El valor del agua se suma a la estrategia empresarial
Que la gestión del agua es hoy uno de los mayores retos ante los que nos encontramos ya no es ninguna novedad, aunque quizá sí lo sea cómo enfrentar este desafío y reconocer el hecho de que, para lograr darle una respuesta, son necesarias alianzas e inversiones, pero sobre todo la implicación de los sectores público y privado. Porque según recuerda la propia Naciones Unidas, “sin agua no podremos enfrentar la pobreza, el hambre o los problemas sanitarios. Sin agua, en definitiva, no podemos avanzar en sostenibilidad”.
El agua es un recurso presente en nuestro día a día, que afecta a acciones tan cotidianas y necesarias como garantizar nuestra higiene habitual, cocinar o mantenernos hidratados. Sin embargo, el estrés hídrico, la desertificación y el aumento de las sequías por el cambio climático complica estas acciones tan habituales en muchas regiones del planeta, donde resultan un lujo para sus habitantes. Pero los expertos alertan de que revertir este problema, alcanzando el cumplimiento del Objetivo 6 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) antes de 2030 – “garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos” – es un reto al que no podemos enfrentarnos solos: es necesaria la implicación de instituciones, empresas y el conjunto de toda la sociedad.
Noticias como las de las últimas semanas, relacionadas con la gestión del agua en el Parque Natural de Doñana, ponen en el centro de la actualidad (y de la polémica) a este recurso, no solo a nivel ambiental o social, sino también político. En este caso, debido a que el Parlamento de Andalucía comenzará a tramitar una proposición de ley que recalificaría numerosas hectáreas de esta zona protegida para regularizar la situación de las fincas con cultivos ilegales que, debido a las restricciones para la preservación del entorno, no han podido conseguir permisos de explotación en los últimos años.
Los que se oponen a esta ley esgrimen que podría generar un efecto llamada que acabará sobrepoblando la zona de cultivos, quedando amenazado el ya frágil equilibrio de este ecosistema único, mientras que los que la defienden opinan que será un impulso importante para la actividad agrícola de la zona y los propios agricultores.
La clave de la polémica está en cómo buscar el equilibrio entre el respeto por las normativas de protección de los entornos naturales y la necesidad de incentivar a este sector, tan importante en la economía andaluza. Incluso la Comisión Europea se ha pronunciado, señalando su preocupación por “las repercusiones” que tendría la legislación propuesta en caso de prosperar. El problema de fondo es claro: la utilización, o mejor dicho sobrexplotación, de los recursos naturales. En concreto, de uno que en los secos y calurosos campos andaluces es tan escaso: el agua. ¿Qué debe prevalecer, las necesarias ayudas a los profesionales del campo, o la escrupulosa protección del entorno del parque de Doñana, ya de por sí tan afectado ambientalmente?
Las empresas, catalizadores clave del cambio
Este es un claro ejemplo de la más que evidente importancia del agua para la supervivencia y el desarrollo social y económico de todo el planeta. Un recurso transversal e imprescindible que instituciones internacionales como Naciones Unidas califica como “piedra angular del desarrollo humano”. Sus cifras siguen alertando de una situación dramática: en la actualidad, 2.200 millones de personas no cuentan con acceso regular al agua potable y dos de cada cinco personas en el mundo no disponen de sistemas de saneamiento. Y es que, alerta la ONU, “la falta de acceso al agua es uno de los indicadores de pobreza más importantes a nivel global”.
Conocimiento, innovación y buenas prácticas son los pilares fundamentales para una gestión hídrica sostenible, unos aspectos que las empresas, especialmente las que hacen un uso intensivo de este recurso para ofrecer sus productos o servicios, ya han empezado a integrar en sus estrategias corporativas. Son conscientes del valor del agua y ese valor es clave para ellas.
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Cada gota cuenta (Every Drop) es la estrategia de Heineken España para hacer frente a uno de los diez años hidrológicos “más secos de nuestra historia”, el 2022. El objetivo es mejorar sus ratios de consumo –ya han reducido un 33% el agua que utilizan para elaborar cerveza desde 2008–. “Somos conscientes de que España es uno de los países con más estrés hídrico del mundo, por eso, desde la compañía hemos convertido en una prioridad la protección del agua, un recurso escaso e imprescindible para nuestro negocio, que supone el 100% de la vida y el 95% de la cerveza”, explican desde Heineken.
Su estrategia se basa en consumir la menor cantidad de agua posible y garantizar su circularidad, compensando la que no se puede dejar de gastar para que vuelva a su fuente de origen. El programa Every Drop añade así el balance hídrico a la política de eficiencia y circularidad de Heineken, un enfoque que ya les ha permitido tratar al 100% las aguas residuales para devolverlas al entorno con la calidad necesaria. De esta forma, actualmente Heineken solo emplea 3,29 litros de agua por litro de cerveza elaborado y sigue trabajando para que esta cantidad se limite a 2,6 litros en 2030.
Pero hay una parte del agua, la que contiene la botella y la que se evapora en el proceso de elaboración, que irremediablemente se pierde. Para compensarlo, la compañía devuelve a las cuencas de los ríos que nutren a sus cuatro fábricas en Sevilla, Madrid, Valencia y Jaén toda el agua que contienen las cervezas de marcas como Cruzcampo, Amstel, Heineken o El Águila: en total, 1.900 millones de litros de agua al año que permitió alcanzar el balance hídrico neutro en España en 2022, casi una década antes de la fecha que se había marcado la compañía a nivel global para los países con estrés hídrico como España.
Heineken alcanzó el balance hídrico neutro en nuestro país en 2022, casi una década antes de la fecha marcada por la compañía a nivel global para los países con estrés hídrico como España.
Heineken cuenta con proyectos relacionados con la gestión sostenible del agua en Doñana, La Albufera y la cuenca del río Jarama con el objetivo de recuperar el estado hidrológico de estos enclaves de alto valor ecológico con soluciones basadas en la naturaleza y la colaboración de Administraciones públicas y ONG como SEO/BirdLife para mejorar la biodiversidad y los ecosistemas de estos espacios protegidos.
Precisamente en el caso del humedal protegido de Doñana, la compañía cervecera concluyó en 2018 un proyecto junto a la Junta de Andalucía para la restauración y mantenimiento ambiental de la Laguna de La Dehesa de Abajo, la Laguna de las Pardillas y la Laguna de San Lázaro, así como la creación de la Laguna del Lince. Casi cuatro años después, las lagunas tienen más agua, el acuífero se ha recargado y se ha mejorado el hábitat de mamíferos como el lince y aves como la cerceta pardilla o la focha cornuda, que encuentran en estas lagunas su lugar de descanso.
En 2020 Heineken también logró esta meta en la Comunidad Valenciana, al devolver toda el agua que contienen las cervezas que elabora en su fábrica de Quart de Poblet (430.000 litros al año), según datos reconfirmados por la Universidad Politécnica de Valencia. Los trabajos, desarrollados con la Generalitat Valenciana, se centraron en el principal afluente de La Albufera, el Barranco del Poyo, con la eliminación de 7,3 hectáreas de caña común, la plantación de especies de ribera autóctonas y la limpieza de la zona, que han contribuido a amortiguar los efectos de la sequía en este Parque Natural, que a finales de 2021 alcanzó mínimos históricos en cuanto al nivel de sus aguas.
En el caso del río Jarama, en Madrid, las acciones de recuperación concluyeron en 2021 en la ribera del río a su paso por el municipio de Belvis, y de acuerdo con las estimaciones de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), la iniciativa permitió recargar el acuífero con 500 millones de litros de agua anuales a partir de 2022, cuando se cumplió el primer año hidrológico tras el final de las obras –una cantidad equivale a toda el agua que contienen las cervezas elaboradas en su fábrica de San Sebastián de los Reyes.
En Doñana, Heineken concluyó en 2018 un proyecto junto a la Junta de Andalucía para la restauración y mantenimiento ambiental de varias lagunas. En las imágenes el antes y el después. Fotos: Heineken.
Alianzas y compromiso para proteger el agua
Otras compañías como Nestlé cuentan también en su estrategia corporativa con programas específicos de cuidado y protección del agua. Es el caso del Caring for Water. “Creemos que el agua es el recurso natural más importante del que disponemos en nuestro planeta y el acceso al agua es un derecho básico para todas las personas”, defiende la compañía, que reconoce que, “además, el agua es esencial y necesaria para elaborar todos nuestros productos, así que nos comprometemos firmemente a gestionarla adecuadamente y a conservarla de forma sostenible para las generaciones futuras”.
Su iniciativa global Caring for Water se enfoca en cuatro ámbitos:
- En sus fábricas, donde se comprometen a mejorar la eficiencia del agua, a reusarla y a reciclarla de la forma más óptima.
- En las cuencas hidrográficas, donde trabajan juntos a colaboradores para preservar las fuentes de agua que se comparten.
- Con los ganaderos y agricultores, ayudándoles a mejorar las prácticas de gestión del agua.
- En las comunidades en las que están presentes y con quien también comparten los recursos, para proveerles de acceso al agua y saneamiento.
El compromiso de Nestlé con el agua pasa por reducir la cantidad utilizada por cada tonelada de producto, garantizar que las actividades de la compañía respetan los recursos hídricos locales, asegurar que el agua que se devuelve al entorno esté limpia, trabajar con los proveedores de productos agrícolas para promover la conservación de este recurso entre agricultores y ganaderos y colaborar con otros actores de la sociedad para la concienciación, conservación y el acceso al agua.
“La administración responsable del agua es un tema que nos concierne a todos: empresas, gobiernos, personas y comunidades. La colaboración es la única forma en que podemos contribuir de forma positiva al futuro del agua”. Maurizio Patarnello, CEO de Nestlé Waters.
Asimismo, para varias de sus fábricas la compañía cuenta con la certificación Alliance for Water Stewardship (AWS), el estándar mundial que promueve el uso responsable del agua y beneficia a las comunidades locales social y económicamente, garantizando la sostenibilidad ambiental de las cuencas hidrográficas. Es el caso de su planta Nestlé Waters en Viladrau (Girona), obtenido en 2020, y más recientemente en su planta embotelladora de Herrera del Duque, en Badajoz, que se sumó en marzo de 2022 a la lista de fábricas que se certificarán por la AWS en todo el mundo antes de 2025, según el compromiso de la compañía anunciado en 2018. Esta certificación es la tercera conseguida por una empresa española tras la planta de Viladrau y el centro de producción de salsas de tomate Solis en Miajadas (Cáceres), que lo logró en 2021.
“El agua es uno de los desafíos de sostenibilidad más críticos a los que se enfrenta la sociedad y nuestro negocio”, señala el CEO de Nestlé Waters, Maurizio Patarnello, que defiende que “la administración responsable del agua es un tema que nos concierne a todos: empresas, gobiernos, personas y comunidades”. Y es que, recalca, “la colaboración es la única forma en que podemos contribuir de forma positiva al futuro del agua”.
Por su parte, el responsable corporativo de Recursos Hídricos de Nestlé Waters, Cédric Egger, se refiere a la necesidad de “un diálogo continuo entre los usuarios locales del agua y una comprensión mutua de los desafíos que enfrentan los recursos hídricos para poder crear acciones colectivas que nos permitan gestionar de manera proactiva y sostenible los recursos hídricos”.
Y, en ese sentido, “las empresas pueden ser catalizadores para desarrollar estos planes de acción junto con otros agentes locales del agua”, concluye Egger.