Hospitales que cuidan la salud del planeta
Desde 2011, la Red Global de Hospitales Verdes y Saludables ha logrado contribuir y acompañar al sector de la salud en la puesta en marcha de acciones e iniciativas que ayudan a minimizar su huella ambiental y, con ello, a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. El trabajo dio como resultado una verdadera red de profesionales de la salud con un objetivo común: aportar a la transformación del sector e impulsar cambios sustanciales en relación con la atención médica integral.
El sector de la salud es uno de los principales responsables de la crisis climática —la mayor amenaza del siglo XXI a la salud— y, por lo tanto, tiene un papel importante que desempeñar en su resolución. Su huella climática equivale al 4,4 % de las emisiones globales netas. Si el sector de la salud fuese un país, sería el quinto emisor más grande del planeta.
Desde hace más de 25 años, la ONG Salud sin Daño trabaja junto con el sector para abordar los problemas ambientales que le afectan, a la vez que promueve acciones para que este pueda liderar con el ejemplo. Ante el escenario actual de la grave crisis climática que vive el planeta y frente al preocupante pronóstico que anuncia la ciencia —cuyas consecuencias afectarán aún más la salud de las personas, especialmente la de las poblaciones más vulnerables—, el liderazgo de quienes trabajan en el sector salud y de sus instituciones se ha vuelto crucial para avanzar en soluciones que nos permitan abordar el problema.
Por eso, en 2011 creó la Red Global de Hospitales Verdes y Saludables, que hoy cuenta con más de 1.800 miembros en 84 países, que representan los intereses de 70.000 hospitales y centros de salud, y convocó a establecimientos de salud de todo el mundo a comprometerse y trabajar en la implementación de la Agenda Global para Hospitales Verdes y Saludables, un marco integral de salud ambiental cuyo objetivo es promover una mayor sostenibilidad en el sector del cuidado de la salud para fortalecer los sistemas a nivel mundial.
La membresía a la Red Global es gratuita. Los hospitales, centros de atención y sistemas de salud registran su progreso con resultados observables, al tiempo que comparten sus mejores prácticas y buscan soluciones a los desafíos que tienen en común. Desde la articulación regional e internacional para promover la eliminación del mercurio en insumos y equipos médicos; el desarrollo de criterios de compras sostenibles para fortalecer a los tomadores de decisión; el trabajo sostenido en el tiempo que propone de manera permanente opciones seguras y amigables para el tratamiento de los residuos, y la implementación de una calculadora de gases de efecto invernadero, desarrollada y construida con el sector de la salud en América Latina, son algunos de los logros que se pueden observar y que han sido el resultado del trabajo en Red.
“La Red es un espacio de intercambio, de conexión y de contención de las y los profesionales de la salud, un espacio de formación y de aprendizaje, en el que todos han colaborado y contribuido para su crecimiento y desarrollo. Los talleres presenciales, las conferencias regionales y las buenas prácticas compartidas han sido instancias que apoyaron al crecimiento de la Red. La búsqueda permanente de mejora del desempeño ambiental de las instalaciones de salud ha permitido generar un repositorio de buenas prácticas y casos de éxito, muchos de los cuales han sido ejemplo en otros países y otras regiones del mundo”, cuenta Jaquelina Tapia, gerente técnica de programas de Salud sin Daño para América Latina.
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Al pensar en los próximos objetivos, Tapia señala: “Hace tiempo venimos trabajando e impulsando algunos proyectos, iniciativas y temas que entendemos relevantes para la región. Entre ellos, el proyecto de estimación de la huella de carbono en el sector de la salud en Colombia, que contó con la participación de más de 400 hospitales y cuyos resultados, sin dudas, serán un hito y para entender el perfil de emisiones de gases de efecto invernadero propias de América Latina”.
Por otro lado, desde 2018 la Red viene promoviendo las compras sostenibles como una oportunidad para mejorar la calidad de la prestación del servicio y reducir la huella ambiental del sector. Para ello, se han desarrollado criterios de adquisición para productos y servicios, y se promueve su implementación como la mejor medicina preventiva para evitar impactos en el ambiente y en la salud.
Además, se está desarrollando un trabajo articulado con hospitales que pertenecen a la red asistencial del Ministerio de Salud de Chile, para caracterizar y cuantificar los plásticos utilizados en el sector, y poder generar información local que sirva para la construcción de estrategias regionales e internacionales sobre la problemática del plástico.
La Red promueve las compras sostenibles en salud como una oportunidad para mejorar la calidad de la prestación del servicio y reducir la huella ambiental, y ha desarrollado criterios de adquisición de productos y servicios.
Uno de los miembros de la Red es el Hospital San Rafael de Pasto (HSRP), que se encuentra en Colombia. Sus iniciativas comenzaron dando cumplimiento a las exigencias normativas vigentes específicamente para el manejo de residuos. Bajo este esquema se continuó hasta que se creó el proceso de gestión ambiental y se reestructuraron varios componentes ambientales. En 2015, tuvieron la oportunidad de conocer Salud sin Daño e ingresaron a la Red Global de Hospitales Verdes y Saludables. A partir de ahí su sistema de gestión se potenció gracias al conocimiento y acceso a mejores prácticas a nivel nacional e internacional a partir de las medidas recomendadas por la Red.
En 2017, el centro se certificó bajo un modelo de sistema integrado en la norma ISO 14001 de gestión ambiental, entre otras. El hospital efectuó la evaluación de aspectos e impactos ambientales e identificó las actividades con mayor impacto negativo, como el consumo de combustibles fósiles, generación de emisiones atmosféricas, consumo de agua y energía y generación de residuos.
De esta manera, se inició con la sustitución de equipos convencionales por tecnologías de bajo consumo en agua (en lavamanos y sanitarios) y la sustitución de aspersores de riego por goteo localizado para todo el mantenimiento de las zonas verdes. Además, implementa el proyecto de aprovechamiento de residuos orgánicos compostables (residuos generados en el servicio de alimentos), con el que se obtinene aproximadamente 22 toneladas anuales de residuos que se transforman en compost para el mantenimiento de áreas verdes. Por otra parte, el hospital realizó una importante inversión para sustituir las calderas de diésel por caldera a gas, y la construcción de un área de secado de ropa a partir de uso de energía renovables como radiación y viento, iniciativas que han permitido la reducción de la huella de carbono institucional.
Sobre los resultados, se observa que la huella de carbono se reduce marcadamente a partir de julio de 2018, cuando entraron en funcionamiento los proyectos ya mencionados. A pesar de ello, cada año surgen múltiples factores que pueden influir en las emisiones de CO2. Por ejemplo, durante 2020, la pandemia influyó en el aumento de las emisiones por el incremento de la generación de residuos y el lavado de ropa hospitalaria, entre otros. El hospital viene trabajando en medidas para mitigar el impacto.
El Hospital San Rafael de Pasto, en Colombia, ha adoptado varias medidas para reducir su huella de carbono, como la instalación de un área de secado de ropa con fuentes de energía renovables. Foto: HSRP.
“Los objetivos para la salud son claros y detallados: hay que descarbonizar el servicio de la mano de la neutralidad y para ello hemos adoptado la guía de descarbonización para el sector salud. Esperamos poder avanzar en el uso de energía fotovoltaica, es decir, generar, consumir y, en lo posible, vender excedentes de energía solar a la red nacional; tenemos ya avances en algunas áreas del hospital y somos conscientes de los beneficios y de la eficacia de la tecnología, sin embargo, implica recursos importantes su desarrollo”, explica Jorge Darío Duque, gestor ambiental del Hospital San Rafael de Pasto.
“Por otra parte, queremos que todo el desarrollo de la infraestructura vaya de la mano de criterios de sostenibilidad y eficiencia energética. Es un tema complejo por los costos de este tipo de proyectos, sin embargo, es un reto que deseamos asumir como institución”, añade Duque.
Otro caso es el del Instituto Nacional del Niño, una institución referente en brindar atención a la población pediátrica en Breña, Perú. La organización afronta como principal desafío tener una infraestructura hospitalaria con más de 93 años de antigüedad. Ello afecta ostensiblemente el escaso presupuesto asignado para dar sostenibilidad a las medidas de ecoeficiencia. Otro reto importante es también la resistencia al cambio, por parte del personal hospitalario, considerando que existe un grupo importante de personal contratado que es renovado constantemente según la necesidad institucional.
“Desde 2010, el equipo de trabajo conformado por Elías Arista, jefe de la Unidad de Salud Ambiental, se encuentra comprometido en impulsar mejoras que permitan crear nuevos estilos de vida en la institución; un área que, pese a las dificultades presupuestarias y de recurso humano, ha logrado realizar grandes progresos, generando actividades que permitan su sostenibilidad”, asegura María del Carmen Vilca Acero, directora ejecutiva de la Dirección de Medicina del Instituto Nacional del Niño.
Para reducir huella ambiental, la intención del centro es crear una cultura de ecoeficiencia institucional que sea sostenible en el tiempo y que sea transmitida a las nuevas generaciones que pasen a formar parte del establecimiento hospitalario, además de contar con el presupuesto necesario para amplificar las medidas de ecoeficiencia implementadas a todas las áreas asistenciales y administrativas y generar el desarrollo de nuevos proyectos con el apoyo de la Red.
El Instituto Nacional del Niño (Perú) ha avanzado en la gestión sostenible de los residuos, entre otras medidas. En la imagen, María del Carmen Vilca con parte de su equipo.
A lo largo de los años, el Hospital Regional Ushuaia (Argentina) ha diseñado e implementado programas, proyectos y herramientas para la gestión y monitoreo de varios objetivos de la Agenda Global para Hospitales Verdes y Saludables, convirtiéndose en un establecimiento público líder en materia ambiental, con reconocimientos nacionales e internacionales y publicaciones académicas en este área.
“El hospital viene trabajando en temas de residuos desde 2010 y es miembro de la Red desde diciembre de 2016. Su participación en esta comunidad es una gran oportunidad, ya que se potencian los recursos y contribuyen a la resolución de problemas”, explica la farmacéutica María Marta Cozzarin, referente de la Red Global y ex directora del Hospital Regional Ushuaia Gobernador Ernesto Campos.
Para Cozzarin, tener herramientas para poder diseñar y monitorear programas e intervenciones es fundamental. “Los diferentes espacios de intercambio y comunicación (seminarios, capacitaciones, historias de éxito, foros y conferencias) generan una mirada interdisciplinaria del abordaje de las intervenciones y una mejor utilización de los recursos a través del aprendizaje del otro miembro. Gracias a la Red y a la firma voluntaria, el Hospital Regional Ushuaia implementó el programa SHiPP de compras sostenibles en salud antes de que fuera lanzado en Argentina, y fue uno de los primeros hospitales públicos del país en calcular su huella de carbono”, agrega.
La referente argentina considera que hay que seguir avanzando en generar investigaciones e innovaciones en producción y compras sostenibles de triple impacto. También cree que para reducir la huella ambiental en el sistema sanitario argentino uno de los ejes es cambiar el paradigma generando una doble mirada: incluyendo en los equipos de trabajos de salud a los profesionales de las ciencias ambientales y a los profesionales de la salud en los equipos de las carteras ambientales.
Por otra parte, y en relación al trabajo de la Red, Tapia, de Salud sin Daño reflexiona: “Estos proyectos, que no son los únicos y que se mencionan como muestra del trabajo integral y transdisciplinario tienen un fin en común: acompañar a las y los profesionales, a los hospitales, a los centros de salud, a los sistemas de salud y a la comunidad en general a tomar el liderazgo y reclamar, promover, impulsar, exigir una transición del sector con el fin de no hacer daño, siendo conscientes del impacto que genera la actividad y teniendo información y herramientas para poder hacerlo siempre mejor”.