cambio climático son rentables, siguen estando infrafinanciadas.


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Los actuales flujos financieros públicos y privados hacia las SbN se estiman en 154.000 millones de dólares anuales a nivel mundial, de los cuales el 83% provienen de fondos públicos y el 17% de privados.

La escasa financiación privada de las SbN en comparación con la pública refleja el relativo bajo nivel de inversión en capital natural y sugiere que los argumentos a favor de la inversión, es decir, el rendimiento para el inversor en relación con el nivel de riesgo, deben ser más sólidos para que sean más atractivos.

Por orden de inversión decreciente, los fondos públicos se dedican a la protección de la biodiversidad, la agricultura y la pesca sostenibles, la gestión de las aguas residuales, la reducción de la contaminación y las políticas medioambientales.

En el caso de los flujos de inversión privada, estos se emplean principalmente en la consecución de cadenas de suministro sostenible, las compensaciones por biodiversidad, los pagos por servicios relacionados con los ecosistemas y la inversión de impacto. 

Más inversión para cumplir con la Convención de Rio

En los próximos tres años, los flujos financieros anuales destinados a SbN deberán más que duplicarse para cumplir los compromisos internacionales establecidos en la Convención de Río, en la que los países signatarios se comprometieron a avanzar en la consecución de un instrumento regional que facilite la implementación cabal de los derechos de acceso a la información, participación y justicia en asuntos ambientales.

Así, para 2025, la inversión anual en las SbN debe aumentar hasta los 384.000 millones de dólares, más del doble de la financiación que recibe actualmente, mientras que para 2050 las inversiones anuales deberán alcanzar los 674.000 millones de dólares.

Se calcula que en los próximos tres años, la inversión anual en las soluciones basadas en la naturaleza debe crecer hasta 384.000 millones de dólares, más del doble que la actual.

Para lograr lo anterior es necesaria una acción inmediata por parte de los actores públicos y privados para aumentar las inversiones anuales en los próximos tres años y cerrar la brecha financiera invirtiendo 230.000 millones de dólares adicionales al año.

En cuanto hacia qué SbN deben dirigirse las inversiones adicionales para poder reducir las emisiones de la manera más rentable y limitar el cambio climático a 1,5oC y lograr la detención de la degradación de los suelos en 2030, el informe de la ONU agrupa las actividades en tres grandes grupos: restauración, protección y gestión sostenible de la tierra.

Dentro de la gestión sostenible de la tierra se incluyen la agrosilvicultura, los cultivos de cobertura y el pastoreo gestionado de forma óptima en los pastizales, que ayudan a mejorar la fertilidad del suelo y a prevenir su degradación.

Estas intervenciones representan una cuarta parte de las necesidades de inversión en 2025. La importancia relativa de la gestión sostenible de la tierra aumenta hasta el 45% en 2050 debido a la necesidad de producir alimentos de manera sostenible en consonancia con el crecimiento de la población y la aplicación generalizada de un precio del carbono que incentive a los agricultores a plantar árboles en los cultivos y pastizales existentes.

Los beneficios de cubrir el déficit de financiación de las SbN

Según el informe, la reducción de gases de efecto invernadero asociada a la eliminación del déficit de financiación de las SbN será superior a 5 GtCO2e (mil millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente) anuales en 2025, y aumentará a 15 GtCO2e anuales en 2050 en el escenario de 1,5°C y hasta 13 GtCO2e en el escenario de 2°C. Cifras todas ellas comparadas con las emisiones anuales netas mundiales de 25GtCO2e previstas para 2050 en un escenario sin cambios y sin políticas adicionales de protección del clima o del suelo.

Las inversiones adicionales en soluciones basadas en la naturaleza deben dirigirse a actividades de restauración, protección y gestión sostenible de la tierra.

También, si se elimina el déficit de financiación y se cumplen los compromisos internacionales, el llamado nivel de biodiversidad intacta (que mide la pérdida de biodiversidad y refleja el cambio en las comunidades ecológicas en respuesta a las presiones humanas) volverá a los niveles de 2020 en 2030 y aumentará 0,28 puntos de índice en 2050 en comparación con los niveles de 2020, lo que indica la detención y la inversión gradual de la pérdida de biodiversidad.

Otro de los resultados de financiar adecuadamente las SbN sería el cumplimiento de los compromisos mundiales de restauración de casi 1.000 millones de hectáreas necesarios para lograr la neutralidad de la degradación de las tierras en 2030.

En la última sección del informe de la ONU, se examina qué hay que hacer para ampliar y mejorar la orientación de la inversión en SbN y quién tiene que hacer qué en los próximos dos a cinco años.

Las recomendaciones de alto nivel se estructuran en torno a estas 3 necesidades:

  • Financiación verde: aumentando los flujos de financiación directa a las SbN a través del gasto público interno y ayudas oficiales al desarrollo centradas en la naturaleza, y proporcionando incentivos para la inversión del sector privado.
  • Balance cero neto: promoviendo que las empresas y las instituciones financieras realicen una transición hacia un balance neto cero, neto positivo y equitativo. Todo ello a través de mejoras en la rendición de cuentas y en la evaluación del impacto y de las dependencias de la naturaleza en la presentación de informes.
  • Inclusión en los sistemas financieros para una transición justa: los esfuerzos de los sectores público y privado para aumentar las inversiones en SbN deben integrar los principios de la transición justa y siempre salvaguardando los derechos humanos.
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