Autoconsumo colectivo, el siguiente paso hacia la energía sostenible y eficiente
Más de 217.000 nuevos hogares españoles se han incorporado a la modalidad de autoconsumo en 2022. En concreto, se han ejecutado 217.248 instalaciones residenciales y un total de 23.096 instalaciones de tipo industrial, de acuerdo con el I Informe Anual del Autoconsumo Fotovoltaico de APPA Renovables.
“Estamos viviendo una revolución energética sin precedentes. Se han instalado 2.649 megavatios (MW) de generación limpia y distribuida y más de 200.000 nuevos hogares se han convertido el pasado año en prescriptores de una nueva forma de generar y consumir energía”, señalaba Jon Macías, presidente de APPA Autoconsumo durante la presentación de este informe, a la vez que incidía en “la necesidad de una estandarización de procesos y procedimientos para acortar los plazos».
Más allá del individual, el autoconsumo colectivo es otra modalidad que permite que varias personas puedan aprovechar una misma instalación de generación de energía, fundamentalmente fotovoltaica, de tal forma que las placas solares se comparten y su energía se reparte entre diferentes suministros.
Aunque las comunidades de vecinos no son el único ejemplo de autoconsumo colectivo, -también se pueden encontrar instalaciones compartidas en polígonos industriales, urbanizaciones e, incluso, entornos rurales-, lo cierto es que es el más cercano para muchos de los ciudadanos pues siete de cada diez viven en un bloque de pisos. Este tipo de autoconsumo supone una oportunidad para producir energía limpia y sostenible, ahorrando además en la factura de la luz, ya que los paneles solares instalados en el techo del edificio pueden dar soporte energético a todas las viviendas del bloque.
Ventajas del autoconsumo compartido
El ahorro se cita siempre como una de las principales ventajas. Pero, desde el punto de vista de una comunidad de vecinos, hay muchas más que están favoreciendo el impulso del autoconsumo colectivo:
- Existe una menor dependencia de los precios de la energía: si se produce energía propia, dejas de depender de los vaivenes del mercado y los ciclos económicos.
- El gasto en infraestructura y puesta en marcha es bajo: las instalaciones solares han conseguido optimizarse desde el punto de vista de la eficiencia y el coste. Cuanto mayor sea la instalación, menor será el coste unitario por kilovatio (kW) de potencia instalada. Además, este gasto en las comunidades de vecinos se divide entre los distintos consumidores, por lo que siempre es menor.
- Las comunidades de vecinos suelen tener superficies amplias para ubicar una instalación, especialmente azoteas, casi siempre infrautilizadas.
- La inversión que supone la instalación se comienza a amortizar de manera inmediata al generar energía mediante dos vías: el ahorro en consumo de energía de red, que ahora se autoconsume de la instalación, y la monetización de los excedentes, ya sea mediante la compensación en la factura de la luz o mediante su venta en el mercado eléctrico.
En España, este modelo, que aplica habitualmente a bloques de viviendas, polígonos industriales o comunidades energéticas en las que se dispone de una instalación fotovoltaica para varios consumidores conectados, se rige por el Real Decreto 244/2019, de 5 de abril que establece las condiciones administrativas, técnicas y económicas para su desarrollo. Además de esta legislación estatal, están los fondos europeos Next Generation para el despliegue del autoconsumo. Y, por último, otro nivel de ayudas lo encontramos en las Administraciones territoriales, que, dependiendo de cada comunidad autónoma y de cada municipio, otorgan ventajas fiscales u otro tipo de ayudas a las comunidades de vecinos que optan por el autoconsumo compartido.
Las comunidades de vecinos no son el único ejemplo de autoconsumo colectivo, también se pueden encontrar instalaciones compartidas en polígonos industriales, urbanizaciones y entornos rurales. Foto: Endesa.
Compartir energía por sostenibilidad y ahorro
Según explican desde Endesa, el autoconsumo individual es el más habitual. En el caso del colectivo, este tiene aún “un gran potencial de crecimiento” gracias a las mejoras en el acceso, que se ha simplificado mucho y lo hará aún más, dejando atrás afortunadamente el “laberinto administrativo” que hasta ahora suponía contar con una instalación de autoconsumo colectivo.
La Ley establece tres modalidades de consumo colectivo:
- Autoconsumo colectivo sin excedentes: estas instalaciones suelen disponer de un sistema antivertido que evita la producción de excedentes y su vertido a la red.
- Autoconsumo colectivo con excedentes no acogido a compensación: en esta modalidad se puede vender el excedente generado en el mercado eléctrico. Es necesario que la comunidad de vecinos se constituya como productor de energía en el Registro Administrativo de las Instalaciones de Producción de Energía Eléctrica (Raipre) o que tenga un acuerdo de representación en el mercado con su comercializadora. Estas opciones son complejas y normalmente se descarta esta modalidad por los consumidores domésticos.
- Autoconsumo colectivo con excedentes acogido a compensación simplificada: la compensación supone un descuento en la factura de la luz.
El autoconsumo supone una oportunidad para las comunidades de vecinos, sobre todo, desde el punto de vista del ahorro y puede cubrir diferentes necesidades. Se puede partir de una instalación sencilla, donde la energía que se genera se destine a ofrecer suministro a servicios comunitarios como la iluminación de zonas comunes (vestíbulo, pasillos, aparcamiento) o a los ascensores. Otro modelo más avanzado implicaría que las viviendas de los vecinos también recibirían la electricidad generada por la instalación fotovoltaica. Algunas comunidades prefieren ofrecer un modelo flexible a sus vecinos, con la posibilidad de salir o entrar en el autoconsumo cuando se desee. También existe la posibilidad de aplicar coeficientes de reparto de la producción constantes a lo largo de todo el año o coeficientes de reparto horario variables para cada hora del año.
En cualquier caso, la Ley de Propiedad Horizontal establece que basta el acuerdo de la mayoría simple de la junta de vecinos para los usos comunes, y un tercio para los privativos. En ambos casos, no se debe superar la cuantía de doce mensualidades ordinarias al implementar el sistema de autoconsumo. Además, deben establecerse las condiciones (criterios de distribución de la energía que se genere, modalidad y tipo de instalación, presupuesto, etc.) a través de un acuerdo firmado por todos los vecinos que participen.
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Los requisitos que necesita cumplir la instalación de producción para compartir energía son estar conectada a la red interior de consumidores asociados o a cualquiera de las redes de baja tensión del mismo centro de transformación; que haya una distancia máxima de 500 metros entre la instalación y los consumidores (2.000 metros si la instalación está en cubierta), y que instalación y consumidores estén recogidos en un mismo catastro (según sus 14 primeros dígitos). Aunque es cierto que el proceso se ha simplificado, la velocidad de los permisos y autorizaciones depende de la comunidad autónoma y de la ciudad donde se ubique.
Simplificar los procesos para ganar en agilidad
La experiencia demuestra que hasta ahora los procedimientos han resultado muy complejos para los consumidores, especialmente en el caso del autoconsumo colectivo. Precisamente por eso, con el objetivo de facilitar el proceso y que se reduzcan los tiempos de implantación, las energéticas han propuesto mejoras para facilitar los trámites y, a la vez, dar respuesta al aumento de la demanda.
Endesa es una de las compañías que ha contribuido a esta simplificación introduciendo cambios que buscan agilizar la activación de los autoconsumos colectivos. Para ello, y desde octubre, la distribuidora de Endesa (e-distribución) valida una sola vez la documentación necesaria, es decir, el acuerdo de reparto firmado por todos los autoconsumidores y el fichero con los coeficientes de reparto, en el momento en el que reciba la documentación correcta de uno de los participantes.
“Esto va a suponer un cambio muy relevante, ya que hasta ahora el distribuidor estaba obligado por normativa a recabar esa documentación de cada una de las comercializadoras de cada autoconsumidor, lo que suponía alargar innecesariamente los plazos de activación y, en muchas ocasiones, rechazar las solicitudes por errores al cumplimentar los documentos”, explica Luis Montañés, responsable de Operaciones Comerciales en e-distribución.
La inversión que supone la instalación se comienza a amortizar de manera inmediata mediante dos vías: el ahorro en consumo de energía de red, que ahora se autoconsume de la instalación, y la monetización de los excedentes. Foto: Endesa.
La comunicación y el intercambio de información entre clientes y el resto de los agentes que interactúan en el proceso también mejora, ya que en la web de e-distribución acaba de implantarse un ‘validador’ de ficheros TXT para autoconsumos colectivos. “Esta herramienta permite a los clientes validar sus ficheros TXT, el formato definido por el regulador y donde se establecen los coeficientes de reparto”, explica Montañés. “El sistema muestra los errores de formato para que el cliente los pueda subsanar y presentar un documento correcto, con lo cual se evitan errores en la contratación y tener que iniciar de nuevo el proceso”, añade . Además, en el área privada de la web el cliente puede hacer un seguimiento en tiempo real de los trámites de su solicitud, desde el acceso y conexión a la fase de inspección, el contrato técnico de acceso y la adaptación del contrato.
A todo ello se suma una nueva figura “facilitadora”: el gestor de autoconsumo colectivo, un perfil que actúa como representante de los autoconsumidores a la hora de hablar con los agentes que intervienen en el proceso y puede encargarse de gestionar la documentación necesaria para la instalación en nombre de todos ellos. Esta figura llevaba tiempo reclamándose por parte de las compañías energéticas y otros agentes involucrados en el proceso ya que puede dar un nuevo impulso al despegue del autoconsumo colectivo para que sus ventajas lleguen a todos los ciudadanos.
Endesa es una de las compañías que contribuye a la simplificación de los procesos para agilizar la activación de los autoconsumos colectivos. Desde octubre, valida una sola vez la documentación necesaria.
El futuro del autoconsumo energético
Endesa ha recopilado el total de autoconsumos que ha conectado en lo que va de año -cerca de 117.000-, lo que supone una media de 2.100 autoconsumos a la semana. Con esta evolución, la compañía ha activado ya más de 232.000 autoconsumos en su red de distribución, “una cifra que supone doblar los autoconsumos contabilizados en total hasta el cierre de 2022”, apunta la energética.
En Andalucía se han superado las 100.000 instalaciones; Cataluña ha registrado un incremento del 72% en el número de instalaciones activas desde el cierre de 2022 y concentra el 57% de todos los autoconsumos colectivos; Baleares y Aragón presentan repuntes del 116% y Canarias del 135%, mientras que Badajoz han aumentado un 227%. El 98% de las activaciones corresponden a instalaciones individuales y más de 3.650 son clientes pertenecientes a autoconsumos colectivos, 4,5 veces más que en diciembre del pasado año. “Todos juntos suman una potencia instalada de 3.296 MW, similar a tres reactores nucleares”, remarca Endesa.
El autoconsumo colectivo se está configurando como un nuevo aliado para paliar la dependencia de las fuentes de energía tradicionales. Y para muchos, representa una revolución en el modelo energético gracias a la cual las personas que viven en edificios y comunidades de vecinos pueden beneficiarse con la generación de energía propia con placas solares. Estos módulos, además, son cada vez más innovadores, como ocurre, por ejemplo, con los paneles transparentes, que podrían hacer de las ventanas nuevas zonas de generación, o las tejas fotovoltaicas, con las que es posible que pérgolas e incluso plazas de garaje se conviertan en nuevas ubicaciones en las que instalar fotovoltaica.
Mientras, la hoja de ruta ya está marcada. La de España incluye la reducción de emisiones del 55% y la utilización del 74% de electricidad renovable para 2030. Y en este sentido, el autoconsumo juega, sin duda, un papel cada vez más importante para lograr estos objetivos.