¿Cómo repercute el descanso en la productividad?

La jornada de cuatro días semanales, la desconexión digital o la concienciación sobre la importancia que tiene dormir más de siete horas diarias son algunas de las variables que se están implantando en el ecosistema empresarial, con sorprendentes resultados en positivo en cuanto al rendimiento laboral y la salud de los empleados.

Las nuevas tendencias laborales cada vez miran más hacia el fomento del descanso de los trabajadores como fórmula para potenciar una mayor productividad. Empezando por la jornada laboral de cuatro días, cuyos proyectos piloto ya empiezan a arrojar resultados, todos positivos.

Uno de los últimos estudios que se ha publicado al respecto ha sido promovido por la plataforma 4 Day Week Global, elaborado por investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) en colaboración con el Boston College (EE. UU) y con Autonomy, organización especializada en economía y aspectos laborales.

El trabajo en cuestión se ha llevado a cabo con una muestra de unos 3.000 empleados de más de 60 empresas de Reino Unido de muy diversa índole: comercio, hostelería, sanidad, comunicación, consultoras, etc. Y en el 92% de los casos aseguran que mantendrán la modalidad elegida, ya que cada caso ha elegido una variedad adaptada a su negocio.

Lo único que tienen en común es que en todas se ha reducido la jornada laboral un 20% manteniendo salario y objetivos de productividad. Y no solo se han obtenido los mismos resultados económicos, con un ligero aumento medio del 1,4%, sino que también se ha conseguido que la salud física y mental de los empleados mejorase notablemente, reduciendo al mismo tiempo las bajas y el absentismo.

¿Cómo se ha logrado? Según los investigadores, tanto empresas como trabajadores se han ayudado de herramientas tecnológicas para acelerar ciertos procesos, pero también se han optimizado los tiempos acortando las reuniones y evitando distracciones. De esta manera, el 71% de los participantes aseguró que sus niveles de agotamiento se habían reducido y el 43% reconoció sentir menos estrés, ansiedad y negatividad. Todo ello parece haber ayudado a solventar problemas de insomnio y a mejorar la calidad del sueño en, al menos, el 40% de los participantes.

Estudios parecidos, y con similares resultados, se han llevado a cabo también en Estados Unidos e Irlanda, y pronto podrían empezar a adoptarse en España. De hecho, en enero el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó la apertura del concurso para que pymes del sector industrial se postulasen para implantar esta modalidad durante dos años, con ayudas de hasta 200.000 euros para aquellas que reduzcan como mínimo un 10% semanal la jornada sin contemplar una caída de los sueldos.


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Mientras este proyecto se lleva a cabo, algunas empresas españolas ya han tomado las riendas por su cuenta. Es pionera la jienense Software Delsol, que lleva tres años con una jornada semanal de lunes a jueves sin recortar sueldos y según sus responsables su facturación ha mejorado un 20%. Esto ha repercutido en el estado de ánimo y en la capacidad de compromiso de las más de 180 personas que tiene en plantilla.

Le siguen en esta ‘aventura’ de la jornada de cuatro días en territorio español la compañía de marketing Ephimera y la de restauración La Francachela, ambas fundadas por María Álvarez y Elena García Arévalo, así como las tecnológicas Growara, GOWtech y Nailted. Junto a ellas Simeom Capital, de turismo cultural, la consultora Byld, la proveedora de comercio electrónico BigBuy y la agencia de marketing digital Good Revels, entre otras.

Soñar tiene premio

En una línea parecida está trabajando la filial española de la farmacéutica japonesa Otsuka Pharmaceutical, que presentó recientemente los resultados de su proyecto Dreamland. Este se desarrolló de mayo a diciembre de 2022 e involucró al 80% de su plantilla española. La compañía les regaló una de las pulseras de registro de actividad física más novedosas del mercado con el objetivo de medir su sueño tanto en tiempo como en parámetros de calidad.

Los datos revelaron que sus participantes dormían de media 6,4 horas al inicio del proyecto. A lo largo de los seis meses siguientes, la compañía alentó una mejora de su descanso con diferentes acciones formativas e informativas hasta conseguir un aumento de esa media que rozaba las siete horas diarias de sueño. Y a todos aquellos que mejoraron su descanso un 15% o más se les recompensó con un día extra de vacaciones durante 2023. El objetivo principal de este proyecto ha sido concienciar sobre los beneficios que aporta un correcto descanso.

De hecho, en la presentación de los datos del estudio participó Diego García-Borreguero, director de la clínica Instituto del Sueño, neurólogo y psiquiatra, según el cual no dormir el tiempo recomendado (que varía en función de la edad y que en los adultos rondaría entre 7 y 8 horas diarias) está asociado a multitud de dolencias: obesidad, diabetes tipo 2, mayor riesgo cardiovascular, alteraciones inmunológicas con mayor predisposición a infecciones (sobre todo respiratorias) y también a tumores.

“Se ha observado un incremento de la mortalidad de hasta el 12% en las personas que duermen menos de cinco horas al día”, aseguró García-Borreguero. Este también añadió que las personas con insomnio tienen un riesgo tres veces superior de padecer una depresión clínica, y 1,5 veces más de sufrir trastornos de ansiedad. Además de que la falta de sueño interfiere en otras funciones cerebrales necesarias para registrar un buen rendimiento laboral.

La falta de horas de sueño tuvo un coste superior a 40.000 millones de euros en términos de productividad en Australia, según un estudio de la Universidad de Oxford realizado entre 2016 y 2017.

“La privación parcial de sueño, especialmente si se hace crónica, afecta a diversas funciones intelectuales superiores como son la memoria ejecutiva, la capacidad de toma de decisiones, la capacidad de razonamiento y de resolución de problemas, el pensamiento divergente, la capacidad de abstracción, la inhibición conductual y la capacidad de revisar y adaptar la planificación”, aseguró el neurólogo.

Desde su punto de vista, una mejor gestión del sueño dentro de una empresa mejoraría el bienestar emocional de los empleados y la capacidad de trabajar tanto de forma individual como en equipo. Además, ayudaría a obtener un mejor clima laboral, y todo ello repercutiría en la productividad global de la compañía.

Una opinión que se reafirma con los datos que refleja el estudio El coste económico del sueño inadecuado, elaborado por investigadores de la Universidad de Oxford (Reino Unido). Según este documento, entre 2016 y 2017 la falta de descanso en Australia tuvo un coste global superior a 40.000 millones de euros, en cuanto a pérdida de productividad, pero también de salud de la población.

Desconexión digital

Otro de los grandes males que se han instalado asociados a las tecnologías digitales móviles es la hiperconexión que nos arrastra a estar permanentemente conectados al trabajo. Según el Barómetro de Nexian de febrero de 2023, el 40% de los empleados no logran desconectarse del trabajo, aun sabiendo que la ley les ampara para no conectarse durante los periodos de descanso y vacacionales.

En concreto, la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y Garantía de los Derechos Digitales es la que recoge este razonable privilegio. El problema es que son pocas las empresas las que lo llevan a la práctica, como se explicó en el congreso internacional Límites a la conectividad permanente en el trabajo: salud y productividad, organizado por la Universidad Jaume I de Castellón.

A pesar de los perjuicios que ello conlleva sobre la productividad, al generar malestar entre los empleados, que suelen llegar a desarrollar el síndrome de burnout o del trabajador quemado. Algunas se han dado cuenta de ello y buscan nuevas fórmulas para erradicarlo, como es el caso de Mahou San Miguel, que cuenta con su propia política de desconexión digital y su protocolo para un uso racional de los dispositivos digitales fuera del horario de trabajo.

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